/ sábado 31 de octubre de 2020

Letra Pública | La última biografía sobre Gabo

Acabo de leer un interesante artículo del destacado periodista y escritor argentino Tomás Eloy Martínez, quien radicó hasta su muerte en los Estados Unidos, en una zona residencial de Nueva York desde la época de la dictadura militar en la República Argentina que se vivió en los años 80's, donde cuenta que García Márquez encontró por fin quién le escriba. Esto es en una franca alusión a la célebre novela llevada al cinematógrafo y considerada uno de los libros sagrados del escritor colombiano.

Me refiero a la segunda novela que Gabo escribió después de "La Hojarasca" que lleva como nombre "El Coronel no tiene quién le escriba", que es la trama de un militar retirado que había participado en la guerra de los mil días cuando Colombia se debatía entre una lucha fratricida entre conservadores y liberales y cada lunes el coronel acudía a la oficina del correo a preguntar si había correspondencia para él; durante toda su vida jamás recibió una carta en la que esperaba llegara la pensión prometida por haber defendido a la patria.

En su artículo Eloy Martínez se remite para explicar la razón del título de esta colaboración a una nueva biografía editada en Buenos Aires y en España simultáneamente por el escritor inglés Gerarld Martin, que durante 25 años sistemáticamente estuvo tras de García Márquez para conseguir la autorización para que escribiera una biografía autorizada por el premio Nobel de Literatura. Esto nunca ocurrió, por lo tanto el académico inglés asegura en su biografía que ya está circulando que su trabajo no es una investigación autorizada sino más bien tolerada.

Me parece muy correcto la apreciación de este notable hombre de letras que radica en Londres y que durante 25 años estuvo sistemáticamente tras de García Márquez y Mercedes Barcha, su esposa, para que Gabo platicara con él y le contara las tres facetas que todo escritor tiene: La vida pública, la vida privada y la vida secreta. Desde un principio Mercedes Barcha mostró hartazgo por este anglosajón insistente que en descargo argumentaba ser un fanático de la obra del Nobel colombiano, y como prueba presentaba haber formado parte de las 2 únicas personas que en 1967 después de publicado en Buenos Aires "Cien Años de Soledad" que estaban en el aeropuerto junto con el editor Francisco Porrúa, esperando a Gabriel García Márquez para llevarlo a su hotel.

Después del "boom" que levantó esta obra literaria jamás se pudo acercar a Gabo porque siempre andaba rodeado de una multitud de celebridades a quien el premio Nobel atendía sin mirar a este profesor inglés un solo instante.

El arte de la biografía es una actividad que dominan con bastante habilidad -dicen los expertos- los escritores anglosajones. Yo prefiero entre los biógrafos que pudieran ser fieles representantes del mundo referido a León Edel, autor de la biografía de Henry James. Richard Ellman, autor de la biografía de James Joyce y Oscar Wilde o Joshep Blotner, quien hizo la biografía de la vida de William Faulkner y Stefan Sweig.

Este escritor alemán judío (me refiero a Sweig) que junto con su mujer se suicidó en Brasil ante la incapacidad de soportar el horror del holocausto que realizó Adolfo Hitler contra el pueblo semita fue sin duda el escritor preferido de mi generación.

Stefan escribió estupendamente la biografía de Freud, Napoleón y otras celebridades, pero en especial hubo una biografía que casi todos leímos y que era un texto de cabecera para los que nos interesábamos en las cosas públicas: La biografía que realizó sobre Joseph Fouché, aquel genio negro, (no de la téz), sino en su conciencia y que fue el jefe de inteligencia de Napoleón, con una habilidad para saberlo todo antes de que Francia se levantara a desayunar. Este político francés que le tocó vivir una vida miserable en su juventud por dos razones: Su fealdad (era un hombre espantosamente deturpado) y su pobreza; logró sobrevivir el horror que significó el gobierno de Robespierre, cuando participó en la votación en la comuna que podía salvar la cabeza de Luis XIV, votó porque el monarca fuera decapitado y se instaló inmediatamente en el gabinete de Robespierre, para posteriormente convertirse en el jefe de policía durante el imperio de Napoleón; repitiendo todos los días a sus asistentes a quien les exigía la información de que había pasado en la noche anterior, "Recuerden que he salvado mi cabeza porque yo sé antes que nadie todo lo que me importa y lo que no me importa". "Por eso díganme qué mujer de la corte pasó la noche con algún caballerango".

Otros biógrafos excelentes han sido los franceses que con un esplendor incomparable han iluminado la obra de Proust, pero en ese terreno también han competido con un formidable biógrafo inglés como George Painter, quien ha redactado biografías notables sobre escritores latinoamericanos como Borges, Manuel Puig y Miguel Ángel Asturias.

En la biografía que escribe Gerarld Marti, sobre García Márquez toca los temas públicos y privados más no la vida secreta de Gabo, entrevista a sus dos hijos, a sus 16 hermanos, a sus amigos, entre ellos el comandante Fidel Castro y no encontró uno solo que dijese algo que pudiera servir de anatema en demérito de García Márquez.

Jorge Luis Borges, quien ha sido un dolor de cabeza para muchos políticos mexicanos, ignorantes y torpes como Vicente Fox y otros, aseguraba que: "La obra más importante de un escritor es la imagen que deja de sí mismo en la memoria de los hombres". En este tema creo que García Márquez ha tenido una extrema conciencia de su importancia histórica y hasta algunas de sus conversaciones incidentales entre amigos están dichas con la pretensión de que puedan ser una opinión sobre lo que piensa de los desniveles sociales del mundo y que merecen ser impresas.

notario177@msn.com

Acabo de leer un interesante artículo del destacado periodista y escritor argentino Tomás Eloy Martínez, quien radicó hasta su muerte en los Estados Unidos, en una zona residencial de Nueva York desde la época de la dictadura militar en la República Argentina que se vivió en los años 80's, donde cuenta que García Márquez encontró por fin quién le escriba. Esto es en una franca alusión a la célebre novela llevada al cinematógrafo y considerada uno de los libros sagrados del escritor colombiano.

