/ sábado 14 de diciembre de 2019

La verdad es útil a quien la escucha, pero desventajosa a quien la dice ya que lo hace odioso


Que rápido pasa el tiempo. Se jugaba el Apertura 2005 y he de decirles que no ha habido otro torneo en el que haya estado en más desacuerdo con Miguel Herrera en aquel entonces era el encargado de la dirección técnica de los Rayados de Monterrey, a los cuales había metido en la Liguilla, y ya en finales, en el juego de ida, había sacado el empate en un extraordinario juego que terminó tres a tres en el mismísimo infierno de la “Bombonera”, el Nemesio Diez. Con este resultado, toda la ciudad de Monterrey sentía la seguridad de que en el juego de vuelta, el Monterrey vencería a los Diablos de Toluca, y ahí se coronaria como Campeón del Apertura 2005.

En aquella ocasión, se habían calificado para entrar a la Liguilla, 1- América, 2- Monterrey, 3- Necaxa, 4- Cruz Azul, 5- Toluca, 6- Pachuca, 7- Tecos, 8- Tigres. El América había terminado como líder general y lucía impresionante, sin embargo, eliminó a Tigres solo para que los eliminara el otro equipo regio, el Monterrey, mientras que el Toluca dejó fuera al Pachuca. Iniciaron las finales en Toluca, en donde el Monterrey sacó un empate a tres que parecía definitivo, pues Monterrey había librado el obstáculo principal, salir vivo del infierno rojo y anotando tres goles como visitante.

Sin embargo, una cosa fue el Monterrey que vimos en Toluca y otro bien distinto el de Monterrey. Aquello no tenía más explicación que culpar al preparador físico de Rayados de una pésima preparación, nunca hubo mayor oportunidad de hablar de un tamaño de resultados que entonces. Los jugadores rayados parecían zombis, incluso el portero lució como dormido al recibir el primer gol, que si bien fue un disparo fuerte, se le fue entre las piernas no por lo fuerte, sino por lo mal parado para recibir el disparo.

Los equipos habían saltado al campo con los siguientes jugadores, el Monterrey inició con Christian Martínez, José González, Felipe Baloy, Diego Ordaz, Severo Meza, Walter Herviti, Julio César Pinheiro, Luis Ernesto Pérez, Jesús Arellano, Guillermo Franco y Paulo Serafín, director técnico Miguel “Piojo” Herrera... Y Toluca alineó con: Hernán Cristante, José Cruzalta, Manuel Alejandro de la Torre, Paulo da Silva, Israel López, Vicente Sánchez, Sinha, Ariel Javier Rosada, Carlos Esquivel y Francisco Gamboa, dirigidos por Américo “El Tolo” Gallego. El árbitro del juego fue el prepotente “Chiquidrácula” Marco Antonio Rodríguez.

Y claro, el protagonista del juego lo fue el “Chiquidrácula” quien en el primer tiempo ya había expulsado a Paulo Serafín y, no conforme, apenas iniciado el segundo tiempo echó al Chícharo González y al minuto 74 a Luis Pérez... Los goles fueron de Vicente Sánchez cuando Rayados jugaba ya con nueve hombres, el segundo también fue de Vicente y el tercero de Ezequiel Díaz. Apenas terminó el juego, Miguel Herrera renunció a la dirección, aunque la directiva del Monterrey había decidido renovarle el contrato.

Podríamos decir que lo peor que le ocurrió al Monterrey fue que “El Chiquidrácula” les pitara ese juego, pero independientemente de eso, no era posible que los mismos jugadores que en el partido anterior habían entusiasmado a todo mundo, en esta ocasión lucieran como unos verdaderos chambones irresponsables. Pero lo que debo establecer es la responsabilidad que en todo esto tuvo el “Piojo”, pues es muy raro que un equipo cambie de un juego a otro como ocurrió en esta ocasisón. Lo que sí hizo mal, es que como es su costumbre, al hablar de frente y no quedarse con nada, dejó mal parados a varios jugadores a quienes tildó de irresponsables.

Aquel era un muy buen equipo que hasta ese último juego, todo lo había hecho bien, teniendo en Felipe Baloy, Luis Ernesto Pérez, Walter Herviti, Jesús Arellano y Guillermo Franco a sus jugadores más importantes, que lograron ganarse a la afición regiomontana, a la que dejaron enmudecida con esa extraña actuación. Hoy todo ha cambiado, menos Miguel Herrera, quien mejorando para bien en su trabajo, que es buscar que su equipo juegue correctamente, que guste y que gane, sigue pensando que para ganar una discusión debe de hacerlo gritando y no como lo aconseja Rabindranath Tagore: “No admito que la verdad esté de parte de quien grita más y, me avergüenzo de una institución que necesita de la fuerza para hacerse entender”.

En fin, dos grandes equipos dirigidos por dos grandes directores técnicos, que además son grandes amigos (jugaron juntos para Neza), se enfrentarán el 26 y el 29 para tener al Campeón del Apertura 2019 y, créanme, no tengo favorito.

