¡Qué olvido! Hay ocasiones en las que ante un compromiso, estamos tan seguros de que lo único que nos debe de preocupar es lo que ocurrirá sobre el terreno de juego y procuramos no distraernos con detalles baladíes. Así ocurrió hace 31 años, cuando los protagonistas de hoy, América y Morelia, se enfrentaron en el estadio Azteca en el juego de vuelta, después de que en el de ida habían empatado a dos en el viejo estadio Carranza, que ignoro si aún exista.
Como normalmente ocurre en nuestra Federación, al cuarto para las 12 andan poniendo en orden lo que debió haberse atendido al inicio del campeonato. El juego de vuelta en el Azteca concluyó con un empate a 3 y un global de 5-5 ya que en el juego de ida habían empatado 2-2, con lo que el Morelia se sintió vencedor por el tema de goles como visitante. Los Ates habían sorprendido con goles de Mario Díaz y Humberto Roon, anotando los del empate Carlos Santos y Zague. Así fue como terminaron los 90 minutos, para que en los tiempos extra Mario Campos adelantara al Morelia, empatando nuevamente Alfredo Tena, sintiéndose al final derrotados por los goles de visitante, condición que días antes había modificado la Federación y de lo que estaban enterados todos, pero a lo que no le dieron importancia.
El árbitro Miguel Ángel Salas, que se supone es el que más consciente debería haber estado del mentado cambio, simplemente pitó el final dando por ganador al Morelia. Situación que aprovechó Antonio Carvajal, director técnico de los Ates, para ordenar a sus jugadores que salieran rápido del campo y se fueran a los vestidores. Entonces Alfredo Tena y su entrenador el brasileño Vieira, recordaron al árbitro aquel olvido, y después de una hora, cuando ya los jugadores se habían bañado, tuvieron que salir a cumplir las tandas de penales, ganando el América ante el asombro de todos. Una semana después, los Cremas se coronaban venciendo a los Pumas.
Todas las modificaciones al reglamento habían sido dadas a conocer en el transcurso de la semana. Los goles como visitante no harían diferencia en el resultado, lo que afectaba al América que había anotado dos como visitante, ¿quién iba a pensar que Morelia hiciera tres? El caso es que todo mundo quedó sorprendido, pues si los protagonistas y el árbitro habían olvidado todo, lo más probable es que el público ni se hubiera enterado de aquel acuerdo.
Y ahora, brincamos 31 años, para instalarnos en el estadio Azteca, para dar trámite a este juego de semifinales cuyo marcador favorece a los Monarcas dos goles a cero. Miguel Herrera en esta ocasión ha mandado al terreno de juego a Guillermo Ochoa, Paúl Aguilar, Bruno Valdez, Emanuel Aguilera, Sebastián Córdova, Renato Ibarra, Guido Rodríguez, Federico Viñas, Andrés Ibargüen, Henry Martín y Richard Sánchez. Mientras que Pablo Guede lo hizo con Sebastian Sosa, Joaquín “Chagui” Martínez, Gabriel Achiller, Fernando Ortiz, Efraín Velarde, Luis Angel “Quic” Mendoza, Rodrigo Millar, Aldo Rocha, Miguel Sansores, Fernando Aristeguieta y Edison Flores.
Tal y como se esperaba, el América, que alineó con Sebastian Córdova como defensa lateral izquierdo, manifestando así su actitud totalmente ofensiva, se lanzó al ataque intentando el descuento lo más rápido posible, ante unos Monarcas que venían preparados para eso y que se mantenían alerta al menor descuido del América en sus constantes salidas, llegando en algunas ocasiones al marco de Ochoa, pero sin lograr conectar correctamente.
Con dos alas como Ibarra e Ibargüen, en las que el América cifraba sus ataques, que eran sin embargo bien controladas por la defensiva purépecha, evitaron hasta el minuto 30 la caída del necesario gol que serviría al América para iniciar la remontada, siendo hasta el 36 de juego cuando Ibarra disparó fuerte y raso, pegando el balón en un defensor caído, engañando totalmente a Sosa que se aprestaba a contener, yendo el balón a parar al fondo de las redes. Y 7 minutos más tarde, una incursión de Roger Martínez terminó con un centro que fue rematado por Viñas con certero cabezazo para igualar el marcador global.
Para la segunda parte, Monarcas lució más ofensivo, pero sin lograr inquietar a Memo Ochoa. Sin embargo, la defensiva crema se vio mal cuando un tiro libre cobrado sobre la puerta crema fue rematado por el jovencito Ortiz para meter el balón en el arco en el que hubiera sido el gol de la calificación, sin embargo el VAR pilló al colombiano en fuera de juego. Igual ocurrió con Roger, quien soltó un impresionante disparo que venció a Sosa, solo que para eso, el delantero se valió del brazo para controlar el balón. Y no hubo más, el tiempo pasó y el empate, igual que hace 31 años dio el pase al América.
Hasta pronto amigo.