/ sábado 12 de diciembre de 2020

Letra pública | Sentimientos

El imperio de los sentimientos es poderoso y dramático. Los sentimientos nos llenan de una fortaleza espiritual que nos permite llevar a cabo tareas superiores. Por esto le quiero contar una historia que leí en un periódico colombiano que me llenó de asombro y que sinceramente me conmovió:

Una pobre mujer, vestida con tan solo una bata, escapó del hospital psiquiátrico donde se encontraba. Como pudo llegó a la estación del ferrocarril, sorprendió al maquinista y se robó la locomotora, gritándole a todos que lo hacía porque iba a ver a su compañero, a desearle que fuera feliz. Cuando llegaron los policías a detenerla, ella, sin temor alguno, los miró a los ojos y les dijo retadora: ¿Ustedes nunca han hecho nada por amor?

El mundo que vivimos no es precisamente lo que queremos para las generaciones que vienen. El mundo que vivimos está lleno de problemas y obstáculos, porque así lo hemos ido nosotros construyendo.

Algunos sectores de la juventud sufren por la falta de oportunidades, andan caminando por las calles, buscando trabajo, confundiendo su desempleo con ideología antisistema.

La gravedad de la crisis nos afecta social y económicamente. Pero lo más peligroso es que hemos enfermado los cielos y la tierra: Nuestro planeta se encuentra en estado grave. Si no se toman medidas urgentes vamos en camino de no poder llegar a respirar. El oxígeno disminuye de modo irreversible por el ácido carbónico de autos y fábricas y por la devastación de los bosques.

El hombre necesita de los árboles para vivir, esto parece no importarle a quienes están talando las selvas del Amazonas y las grandes reservas del mundo. Corremos el riesgo de consumir vegetales contaminados por plaguicidas que destruyen el hígado, los riñones y afectan el sistema nervioso y los ojos.

El agujero de ozono ya tiene el tamaño del continente africano, y produce el calentamiento del planeta, lo hemos creado nosotros, por la emisión de gases industriales y por el efecto de invernadero: El planeta está en peligro.

En estos momentos en que el año entra en su recta final, sería saludable para nosotros que fuéramos un poco como la mujer con la que inicié este perfil, y tratáramos de hacer con nuestra familia, nuestra sociedad, nuestro planeta, un esfuerzo, para demostrarles nuestro amor.

notario177@msn.com

El imperio de los sentimientos es poderoso y dramático. Los sentimientos nos llenan de una fortaleza espiritual que nos permite llevar a cabo tareas superiores. Por esto le quiero contar una historia que leí en un periódico colombiano que me llenó de asombro y que sinceramente me conmovió:

Una pobre mujer, vestida con tan solo una bata, escapó del hospital psiquiátrico donde se encontraba. Como pudo llegó a la estación del ferrocarril, sorprendió al maquinista y se robó la locomotora, gritándole a todos que lo hacía porque iba a ver a su compañero, a desearle que fuera feliz. Cuando llegaron los policías a detenerla, ella, sin temor alguno, los miró a los ojos y les dijo retadora: ¿Ustedes nunca han hecho nada por amor?

El mundo que vivimos no es precisamente lo que queremos para las generaciones que vienen. El mundo que vivimos está lleno de problemas y obstáculos, porque así lo hemos ido nosotros construyendo.

Algunos sectores de la juventud sufren por la falta de oportunidades, andan caminando por las calles, buscando trabajo, confundiendo su desempleo con ideología antisistema.

La gravedad de la crisis nos afecta social y económicamente. Pero lo más peligroso es que hemos enfermado los cielos y la tierra: Nuestro planeta se encuentra en estado grave. Si no se toman medidas urgentes vamos en camino de no poder llegar a respirar. El oxígeno disminuye de modo irreversible por el ácido carbónico de autos y fábricas y por la devastación de los bosques.

El hombre necesita de los árboles para vivir, esto parece no importarle a quienes están talando las selvas del Amazonas y las grandes reservas del mundo. Corremos el riesgo de consumir vegetales contaminados por plaguicidas que destruyen el hígado, los riñones y afectan el sistema nervioso y los ojos.

El agujero de ozono ya tiene el tamaño del continente africano, y produce el calentamiento del planeta, lo hemos creado nosotros, por la emisión de gases industriales y por el efecto de invernadero: El planeta está en peligro.

En estos momentos en que el año entra en su recta final, sería saludable para nosotros que fuéramos un poco como la mujer con la que inicié este perfil, y tratáramos de hacer con nuestra familia, nuestra sociedad, nuestro planeta, un esfuerzo, para demostrarles nuestro amor.

notario177@msn.com