/ lunes 15 de abril de 2019

Nada hay tan insoportable para el aficionado, que esperar goles en donde no hay quién los meta

Hasta el momento de cerrar esta columna, 8 de 18 equipos no pudieron hacer un solo gol

La jornada sabatina cerró con el juego entre Monarcas y Guadalajara, que resultó tan aburrido como los de Querétaro y Pachuca, uno por falta de gol y otro por la abundancia de goles, lo que no es sinónimo de belleza cuando en el campo solo existe un equipo. Este Morelia-Chivas que había causado algunas expectativas injustificadas, ya que el nuevo entrenador del chiverío y causa de la expectación no es mago como para ofrecer soluciones en tres entrenamientos, así que lo que vimos fue a unas Chivas en las que destacan Mier, Molina y Brizuela, y pare de contar, que no son suficientes para lo que se necesita, un equipo en toda la extensión de la palabra, en el que, si es posible, el triunfo aparezca sin que sobresalgan las figuras mencionadas.

Una buena jugada de Cándido Ramírez, que con Torrente comienza a retomar el ritmo que lo promocionó tanto en sus primeros pasos por el futbol, se instaló con el balón dentro del área tapatía, levantó la vista y encontró a Edison Flores, a quien asistió con un pase raso y franco, que fue perfectamente rematado por el peruano que dejó quieto a Raúl Gudiño, quien nada pudo hacer ante la fuerza y colocación del remate, y eso fue todo. Hay una pifia arbitral en detrimento de las Chivas, cuando al cometerse un faul en contra de Monarcas, el balón queda manso para López, no respetando la ley de la ventaja que se concede en estos casos, cuando el muchacho rayado prendió una bolea que se convirtió en un señor golazo que, como ya dije, el árbitro invalidó incorrectamente. Otra injusticia más en contra de Chivas, es la expulsión de Brizuela, quien cansado de ser perseguido por una descarada cacería, permitida por el árbitro, se cobró una de tantas que, sin embargo, no fue perdonada como las muchas de las que fue víctima, para ver la tarjeta roja. Pero ni así pudo Morelia ofrecer algo mejor, al menos en producción, quedando el partido en el mismo estado de aburrimiento.

Y con la esperanza de que el domingo mejorara todo, Pumas y Xolos afortunadamente ofrecieron competencia, en la que hubo de todo, confirmando que no son los goles los que adornan un partido para que sea bello. Acá el balón cruzó el medio campo infinidad de veces, y las ofensivas de ambos equipos pisaron las áreas contrarias una y otra vez, siendo la buena organización defensiva de los dos conjuntos la encargada de abortar las malas intenciones de su rival, siendo esa la constante que prevaleció hasta el final del encuentro, justo al minuto 86, cuando Carlos González, con la efectividad que lo caracteriza, prendió con certero cabezazo un tiro de esquina para vencer a Lajud que nada pudo hacer contra la fuerza del remate. Con esta derrota, Tijuana se ve amenazada por otros equipos que pueden sacarlos de la zona de calificación.

En el juego de Lobos BUAP vs. Tigres se confirmaron en el primer tiempo dos cosas, primero, que no es necesario jugar bonito para jugar bien, y segundo, que tampoco son necesarios los goles para que el juego sea entretenido. Dos filosofías frente a frente, la de Palencia, que en proporción a la importancia de su plantilla suele arriesgar y jugar alegremente, y la de Ferreti, en donde el equipo juega para su público, al que le importa un bledo si se jugó bonito o feo con tal de que se gane, y en este juego, estos dos aspectos estuvieron presentes.

La más grande virtud de Tigres es su sistema que se centra en la economía calorífica, su juego lento cifrado en un orden táctico ejemplar, le permite soportar los embates enemigos durante el primer tiempo, para que en la segunda parte, sin siquiera acelerar, los goles caigan no porque den a eso la mayor importancia, sino como consecuencia de la eficacia del mismo sistema, y eso volvió a redituarle dividendos cuando fueron cayendo los goles, como caen las manzanas al madurar. Al minuto 50, Vargas, sin hacer más que en la primera parte, abre el marcador para repetir cuatro minutos después, y que al 64 venga Valencia para sentenciar el juego. Para Palencia, el resultado es normal, en la primera parte tuvieron oportunidades que no se aprovecharon, lo que muestra la otra fuerza de Tigres, su plantilla, que es muy superior a la de Lobos.

Y, como dijo el político, seguimos continuando y, tocó el turno a las Águilas recibir al Cruz Azul y... lo mismo de siempre. Mucho he dicho que no me convence el América, dominan claramente pero carecen de goleadores y de un armador de juego, dependiendo exclusivamente de la potencia de sus alas, que amplían la cancha facilitando las llegadas, estériles en su mayoría. Y todo fue igual en la segunda parte, el Cruz Azul, siendo el mismo equipo aburrido, y el América, correlón de siempre, que llega por las bandas para centrar esperando que los contenciones y los centrales lleguen y hagan lo que sus delanteros no pueden, así, con dos equipos peleados con el gol, es imposible ver otra cosa que lo que ayer vimos.

