/ martes 7 de enero de 2020

Economía para todos | Los retos económicos para 2020

A lo largo del año 2019 se presentaron acontecimientos que repercutieron en la economía mexicana...

Como una posible aplicación de aranceles a mediados de año así como una recesión económica nacional que, hasta ahora, es solamente un estancamiento económico. Pero ¿qué es lo que viene para el 2020?

Lo más mencionado durante el año pasado, fue el nulo crecimiento por parte de la economía mexicana, la cual fue generada por ciertas circunstancias externas e internas.

Una de las fuerzas externas que impactó la economía nacional, fue la desaceleración económica de Estados Unidos, aunado a eso, la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el cual generó incertidumbre mediante las nuevas reglas comerciales entre los tres países miembros del tratado junto con una tendencia a la aplicación de aranceles a productos mexicanos por parte del vecino del norte a mediados de año. Mientras que las fuerzas internas que provocaron incertidumbre y a la vez, una desaceleración de la economía mexicana en el 2019, fueron la curva de aprendizaje de un nuevo gobierno; el rescate a Petróleos Mexicanos; una disminución en la inversión privada, así como la reducción del gasto gubernamental en ciertos rubros diferentes a lo planeado en proyectos atractivos para el gobierno federal actual, como lo fue el recorte a la salud.

Paralelamente, también llegamos a tener una tasa de interés de referencia del 8.25 por ciento, la tasa de interés más alta desde la crisis de 2008. Por eso mismo, la inversión privada se mantuvo ausente la mayor parte del año. Asimismo, en el mercado bursátil, se obtuvo un rendimiento anual del 4.56 por ciento para la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y del 5.59 por ciento en la Bolsa Institucional de Valores (BIVA). Mientras que el dólar estadounidense se depreció 4.17 por ciento, tomando en cuenta que cerró el año 2018 con una valoración de 19.65 pesos, y el 2019 cerró en 18.86 pesos por dólar estadounidense.

Por otra parte, una tasa de interés alta durante la mayor parte del año repercutió en una disminución del consumo, que a la postre repercutiría en una disminución paulatina de la inflación, la cual había llegado a niveles mayores al 6 por ciento años atrás, mientras que, a mediados de diciembre del 2019, registró un 2.63 por ciento anual.

Asimismo, la generación de empleo formal de enero hasta noviembre de 2019 ha sido de 724,287 trabajadores asegurados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), cifra que se coloca como la más baja desde el 2013, el cual, a noviembre de ese mismo año, se habían adscrito 710,928 trabajadores al IMSS. Esto habla del por qué el ligero incremento en la desocupación urbana del 4.3 por ciento.

Derivado de lo anterior, es esencial que se forme un entorno en donde prevalezca la certeza, que a la postre devengará en confianza a los inversionistas extranjeros, nacionales, locales y por supuesto a los consumidores, todo esto sin dejar a un lado la inyección que provoca la iniciativa pública al invertir en groso modo.

Por otra parte, recordemos que una parte importante de las inversiones la realizan los pequeños y medianos empresarios, así como las familias. Por lo tanto, son los que primordialmente necesitan certeza para decidir invertir.

A lo largo del año 2019 se presentaron acontecimientos que repercutieron en la economía mexicana...

Como una posible aplicación de aranceles a mediados de año así como una recesión económica nacional que, hasta ahora, es solamente un estancamiento económico. Pero ¿qué es lo que viene para el 2020?

Lo más mencionado durante el año pasado, fue el nulo crecimiento por parte de la economía mexicana, la cual fue generada por ciertas circunstancias externas e internas.

Una de las fuerzas externas que impactó la economía nacional, fue la desaceleración económica de Estados Unidos, aunado a eso, la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el cual generó incertidumbre mediante las nuevas reglas comerciales entre los tres países miembros del tratado junto con una tendencia a la aplicación de aranceles a productos mexicanos por parte del vecino del norte a mediados de año. Mientras que las fuerzas internas que provocaron incertidumbre y a la vez, una desaceleración de la economía mexicana en el 2019, fueron la curva de aprendizaje de un nuevo gobierno; el rescate a Petróleos Mexicanos; una disminución en la inversión privada, así como la reducción del gasto gubernamental en ciertos rubros diferentes a lo planeado en proyectos atractivos para el gobierno federal actual, como lo fue el recorte a la salud.

Paralelamente, también llegamos a tener una tasa de interés de referencia del 8.25 por ciento, la tasa de interés más alta desde la crisis de 2008. Por eso mismo, la inversión privada se mantuvo ausente la mayor parte del año. Asimismo, en el mercado bursátil, se obtuvo un rendimiento anual del 4.56 por ciento para la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y del 5.59 por ciento en la Bolsa Institucional de Valores (BIVA). Mientras que el dólar estadounidense se depreció 4.17 por ciento, tomando en cuenta que cerró el año 2018 con una valoración de 19.65 pesos, y el 2019 cerró en 18.86 pesos por dólar estadounidense.

Por otra parte, una tasa de interés alta durante la mayor parte del año repercutió en una disminución del consumo, que a la postre repercutiría en una disminución paulatina de la inflación, la cual había llegado a niveles mayores al 6 por ciento años atrás, mientras que, a mediados de diciembre del 2019, registró un 2.63 por ciento anual.

Asimismo, la generación de empleo formal de enero hasta noviembre de 2019 ha sido de 724,287 trabajadores asegurados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), cifra que se coloca como la más baja desde el 2013, el cual, a noviembre de ese mismo año, se habían adscrito 710,928 trabajadores al IMSS. Esto habla del por qué el ligero incremento en la desocupación urbana del 4.3 por ciento.

Derivado de lo anterior, es esencial que se forme un entorno en donde prevalezca la certeza, que a la postre devengará en confianza a los inversionistas extranjeros, nacionales, locales y por supuesto a los consumidores, todo esto sin dejar a un lado la inyección que provoca la iniciativa pública al invertir en groso modo.

Por otra parte, recordemos que una parte importante de las inversiones la realizan los pequeños y medianos empresarios, así como las familias. Por lo tanto, son los que primordialmente necesitan certeza para decidir invertir.