/ domingo 3 de octubre de 2021

La ley de hierro de la oligarquía

Se dice que para que una teoría sea válida debe estar comprobada por la realidad, esta semana de forma insospechada dos diputadas que formaban parte de la bancada del partido Morena en el Congreso de Tamaulipas al pasar a incorporarse a las filas del Partido Acción Nacional minutos previos a que diera inicio la actual legislatura corroboraron en los hechos la teoría de la Ley de Hierro de la Oligarquía del teórico Alemán Robert Michels.

La designación como candidatas de la coalición Juntos Haremos Historia en los pasados comicios de las dos diputadas que seleccionaron, una de ellas reelecta por Morena con antecedentes de cercanía con la bancada del PAN; y la otra del PT, solo evidencia que la toma de decisiones para los puestos de elección popular en Morena no son democráticas, por el contrario son oligárquicas cupulares donde deja de jugar un papel importante el perfil, el pasado o el arraigo o fuerza con la gente.

Las diputadas hoy conversas al panismo son producto de las cuotas de poder entre los jefes de las tribus que sin excepción hicieron de la designación de candidaturas una Bacanal Romana abusando de la buena fe de militantes y simpatizantes morenistas que depositan generosa e incondicionalmente su voto en las urnas.

Podrán los protagonistas de esta historia esgrimir en su defensa que han actuado bajo la lógica de la Realpolitik y será cierto, como lo es también que esa línea de acción no se contradice con el carácter democrático y popular con el que cobra vida el movimiento de regeneración nacional y ese es el tema.

Desafortunadamente episodios como estos son más frecuentes de lo deseado en Morena, sin que exista responsabilidad política alguna sobre quienes apadrinan a personajes de toda laya que terminan actuando y votando en contra de lo que el partido que los encumbra representa.

Lo grave no es la traición al ideario que en lo particular han hecho aquellos pequeños personajes que convertidos en diputados y regidores de Morena con su voto o abstención contrariaron la línea política del partido que generosamente les dio la oportunidad, lo verdaderamente grave es el operar disfuncional, antidemocrático y oligárquico de la cúpula que hoy usufructúa la sed de cambio de un porcentaje de la ciudadanía que por lo mismo dejó de ser mayoría.

Solo así se puede entender la forma tan despreocupada con la que actuaron las diputadas apóstatas de la cuarta transformación, ya que finalmente no hubo nada moralmente válido que las retuviesen en las filas de Morena, porque son producto de negociaciones oligárquicas al margen de la base electoral, sin peso social.

Volviendo a Michels, en su obra Partidos Políticos sostiene que tanto en autocracia como en democracia siempre gobernará una minoría y que toda organización política tarde o temprano tiende a volverse oligárquica, ya que las organizaciones políticas pronto dejan de ser un medio para alcanzar determinados objetivos socioeconómicos y se transforman en un fin en sí mismas en dónde la democracia interna pasa a ser un obstáculo.

Lo anterior teoría demostrada con Morena, da al traste con el discurso con el que la clase dirigente del partido busca legitimar sus decisiones tanto al interior como al exterior.

Lo acontecido en días recientes constataría que el partido a dejado de perseguir un objetivo netamente democrático y ha perdido el contacto con su base militante trocando sus objetivos por otros donde solo importa mantenerse en el poder mediante testaferros sin respaldo popular con la traición a flor de piel, esto a partir de un obsceno y rígido verticalismo en la toma de decisiones que de no corregirse sus consecuencias no tardarán en presentarse.

Regeneración.

Se dice que para que una teoría sea válida debe estar comprobada por la realidad, esta semana de forma insospechada dos diputadas que formaban parte de la bancada del partido Morena en el Congreso de Tamaulipas al pasar a incorporarse a las filas del Partido Acción Nacional minutos previos a que diera inicio la actual legislatura corroboraron en los hechos la teoría de la Ley de Hierro de la Oligarquía del teórico Alemán Robert Michels.

La designación como candidatas de la coalición Juntos Haremos Historia en los pasados comicios de las dos diputadas que seleccionaron, una de ellas reelecta por Morena con antecedentes de cercanía con la bancada del PAN; y la otra del PT, solo evidencia que la toma de decisiones para los puestos de elección popular en Morena no son democráticas, por el contrario son oligárquicas cupulares donde deja de jugar un papel importante el perfil, el pasado o el arraigo o fuerza con la gente.

Las diputadas hoy conversas al panismo son producto de las cuotas de poder entre los jefes de las tribus que sin excepción hicieron de la designación de candidaturas una Bacanal Romana abusando de la buena fe de militantes y simpatizantes morenistas que depositan generosa e incondicionalmente su voto en las urnas.

Podrán los protagonistas de esta historia esgrimir en su defensa que han actuado bajo la lógica de la Realpolitik y será cierto, como lo es también que esa línea de acción no se contradice con el carácter democrático y popular con el que cobra vida el movimiento de regeneración nacional y ese es el tema.

Desafortunadamente episodios como estos son más frecuentes de lo deseado en Morena, sin que exista responsabilidad política alguna sobre quienes apadrinan a personajes de toda laya que terminan actuando y votando en contra de lo que el partido que los encumbra representa.

Lo grave no es la traición al ideario que en lo particular han hecho aquellos pequeños personajes que convertidos en diputados y regidores de Morena con su voto o abstención contrariaron la línea política del partido que generosamente les dio la oportunidad, lo verdaderamente grave es el operar disfuncional, antidemocrático y oligárquico de la cúpula que hoy usufructúa la sed de cambio de un porcentaje de la ciudadanía que por lo mismo dejó de ser mayoría.

Solo así se puede entender la forma tan despreocupada con la que actuaron las diputadas apóstatas de la cuarta transformación, ya que finalmente no hubo nada moralmente válido que las retuviesen en las filas de Morena, porque son producto de negociaciones oligárquicas al margen de la base electoral, sin peso social.

Volviendo a Michels, en su obra Partidos Políticos sostiene que tanto en autocracia como en democracia siempre gobernará una minoría y que toda organización política tarde o temprano tiende a volverse oligárquica, ya que las organizaciones políticas pronto dejan de ser un medio para alcanzar determinados objetivos socioeconómicos y se transforman en un fin en sí mismas en dónde la democracia interna pasa a ser un obstáculo.

Lo anterior teoría demostrada con Morena, da al traste con el discurso con el que la clase dirigente del partido busca legitimar sus decisiones tanto al interior como al exterior.

Lo acontecido en días recientes constataría que el partido a dejado de perseguir un objetivo netamente democrático y ha perdido el contacto con su base militante trocando sus objetivos por otros donde solo importa mantenerse en el poder mediante testaferros sin respaldo popular con la traición a flor de piel, esto a partir de un obsceno y rígido verticalismo en la toma de decisiones que de no corregirse sus consecuencias no tardarán en presentarse.

Regeneración.