/ domingo 3 de octubre de 2021

Liberándose del alcohol | Sobriedad duradera

“Lo importante no es llegar, sino que mantenerse” afirma el refrán de la sabiduría popular. En la agrupación de A.A. esta afirmación tiene una validez increíble. Cientos de borrachitos llegan a los grupos de la comunidad en busca de la solución para su alcoholismo, asisten a unas cuatro o cinco reuniones y la mayoría abandona su proceso de recuperación. La obsesión por el alcohol fue más poderosa que su deseo de obtener la sobriedad.

Mantenerse firme, con obediencia a los principios de recuperación y con la mente fija en el objetivo es lo que da como resultado la sobriedad duradera.

El objetivo primordial de A.A. es: “mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad”. La experiencia de alcohólicos anónimos en todas las latitudes nos enseña que mantenerse sobrio no es “enchílame otra”. Se trata de una lucha diaria, que en la comunidad se encuentra muy bien sistematizada y garantiza que todo aquel alcohólico que cumple fielmente con el programa obtendrá la sobriedad duradera y como consecuencia una vida nueva sin alcohol y con muchas posibilidades de mejorar sus relaciones familiares, sociales y laborales.

Las herramientas que propone la comunidad de A.A. para adquirir la sobriedad duradera, son los Doce Pasos, las Doce Tradiciones y los Doce Conceptos. Estos son los principios que transforman la vida de un borracho enfermo, carga para su familia en un ciudadano responsable, útil y muy productivo. Por supuesto que estos principios deben ser aplicados en la vida diaria de cada alcohólico anónimo. Libremente, y por un fuerte deseo personal.

El quinto paso nos dice literalmente “Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos…” en cuanto al desinflamiento del ego, hay pocos pasos que nos resulten más difíciles que el quinto. Pero tal vez no hay otro paso más necesario para lograr una sobriedad duradera y la tranquilidad de espíritu.

En la práctica, este quinto paso consiste en compartir con otra persona y desde luego con el Poder Superior, los defectos de carácter que más me atormentan. Quizá en estos defectos atormentadores se encuentre la causa de mi alcoholismo y de otros trastornos mentales que me roban la tranquilidad y la paz interior. Al compartirlos con toda veracidad y honestidad con otra persona disminuye la carga emocional negativa que ensombrece mi vida y aleja mi entusiasmo y mi alegría.

“Esta costumbre de reconocer los defectos de uno mismo ante otra persona es, por supuesto, muy antigua. Su valor ha sido confirmado en cada siglo, y es característico en las personas que centran su vida en lo espiritual y que son verdaderamente religiosas. Pero hoy en día no solo la religión aboga por este principio salvador. Los psiquiatras y los psicólogos recalcan la profunda y práctica necesidad que tiene todo ser humano de conocerse así mismo y reconocer sus defectos de personalidad, y poder hablar de ellos con una persona comprensiva y de confianza. En cuanto a los alcohólicos, AA iría aún más lejos. La mayoría de nosotros diríamos que, sin admitir sin miedo nuestros defectos ante otro ser humano, no podríamos mantenernos sobrios. Parece bien claro que la gracia de Dios no entrara en nuestras vidas para expulsar nuestras obsesiones destructoras hasta que no estemos dispuestos a intentarlo.” (Folleto los Doce Pasos, pág. 33, Ed. febrero 2013)

Mantenerse sobrio requiere humildad, dedicación, disciplina y fe actuante. Sin embargo A.A. te ofrece las herramientas necesarias para que lo logres sin mayores contratiempos. Si millones de personas lo han logrado, tú también puedes. Pide más información.

Marca uno de los siguientes números telefónicos: 833 212 56 34, 833 216 60 56 o el 833 228 90 03. Ahí te darán suficiente información.

“Lo importante no es llegar, sino que mantenerse” afirma el refrán de la sabiduría popular. En la agrupación de A.A. esta afirmación tiene una validez increíble. Cientos de borrachitos llegan a los grupos de la comunidad en busca de la solución para su alcoholismo, asisten a unas cuatro o cinco reuniones y la mayoría abandona su proceso de recuperación. La obsesión por el alcohol fue más poderosa que su deseo de obtener la sobriedad.

Mantenerse firme, con obediencia a los principios de recuperación y con la mente fija en el objetivo es lo que da como resultado la sobriedad duradera.

El objetivo primordial de A.A. es: “mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad”. La experiencia de alcohólicos anónimos en todas las latitudes nos enseña que mantenerse sobrio no es “enchílame otra”. Se trata de una lucha diaria, que en la comunidad se encuentra muy bien sistematizada y garantiza que todo aquel alcohólico que cumple fielmente con el programa obtendrá la sobriedad duradera y como consecuencia una vida nueva sin alcohol y con muchas posibilidades de mejorar sus relaciones familiares, sociales y laborales.

Las herramientas que propone la comunidad de A.A. para adquirir la sobriedad duradera, son los Doce Pasos, las Doce Tradiciones y los Doce Conceptos. Estos son los principios que transforman la vida de un borracho enfermo, carga para su familia en un ciudadano responsable, útil y muy productivo. Por supuesto que estos principios deben ser aplicados en la vida diaria de cada alcohólico anónimo. Libremente, y por un fuerte deseo personal.

El quinto paso nos dice literalmente “Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos…” en cuanto al desinflamiento del ego, hay pocos pasos que nos resulten más difíciles que el quinto. Pero tal vez no hay otro paso más necesario para lograr una sobriedad duradera y la tranquilidad de espíritu.

En la práctica, este quinto paso consiste en compartir con otra persona y desde luego con el Poder Superior, los defectos de carácter que más me atormentan. Quizá en estos defectos atormentadores se encuentre la causa de mi alcoholismo y de otros trastornos mentales que me roban la tranquilidad y la paz interior. Al compartirlos con toda veracidad y honestidad con otra persona disminuye la carga emocional negativa que ensombrece mi vida y aleja mi entusiasmo y mi alegría.

“Esta costumbre de reconocer los defectos de uno mismo ante otra persona es, por supuesto, muy antigua. Su valor ha sido confirmado en cada siglo, y es característico en las personas que centran su vida en lo espiritual y que son verdaderamente religiosas. Pero hoy en día no solo la religión aboga por este principio salvador. Los psiquiatras y los psicólogos recalcan la profunda y práctica necesidad que tiene todo ser humano de conocerse así mismo y reconocer sus defectos de personalidad, y poder hablar de ellos con una persona comprensiva y de confianza. En cuanto a los alcohólicos, AA iría aún más lejos. La mayoría de nosotros diríamos que, sin admitir sin miedo nuestros defectos ante otro ser humano, no podríamos mantenernos sobrios. Parece bien claro que la gracia de Dios no entrara en nuestras vidas para expulsar nuestras obsesiones destructoras hasta que no estemos dispuestos a intentarlo.” (Folleto los Doce Pasos, pág. 33, Ed. febrero 2013)

Mantenerse sobrio requiere humildad, dedicación, disciplina y fe actuante. Sin embargo A.A. te ofrece las herramientas necesarias para que lo logres sin mayores contratiempos. Si millones de personas lo han logrado, tú también puedes. Pide más información.

Marca uno de los siguientes números telefónicos: 833 212 56 34, 833 216 60 56 o el 833 228 90 03. Ahí te darán suficiente información.