/ sábado 19 de octubre de 2019

Ningún otro como Emiliano Zapata y Pancho Villa para ejemplo de líder natural

¿Quién es el líder actual del TRI?... La palabra “líder” proviene del inglés “leader”.

Se define a los líderes como a las personas o grupos de personas capaces de guiar e influir en otras personas o grupos de personas y que estos además lo reconozcan como tal.

Existen los líderes naturales y los institucionalizados. Los primeros son aquellos que surgen de los grupos de personas de manera natural y el resto decide reconocer su función de líder y respetarlo como tal. Por otro lado se encuentran los institucionalizados, ellos poseen su cargo de manera legítima, estos pueden cubrir distintos cargos, sean políticos, espirituales o educadores entre otros.

Otra manera de clasificar a los líderes es en positivos y negativos. Un ejemplo de lo segundo son los líderes autoritarios, que se caracterizan por ser dominantes y abusar de su poder, no permitiendo la libre expresión al resto de sus compañeros. El caso contrario son los que permiten que el resto opine y que haya mejores relaciones entre los distintos miembros del grupo.

Los mejores liderazgos que hemos tenido en nuestro TRI han sido naturales, que a diferencia de los institucionales, que han sido impuestos por el director técnico, ni siquiera tuvieron la intención de influir sobre los demás y, al menos en nuestro TRI, no tuvieron el reconocimiento del grupo, no consciente, simplemente se dejaron guiar por el ejemplo. Tal es el caso del TRI dirigido por Manuel Lapuente, en el que el ejemplo de Cuauhtémoc Blanco y Luis Hernández arrastraba al resto, mientras que el líder institucional, Claudio Suárez, con su personalidad y su voz, se encargaba de la disciplina dentro del campo de juego.

Antes, en 1994, tuvimos a un equipo compuesto por líderes, ahí se destacaban primeramente los tres porteros, Jorge Campos, Félix Fernández y Adrián Camacho, quienes tenían características de líderes naturales, les seguía: Claudio Suárez, Ramón Ramírez, García Aspe, Joaquín del Olmo, Benjamín Galindo y Luis Miguel Salvador, este último líder institucional. Nuestro último líder natural lo fue Cuauhtémoc Blanco, alguien que se expresaba mejor jugando que hablando y cuyo lenguaje corporal era extraordinariamente entendible.

Podía haber debate respecto a la persona de Cuauhtémoc Blanco. Quizás a alguien que golpea a un periodista de televisión, que simula orinar como un perro la portería rival o que engaña a su novia, se lo pueda ver como un ejemplo a seguir. Sin embargo, las portadas de todos los diarios pueden confirmarlo, cuando se toma solo el aspecto deportivo, es posible que el adjetivo no le quede corto al delantero, sino que en torno suyo generó lo que ningún otro futbolista mexicano mueve o propició desde su inicio.

En 2008, el señor ganaba 2 millones 600 mil dolares al año sin contar sus ingresos por patrocinios en México y Estados Unidos. Por sus grandes goles, sus romances, su salida de la selección, su constante presión para regresar a ella, los homenajes recibidos, su extraña faceta de restaurantero y su centro de formación futbolística, Cuauhtémoc Blanco es sin duda el personaje del futbol mexicano del que más se habló en la década pasada. Ya desde entonces pintaba para la política. Un día confesó: Me encantaría ser alcalde de Chicago. Tengo que estudiar y ver lo que realm,nte es la política, porque no te puedes aventar nadamás así y ya. Tal vez sea Vela el jugador líder natural, cuya originalidad lo haría encajar como el líder del TRI, la cuestión es que su misma originalidad lo autoelimina.

Al reiniciar la Liga MX su actividad, tuvimos el enfrentamiento entre el Puebla y el Atlas. Dos equipos siendo aguerridos y de buen futbol, se diferencian en que uno fue afectado por la transición sufrida por cambio de director técnico, el Puebla, que despidió al Chelís Sánchez Solá, para sustituirlo por Juan Reynoso, que pronto le cambió el perfil a los de la franja, que empezaron a mostrar una clara mejoría consiguiendo triunfos importantes ante Tigres y León y, que venía de tres juegos sin derrota.

El juego se caracterizó por la dinámica que ambos equipos suelen aplicar a sus juegos, originándo varias llegadas de gol en sendas porterías, convirtiéndose los porteros en factor, algo a lo que ya nos han acostumbrado, siendo hasta el minuto 85 cuando el jovencito Barceló realizó un remate similar a otros que Vikonis se había encargado de abortar, sin embargo éste, a muy corta distancia y con dirección distinta, no dio siquiera oportunidad de reacción, yéndose a reposar al fondo de la cabaña poblana sentenciándose su derrota.

