/ domingo 23 de mayo de 2021

Liberándose del alcohol | La derrota definitiva

“¿A quién le gusta admitir la derrota total? A casi nadie, por supuesto. Todos los instintos naturales se rebelan contra la idea de la impotencia personal”. Con estas palabras inicia el programa de recuperación de los Doce Pasos que fueron escritos en diciembre de 1938. Estas ideas tienen un destinatario muy bien determinado: El borrachito que ha perdido el control de la bebida y que su vida se ha convertido en un problema para sí mismo y para los que tienen el infortunio de tener que convivir con él.

Sin embargo la idea es tan fuerte y tan universal que es capaz de zarandear al más pintado. Es un hecho incontrovertible que a nadie le gusta ser un perdedor. En nuestra esencia está el innegable deseo de triunfar en la vida, en mi trabajo, en mi equipo deportivo de la colonia, en la cascarita futbolera etc. A nadie en su sano juicio le gusta perder. Nada como la victoria. Muchos gozan hasta la victoria ajena. Piensen por ejemplo cómo nos sentimos ante el siguiente resultado de futbol: México 3 Estados Unidos 0. O en la siguiente noticia: Felicidades porque tu hijo sacó el primer lugar en el concurso estatal de matemáticas y representará a Tamaulipas en el concurso nacional que se llevará a cabo en Monterrey, Nuevo León.

Sin embargo cuando una persona se convierte en un dependiente del alcohol, su vida se transforma en un infierno y sin duda su facultad para decir que no al consumo del alcohol ha sido derrotada. La fuerza de la obsesión por tomar alcohol es mucho más poderosa que la fuerza de la voluntad para decir que no.

Increíblemente el borrachito no se da cuenta de que ya no puede dejar de consumir y se niega a aceptar su derrota. No puede aceptar que es un perdedor. Su esencia es ser triunfador.

Sin embargo si un dependiente siente el deseo vehemente de liberarse del alcohol, la experiencia de muchos años, de millones de personas de todas las razas, lenguas y nacionalidades demuestra que sí es posible liberarse de esa mortal dependencia. La organización de alcohólicos anónimos tiene un programa de recuperación que ha demostrado ante propios y extraños que a pesar de los grandes sueños de ganador que pueda tener una persona es posible que reconozca que en lo que concierne al alcohol no ha podido ser un triunfador y muy a su pesar ha sido derrotado inmisericordemente por esa maldita adicción.

Hay dos requisitos para liberarse de esa derrota propinada por el alcohol. 1.- Reconocer sin reservas que he sido derrotado por el alcohol. Tiene que ser una derrota definitiva. 2.- Aceptar ayuda ajena. Puesto que estoy vencido, no tengo la capacidad mínima para liberarme.

Esta ayuda nos la ofrece gratuitamente el programa de los 12 pasos de alcohólicos anónimos, quien a través de los Grupos diseminados por todas las regiones del país, comparten su experiencia, fortaleza y esperanza para transformar a un ser humano minimizado por el alcohol en una persona decidida a vencer todos los obstáculos para recuperar su esencia de triunfador en todos los aspectos de la vida.

Si conoces a un alcohólico, ayúdalo a recuperarse. Marca alguno de los siguientes teléfonos: 833 2125634, 833 2289003 o el 2166058. Ahí te orientarán adecuadamente.

“¿A quién le gusta admitir la derrota total? A casi nadie, por supuesto. Todos los instintos naturales se rebelan contra la idea de la impotencia personal”. Con estas palabras inicia el programa de recuperación de los Doce Pasos que fueron escritos en diciembre de 1938. Estas ideas tienen un destinatario muy bien determinado: El borrachito que ha perdido el control de la bebida y que su vida se ha convertido en un problema para sí mismo y para los que tienen el infortunio de tener que convivir con él.

Sin embargo la idea es tan fuerte y tan universal que es capaz de zarandear al más pintado. Es un hecho incontrovertible que a nadie le gusta ser un perdedor. En nuestra esencia está el innegable deseo de triunfar en la vida, en mi trabajo, en mi equipo deportivo de la colonia, en la cascarita futbolera etc. A nadie en su sano juicio le gusta perder. Nada como la victoria. Muchos gozan hasta la victoria ajena. Piensen por ejemplo cómo nos sentimos ante el siguiente resultado de futbol: México 3 Estados Unidos 0. O en la siguiente noticia: Felicidades porque tu hijo sacó el primer lugar en el concurso estatal de matemáticas y representará a Tamaulipas en el concurso nacional que se llevará a cabo en Monterrey, Nuevo León.

Sin embargo cuando una persona se convierte en un dependiente del alcohol, su vida se transforma en un infierno y sin duda su facultad para decir que no al consumo del alcohol ha sido derrotada. La fuerza de la obsesión por tomar alcohol es mucho más poderosa que la fuerza de la voluntad para decir que no.

Increíblemente el borrachito no se da cuenta de que ya no puede dejar de consumir y se niega a aceptar su derrota. No puede aceptar que es un perdedor. Su esencia es ser triunfador.

Sin embargo si un dependiente siente el deseo vehemente de liberarse del alcohol, la experiencia de muchos años, de millones de personas de todas las razas, lenguas y nacionalidades demuestra que sí es posible liberarse de esa mortal dependencia. La organización de alcohólicos anónimos tiene un programa de recuperación que ha demostrado ante propios y extraños que a pesar de los grandes sueños de ganador que pueda tener una persona es posible que reconozca que en lo que concierne al alcohol no ha podido ser un triunfador y muy a su pesar ha sido derrotado inmisericordemente por esa maldita adicción.

Hay dos requisitos para liberarse de esa derrota propinada por el alcohol. 1.- Reconocer sin reservas que he sido derrotado por el alcohol. Tiene que ser una derrota definitiva. 2.- Aceptar ayuda ajena. Puesto que estoy vencido, no tengo la capacidad mínima para liberarme.

Esta ayuda nos la ofrece gratuitamente el programa de los 12 pasos de alcohólicos anónimos, quien a través de los Grupos diseminados por todas las regiones del país, comparten su experiencia, fortaleza y esperanza para transformar a un ser humano minimizado por el alcohol en una persona decidida a vencer todos los obstáculos para recuperar su esencia de triunfador en todos los aspectos de la vida.

Si conoces a un alcohólico, ayúdalo a recuperarse. Marca alguno de los siguientes teléfonos: 833 2125634, 833 2289003 o el 2166058. Ahí te orientarán adecuadamente.