Hasta pronto amigo.


Que rápido pasa el tiempo. Se jugaba el Apertura 2005 y he de decirles que no ha habido otro torneo en el que haya estado en más desacuerdo con Miguel Herrera en aquel entonces era el encargado de la dirección técnica de los Rayados de Monterrey, a los cuales había metido en la Liguilla, y ya en finales, en el juego de ida, había sacado el empate en un extraordinario juego que terminó tres a tres en el mismísimo infierno de la “Bombonera”, el Nemesio Diez. Con este resultado, toda la ciudad de Monterrey sentía la seguridad de que en el juego de vuelta, el Monterrey vencería a los Diablos de Toluca, y ahí se coronaria como Campeón del Apertura 2005.

En aquella ocasión, se habían calificado para entrar a la Liguilla, 1- América, 2- Monterrey, 3- Necaxa, 4- Cruz Azul, 5- Toluca, 6- Pachuca, 7- Tecos, 8- Tigres. El América había terminado como líder general y lucía impresionante, sin embargo, eliminó a Tigres solo para que los eliminara el otro equipo regio, el Monterrey, mientras que el Toluca dejó fuera al Pachuca. Iniciaron las finales en Toluca, en donde el Monterrey sacó un empate a tres que parecía definitivo, pues Monterrey había librado el obstáculo principal, salir vivo del infierno rojo y anotando tres goles como visitante.

Sin embargo, una cosa fue el Monterrey que vimos en Toluca y otro bien distinto el de Monterrey. Aquello no tenía más explicación que culpar al preparador físico de Rayados de una pésima preparación, nunca hubo mayor oportunidad de hablar de un tamaño de resultados que entonces. Los jugadores rayados parecían zombis, incluso el portero lució como dormido al recibir el primer gol, que si bien fue un disparo fuerte, se le fue entre las piernas no por lo fuerte, sino por lo mal parado para recibir el disparo.

Los equipos habían saltado al campo con los siguientes jugadores, el Monterrey inició con Christian Martínez, José González, Felipe Baloy, Diego Ordaz, Severo Meza, Walter Herviti, Julio César Pinheiro, Luis Ernesto Pérez, Jesús Arellano, Guillermo Franco y Paulo Serafín, director técnico Miguel “Piojo” Herrera... Y Toluca alineó con: Hernán Cristante, José Cruzalta, Manuel Alejandro de la Torre, Paulo da Silva, Israel López, Vicente Sánchez, Sinha, Ariel Javier Rosada, Carlos Esquivel y Francisco Gamboa, dirigidos por Américo “El Tolo” Gallego. El árbitro del juego fue el prepotente “Chiquidrácula” Marco Antonio Rodríguez.

Y claro, el protagonista del juego lo fue el “Chiquidrácula” quien en el primer tiempo ya había expulsado a Paulo Serafín y, no conforme, apenas iniciado el segundo tiempo echó al Chícharo González y al minuto 74 a Luis Pérez... Los goles fueron de Vicente Sánchez cuando Rayados jugaba ya con nueve hombres, el segundo también fue de Vicente y el tercero de Ezequiel Díaz. Apenas terminó el juego, Miguel Herrera renunció a la dirección, aunque la directiva del Monterrey había decidido renovarle el contrato.

Podríamos decir que lo peor que le ocurrió al Monterrey fue que “El Chiquidrácula” les pitara ese juego, pero independientemente de eso, no era posible que los mismos jugadores que en el partido anterior habían entusiasmado a todo mundo, en esta ocasión lucieran como unos verdaderos chambones irresponsables. Pero lo que debo establecer es la responsabilidad que en todo esto tuvo el “Piojo”, pues es muy raro que un equipo cambie de un juego a otro como ocurrió en esta ocasisón. Lo que sí hizo mal, es que como es su costumbre, al hablar de frente y no quedarse con nada, dejó mal parados a varios jugadores a quienes tildó de irresponsables.

Aquel era un muy buen equipo que hasta ese último juego, todo lo había hecho bien, teniendo en Felipe Baloy, Luis Ernesto Pérez, Walter Herviti, Jesús Arellano y Guillermo Franco a sus jugadores más importantes, que lograron ganarse a la afición regiomontana, a la que dejaron enmudecida con esa extraña actuación. Hoy todo ha cambiado, menos Miguel Herrera, quien mejorando para bien en su trabajo, que es buscar que su equipo juegue correctamente, que guste y que gane, sigue pensando que para ganar una discusión debe de hacerlo gritando y no como lo aconseja Rabindranath Tagore: “No admito que la verdad esté de parte de quien grita más y, me avergüenzo de una institución que necesita de la fuerza para hacerse entender”.

En fin, dos grandes equipos dirigidos por dos grandes directores técnicos, que además son grandes amigos (jugaron juntos para Neza), se enfrentarán el 26 y el 29 para tener al Campeón del Apertura 2019 y, créanme, no tengo favorito.

Hasta pronto amigo.