/ domingo 22 de agosto de 2021

Liberándose del alcohol | Sentimiento de pertenencia

Una de las graves consecuencias que sufre el enfermo alcohólico es el terrible sentimiento de soledad. Un día de tantos el borrachito de la cuadra se fue de parranda, la locura del alcohol lo atrapó despiadadamente y estuvo varios días y varias noches consumiendo alcohol, sin comer y sin dormir.

Sus compañeros de parranda lo abandonaron a su suerte y permaneció durante varias horas tirado en la banqueta, frente a una cantina; hasta que un vecino pasó por ese lugar y lo reconoció.

Lo levantó y lo llevó a su casa donde, al no encontrar a nadie, lo metió a la cama y ahí lo dejó. Cuando se le pasó la borrachera y se presentó la cruda con su dolor de cabeza, la náusea y la desesperación, nuestro amigo se dio cuenta de que estaba solo. Su esposa se había marchado con sus dos hijos. El miedo apareció de pronto en su mente.

Montón de preguntas lo golpearon fuertemente sin poder dar una respuesta satisfactoria. ¿Qué voy a hacer sin mi mujer? ¿Quién me dará de comer? ¿Quien me lavará la ropa? ¿Se iría con otro? ¿Donde estarán mis hijos?. Sintió el peso de la soledad en su mente y en su corazón y lloró desconsoladamente.

Este hombre recordó que el año anterior había asistido a un Grupo de Alcohólicos Anónimos durante dos meses y dejó de ir porque el deseo de seguir bebiendo alcohol era más fuerte que su deseo de recuperar su sobriedad.

Ahora sintió la necesidad de ayuda y decidió asistir nuevamente a las reuniones de recuperación de un Grupo de Alcohólicos Anónimos. En el grupo fue muy bien recibido, no lo criticaron; le ofrecieron una taza de café mientras escuchaba la lectura del quinto paso del programa de Recuperación de la comunidad de A.A. ¿“Qué podemos esperar recibir del Quinto Paso? Entre otras cosas nos libraremos de esa terrible sensación de aislamiento que siempre hemos tenido.

Casi sin excepción los alcohólicos son torturados por la soledad, incluso antes de que nuestra forma de beber se agravara hasta el punto de que los demás se alejaran de nosotros, casi todos sufríamos de la sensación de no encajar en ninguna parte.

O bien éramos tímidos y no nos atrevíamos a acercarnos a otros, o éramos propensos a ser muy extrovertidos ansiando atenciones y camaradería, sin conseguirlas nunca. Siempre había esa misteriosa barrera que no podías superar ni entender…”

“Cuando llegamos a A.A. y por primera vez en nuestras vidas nos encontramos con personas que parecían comprendernos, la sensación de pertenecer fue tremendamente emocionante. Creíamos que el problema del aislamiento había sido resuelto. Pero pronto descubrimos que, aunque ya no estábamos aislados en el sentido social, todavía seguíamos sufriendo las punzadas del angustioso aislamiento.

Hasta que no hablamos con perfecta franqueza de nuestros conflictos y no escuchamos a otro hacer la misma cosa, seguíamos con la sensación de no pertenecer. En el Quinto Paso se encontraba la solución. Fue el principio de una auténtica relación con Dios y con nuestros prójimos.”

El sentido de pertenencia significa sentirse parte de algo. En ese algo yo tengo mi lugar. Yo no estoy completo, si no estoy en ese lugar y ese algo no está completo si yo no estoy en él.

En Alcohólicos Anónimos funcionan los grupos que ofrecen a los miembros la oportunidad de integrarse para formar parte de la comunidad y acabar en forma definitiva con la soledad no deseada a la que nos conduce la enfermedad del alcoholismo.

Si conoces algún alcohólico, tú puedes ayudarlo. Marca al 2125634, 2166058 y 833 2289003.

Una de las graves consecuencias que sufre el enfermo alcohólico es el terrible sentimiento de soledad. Un día de tantos el borrachito de la cuadra se fue de parranda, la locura del alcohol lo atrapó despiadadamente y estuvo varios días y varias noches consumiendo alcohol, sin comer y sin dormir.

Sus compañeros de parranda lo abandonaron a su suerte y permaneció durante varias horas tirado en la banqueta, frente a una cantina; hasta que un vecino pasó por ese lugar y lo reconoció.

Lo levantó y lo llevó a su casa donde, al no encontrar a nadie, lo metió a la cama y ahí lo dejó. Cuando se le pasó la borrachera y se presentó la cruda con su dolor de cabeza, la náusea y la desesperación, nuestro amigo se dio cuenta de que estaba solo. Su esposa se había marchado con sus dos hijos. El miedo apareció de pronto en su mente.

Montón de preguntas lo golpearon fuertemente sin poder dar una respuesta satisfactoria. ¿Qué voy a hacer sin mi mujer? ¿Quién me dará de comer? ¿Quien me lavará la ropa? ¿Se iría con otro? ¿Donde estarán mis hijos?. Sintió el peso de la soledad en su mente y en su corazón y lloró desconsoladamente.

Este hombre recordó que el año anterior había asistido a un Grupo de Alcohólicos Anónimos durante dos meses y dejó de ir porque el deseo de seguir bebiendo alcohol era más fuerte que su deseo de recuperar su sobriedad.

Ahora sintió la necesidad de ayuda y decidió asistir nuevamente a las reuniones de recuperación de un Grupo de Alcohólicos Anónimos. En el grupo fue muy bien recibido, no lo criticaron; le ofrecieron una taza de café mientras escuchaba la lectura del quinto paso del programa de Recuperación de la comunidad de A.A. ¿“Qué podemos esperar recibir del Quinto Paso? Entre otras cosas nos libraremos de esa terrible sensación de aislamiento que siempre hemos tenido.

Casi sin excepción los alcohólicos son torturados por la soledad, incluso antes de que nuestra forma de beber se agravara hasta el punto de que los demás se alejaran de nosotros, casi todos sufríamos de la sensación de no encajar en ninguna parte.

O bien éramos tímidos y no nos atrevíamos a acercarnos a otros, o éramos propensos a ser muy extrovertidos ansiando atenciones y camaradería, sin conseguirlas nunca. Siempre había esa misteriosa barrera que no podías superar ni entender…”

“Cuando llegamos a A.A. y por primera vez en nuestras vidas nos encontramos con personas que parecían comprendernos, la sensación de pertenecer fue tremendamente emocionante. Creíamos que el problema del aislamiento había sido resuelto. Pero pronto descubrimos que, aunque ya no estábamos aislados en el sentido social, todavía seguíamos sufriendo las punzadas del angustioso aislamiento.

Hasta que no hablamos con perfecta franqueza de nuestros conflictos y no escuchamos a otro hacer la misma cosa, seguíamos con la sensación de no pertenecer. En el Quinto Paso se encontraba la solución. Fue el principio de una auténtica relación con Dios y con nuestros prójimos.”

El sentido de pertenencia significa sentirse parte de algo. En ese algo yo tengo mi lugar. Yo no estoy completo, si no estoy en ese lugar y ese algo no está completo si yo no estoy en él.

En Alcohólicos Anónimos funcionan los grupos que ofrecen a los miembros la oportunidad de integrarse para formar parte de la comunidad y acabar en forma definitiva con la soledad no deseada a la que nos conduce la enfermedad del alcoholismo.

Si conoces algún alcohólico, tú puedes ayudarlo. Marca al 2125634, 2166058 y 833 2289003.