/ viernes 6 de abril de 2018

“México es así”

La secretaria nacional de Seguridad de la Casa Blanca, Kirstjen Nielsen, dio a conocer que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmará próximamente una orden ejecutiva...

Para enviar tropas de la guardia nacional a la frontera con México, con el fin de proteger esa línea hasta que el muro que se planea construir sea terminado. Esta medida se da a conocer al momento que Trump enfrenta el problema de cómo desarrollar su plan de inteligencia y control sobre amplios sectores de la opinión pública, ante el escandaloso tema de la injerencia rusa en las pasadas elecciones que él ganó.

No es extraño, pues, que la Casa Blanca intensifique sus bravatas sobre México, sobre todo al momento en que la renegociación del TLCAN pasa por uno de sus momentos clave, y empieza a sobrecalentarse el proceso electoral por la Presidencia de la República. Aunque la legislación estadounidense no permite que las fuerzas militares efectúen actividades de orden policial (sólo pueden asistir a la patrulla fronteriza, pero no detener a inmigrantes), las fricciones con México podrían empeorar.

Por lo demás, no sería la primera vez que un presidente de Estados Unidos recurre a la Guardia Nacional en auxilio de la Border Patrol. El presidente Bush lo hizo entre 2006 y 2008, circunstancia que implicó la movilización de 6,000 efectivos. Mientras que el presidente Barack Obama activó en 2010 a 1,200 efectivos cambiando después a otras estrategias. Sin embargo, sobresale la dureza del lenguaje y malos modales de Trump, al anunciar esta orden. Usted cree, lector, que de permanecer el petróleo en poder del Estado mexicano, y no en los capitales del exterior, se daría este tratamiento en la relación bilateral y asuntos de la línea fronteriza.

Esto ocurre, simple y llanamente porque a lo largo de tiempo se falló en la actitud patriótica de defender nuestros recursos naturales y evitar que Estados Unidos imponga en México sus métodos y líneas políticas. Estamos condicionados por una frontera de miles de kilómetros que desde hace muchos años es la más vigilada militarmente hablando en todo el planeta.

Está bien. Como está bien que estamos con los vecinos en lo económico por intermedio del TLCAN, porque así se proyectó, aunque no en lo que afecta a nuestras costumbres y manera de ser y sentir. Y está bien tratar de llevar “la fiesta en paz” y ser prudentes, cosa que no equivale a que tengamos que adaptar nuestra política a los designios de la política estadounidense. Ni que tengamos que acatar órdenes emanadas de Washington respecto a lo que debemos o no de hacer.

La secretaria nacional de Seguridad de la Casa Blanca, Kirstjen Nielsen, dio a conocer que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmará próximamente una orden ejecutiva...

Para enviar tropas de la guardia nacional a la frontera con México, con el fin de proteger esa línea hasta que el muro que se planea construir sea terminado. Esta medida se da a conocer al momento que Trump enfrenta el problema de cómo desarrollar su plan de inteligencia y control sobre amplios sectores de la opinión pública, ante el escandaloso tema de la injerencia rusa en las pasadas elecciones que él ganó.

No es extraño, pues, que la Casa Blanca intensifique sus bravatas sobre México, sobre todo al momento en que la renegociación del TLCAN pasa por uno de sus momentos clave, y empieza a sobrecalentarse el proceso electoral por la Presidencia de la República. Aunque la legislación estadounidense no permite que las fuerzas militares efectúen actividades de orden policial (sólo pueden asistir a la patrulla fronteriza, pero no detener a inmigrantes), las fricciones con México podrían empeorar.

Por lo demás, no sería la primera vez que un presidente de Estados Unidos recurre a la Guardia Nacional en auxilio de la Border Patrol. El presidente Bush lo hizo entre 2006 y 2008, circunstancia que implicó la movilización de 6,000 efectivos. Mientras que el presidente Barack Obama activó en 2010 a 1,200 efectivos cambiando después a otras estrategias. Sin embargo, sobresale la dureza del lenguaje y malos modales de Trump, al anunciar esta orden. Usted cree, lector, que de permanecer el petróleo en poder del Estado mexicano, y no en los capitales del exterior, se daría este tratamiento en la relación bilateral y asuntos de la línea fronteriza.

Esto ocurre, simple y llanamente porque a lo largo de tiempo se falló en la actitud patriótica de defender nuestros recursos naturales y evitar que Estados Unidos imponga en México sus métodos y líneas políticas. Estamos condicionados por una frontera de miles de kilómetros que desde hace muchos años es la más vigilada militarmente hablando en todo el planeta.

Está bien. Como está bien que estamos con los vecinos en lo económico por intermedio del TLCAN, porque así se proyectó, aunque no en lo que afecta a nuestras costumbres y manera de ser y sentir. Y está bien tratar de llevar “la fiesta en paz” y ser prudentes, cosa que no equivale a que tengamos que adaptar nuestra política a los designios de la política estadounidense. Ni que tengamos que acatar órdenes emanadas de Washington respecto a lo que debemos o no de hacer.