/ sábado 5 de mayo de 2018

Mercancía política de 2018

Es momento de evaluar de qué están hechos los actores de la política nacional.

Imaginemos, tan solo por un instante, que los políticos fueran productos sujetos a las normas y requisitos del etiquetado que exige el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN). Equiparar a estas figuras con artículos de supermercado suena irrespetuoso. Pero ahora la imagen domina. Y es la clase política la que se encarga de difundir que los principios ideológicos, el programa, la congruencia y la lealtad ocupan un puesto secundario.

Bajo esta premisa, la mercancía que se exhibe en los anaqueles y vitrinas de la república tiene convertida a la nación en un enorme “Mall político”.

Es axiomático, creo, identificar cuál es el “contenido nutrimental” de productos pesados e indigestos, ganchos al hígado que aumentan el “colesterol, la bilirrubina y ácido úrico”.

El asunto es evitar golpes al bolsillo y la salud de los que luego es complicado reanimarse.

Firmes al compromiso adquirido de mantenerlo informado sobre la cantidad de “proteínas, grasas, azúcares, vitaminas y minerales que incluyen las mercaderías en mención”, y bajo el presupuesto de que “el consumo de este producto es nocivo para la salud”; “antes de tomarlo, lea bien las instrucciones”; “no ingerirlo después de la fecha escrita en la tapadera”; “en caso de duda, consulte a su médico”; “Fecha de caducidad reducida”, etc,. etc., vamos al contenido alimenticio y energético en referencia.

Diego Fernández de Cevallos; Barba 99%, escrúpulos 0.000 % Conciencia social 0%. José Antonio Meade; paciencia 100%, sonrisa 80%; técnica y conocimientos 99%. Andrés Manuel López Obrador; facilidad de palabra 30%, dignidad nacionalista 100% ira justiciera 98%.Ricardo Anaya; ideología 0.001%, ambiciones y corte de pelo 100%, complicaciones políticas 85%. Miguel Angel Osorio Chong; cautela 80%, oportunidad 65%, ciencias ocultas 85%. René Juárez, entusiasmo 100%, oportunidad 3%, dificultad 500%. Margarita Zavala; indiscreción 85%, línea 85%, Misterio, 85%. Felipe Calderón; Sagacidad y 60%, carisma 0.5%, hígado 35%. Vicente Fox; botas (de charol) 100%, ética y humanismo 0.000%, nostalgia del poder 1,500%. Jorge Castañeda Gutman; Simpatía 0%, labia 100%, barba 0%. Marcelo Ebrard; misterio 75%, oportunidad 95%. Manlio Fabio Beltrones; astucia 120%, sigilo 130%. Carlos Salinas de Gortari; bigote: 90%, Alquimia y ciencias ocultas 110%, pelo 0.00%. Luis Videgaray; inglés 100%, computación 130%, viajes 750%. Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”; nombre artístico 800%, atrevimiento 100%, moches… de manos y dedos 1000%.

Es momento de evaluar de qué están hechos los actores de la política nacional.

Imaginemos, tan solo por un instante, que los políticos fueran productos sujetos a las normas y requisitos del etiquetado que exige el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN). Equiparar a estas figuras con artículos de supermercado suena irrespetuoso. Pero ahora la imagen domina. Y es la clase política la que se encarga de difundir que los principios ideológicos, el programa, la congruencia y la lealtad ocupan un puesto secundario.

Bajo esta premisa, la mercancía que se exhibe en los anaqueles y vitrinas de la república tiene convertida a la nación en un enorme “Mall político”.

Es axiomático, creo, identificar cuál es el “contenido nutrimental” de productos pesados e indigestos, ganchos al hígado que aumentan el “colesterol, la bilirrubina y ácido úrico”.

El asunto es evitar golpes al bolsillo y la salud de los que luego es complicado reanimarse.

Firmes al compromiso adquirido de mantenerlo informado sobre la cantidad de “proteínas, grasas, azúcares, vitaminas y minerales que incluyen las mercaderías en mención”, y bajo el presupuesto de que “el consumo de este producto es nocivo para la salud”; “antes de tomarlo, lea bien las instrucciones”; “no ingerirlo después de la fecha escrita en la tapadera”; “en caso de duda, consulte a su médico”; “Fecha de caducidad reducida”, etc,. etc., vamos al contenido alimenticio y energético en referencia.

Diego Fernández de Cevallos; Barba 99%, escrúpulos 0.000 % Conciencia social 0%. José Antonio Meade; paciencia 100%, sonrisa 80%; técnica y conocimientos 99%. Andrés Manuel López Obrador; facilidad de palabra 30%, dignidad nacionalista 100% ira justiciera 98%.Ricardo Anaya; ideología 0.001%, ambiciones y corte de pelo 100%, complicaciones políticas 85%. Miguel Angel Osorio Chong; cautela 80%, oportunidad 65%, ciencias ocultas 85%. René Juárez, entusiasmo 100%, oportunidad 3%, dificultad 500%. Margarita Zavala; indiscreción 85%, línea 85%, Misterio, 85%. Felipe Calderón; Sagacidad y 60%, carisma 0.5%, hígado 35%. Vicente Fox; botas (de charol) 100%, ética y humanismo 0.000%, nostalgia del poder 1,500%. Jorge Castañeda Gutman; Simpatía 0%, labia 100%, barba 0%. Marcelo Ebrard; misterio 75%, oportunidad 95%. Manlio Fabio Beltrones; astucia 120%, sigilo 130%. Carlos Salinas de Gortari; bigote: 90%, Alquimia y ciencias ocultas 110%, pelo 0.00%. Luis Videgaray; inglés 100%, computación 130%, viajes 750%. Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”; nombre artístico 800%, atrevimiento 100%, moches… de manos y dedos 1000%.