/ sábado 17 de noviembre de 2018

Muerte de Luis Cabrera

El doce de abril de 1954 a las tres de la mañana en su casa de la calle Alvaro Obregón, en la Capital de la República; rodeado de toda su familia y de sus íntimos amigos, murió Luis Cabrera.

Seis meses antes Adolfo Ruiz Cortines lo convenció para que aceptara el cargo de asesor presidencial. Por ese motivo ya no publicó sus trabajos periodísticos en los principales diarios del país. Dirigiendo misivas de agradecimiento a todos los directores; suplicándoles que destinaran su espacio en la sección Editorial de los lunes a otra pluma "más talentosa e independiente". Su ética profesional le impedía trabajar para el gobierno y realizar análisis y crítica política simultáneamente.

Luis Cabrera sentía un especial cariño por" El Diario de Yucatán" periódico que jamás le cerró las puertas, sobre todo cuando criticó al General Obregón y a los "Gobiernos de trasmanos" como llamó al "Maximato" de Plutarco Elías Calles. Allí, en el "Diario de Yucatán" expuso lo más claro y sesudo de su razonamiento jurídico y político de su desacuerdo con el poder presidencial.

El cuerpo fue velado en su casa por expresa decisión del ilustre poblano. Por ella desfilaron a presentar su pésame a Doña Elena Cosío de Cabrera y a sus ocho hijos; (cuatro del primer matrimonio). Hombres de la talla de Emilio Portes Gil, Diego Rivera, Siqueiros, el Doctor Atl, Enrique Ramírez y Ramírez, entonces director del Periódico "El Popular" y secretario particular de Vicente Lombardo Toledano, con quien Luis Cabrera sostuvo de por vida un civilizado combate ideológico en las páginas editoriales de los Diarios de México.

Dos documentos conmovieron a México y a Luis Cabrera: La entrevista a Porfirio Díaz por el periodista norteamericano James Creelman; en donde el dictador hablando en beneficio de la prensa extranjera autorizó la formación de Partidos Políticos independientes, ocultando los verdaderos problemas de México, fue publicada en el "Pearson Magazine" y la "Sucesión Presidencial" escrita por Francisco I. Madero. Ya levantado Madero, Porfirio Díaz realizó algunos cambios de forma de Gobierno. Que Luis Cabrera llamó "medidas militares", "medidas políticas" y "medidas internacionales", que era toda una serie de pasos en busca de la pacificación; que consistían en algunos cambios de hombres del Gobierno y la promesa conseguida a Estados Unidos, de que no vendieran armamentos a los grupos opositores.

Cabrera escribió acertadamente "pedir al General Díaz que a su edad cambie su gobierno dictatorial y oligárquico, en gobierno democrático e igualitario, es todo como pedirle que cambie de ideas, de sentimientos y de afectos". Denunció en el "Dictamen" de Veracruz, la incompetencia del grupo de "los Científicos" que en 18 años de estar en el gobierno no se habían dado cuenta de las nuevas necesidades del País. Los acusaba de estar equivocados en su teoría de gobernar exclusivamente con "principios científicos" de donde les venía el sobrenombre peyorativo. Cuando Madero triunfó, Luis Cabrera comprendió que había llegado el momento de hacerle frente a la nueva realidad mexicana. Porfirio Díaz se había quedado atrás; había que pensar en crear la estructura de la nueva sociedad, había que pensar principalmente en el destino de la sociedad campesina. Esa preocupación lo llevó a participar en las elecciones de 1912 para constituir la XXVI legislatura, donde fue el más distinguido de los Diputados.

En diciembre de 1914 Carranza lo designa Ministro de Hacienda, su gran responsabilidad fue cubrir la lucha constitucionalista, desarrollando habilidades financieras para complacer los siempre crecientes gastos de guerra de los generales de la Revolución.

Continuó en su cargo hasta el primero de mayo de 1917, en que concluye el régimen preconstitucional de la primera magistratura. Siendo elegido nuevamente Diputado a la XXVII legislatura al establecerse el orden constitucional.

En abril de 1919, nuevamente Carranza lo llama para que se haga cargo de las finanzas públicas. Permaneciendo en funciones hasta que es asesinado en Tlaxcalatongo, el Varón de Cuatro Ciénegas; el 21 de mayo de 1920. A la muerte de Venustiano Carranza, Cabrera se retiró definitivamente de la política. Reanudando su trabajo como abogado postulante, sin dejar, claro está, de condenar el asesinato de Carranza; llamándolo "un miserable cuartelazo de generales". La literatura se benefició con su retiro político, Lucas Rivera volvió a escribir sentidos poemas de amor. Dominaba el inglés, el italiano, el francés, el catalán y el náhuatl, lengua que habló cuando niño y que nunca olvidó; dedicándose al final de su vida a la elaboración de un diccionario de aztequismos que fue publicado al año de su muerte.

Los días posteriores a su muerte; su casa de Álvaro Obregón, fue abierta los domingos a todos los amigos. Allí en su biblioteca se reunían con su esposa Elena y sus ocho hijos, hombres que amaron profundamente a México como Isidro Fabela; recordando las hazañas de las que el ilustre Lucas Rivera, Blas Urrea, Luis Cabrera era el principal protagonista.