Me refiero a la segunda novela que Gabo escribió después de "La Hojarasca" que lleva como nombre "El Coronel no tiene quién le escriba", que es la trama de un militar retirado que había participado en la guerra de los mil días cuando Colombia se debatía entre una lucha fratricida entre conservadores y liberales y cada lunes el coronel acudía a la oficina del correo a preguntar si había correspondencia para él; durante toda su vida jamás recibió una carta en la que esperaba llegara la pensión prometida por haber defendido a la patria.

En su artículo Eloy Martínez se remite para explicar la razón del título de esta colaboración a una nueva biografía editada en Buenos Aires y en España simultáneamente por el escritor inglés Gerarld Martin, que durante 25 años sistemáticamente estuvo tras de García Márquez para conseguir la autorización para que escribiera una biografía autorizada por el premio Nobel de Literatura. Esto nunca ocurrió, por lo tanto el académico inglés asegura en su biografía que ya está circulando que su trabajo no es una investigación autorizada sino más bien tolerada.

Me parece muy correcto la apreciación de este notable hombre de letras que radica en Londres y que durante 25 años estuvo sistemáticamente tras de García Márquez y Mercedes Barcha, su esposa, para que Gabo platicara con él y le contara las tres facetas que todo escritor tiene: La vida pública, la vida privada y la vida secreta. Desde un principio Mercedes Barcha mostró hartazgo por este anglosajón insistente que en descargo argumentaba ser un fanático de la obra del Nobel colombiano, y como prueba presentaba haber formado parte de las 2 únicas personas que en 1967 después de publicado en Buenos Aires "Cien Años de Soledad" que estaban en el aeropuerto junto con el editor Francisco Porrúa, esperando a Gabriel García Márquez para llevarlo a su hotel.

Después del "boom" que levantó esta obra literaria jamás se pudo acercar a Gabo porque siempre andaba rodeado de una multitud de celebridades a quien el premio Nobel atendía sin mirar a este profesor inglés un solo instante.

El arte de la biografía es una actividad que dominan con bastante habilidad -dicen los expertos- los escritores anglosajones. Yo prefiero entre los biógrafos que pudieran ser fieles representantes del mundo referido a León Edel, autor de la biografía de Henry James. Richard Ellman, autor de la biografía de James Joyce y Oscar Wilde o Joshep Blotner, quien hizo la biografía de la vida de William Faulkner y Stefan Sweig.

Este escritor alemán judío (me refiero a Sweig) que junto con su mujer se suicidó en Brasil ante la incapacidad de soportar el horror del holocausto que realizó Adolfo Hitler contra el pueblo semita fue sin duda el escritor preferido de mi generación.

Stefan escribió estupendamente la biografía de Freud, Napoleón y otras celebridades, pero en especial hubo una biografía que casi todos leímos y que era un texto de cabecera para los que nos interesábamos en las cosas públicas: La biografía que realizó sobre Joseph Fouché, aquel genio negro, (no de la téz), sino en su conciencia y que fue el jefe de inteligencia de Napoleón, con una habilidad para saberlo todo antes de que Francia se levantara a desayunar. Este político francés que le tocó vivir una vida miserable en su juventud por dos razones: Su fealdad (era un hombre espantosamente deturpado) y su pobreza; logró sobrevivir el horror que significó el gobierno de Robespierre, cuando participó en la votación en la comuna que podía salvar la cabeza de Luis XIV, votó porque el monarca fuera decapitado y se instaló inmediatamente en el gabinete de Robespierre, para posteriormente convertirse en el jefe de policía durante el imperio de Napoleón; repitiendo todos los días a sus asistentes a quien les exigía la información de que había pasado en la noche anterior, "Recuerden que he salvado mi cabeza porque yo sé antes que nadie todo lo que me importa y lo que no me importa". "Por eso díganme qué mujer de la corte pasó la noche con algún caballerango".

Otros biógrafos excelentes han sido los franceses que con un esplendor incomparable han iluminado la obra de Proust, pero en ese terreno también han competido con un formidable biógrafo inglés como George Painter, quien ha redactado biografías notables sobre escritores latinoamericanos como Borges, Manuel Puig y Miguel Ángel Asturias.

En la biografía que escribe Gerarld Marti, sobre García Márquez toca los temas públicos y privados más no la vida secreta de Gabo, entrevista a sus dos hijos, a sus 16 hermanos, a sus amigos, entre ellos el comandante Fidel Castro y no encontró uno solo que dijese algo que pudiera servir de anatema en demérito de García Márquez.

Jorge Luis Borges, quien ha sido un dolor de cabeza para muchos políticos mexicanos, ignorantes y torpes como Vicente Fox y otros, aseguraba que: "La obra más importante de un escritor es la imagen que deja de sí mismo en la memoria de los hombres". En este tema creo que García Márquez ha tenido una extrema conciencia de su importancia histórica y hasta algunas de sus conversaciones incidentales entre amigos están dichas con la pretensión de que puedan ser una opinión sobre lo que piensa de los desniveles sociales del mundo y que merecen ser impresas.

notario177@msn.com