/ jueves 13 de septiembre de 2018

La historia final de “Garganta Profunda”

Este fue el principio del remolino que vivió Richard Nixon y del que nunca pudo salir, con todo y que presentara su renuncia en 1974, cuando quedó plenamente establecido que tenía conocimiento y que había autorizado la intervención de las líneas telefónicas que utilizaban los demócratas en sus actividades políticas.

En sus memorias escritas en dos tomos monumentales Henry Kisinguer relata de una manera dramática el hecho de que ya derrotado el presidente Nixon, le suplicó al Secretario de Estado, que se arrodillara junto con él en la oficina oval de la Casa Blanca para que lo acompañara a rezar. Eran los días finales del presidente Nixon, quien en posteriores días haría pública su renuncia al gobierno más poderoso de la tierra.

"Garganta Profunda" es el seudónimo que utilizó el norteamericano que proporcionó la información de lo que estaba pasando en Watergate. Y es también el informante quien nutrió de noticias a los periodistas estrellas del Washinton Post: Bob Woodward y Carl Berstein, quienes merced a su investigación periodística obtuvieron el premio Pulitzer y entraron a la historia de la mitad del siglo XX por haber sido quienes sin utilizar un misil, más que sus letras reveladoras, acabaron con la fuerza del presidente del país más importante del planeta.

Durante mucho tiempo la verdadera identidad de "Garganta Profunda" se manejó en el silencio; ni los periodistas, ni los propietarios del Washington Post, aceptaron decir quién había sido el hombres que aparece en un estacionamiento cuando se llevó esta trama política al cine proporcionando información a Robert Redford, quien desempeñaba el papel de Bob Woodward, sobre cuáles eran los pasos que debían seguir para encontrar como responsable al presidente de los Estados Unidos.

Siempre se tuvo la convicción de que “Garganta Profunda” podía haber sido el ex Secretario de Estado Alexander Haig, así como los ex asesores de la Casa Blanca, Pat Buchanan y Ron Ziegier, igualmente pudo haber sido el ex fiscal en el caso Watergate Earl Silber. Sin embargo toda esta serie de suposiciones que se hicieron en su momento hasta nuestros días se fueron al suelo cuando quedó establecida la personalidad del legendario “Garganta Profunda”.

Nada más ni nada menos que el informante que llevó a la renuncia a Richard Nixon era un hombre que trabajaba en el FBI como segundo de abordo del legendario J. Edgar Hoover y quien a los noventa y dos años reclamó para sí la gloria de haberle asestado un golpe sin precedente a la corrupción norteamericana que utilizaba recursos y elementos de la CIA, como fue el caso de los espías cubanos para vigilar y saber por adelantados las intenciones de los estrategas del partido demócrata en lucha por el poder en Estados Unidos.

Fue la revista Vanity Fair quien acabó con el secreto publicando la identidad de “Garganta Profunda” quien no era otro más que William Mark Felt, un ex funcionario de la Oficina Federal de Investagaciones, que en esa época era el segundo de Edgar Hoover, y que victima de la desilusión por no haber sido convertido en director del FBI a la muerte del legendario Edgar Hoover en 1972 procedió a soltar toda la información de la que tenía pleno conocimiento y que se realizaban por órdenes del presidente Nixon para reventar los eventos planeados por el partido demócrata en la lucha presidencial de este tiempo.

William Mark Felt, ya cansado del anonimato y con 92 años encima decidió que se conociera la verdad para que su vida tuviera un elevado cargamento de honor y amor a su país y que sus hijos se sintieran orgullosos revelando a todo el mundo que él era el misterioso personaje conocido como “Garganta Profunda” antes de morir en el 2008.

Inmediatamente el Washinton Post y los reporteros responsables de reportaje Watergate, reconocieron y aceptaron la identidad de que el señor William Mark Felt era el mismísimo informante que se escondía bajo el apodo de "Garganta Profunda", que por cierto este apodo lo tomó el señor Mark Felt de una popular cinta Porno que tuvo un éxito incomparable en la época de los setenta y que fue estelarizada por una extraordinaria actriz de ese género llamada Linda Lovelace que actualmente vive aún en algún suburbio del estado de Florida.

A mediadosde 1972, -por el mes de junio exactamente- apareció en la prensa norteamericana una información con un perfil bajo que anunciaba que habían sido arrestados cinco individuos que hablaban perfectamente el español y que después se sabría eran cubanos al servicio de la “contra revolución” que dirigía en Estados Unidos el recientemente fallecido Jorge Mas Canosa, (un cubano exiliado en Miami, que participó después de haber hecho una carrera militar en el ejército de los Estados Unidos, en la invasión a la Bahía de Cochinos, en 1961, intentona fallida del imperio Yanki de recuperar el gobierno cubano que siguió en poder de Fidel Castro) en el lujoso hotel Watergate de Washinton, donde operaba en un piso el Partido Demócrata de los Estados Unidos, por realizar actividades de espionaje.