El doce de abril de 1954 a las tres de la mañana en su casa de la calle Alvaro Obregón, en la Capital de la República; rodeado de toda su familia y de sus íntimos amigos, murió Luis Cabrera.

Seis meses antes Adolfo Ruiz Cortines lo convenció para que aceptara el cargo de asesor presidencial. Por ese motivo ya no publicó sus trabajos periodísticos en los principales diarios del país. Dirigiendo misivas de agradecimiento a todos los directores; suplicándoles que destinaran su espacio en la sección Editorial de los lunes a otra pluma "más talentosa e independiente". Su ética profesional le impedía trabajar para el gobierno y realizar análisis y crítica política simultáneamente.

Luis Cabrera sentía un especial cariño por" El Diario de Yucatán" periódico que jamás le cerró las puertas, sobre todo cuando criticó al General Obregón y a los "Gobiernos de trasmanos" como llamó al "Maximato" de Plutarco Elías Calles. Allí, en el "Diario de Yucatán" expuso lo más claro y sesudo de su razonamiento jurídico y político de su desacuerdo con el poder presidencial.

El cuerpo fue velado en su casa por expresa decisión del ilustre poblano. Por ella desfilaron a presentar su pésame a Doña Elena Cosío de Cabrera y a sus ocho hijos; (cuatro del primer matrimonio). Hombres de la talla de Emilio Portes Gil, Diego Rivera, Siqueiros, el Doctor Atl, Enrique Ramírez y Ramírez, entonces director del Periódico "El Popular" y secretario particular de Vicente Lombardo Toledano, con quien Luis Cabrera sostuvo de por vida un civilizado combate ideológico en las páginas editoriales de los Diarios de México.

Dos documentos conmovieron a México y a Luis Cabrera: La entrevista a Porfirio Díaz por el periodista norteamericano James Creelman; en donde el dictador hablando en beneficio de la prensa extranjera autorizó la formación de Partidos Políticos independientes, ocultando los verdaderos problemas de México, fue publicada en el "Pearson Magazine" y la "Sucesión Presidencial" escrita por Francisco I. Madero. Ya levantado Madero, Porfirio Díaz realizó algunos cambios de forma de Gobierno. Que Luis Cabrera llamó "medidas militares", "medidas políticas" y "medidas internacionales", que era toda una serie de pasos en busca de la pacificación; que consistían en algunos cambios de hombres del Gobierno y la promesa conseguida a Estados Unidos, de que no vendieran armamentos a los grupos opositores.

Cabrera escribió acertadamente "pedir al General Díaz que a su edad cambie su gobierno dictatorial y oligárquico, en gobierno democrático e igualitario, es todo como pedirle que cambie de ideas, de sentimientos y de afectos". Denunció en el "Dictamen" de Veracruz, la incompetencia del grupo de "los Científicos" que en 18 años de estar en el gobierno no se habían dado cuenta de las nuevas necesidades del País. Los acusaba de estar equivocados en su teoría de gobernar exclusivamente con "principios científicos" de donde les venía el sobrenombre peyorativo. Cuando Madero triunfó, Luis Cabrera comprendió que había llegado el momento de hacerle frente a la nueva realidad mexicana. Porfirio Díaz se había quedado atrás; había que pensar en crear la estructura de la nueva sociedad, había que pensar principalmente en el destino de la sociedad campesina. Esa preocupación lo llevó a participar en las elecciones de 1912 para constituir la XXVI legislatura, donde fue el más distinguido de los Diputados.

En diciembre de 1914 Carranza lo designa Ministro de Hacienda, su gran responsabilidad fue cubrir la lucha constitucionalista, desarrollando habilidades financieras para complacer los siempre crecientes gastos de guerra de los generales de la Revolución.

Continuó en su cargo hasta el primero de mayo de 1917, en que concluye el régimen preconstitucional de la primera magistratura. Siendo elegido nuevamente Diputado a la XXVII legislatura al establecerse el orden constitucional.

En abril de 1919, nuevamente Carranza lo llama para que se haga cargo de las finanzas públicas. Permaneciendo en funciones hasta que es asesinado en Tlaxcalatongo, el Varón de Cuatro Ciénegas; el 21 de mayo de 1920. A la muerte de Venustiano Carranza, Cabrera se retiró definitivamente de la política. Reanudando su trabajo como abogado postulante, sin dejar, claro está, de condenar el asesinato de Carranza; llamándolo "un miserable cuartelazo de generales". La literatura se benefició con su retiro político, Lucas Rivera volvió a escribir sentidos poemas de amor. Dominaba el inglés, el italiano, el francés, el catalán y el náhuatl, lengua que habló cuando niño y que nunca olvidó; dedicándose al final de su vida a la elaboración de un diccionario de aztequismos que fue publicado al año de su muerte.

Los días posteriores a su muerte; su casa de Álvaro Obregón, fue abierta los domingos a todos los amigos. Allí en su biblioteca se reunían con su esposa Elena y sus ocho hijos, hombres que amaron profundamente a México como Isidro Fabela; recordando las hazañas de las que el ilustre Lucas Rivera, Blas Urrea, Luis Cabrera era el principal protagonista.