/ lunes 15 de julio de 2019

Los más grandes futbolistas se han caracterizado por un poderoso y absoluto impulso de creación

Integrante desde 1965 de la selección germana que capitanearía posteriormente, Franz Beckenbauer llevó a su equipo a la conquista de la Copa del Mundo de 1974. Consiguió el apodo de “Kaiser” que le acompañó a lo largo de su carrera en el puesto de “líbero”, considerado menos propicio para el lucimiento que el de las posiciones más adelantadas. A los 18 años, ya con una madurez sorprendente, Franz fue incluido en el primer equipo de un Bayern dirigido por Wilhelm Neudecker, quien entendió enseguida que ahí tenía al hombre que iba a hacer a su equipo el campeón de Europa.

En ese mismo tiempo, Beckenbauer accedió también por primera vez a la selección. Era 1965 y Franz tenía apenas 20 años recién cumplidos. Jugaba como centrocampista, y en ese puesto su contribuición fue también espléndida. Alemania ganó en Estocolmo, en partido de clasificación para el Mundial de 1966, por 1-2, actuando el “Kaiser” en el centro del terreno. A los pocos meses, de nuevo el equipo teutón, con un Franz cada vez más sólido y jugando más retrasado, demostró su nuevo poderío ganando en Wembley a Inglaterra.

Alemania empero, no ganaría en esa ocasión. Inglaterra, tras la obligatoria prórroga, venció en una final inolvidable a los germanos por 4-2. Beckenbauer perdió ahí una de las dos grandes citas de su vida (la otra sería en México 70 ante Italia por 4-3 en partido conocido como juego del siglo), pero demostró a lo largo del torneo su asimilación al nuevo puesto que sus técnicos le asignaron. Asumió la responsabilidad de ser el hombre libre de la defensa. En la historia de los grandes defensas libres habrá que hablar de un antes y un después de Franz Beckenbauer. Por su ductibilidad, por el nuevo concepto de defensa con carácter ofensivo y por las aportaciones técnicas que aportó, el alemán puede ser considerado como el mejor de todos los tiempos en su puesto.

En los años setenta llegaron inevitablemente los triunfos. Helmut Shoen llevó a Franz a todas las confrontaciones internacionales, confiando en que su presencia le garantizara el éxito. En Alemania ya era el fut-bolista más importante en virtud de los galardones de mejor jugador germano del año que le habían llovido (fue así considerado en 1966, 68, 74 y 76), pero le tocaba el turno a Europa y al mundo entero. En 1972, después de haber sido tercero y segundo en tres ocasiones, ganó el “Balón de Oro”, estatuilla que designa al mejor jugador de Europa. En 1976 repetiría ese éxito, pero antes consiguió el título de campeón de Europa (1972) yel de campeón del mundo (1974).

En 1977, cuando iba a cumplir 32, aceptó una oferta muy sustanciosa de Estados Unidos. En Europa lo había conseguido todo, pero era preciso conocer aquel nuevo futbol que otro mito del deporte, el brasileño Pelé, abandonaba entonces. Franz aceptó la proposición del Cosmos cooperando así al desarrollo del futbol norteamericano. Más adelante dirigió en Italia-90 a la selección alemana ganando su segundo Mundial. Enseguida dirigió al Bayern conquistando la Bundesliga, asumiendo después la presidencia del club, convirtiéndose después en presidente honorario vitalicio.

Descendiente de italianos, Hideraldo Luiz Bellini desde joven fue titular como defensa central en el Vasco da Gama, equipo que evolucionó tácticamente de la “diagonal” al 4-2-4. Bellini formó en la línea defensiva del Vasco con Paulinho, Orlando y Coronel, todos ellos internacionales brasileños. Conocido como Fidalgo do futebol, por lo elegante de su juego y la corrección de su comportamiento, Bellini se proclamó campeón del mundo con Brasil en Suecia-58. Olvidado por el seleccionador brasileño en Chile-62, Bellini retornó con aciaga fortuna para todo Brasil, en Inglaterra 66.

Con el obvio desconcierto de un reinicio, Cruz Azul y Necaxa exhibieron ayer una actuación tan triste como suelen ser los mejores juegos de la “Máquina”, que se pusiera adelante en el marcador con un buen cabezazo de Milton Caraglio, quien venció la estirada de Hugo González que no alcanzó a llegarle al balón. Y minutos antes de finalizar la primera parte, el mismo Hugo mandó a tiro de esquina un muy buen disparo de Yotun que pegado al poste y con mucha velocidad amenazaba con colarse. Ya avanzado el primer tiempo, un rompimiento azul dejó solo a un delantero, que con un solo defensa enfrente esperó a que se agregara otro, y le cedió el balón para que venciera la portería vacía, pues Hugo salió como líbero.

La segunda parte fue idéntica a la primera incluso en el marcador, pues muy pronto la Máquina ya había metido el tercero, y nuevamente fue el español Méndez el autor, y ya para finalizar, Escobar sentencio el juego con la cuarta anotación. Lo visto no da para afirmar que ahora sí Cruz Azul será el equipo soñado por sus seguidores, pues Necaxa no es con mucho el sinodal indicado, opinando que sufrirán para superar la media tabla.

