/ domingo 3 de noviembre de 2019

La teoría del Big Bang


Es probable que el título de este artículo le recuerde al lector –especialmente a los jóvenes– una popular serie de televisión que transmitió su último capítulo hace unos meses.

Sin embargo, no hablaremos de este programa que volvió muy populares a un grupo de nerds, sino de cómo se enunció esta teoría que va de acuerdo con el concepto de creación del universo, presente en todas las religiones.

A continuación revisaremos la vida del científico –curiosamente, también era sacerdote– que intentó explicar el origen del tiempo y del espacio, y quien mereció el reconocimiento del mismo Albert Einstein.

PRIMEROS AÑOS

Georges Lemaitre nació el 17 de julio de 1894, en Charleroi, Bélgica. Sus padres eran católicos y recibió de ellos una sólida formación religiosa. A los pocos años de vida descubrió que quería ser sacerdote. Sin embargo, en el colegio jesuita donde estudiaba, uno de sus profesores le transmite la pasión por las matemáticas, invitándolo a leer los textos originales de los grandes genios de esta ciencia, como Euclides, Euler, Laplace, entre otros.

Lemaitre queda fascinado por estas obras y se da cuenta de que es alguien especial, ya que presenta una maravillosa doble pasión: la religión y la ciencia (las cuales, tal como lo enunció el Papa Juan Pablo II hace unos años, no tienen que ser contrarias, sino que se complementan). Su padre le aconseja estudiar ingeniería, e ingresa a la Universidad de Lovaina en 1911. La Primera Guerra Mundial lo sorprende durante sus estudios, y tiene que suspenderlos para acudir al llamado del ejército de su país –incluso, fue condecorado–. Después de vivir los horrores de la guerra, regresa a continuar con sus estudios universitarios, pero deja la ingeniería para estudiar física y matemáticas.

Lemaitre no abandonó su vocación original e ingresó al Seminario de Malinas, en el cual fue ordenado sacerdote en 1923. Durante sus estudios teológicos, cayó en sus manos un libro sobre la teoría de la relatividad de Albert Einstein. Queda tan maravillado con esta revolucionaria explicación del universo que decide viajar a la Universidad de Cambrid-ge, en Inglaterra, para trabajar como investigador en su observatorio.

En esa universidad inglesa colaboró con Arthur Eddington, uno de los astrofísicos más importantes del siglo XX. Gracias a su talento y don de gentes, consiguió que lo incluyera en sus investigaciones científicas. Además, el interés de ambos por la ciencia y la religión ayudó a que se llevaran muy bien y realizaran una excelente labor en equipo.

Posteriormente, obtiene una beca para estudiar el doctorado en el mítico Massachusetts Institute of Technology (MIT). Después de concluir sus estudios, en 1925 se integra como profesor en la Universidad de Lovaina. Además de sus dotes como investigador, era un maestro muy abierto y simpático, que influyó positivamente en una gran cantidad de alumnos. A partir de la publicación de sus teorías, en 1930, se vuelve un científico reconocido a nivel mundial, y comienza a realizar viajes constantes, especialmente a los Estados Unidos de América.

EL EFECTO DOPPLER

Antes de continuar, comentemos sobre un fenómeno físico, llamado el “efecto Doppler”, el cual fue muy importante para la comprobación de la teoría presentada por Lemaitre. Se le denomina así por el físico austríaco Christian Andreas Doppler. Consiste en el aparente cambio de frecuencia producido por el movimiento relativo de la fuente de sonido respecto del observador. Esto hace que el sonido que emite un objeto que se acerca se vuelva agudo, ya que aumenta su frecuencia, mientras que al alejarse se vuelve grave, ya que su frecuencia disminuye.

Para tener claro lo anterior podemos recordar el sonido característico de un tren cuando pasa cerca de nosotros. El mismo fenómeno sucede con la luz, la cual al acercarse aumenta su frecuencia y su espectro se desplaza hacia el azul, mientras que al alejarse disminuirá su frecuencia, por lo que se mueve hacia el rojo.

