/ domingo 10 de octubre de 2021

Liberándose del alcohol | Doblegar la soberbia

Cuando un enfermo alcohólico está experimentando su actividad etílica, su mente se ve sometida a muchos errores de juicio y uno de los que más daño le causa es el de la soberbia. Este defecto de carácter es su peor enemigo mental.

Le hace perder el piso y en consecuencia sentirse el rey de todo el mundo, el dios de su universo. En las bodas él quiere ser el novio y en los sepelios el difunto. En una fiesta él es el que mejor canta, él es el que mejor baila; sencillamente en todos los aspectos de la vida no existe otro ser humano superior a él.

Esta es una de las razones por las que un alcohólico activo se niega rotundamente a aceptar una invitación a buscar ayuda en una comunidad como la de Alcohólicos Anónimos, cuyo objetivo es apoyar a los consumidores de alcohol a obtener un estado de sobriedad permanente y renovador. Para iniciar este camino es necesario hacer un acto de humildad, virtud que es la antítesis de la soberbia. La soberbia y la humildad son como el agua y el aceite. En la mente del alcohólico activo la soberbia ya tiene derecho de piso y la humildad es una grandísima desconocida. Esto hace imposible que un borrachito, por sus propias capacidades le dé cabida a la humildad, que le exige aceptar todas sus limitaciones y actuar en consecuencia.

En el primer paso del programa de recuperación de Alcohólicos Anónimos se establece "Es verdaderamente horrible admitir, que con una copa en la mano, hemos deformado nuestra mente hasta tener una obsesión por beber tan destructiva que solo un acto de la Providencia puede librarnos de ella”( folleto 12 Pasos pag. 3).

El alcohol deforma nuestra mente y la incapacita para razonar juiciosamente y por ello se hace necesario un acto de la PROVIDENCIA, para suplir la incapacidad y hacer posible que un ser humano esclavizado por el alcohol, pueda recuperar su libertad y su derecho a ser feliz y productivo en su vida.

Continúa el primer paso “Sabemos que son pocos los beneficios que un alcohólico que ingrese a A.A. puede esperar si no ha aceptado, desde el principio su debilidad devastadora y todas sus consecuencias. Mientras no se humille así, su sobriedad –si es que la logra- será precaria. No encontrará la verdadera felicidad. Esta es una de las realidades de la vida de alcohólicos anónimos, comprobada más allá de toda duda por una vasta experiencia. El principio de que no encontraremos una fortaleza duradera hasta que no hayamos admitido la derrota total, es la raíz principal de la que ha brotado y florecido nuestra comunidad”

Esta intervención decisiva del Poder Superior en la vida de un borrachín, actualiza en nuestros tiempos los cambios que a simple vista parecen imposibles en la trayectoria consumista de un enfermo alcohólico.

La soberbia, letal enemigo del borrachito, se doblega ante tal intervención y cede paso al sano juicio y a la tan anhelada sobriedad. Ello permite que la esperanza de recuperación de un alcohólico siga viva y con intensidad en los familiares del enfermo, que al final de cuentas muchas veces sufren más que el mismo alcohólico.

En última instancia la enorme agrupación de Alcohólicos Anónimos no es más que un simple instrumento de la intervención del Poder Superior, Dios como cada quien lo concibe. Integrada por seres humanos que en su momento fueron escenario de esa maravillosa intervención.

Con esta poderosa convicción A.A. te invita a que te incluyas en ese cambio radical, de una vida infeliz y en decadencia a una vida de luz y de transformación positiva.

Para obtener la ayuda puedes marcar cualesquiera de los siguientes teléfonos; 8332125634, 8332166058 o el 8332289003.

Cuando un enfermo alcohólico está experimentando su actividad etílica, su mente se ve sometida a muchos errores de juicio y uno de los que más daño le causa es el de la soberbia. Este defecto de carácter es su peor enemigo mental.

Le hace perder el piso y en consecuencia sentirse el rey de todo el mundo, el dios de su universo. En las bodas él quiere ser el novio y en los sepelios el difunto. En una fiesta él es el que mejor canta, él es el que mejor baila; sencillamente en todos los aspectos de la vida no existe otro ser humano superior a él.

Esta es una de las razones por las que un alcohólico activo se niega rotundamente a aceptar una invitación a buscar ayuda en una comunidad como la de Alcohólicos Anónimos, cuyo objetivo es apoyar a los consumidores de alcohol a obtener un estado de sobriedad permanente y renovador. Para iniciar este camino es necesario hacer un acto de humildad, virtud que es la antítesis de la soberbia. La soberbia y la humildad son como el agua y el aceite. En la mente del alcohólico activo la soberbia ya tiene derecho de piso y la humildad es una grandísima desconocida. Esto hace imposible que un borrachito, por sus propias capacidades le dé cabida a la humildad, que le exige aceptar todas sus limitaciones y actuar en consecuencia.

En el primer paso del programa de recuperación de Alcohólicos Anónimos se establece "Es verdaderamente horrible admitir, que con una copa en la mano, hemos deformado nuestra mente hasta tener una obsesión por beber tan destructiva que solo un acto de la Providencia puede librarnos de ella”( folleto 12 Pasos pag. 3).

El alcohol deforma nuestra mente y la incapacita para razonar juiciosamente y por ello se hace necesario un acto de la PROVIDENCIA, para suplir la incapacidad y hacer posible que un ser humano esclavizado por el alcohol, pueda recuperar su libertad y su derecho a ser feliz y productivo en su vida.

Continúa el primer paso “Sabemos que son pocos los beneficios que un alcohólico que ingrese a A.A. puede esperar si no ha aceptado, desde el principio su debilidad devastadora y todas sus consecuencias. Mientras no se humille así, su sobriedad –si es que la logra- será precaria. No encontrará la verdadera felicidad. Esta es una de las realidades de la vida de alcohólicos anónimos, comprobada más allá de toda duda por una vasta experiencia. El principio de que no encontraremos una fortaleza duradera hasta que no hayamos admitido la derrota total, es la raíz principal de la que ha brotado y florecido nuestra comunidad”

Esta intervención decisiva del Poder Superior en la vida de un borrachín, actualiza en nuestros tiempos los cambios que a simple vista parecen imposibles en la trayectoria consumista de un enfermo alcohólico.

La soberbia, letal enemigo del borrachito, se doblega ante tal intervención y cede paso al sano juicio y a la tan anhelada sobriedad. Ello permite que la esperanza de recuperación de un alcohólico siga viva y con intensidad en los familiares del enfermo, que al final de cuentas muchas veces sufren más que el mismo alcohólico.

En última instancia la enorme agrupación de Alcohólicos Anónimos no es más que un simple instrumento de la intervención del Poder Superior, Dios como cada quien lo concibe. Integrada por seres humanos que en su momento fueron escenario de esa maravillosa intervención.

Con esta poderosa convicción A.A. te invita a que te incluyas en ese cambio radical, de una vida infeliz y en decadencia a una vida de luz y de transformación positiva.

Para obtener la ayuda puedes marcar cualesquiera de los siguientes teléfonos; 8332125634, 8332166058 o el 8332289003.