Hasta pronto amigo.

Integrante desde 1965 de la selección germana que capitanearía posteriormente, Franz Beckenbauer llevó a su equipo a la conquista de la Copa del Mundo de 1974. Consiguió el apodo de “Kaiser” que le acompañó a lo largo de su carrera en el puesto de “líbero”, considerado menos propicio para el lucimiento que el de las posiciones más adelantadas. A los 18 años, ya con una madurez sorprendente, Franz fue incluido en el primer equipo de un Bayern dirigido por Wilhelm Neudecker, quien entendió enseguida que ahí tenía al hombre que iba a hacer a su equipo el campeón de Europa.

En ese mismo tiempo, Beckenbauer accedió también por primera vez a la selección. Era 1965 y Franz tenía apenas 20 años recién cumplidos. Jugaba como centrocampista, y en ese puesto su contribuición fue también espléndida. Alemania ganó en Estocolmo, en partido de clasificación para el Mundial de 1966, por 1-2, actuando el “Kaiser” en el centro del terreno. A los pocos meses, de nuevo el equipo teutón, con un Franz cada vez más sólido y jugando más retrasado, demostró su nuevo poderío ganando en Wembley a Inglaterra.

Alemania empero, no ganaría en esa ocasión. Inglaterra, tras la obligatoria prórroga, venció en una final inolvidable a los germanos por 4-2. Beckenbauer perdió ahí una de las dos grandes citas de su vida (la otra sería en México 70 ante Italia por 4-3 en partido conocido como juego del siglo), pero demostró a lo largo del torneo su asimilación al nuevo puesto que sus técnicos le asignaron. Asumió la responsabilidad de ser el hombre libre de la defensa. En la historia de los grandes defensas libres habrá que hablar de un antes y un después de Franz Beckenbauer. Por su ductibilidad, por el nuevo concepto de defensa con carácter ofensivo y por las aportaciones técnicas que aportó, el alemán puede ser considerado como el mejor de todos los tiempos en su puesto.

En los años setenta llegaron inevitablemente los triunfos. Helmut Shoen llevó a Franz a todas las confrontaciones internacionales, confiando en que su presencia le garantizara el éxito. En Alemania ya era el fut-bolista más importante en virtud de los galardones de mejor jugador germano del año que le habían llovido (fue así considerado en 1966, 68, 74 y 76), pero le tocaba el turno a Europa y al mundo entero. En 1972, después de haber sido tercero y segundo en tres ocasiones, ganó el “Balón de Oro”, estatuilla que designa al mejor jugador de Europa. En 1976 repetiría ese éxito, pero antes consiguió el título de campeón de Europa (1972) yel de campeón del mundo (1974).

En 1977, cuando iba a cumplir 32, aceptó una oferta muy sustanciosa de Estados Unidos. En Europa lo había conseguido todo, pero era preciso conocer aquel nuevo futbol que otro mito del deporte, el brasileño Pelé, abandonaba entonces. Franz aceptó la proposición del Cosmos cooperando así al desarrollo del futbol norteamericano. Más adelante dirigió en Italia-90 a la selección alemana ganando su segundo Mundial. Enseguida dirigió al Bayern conquistando la Bundesliga, asumiendo después la presidencia del club, convirtiéndose después en presidente honorario vitalicio.

Descendiente de italianos, Hideraldo Luiz Bellini desde joven fue titular como defensa central en el Vasco da Gama, equipo que evolucionó tácticamente de la “diagonal” al 4-2-4. Bellini formó en la línea defensiva del Vasco con Paulinho, Orlando y Coronel, todos ellos internacionales brasileños. Conocido como Fidalgo do futebol, por lo elegante de su juego y la corrección de su comportamiento, Bellini se proclamó campeón del mundo con Brasil en Suecia-58. Olvidado por el seleccionador brasileño en Chile-62, Bellini retornó con aciaga fortuna para todo Brasil, en Inglaterra 66.

Con el obvio desconcierto de un reinicio, Cruz Azul y Necaxa exhibieron ayer una actuación tan triste como suelen ser los mejores juegos de la “Máquina”, que se pusiera adelante en el marcador con un buen cabezazo de Milton Caraglio, quien venció la estirada de Hugo González que no alcanzó a llegarle al balón. Y minutos antes de finalizar la primera parte, el mismo Hugo mandó a tiro de esquina un muy buen disparo de Yotun que pegado al poste y con mucha velocidad amenazaba con colarse. Ya avanzado el primer tiempo, un rompimiento azul dejó solo a un delantero, que con un solo defensa enfrente esperó a que se agregara otro, y le cedió el balón para que venciera la portería vacía, pues Hugo salió como líbero.

La segunda parte fue idéntica a la primera incluso en el marcador, pues muy pronto la Máquina ya había metido el tercero, y nuevamente fue el español Méndez el autor, y ya para finalizar, Escobar sentencio el juego con la cuarta anotación. Lo visto no da para afirmar que ahora sí Cruz Azul será el equipo soñado por sus seguidores, pues Necaxa no es con mucho el sinodal indicado, opinando que sufrirán para superar la media tabla.

Hasta pronto amigo.