EL UNIVERSO EN EXPANSIÓN

A raíz de la publicación de la teoría de la relatividad, se dedujo que el universo era cambiante en el tiempo, algo que a Einstein no le gustó, ya que pensaba en un cosmos estable. Por lo tanto, llevó a cabo algo que nunca debe hacer un científico: trató de adecuar sus resultados a lo que deseaba encontrar. Para lograr esto introdujo una constante en sus ecuaciones, llamada la “constante cosmológica” –años después lo llamó “el peor error de su vida”–.

A partir de los desarrollos de varios matemáticos, Lemaitre trabajó en las ecuaciones de la relatividad y llegó a la conclusión de que el universo se expande. Publicó sus resultados en un artículo en 1927. Sin embargo, no tuvo ningún impacto. La comunidad científica se inclinaba, como Einstein, por un universo estático. La excepción fue Eddington, su mentor de Cambridge, quien estudió sus resultados y quedó convencido, por lo que se convirtió en su principal defensor.

Para 1930, gracias a la labor de Eddington y a la presentación de la teoría de Lemaitre en varias reuniones de científicos, éste se vuelve famoso y sus conclusiones comienzan a ser aceptadas. Además, en 1929, el astrónomo Edwin Hubble comprobó, a partir de observaciones de las estrellas, que su luz presentaba un corrimiento hacia el rojo, lo que, de acuerdo al efecto Doppler, mostraba que se alejaban y, por lo tanto, el universo se expande.

EL BIG BANG

Si el universo se expande, resulta lógico pensar que en algún instante se encontró concentrado en un solo punto. Lemaitre llegó a esta conclusión y la presentó en un artículo de la prestigiada revista Nature, en mayo de 1931. Llamó a su teoría del “huevo cósmico” o del “átomo primigenio”. Hay que mencionar, como dato anecdótico, que el nombre de “Big Bang” se lo dieron en forma despectiva otros científicos, y al final éste fue el término que perduró.

La teoría científica de que el universo tuvo un inicio va de acuerdo con una Creación Divina, por lo que la mayoría de sus colegas la rechazaron o la vieron con recelo, al pensar que se mezclaba la ciencia con la religión. Sin embargo, entre otras observaciones y análisis, en 1964 se descubrió la radiación de fondo, un eco proveniente del instante inicial del universo, con lo que se comprobó la teoría de Lemaitre.

ENCUENTRO CON EINSTEIN

Albert Einstein se opuso a la teoría del Big Bang, a pesar de los intentos de Eddington por convencerlo. En cierta ocasión, Lemaitre se le acercó para hablar sobre ello, a lo que le comentó: “He leído su artículo. Sus cálculos son correctos, pero su física es abominable”. Con el tiempo suavizó su postura y reconoció la aportación del sacerdote científico. En otra ocasión, al término de una conferencia, comentó: “Supongo que no entendieron nada, a excepción, claro, del abate Lemaitre”. Tiempo después, al finalizar una presentación en la que Lemaitre mostró su teoría del Big Bang, Einstein le dijo: “Ésta es la más hermosa explicación de la Creación que haya escuchado”.

CIENCIA Y RELIGIÓN

Obviamente, la fama de Lemaitre y su teoría del Big Bang llegaron a la Ciudad del Vaticano. Fue nombrado asesor del Papa Pío XII y miembro de la Academia Pontificia de las Ciencias. El Papa intentó utilizar la teoría de Lemaitre para hablar de una comprobación científica del origen divino del universo, pero éste se opuso y aclaró la situación ante varios prelados del Vaticano. Posteriormente, Pío XII evitó convertir al big bang en un dogma de fe.

EL LEGADO

A pesar de que su teoría va de acuerdo con un inicio y, por lo tanto, una creación del universo, Lemaitre jamás trató de usar la ciencia en beneficio de la religión. Estaba convencido de que son dos caminos diferentes que convergen en la búsqueda de la verdad. Comentaba que nunca podrá reducirse al Ser Supremo a una hipótesis científica. Georges Lemaitre falleció el 20 de junio de 1966, en Lovaina. Dejemos aquí el reconocimiento para este gran científico y sacerdote, quien nos proporcionó una idea de la creación del universo.

e-mail: @rodolfoechavarria

eluniversodemaxwell.com


Ésta es la más hermosa explicación de la Creación que haya escuchado

Albert Einstein



Es probable que el título de este artículo le recuerde al lector –especialmente a los jóvenes– una popular serie de televisión que transmitió su último capítulo hace unos meses.

