/ jueves 13 de septiembre de 2018

La historia del futbol es también la historia de muchos mártires


Todas las ligas del mundo que no tienen leyendas están condenadas a morir de frío

Las injustas omisiones de jugadores destacados en las convocatorias para formar la selección mexicana de futbol no son novedad alguna, ya que se aplicaban desde mis principios en el juego. Para el grupo que nos representaría en Suiza 54, la Federación Mexicana, que no era la bollante empresa que es ahora, se vio en la necesidad de reducir el número de 22 convocados a 18, causando gran sorpresa ver que los eliminados eran Antonio Roca, Mario Ochoa, Arnulfo Cortés y Raúl “Pina” Arellano. Haciéndose la observación de dichos jugadores serían agregados si México avanzaba a cuartos de final. Sin embargo, el 7 de mayo el Comité Ejecutivo de la FMF acordó que Arellano, jugador de 19 años de las Chivas, considerado la revelación de la temporada, hiciera el viaje. Se convencieron los seleccionadores de la injusticia que estaban cometiendo. Caso similar al de Rodolfo Pizarro, que no tuvo el mismo final.

Pero la polémica principal recayó en la figura de Mario Ochoa, después de que en un juego de preparación diera un extraordinario juego el 27 de mayo en el estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes (actual Azul), en el que el Necaxa venció a la selección con una hermosa volea dede 25 metros, que lo fue agrandando hasta que acabó mandando en la cancha.

Luego, en 1958 se dio a conocer la lista de jugadores que irían a Suecia, extrañándose la ausencia de Carlos Calderón de la Barca y, en menor medida la de Baltasar “Tito” Izaguirre, jugadores del Atlante y del Zacatepec respectivamente. Semejante al poeta, Calderón de la Barca era un jugador de excelencia que hacía poemas con el balón, pero al que muchos criticaban por su apatía y displicencia dentro del terreno de juego... “No corro, solía decir, cuando el balón ha ido demasiado lejos y no tengo oportunidad de alcanzarlo”. A eso le llamo saber administrar el rendimiento. Aún así, distintos medios consideraron una tontería excluir a Calderón de la selección. Poco tiempo después, Calderón de la Barca vistió la camiseta millonaria del Poza Rica y después la del Tampico, F.C. Poseía un físico de jugador de rugby. Y así, una justicia lleva a una injusticia, pues la alta de Calderón ocasionó la baja de Héctor “Chale” Hernández, un centro delantero de leyenda perteneciente las Chivas, que finalmente jugaran en Chile 62 en aquel glorioso triunfo ante Checoslovaquia, tan parecido al reciente triunfo del TRI sobre Alemania en Rusia 2018. López Herranz, seleccionador mexicano, argumentó que la facilidad con que Héctor se lesionaba, ponía en duda su utilidad. En un caso muy extraño, antes de la partida de México a Chile, Guillermo “Chatito” Ortiz sufrió en el último entrenamiento la luxación de un hombro y un esguince de tobillo. Fue operado inmediatamente y entonces por disposición de Ignacio Trelles y el cuerpo médico, se le autorizó viajar con el grupo, aunque no podía caminar y por supuesto no jugó.

Mario Pérez, Guillermo Sepulveda por lesión y, Marco Antonio Ramírez por decisión técnica, fueron tres jugadores que aunque trabajaron con Trelles, no fueron convocados para viajar a Inglaterra 66. De nueva cuenta Jaime Belmonte fue marginado del combinado nacional a unos días de la justa sin mencionarse la razón. Ante la presión de los medios informativos, Vicente Pereda de Toluca y Antonio Munguía del Cruz Azul fueron incluidos para viajar y ante la exclusión de Ramírez, defensa central, que había trabajado los últimos tres meses con Trelles, para incluir a Luis “Calaca” González, lo que fue considerado una injusticia.

Nunca una historia fue tan dramática como la de Alberto Onofre, que a solo cuatro días de la inauguración del Mundial México 70, en el último entrenamiento previo al juego contra la URSS, el jugador de Chivas se resbaló chocando contra José Manuel Alejándrez, partiéndose en pedazos la tibia y el peroné de la pierna izquierda. Con 22 años, Onofre era el hombre del talento del TRI llamado a ser la figura nacional de esa Copa. Antes de operarlo quisieron quitarle la camiseta verde para ponerle una bata, pero se negó, pidiéndole al cirujano que lo operaran uniformado. Con el tiempo regresó a las canchas pero ya no fue lo mismo, dejando de jugar dos años más tarde. Afectado por aquel trágico accidente, Alejándrez perdió la titularidad con la selección y con el Cruz Azul retirándose también del futbol.

En 1986, Alfredo Tena, el mejor defensa central mexicano, quedó fuera por utilizar zapatos de una marca distinta a la que tenía contratada la selección nacional. Benjamín Galindo, el maestrito y Sergio Lira, campeón de goleo, jugadores del Tampico, FC, quedaron fuera de la selección de Bora Milutinovic. Para el 94, Miguel “Piojo” Herrera, que realizó todo el proceso de Miguel Mejía Barón, fue excluido de la lista debido a su carácter irascible. El caso más admirable es el de Guillermo “Turbo” Muñoz del Monterrey, quien confesó a Mejía Barón que no se sentía en forma de poder ser útil. Y podríamos encontrar muchos más casos semejantes de injusticia o lesiones que impidieron la participación de muchos jugadores que bien pudieron haber hecho historia.

