Ramón es un joven de 25 años, que está atrapado en las garras del alcoholismo. Este joven ya perdió a su esposa y a su pequeño hijo de 2 años, que al separarse los papás quedó bajo la custodia de la mamá. La esposa de Ramón no soportó el abandono en el que vivía y solicitó el divorcio que se le otorgó sin mayor problema. Para Ramón este divorcio fue un fuerte empujón al abismo del alcoholismo. Bebió desesperadamente y terminó en el hospital víctima de una congestión.
Ramón tiene un tío que es miembro de la comunidad de alcohólicos anónimos desde hace 10 años y está muy interesado en que Ramón conozca A.A. para que pueda dejar de consumir alcohol por el resto de su vida. Bartolomé, que es el nombre el tío, visitó a Ramón en el hospital y le invitó una vez más a una reunión de A.A. Ramón le preguntó a su tío: ¿cómo funciona alcohólicos anónimos?
AA funciona, le contesta Bartolomé, en grupos de autoayuda, que se reúnen todos los días. Algunos lo hacen cada tercer día . La reunión dura dos horas y normalmente se inicia a las 7 de la noche. Aunque hay algunos grupos que inician su reunión a las 8 u 8:30 de la noche. Hay también reuniones durante el día, aunque son escasas. La intención es que haya reunión en todo momento para que todo alcohólico anónimo tenga la oportunidad de tener un horario de reunión de acuerdo a sus posibilidades.
El contenido de las reuniones es por demás interesante. Bajo la guía de un coordinador la junta da inicio con la lectura de un tema previamente establecido. Cada miembro participa desde una tribuna y durante diez minutos comenta el tema que se leyó sugiriendo aplicaciones prácticas a los asistentes. También es libre de compartir su problema emocional que más lo molesta en ese momento. Hace un rápido análisis de las causas y cuál puede ser la solución desde la óptica del programa de alcohólicos anónimos. Aplica un pequeño proceso que se enuncia: detecto, admito y corrijo. Mientras una persona expone su catarsis desde la tribuna, el resto de la concurrencia escucha en silencio saboreando un café o té, que otro compañero le ofrece en su propia silla.
Los temas que se van leyendo al inicio de las reuniones, son los que constituyen la doctrina de A.A., es decir los doce Pasos, Las doce Tradiciones y los Doce Conceptos. También hay otros libros que son utilizados en estas reuniones como: Viviendo Sobrio, Llegamos a Creer y El Lenguaje del Corazón.
El proceso de recuperación de cada alcohólico anónimo se consolida con el apoyo de un asesor, que dentro del argot de A.A. se llama Padrino y es una persona que ya tiene experiencia en los procesos de A.A. Cada miembro escoge a su padrino de acuerdo a sus necesidades.
Factor importante en la recuperación de un alcohólico es el servicio. Cada miembro trabaja en poner sus capacidades y/o talentos al servicio de los demás, a fin de que el egoísmo, característico de cada enfermo alcohólico, vaya cediendo espacio a la generosidad. Estos servicios comienzan en el Grupo y posteriormente emigran al exterior, teniendo como destinatarios: centros de servicio de la misma comunidad, la familia, los centros de trabajo y los contactos sociales que puede tener un alcohólico anónimo, etc., estos servicios son totalmente libres.
Bartolomé le explicó a su sobrino que en AA se inicia con dejar de consumir alcohol y poco a poco se avanza en el desarrollo de una nueva vida cuyo objetivo es ser útil y feliz.
Ramón salió del hospital y se integró a un Grupo de AA, en donde permanece en la búsqueda de una nueva vida.
Si tu problema es el consumo de alcohol, Alcohólicos Anónimos tiene la solución. Marca los teléfonos 8332125634, 8332166058 o el 8332289003 y ahí te orientarán adecuadamente.