Sin embargo, no hablaremos de este programa que volvió muy populares a un grupo de nerds, sino de cómo se enunció esta teoría que va de acuerdo con el concepto de creación del universo, presente en todas las religiones.

A continuación revisaremos la vida del científico –curiosamente, también era sacerdote– que intentó explicar el origen del tiempo y del espacio, y quien mereció el reconocimiento del mismo Albert Einstein.

PRIMEROS AÑOS

Georges Lemaitre nació el 17 de julio de 1894, en Charleroi, Bélgica. Sus padres eran católicos y recibió de ellos una sólida formación religiosa. A los pocos años de vida descubrió que quería ser sacerdote. Sin embargo, en el colegio jesuita donde estudiaba, uno de sus profesores le transmite la pasión por las matemáticas, invitándolo a leer los textos originales de los grandes genios de esta ciencia, como Euclides, Euler, Laplace, entre otros.

Lemaitre queda fascinado por estas obras y se da cuenta de que es alguien especial, ya que presenta una maravillosa doble pasión: la religión y la ciencia (las cuales, tal como lo enunció el Papa Juan Pablo II hace unos años, no tienen que ser contrarias, sino que se complementan). Su padre le aconseja estudiar ingeniería, e ingresa a la Universidad de Lovaina en 1911. La Primera Guerra Mundial lo sorprende durante sus estudios, y tiene que suspenderlos para acudir al llamado del ejército de su país –incluso, fue condecorado–. Después de vivir los horrores de la guerra, regresa a continuar con sus estudios universitarios, pero deja la ingeniería para estudiar física y matemáticas.

Lemaitre no abandonó su vocación original e ingresó al Seminario de Malinas, en el cual fue ordenado sacerdote en 1923. Durante sus estudios teológicos, cayó en sus manos un libro sobre la teoría de la relatividad de Albert Einstein. Queda tan maravillado con esta revolucionaria explicación del universo que decide viajar a la Universidad de Cambrid-ge, en Inglaterra, para trabajar como investigador en su observatorio.

En esa universidad inglesa colaboró con Arthur Eddington, uno de los astrofísicos más importantes del siglo XX. Gracias a su talento y don de gentes, consiguió que lo incluyera en sus investigaciones científicas. Además, el interés de ambos por la ciencia y la religión ayudó a que se llevaran muy bien y realizaran una excelente labor en equipo.

Posteriormente, obtiene una beca para estudiar el doctorado en el mítico Massachusetts Institute of Technology (MIT). Después de concluir sus estudios, en 1925 se integra como profesor en la Universidad de Lovaina. Además de sus dotes como investigador, era un maestro muy abierto y simpático, que influyó positivamente en una gran cantidad de alumnos. A partir de la publicación de sus teorías, en 1930, se vuelve un científico reconocido a nivel mundial, y comienza a realizar viajes constantes, especialmente a los Estados Unidos de América.

EL EFECTO DOPPLER

Antes de continuar, comentemos sobre un fenómeno físico, llamado el “efecto Doppler”, el cual fue muy importante para la comprobación de la teoría presentada por Lemaitre. Se le denomina así por el físico austríaco Christian Andreas Doppler. Consiste en el aparente cambio de frecuencia producido por el movimiento relativo de la fuente de sonido respecto del observador. Esto hace que el sonido que emite un objeto que se acerca se vuelva agudo, ya que aumenta su frecuencia, mientras que al alejarse se vuelve grave, ya que su frecuencia disminuye.

Para tener claro lo anterior podemos recordar el sonido característico de un tren cuando pasa cerca de nosotros. El mismo fenómeno sucede con la luz, la cual al acercarse aumenta su frecuencia y su espectro se desplaza hacia el azul, mientras que al alejarse disminuirá su frecuencia, por lo que se mueve hacia el rojo.