Hasta pronto amigo.


Hasta el momento de cerrar esta columna, 8 de 18 equipos no pudieron hacer un solo gol

La jornada sabatina cerró con el juego entre Monarcas y Guadalajara, que resultó tan aburrido como los de Querétaro y Pachuca, uno por falta de gol y otro por la abundancia de goles, lo que no es sinónimo de belleza cuando en el campo solo existe un equipo. Este Morelia-Chivas que había causado algunas expectativas injustificadas, ya que el nuevo entrenador del chiverío y causa de la expectación no es mago como para ofrecer soluciones en tres entrenamientos, así que lo que vimos fue a unas Chivas en las que destacan Mier, Molina y Brizuela, y pare de contar, que no son suficientes para lo que se necesita, un equipo en toda la extensión de la palabra, en el que, si es posible, el triunfo aparezca sin que sobresalgan las figuras mencionadas.

Una buena jugada de Cándido Ramírez, que con Torrente comienza a retomar el ritmo que lo promocionó tanto en sus primeros pasos por el futbol, se instaló con el balón dentro del área tapatía, levantó la vista y encontró a Edison Flores, a quien asistió con un pase raso y franco, que fue perfectamente rematado por el peruano que dejó quieto a Raúl Gudiño, quien nada pudo hacer ante la fuerza y colocación del remate, y eso fue todo. Hay una pifia arbitral en detrimento de las Chivas, cuando al cometerse un faul en contra de Monarcas, el balón queda manso para López, no respetando la ley de la ventaja que se concede en estos casos, cuando el muchacho rayado prendió una bolea que se convirtió en un señor golazo que, como ya dije, el árbitro invalidó incorrectamente. Otra injusticia más en contra de Chivas, es la expulsión de Brizuela, quien cansado de ser perseguido por una descarada cacería, permitida por el árbitro, se cobró una de tantas que, sin embargo, no fue perdonada como las muchas de las que fue víctima, para ver la tarjeta roja. Pero ni así pudo Morelia ofrecer algo mejor, al menos en producción, quedando el partido en el mismo estado de aburrimiento.

Y con la esperanza de que el domingo mejorara todo, Pumas y Xolos afortunadamente ofrecieron competencia, en la que hubo de todo, confirmando que no son los goles los que adornan un partido para que sea bello. Acá el balón cruzó el medio campo infinidad de veces, y las ofensivas de ambos equipos pisaron las áreas contrarias una y otra vez, siendo la buena organización defensiva de los dos conjuntos la encargada de abortar las malas intenciones de su rival, siendo esa la constante que prevaleció hasta el final del encuentro, justo al minuto 86, cuando Carlos González, con la efectividad que lo caracteriza, prendió con certero cabezazo un tiro de esquina para vencer a Lajud que nada pudo hacer contra la fuerza del remate. Con esta derrota, Tijuana se ve amenazada por otros equipos que pueden sacarlos de la zona de calificación.

En el juego de Lobos BUAP vs. Tigres se confirmaron en el primer tiempo dos cosas, primero, que no es necesario jugar bonito para jugar bien, y segundo, que tampoco son necesarios los goles para que el juego sea entretenido. Dos filosofías frente a frente, la de Palencia, que en proporción a la importancia de su plantilla suele arriesgar y jugar alegremente, y la de Ferreti, en donde el equipo juega para su público, al que le importa un bledo si se jugó bonito o feo con tal de que se gane, y en este juego, estos dos aspectos estuvieron presentes.

La más grande virtud de Tigres es su sistema que se centra en la economía calorífica, su juego lento cifrado en un orden táctico ejemplar, le permite soportar los embates enemigos durante el primer tiempo, para que en la segunda parte, sin siquiera acelerar, los goles caigan no porque den a eso la mayor importancia, sino como consecuencia de la eficacia del mismo sistema, y eso volvió a redituarle dividendos cuando fueron cayendo los goles, como caen las manzanas al madurar. Al minuto 50, Vargas, sin hacer más que en la primera parte, abre el marcador para repetir cuatro minutos después, y que al 64 venga Valencia para sentenciar el juego. Para Palencia, el resultado es normal, en la primera parte tuvieron oportunidades que no se aprovecharon, lo que muestra la otra fuerza de Tigres, su plantilla, que es muy superior a la de Lobos.

Y, como dijo el político, seguimos continuando y, tocó el turno a las Águilas recibir al Cruz Azul y... lo mismo de siempre. Mucho he dicho que no me convence el América, dominan claramente pero carecen de goleadores y de un armador de juego, dependiendo exclusivamente de la potencia de sus alas, que amplían la cancha facilitando las llegadas, estériles en su mayoría. Y todo fue igual en la segunda parte, el Cruz Azul, siendo el mismo equipo aburrido, y el América, correlón de siempre, que llega por las bandas para centrar esperando que los contenciones y los centrales lleguen y hagan lo que sus delanteros no pueden, así, con dos equipos peleados con el gol, es imposible ver otra cosa que lo que ayer vimos.

Hasta pronto amigo.