Este fue el principio del remolino que vivió Richard Nixon y del que nunca pudo salir, con todo y que presentara su renuncia en 1974, cuando quedó plenamente establecido que tenía conocimiento y que había autorizado la intervención de las líneas telefónicas que utilizaban los demócratas en sus actividades políticas.

En sus memorias escritas en dos tomos monumentales Henry Kisinguer relata de una manera dramática el hecho de que ya derrotado el presidente Nixon, le suplicó al Secretario de Estado, que se arrodillara junto con él en la oficina oval de la Casa Blanca para que lo acompañara a rezar. Eran los días finales del presidente Nixon, quien en posteriores días haría pública su renuncia al gobierno más poderoso de la tierra.

"Garganta Profunda" es el seudónimo que utilizó el norteamericano que proporcionó la información de lo que estaba pasando en Watergate. Y es también el informante quien nutrió de noticias a los periodistas estrellas del Washinton Post: Bob Woodward y Carl Berstein, quienes merced a su investigación periodística obtuvieron el premio Pulitzer y entraron a la historia de la mitad del siglo XX por haber sido quienes sin utilizar un misil, más que sus letras reveladoras, acabaron con la fuerza del presidente del país más importante del planeta.

Durante mucho tiempo la verdadera identidad de "Garganta Profunda" se manejó en el silencio; ni los periodistas, ni los propietarios del Washington Post, aceptaron decir quién había sido el hombres que aparece en un estacionamiento cuando se llevó esta trama política al cine proporcionando información a Robert Redford, quien desempeñaba el papel de Bob Woodward, sobre cuáles eran los pasos que debían seguir para encontrar como responsable al presidente de los Estados Unidos.

Siempre se tuvo la convicción de que “Garganta Profunda” podía haber sido el ex Secretario de Estado Alexander Haig, así como los ex asesores de la Casa Blanca, Pat Buchanan y Ron Ziegier, igualmente pudo haber sido el ex fiscal en el caso Watergate Earl Silber. Sin embargo toda esta serie de suposiciones que se hicieron en su momento hasta nuestros días se fueron al suelo cuando quedó establecida la personalidad del legendario “Garganta Profunda”.

Nada más ni nada menos que el informante que llevó a la renuncia a Richard Nixon era un hombre que trabajaba en el FBI como segundo de abordo del legendario J. Edgar Hoover y quien a los noventa y dos años reclamó para sí la gloria de haberle asestado un golpe sin precedente a la corrupción norteamericana que utilizaba recursos y elementos de la CIA, como fue el caso de los espías cubanos para vigilar y saber por adelantados las intenciones de los estrategas del partido demócrata en lucha por el poder en Estados Unidos.

Fue la revista Vanity Fair quien acabó con el secreto publicando la identidad de “Garganta Profunda” quien no era otro más que William Mark Felt, un ex funcionario de la Oficina Federal de Investagaciones, que en esa época era el segundo de Edgar Hoover, y que victima de la desilusión por no haber sido convertido en director del FBI a la muerte del legendario Edgar Hoover en 1972 procedió a soltar toda la información de la que tenía pleno conocimiento y que se realizaban por órdenes del presidente Nixon para reventar los eventos planeados por el partido demócrata en la lucha presidencial de este tiempo.

William Mark Felt, ya cansado del anonimato y con 92 años encima decidió que se conociera la verdad para que su vida tuviera un elevado cargamento de honor y amor a su país y que sus hijos se sintieran orgullosos revelando a todo el mundo que él era el misterioso personaje conocido como “Garganta Profunda” antes de morir en el 2008.

Inmediatamente el Washinton Post y los reporteros responsables de reportaje Watergate, reconocieron y aceptaron la identidad de que el señor William Mark Felt era el mismísimo informante que se escondía bajo el apodo de "Garganta Profunda", que por cierto este apodo lo tomó el señor Mark Felt de una popular cinta Porno que tuvo un éxito incomparable en la época de los setenta y que fue estelarizada por una extraordinaria actriz de ese género llamada Linda Lovelace que actualmente vive aún en algún suburbio del estado de Florida.

A mediadosde 1972, -por el mes de junio exactamente- apareció en la prensa norteamericana una información con un perfil bajo que anunciaba que habían sido arrestados cinco individuos que hablaban perfectamente el español y que después se sabría eran cubanos al servicio de la “contra revolución” que dirigía en Estados Unidos el recientemente fallecido Jorge Mas Canosa, (un cubano exiliado en Miami, que participó después de haber hecho una carrera militar en el ejército de los Estados Unidos, en la invasión a la Bahía de Cochinos, en 1961, intentona fallida del imperio Yanki de recuperar el gobierno cubano que siguió en poder de Fidel Castro) en el lujoso hotel Watergate de Washinton, donde operaba en un piso el Partido Demócrata de los Estados Unidos, por realizar actividades de espionaje.