Lector, el desarrollo de la mecánica cuántica dejó de ser una simple conjetura para convertirse en realidad.
Todo nos dice que en los próximos diez años las computadoras mostrarán una serie de innovaciones con el potencial de cambiar dramáticamente la forma en que la gente trabaja, vive y se interrelaciona.
El proceso de aprendizaje se modificará gracias al desarrollo de máquinas que pueden aprender, razonar e interactuar a niveles nunca vistos.
Los nuevos métodos de aprendizaje permitirán conocer las necesidades de los estudiantes con una exactitud sorprendente.
La educación será algo más natural y personalizado.
Las computadoras cuánticas prometen revolucionar la tecnología informática y el mundo tal y como lo conocemos actualmente, gracias a su capacidad para actuar a velocidades hasta mil veces mayores que los procesadores actuales.
En pocas palabras, las computadoras presentes estan a punto de convertirse en artilugios en una sala de museo.
La ventaja inmediata de producir una computadora cuántica modular de gran escala es que además del procesamiento, dispondrá de una mayor capacidad de encriptación de informacion y ello, al hablar del manejo de billones de bits cuánticos, marca una diferencia astronómica.
La entrega instantánea de datos augura avances extraordinarios en materia de productos digitales seguros, es decir, dinero electrónico a prueba de fraudes y la simulación de complejos sistemas bioquímicos para el diseño de medicamentos.
La labor de los médicos en la lucha contra enfermedades será gracias al uso del ADN y el concurso de máquinas inteligentes que a partir de la secuencia genómica completa y rastreo de vastos repositorios de historias clínicas y publicaciones médicas aprenderán sobre las enfermedades y obtendrán opciones de tratamiento.
La mecánica cuántica también se relaciona con hechos casi esotéricos, como el posible entendimiento del universo, la estructura de la realidad y el diseño de nuevos materiales, entre otras aplicaciones.
Sin embargo, hay una faceta interesante. Las ansias de control y dominio por parte de organizaciones de inteligencia al servicio de las potencias mundiales deben estar muy atentas al desarrollo de la mecánica cuántica, la cual plantea conveniencias y posibilidades para llevar a cabo su delicada labor.
Las sofisticadas redes de espionaje se expandirían a niveles nunca vistos para mantener informada a la gente del poder. Bajo esta nueva perspectiva el manejo de datos permitirá adelantar no solamente el comportamiento de actores políticos de naciones bajo cercano escrutinio, sino prever el desarrollo de procesos electorales con un grado de exactitud inusitado.