Hasta pronto amigo.



Todas las ligas del mundo que no tienen leyendas están condenadas a morir de frío

Las injustas omisiones de jugadores destacados en las convocatorias para formar la selección mexicana de futbol no son novedad alguna, ya que se aplicaban desde mis principios en el juego. Para el grupo que nos representaría en Suiza 54, la Federación Mexicana, que no era la bollante empresa que es ahora, se vio en la necesidad de reducir el número de 22 convocados a 18, causando gran sorpresa ver que los eliminados eran Antonio Roca, Mario Ochoa, Arnulfo Cortés y Raúl “Pina” Arellano. Haciéndose la observación de dichos jugadores serían agregados si México avanzaba a cuartos de final. Sin embargo, el 7 de mayo el Comité Ejecutivo de la FMF acordó que Arellano, jugador de 19 años de las Chivas, considerado la revelación de la temporada, hiciera el viaje. Se convencieron los seleccionadores de la injusticia que estaban cometiendo. Caso similar al de Rodolfo Pizarro, que no tuvo el mismo final.

Pero la polémica principal recayó en la figura de Mario Ochoa, después de que en un juego de preparación diera un extraordinario juego el 27 de mayo en el estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes (actual Azul), en el que el Necaxa venció a la selección con una hermosa volea dede 25 metros, que lo fue agrandando hasta que acabó mandando en la cancha.

Luego, en 1958 se dio a conocer la lista de jugadores que irían a Suecia, extrañándose la ausencia de Carlos Calderón de la Barca y, en menor medida la de Baltasar “Tito” Izaguirre, jugadores del Atlante y del Zacatepec respectivamente. Semejante al poeta, Calderón de la Barca era un jugador de excelencia que hacía poemas con el balón, pero al que muchos criticaban por su apatía y displicencia dentro del terreno de juego... “No corro, solía decir, cuando el balón ha ido demasiado lejos y no tengo oportunidad de alcanzarlo”. A eso le llamo saber administrar el rendimiento. Aún así, distintos medios consideraron una tontería excluir a Calderón de la selección. Poco tiempo después, Calderón de la Barca vistió la camiseta millonaria del Poza Rica y después la del Tampico, F.C. Poseía un físico de jugador de rugby. Y así, una justicia lleva a una injusticia, pues la alta de Calderón ocasionó la baja de Héctor “Chale” Hernández, un centro delantero de leyenda perteneciente las Chivas, que finalmente jugaran en Chile 62 en aquel glorioso triunfo ante Checoslovaquia, tan parecido al reciente triunfo del TRI sobre Alemania en Rusia 2018. López Herranz, seleccionador mexicano, argumentó que la facilidad con que Héctor se lesionaba, ponía en duda su utilidad. En un caso muy extraño, antes de la partida de México a Chile, Guillermo “Chatito” Ortiz sufrió en el último entrenamiento la luxación de un hombro y un esguince de tobillo. Fue operado inmediatamente y entonces por disposición de Ignacio Trelles y el cuerpo médico, se le autorizó viajar con el grupo, aunque no podía caminar y por supuesto no jugó.

Mario Pérez, Guillermo Sepulveda por lesión y, Marco Antonio Ramírez por decisión técnica, fueron tres jugadores que aunque trabajaron con Trelles, no fueron convocados para viajar a Inglaterra 66. De nueva cuenta Jaime Belmonte fue marginado del combinado nacional a unos días de la justa sin mencionarse la razón. Ante la presión de los medios informativos, Vicente Pereda de Toluca y Antonio Munguía del Cruz Azul fueron incluidos para viajar y ante la exclusión de Ramírez, defensa central, que había trabajado los últimos tres meses con Trelles, para incluir a Luis “Calaca” González, lo que fue considerado una injusticia.

Nunca una historia fue tan dramática como la de Alberto Onofre, que a solo cuatro días de la inauguración del Mundial México 70, en el último entrenamiento previo al juego contra la URSS, el jugador de Chivas se resbaló chocando contra José Manuel Alejándrez, partiéndose en pedazos la tibia y el peroné de la pierna izquierda. Con 22 años, Onofre era el hombre del talento del TRI llamado a ser la figura nacional de esa Copa. Antes de operarlo quisieron quitarle la camiseta verde para ponerle una bata, pero se negó, pidiéndole al cirujano que lo operaran uniformado. Con el tiempo regresó a las canchas pero ya no fue lo mismo, dejando de jugar dos años más tarde. Afectado por aquel trágico accidente, Alejándrez perdió la titularidad con la selección y con el Cruz Azul retirándose también del futbol.

En 1986, Alfredo Tena, el mejor defensa central mexicano, quedó fuera por utilizar zapatos de una marca distinta a la que tenía contratada la selección nacional. Benjamín Galindo, el maestrito y Sergio Lira, campeón de goleo, jugadores del Tampico, FC, quedaron fuera de la selección de Bora Milutinovic. Para el 94, Miguel “Piojo” Herrera, que realizó todo el proceso de Miguel Mejía Barón, fue excluido de la lista debido a su carácter irascible. El caso más admirable es el de Guillermo “Turbo” Muñoz del Monterrey, quien confesó a Mejía Barón que no se sentía en forma de poder ser útil. Y podríamos encontrar muchos más casos semejantes de injusticia o lesiones que impidieron la participación de muchos jugadores que bien pudieron haber hecho historia.

Hasta pronto amigo.