Aprender es una consecuencia de vivir, aprendemos de las variaciones de nuestro entorno, de los resultados de nuestras acciones y aprendemos de la interacción que tenemos con otras personas. No se puede no aprender, ganes o pierdas, existe una retroalimentación constante que termina por dar una lección de vida.
Una poderosa forma de aprendizaje es la influencia que tienen las personas con las que te rodeas; siendo que esa influencia no sólo marca tu formación, sino que influye en tu personalidad y en la manera en la que te relacionas con los demás. En una frase del orador norteamericano Jim Rohn, “Eres el promedio de las 5 personas que te rodean”, una afirmación que podría tornarse peligrosa teniendo en cuenta que el ser humano crea vínculos interpersonales de manera inconsciente.
Vamos a darnos un momento para que puedas pensar en tu situación actual ¿A qué personas de tu círculo cercano les atribuyes tal o cual cualidades propias? ¿Vienen a tu mente atributos buenos o atributos malos?
Si en tu escuela empiezas a relacionarte con el grupito de amigos al que no le gusta entrar a clases, al paso del tiempo comienzas a perder el interés por las materias. Llegas a trabajar a una oficina con compañeros que se desviven por el chisme, y en un abrir y cerrar de ojos, eres tú el que inicia a criticar a los demás. Te inmiscuyes en una relación con una pareja celosa y al tiempo te das cuenta de que eres tú el que terminó lleno de inseguridades. O simplemente cuántas veces no has viajado a una ciudad diferente y después de una semana vuelves hablando un acento diferente.
Estos ejemplos se potencializan con las personas con las que eliges compartir tu tiempo, esta es atribución de las personas que te rodean. Pregúntate qué tipo de aprendizaje esté captando inconscientemente y a quién le estás permitiendo ser una influencia en el rumbo de tu vida.
Ser selectivo no significa tener que alejarse de los demás, es una oportunidad de identificar las cualidades y aptitudes de tus cercanos y absorber solamente aquellas que consideres que son de utilidad para el cumplimiento de tus objetivos. Por otra parte, que este ejercicio también te sirva para identificar qué es aquello que estás transmitiendo a los demás, ¿eres una buena influencia? La energía negativa atrae energía negativa, una forma de egoísmo del ser humano es pedir a los demás aquello que no estás dispuesto a dar a cambio.
Iniciemos el día con un pensamiento positivo y exterioricémoslo a nuestro círculo cercano.
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