Hasta pronto amigo.

¿Quién es el líder actual del TRI?... La palabra “líder” proviene del inglés “leader”.

Se define a los líderes como a las personas o grupos de personas capaces de guiar e influir en otras personas o grupos de personas y que estos además lo reconozcan como tal.

Existen los líderes naturales y los institucionalizados. Los primeros son aquellos que surgen de los grupos de personas de manera natural y el resto decide reconocer su función de líder y respetarlo como tal. Por otro lado se encuentran los institucionalizados, ellos poseen su cargo de manera legítima, estos pueden cubrir distintos cargos, sean políticos, espirituales o educadores entre otros.

Otra manera de clasificar a los líderes es en positivos y negativos. Un ejemplo de lo segundo son los líderes autoritarios, que se caracterizan por ser dominantes y abusar de su poder, no permitiendo la libre expresión al resto de sus compañeros. El caso contrario son los que permiten que el resto opine y que haya mejores relaciones entre los distintos miembros del grupo.

Los mejores liderazgos que hemos tenido en nuestro TRI han sido naturales, que a diferencia de los institucionales, que han sido impuestos por el director técnico, ni siquiera tuvieron la intención de influir sobre los demás y, al menos en nuestro TRI, no tuvieron el reconocimiento del grupo, no consciente, simplemente se dejaron guiar por el ejemplo. Tal es el caso del TRI dirigido por Manuel Lapuente, en el que el ejemplo de Cuauhtémoc Blanco y Luis Hernández arrastraba al resto, mientras que el líder institucional, Claudio Suárez, con su personalidad y su voz, se encargaba de la disciplina dentro del campo de juego.

Antes, en 1994, tuvimos a un equipo compuesto por líderes, ahí se destacaban primeramente los tres porteros, Jorge Campos, Félix Fernández y Adrián Camacho, quienes tenían características de líderes naturales, les seguía: Claudio Suárez, Ramón Ramírez, García Aspe, Joaquín del Olmo, Benjamín Galindo y Luis Miguel Salvador, este último líder institucional. Nuestro último líder natural lo fue Cuauhtémoc Blanco, alguien que se expresaba mejor jugando que hablando y cuyo lenguaje corporal era extraordinariamente entendible.

Podía haber debate respecto a la persona de Cuauhtémoc Blanco. Quizás a alguien que golpea a un periodista de televisión, que simula orinar como un perro la portería rival o que engaña a su novia, se lo pueda ver como un ejemplo a seguir. Sin embargo, las portadas de todos los diarios pueden confirmarlo, cuando se toma solo el aspecto deportivo, es posible que el adjetivo no le quede corto al delantero, sino que en torno suyo generó lo que ningún otro futbolista mexicano mueve o propició desde su inicio.

En 2008, el señor ganaba 2 millones 600 mil dolares al año sin contar sus ingresos por patrocinios en México y Estados Unidos. Por sus grandes goles, sus romances, su salida de la selección, su constante presión para regresar a ella, los homenajes recibidos, su extraña faceta de restaurantero y su centro de formación futbolística, Cuauhtémoc Blanco es sin duda el personaje del futbol mexicano del que más se habló en la década pasada. Ya desde entonces pintaba para la política. Un día confesó: Me encantaría ser alcalde de Chicago. Tengo que estudiar y ver lo que realm,nte es la política, porque no te puedes aventar nadamás así y ya. Tal vez sea Vela el jugador líder natural, cuya originalidad lo haría encajar como el líder del TRI, la cuestión es que su misma originalidad lo autoelimina.

Al reiniciar la Liga MX su actividad, tuvimos el enfrentamiento entre el Puebla y el Atlas. Dos equipos siendo aguerridos y de buen futbol, se diferencian en que uno fue afectado por la transición sufrida por cambio de director técnico, el Puebla, que despidió al Chelís Sánchez Solá, para sustituirlo por Juan Reynoso, que pronto le cambió el perfil a los de la franja, que empezaron a mostrar una clara mejoría consiguiendo triunfos importantes ante Tigres y León y, que venía de tres juegos sin derrota.

El juego se caracterizó por la dinámica que ambos equipos suelen aplicar a sus juegos, originándo varias llegadas de gol en sendas porterías, convirtiéndose los porteros en factor, algo a lo que ya nos han acostumbrado, siendo hasta el minuto 85 cuando el jovencito Barceló realizó un remate similar a otros que Vikonis se había encargado de abortar, sin embargo éste, a muy corta distancia y con dirección distinta, no dio siquiera oportunidad de reacción, yéndose a reposar al fondo de la cabaña poblana sentenciándose su derrota.

Hasta pronto amigo.