EL UNIVERSO EN EXPANSIÓN

A raíz de la publicación de la teoría de la relatividad, se dedujo que el universo era cambiante en el tiempo, algo que a Einstein no le gustó, ya que pensaba en un cosmos estable. Por lo tanto, llevó a cabo algo que nunca debe hacer un científico: trató de adecuar sus resultados a lo que deseaba encontrar. Para lograr esto introdujo una constante en sus ecuaciones, llamada la “constante cosmológica” –años después lo llamó “el peor error de su vida”–.

A partir de los desarrollos de varios matemáticos, Lemaitre trabajó en las ecuaciones de la relatividad y llegó a la conclusión de que el universo se expande. Publicó sus resultados en un artículo en 1927. Sin embargo, no tuvo ningún impacto. La comunidad científica se inclinaba, como Einstein, por un universo estático. La excepción fue Eddington, su mentor de Cambridge, quien estudió sus resultados y quedó convencido, por lo que se convirtió en su principal defensor.

Para 1930, gracias a la labor de Eddington y a la presentación de la teoría de Lemaitre en varias reuniones de científicos, éste se vuelve famoso y sus conclusiones comienzan a ser aceptadas. Además, en 1929, el astrónomo Edwin Hubble comprobó, a partir de observaciones de las estrellas, que su luz presentaba un corrimiento hacia el rojo, lo que, de acuerdo al efecto Doppler, mostraba que se alejaban y, por lo tanto, el universo se expande.

EL BIG BANG

Si el universo se expande, resulta lógico pensar que en algún instante se encontró concentrado en un solo punto. Lemaitre llegó a esta conclusión y la presentó en un artículo de la prestigiada revista Nature, en mayo de 1931. Llamó a su teoría del “huevo cósmico” o del “átomo primigenio”. Hay que mencionar, como dato anecdótico, que el nombre de “Big Bang” se lo dieron en forma despectiva otros científicos, y al final éste fue el término que perduró.

La teoría científica de que el universo tuvo un inicio va de acuerdo con una Creación Divina, por lo que la mayoría de sus colegas la rechazaron o la vieron con recelo, al pensar que se mezclaba la ciencia con la religión. Sin embargo, entre otras observaciones y análisis, en 1964 se descubrió la radiación de fondo, un eco proveniente del instante inicial del universo, con lo que se comprobó la teoría de Lemaitre.

ENCUENTRO CON EINSTEIN

Albert Einstein se opuso a la teoría del Big Bang, a pesar de los intentos de Eddington por convencerlo. En cierta ocasión, Lemaitre se le acercó para hablar sobre ello, a lo que le comentó: “He leído su artículo. Sus cálculos son correctos, pero su física es abominable”. Con el tiempo suavizó su postura y reconoció la aportación del sacerdote científico. En otra ocasión, al término de una conferencia, comentó: “Supongo que no entendieron nada, a excepción, claro, del abate Lemaitre”. Tiempo después, al finalizar una presentación en la que Lemaitre mostró su teoría del Big Bang, Einstein le dijo: “Ésta es la más hermosa explicación de la Creación que haya escuchado”.

CIENCIA Y RELIGIÓN

Obviamente, la fama de Lemaitre y su teoría del Big Bang llegaron a la Ciudad del Vaticano. Fue nombrado asesor del Papa Pío XII y miembro de la Academia Pontificia de las Ciencias. El Papa intentó utilizar la teoría de Lemaitre para hablar de una comprobación científica del origen divino del universo, pero éste se opuso y aclaró la situación ante varios prelados del Vaticano. Posteriormente, Pío XII evitó convertir al big bang en un dogma de fe.

EL LEGADO

A pesar de que su teoría va de acuerdo con un inicio y, por lo tanto, una creación del universo, Lemaitre jamás trató de usar la ciencia en beneficio de la religión. Estaba convencido de que son dos caminos diferentes que convergen en la búsqueda de la verdad. Comentaba que nunca podrá reducirse al Ser Supremo a una hipótesis científica. Georges Lemaitre falleció el 20 de junio de 1966, en Lovaina. Dejemos aquí el reconocimiento para este gran científico y sacerdote, quien nos proporcionó una idea de la creación del universo.

e-mail: @rodolfoechavarria

eluniversodemaxwell.com


Ésta es la más hermosa explicación de la Creación que haya escuchado

Albert Einstein