/ jueves 5 de noviembre de 2020

No se cambia el mundo con un smartphone | Los peces son amigos

El ser humano es el depredador insostenible de los ecosistemas, con el paso de los años la humanidad ha desarrollado tecnologías para depredar cualquier recurso que sea de su interés y se encuentre en sus manos, colocándonos como un depredador tope en la cadena alimenticia.

Aunque particularmente no me identifico con ningún movimiento referido en el consumo de cierto tipo de alimentos (tal como el movimiento vegano o vegetariano) respeto y coincido con varios puntos en cuanto a la dignificación de la vida de los animales y, sobre todo, en la importancia de aquellos que juegan un papel dentro de los ecosistemas, es por eso que, desde hace algunos años, me propuse poner un alto a mi consumo de alimentos provenientes del mar. Diferente a las especies de granja, la pérdida por consumo de especies silvestres crea un desbalance para las demás componentes del entorno y especialmente el consumo de mariscos es relacionado constantemente con el satisfacer un apetito desmedido (en otras palabras, gula), lo cual es un potenciador de la sobreexplotación pesquera.

Hasta el día de hoy, las técnicas de pesca tradicional han conllevado un modelo sustentable para la conservación de las especies en los cuerpos de agua, son los mismos pescadores quienes al encontrarse con peces pequeños los arrojan de nuevo al mar para que puedan crecer, dicho de otra manera, cuidan el recurso porque es la fuente que les abastece. Por otro lado, la introducción de la pesca industrial ha generado una sobreexplotación de los recursos pesqueros, además de que técnicas empleadas como el arrastre provocan que muchas otras especies (que no son de interés comercial) queden atrapadas, generando así efectos colaterales e irreparables.

Un ejemplo del impacto son las tortugas marinas que mueren atrapadas incidentalmente en las redes de pesca de camarón, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, en inglés) estima que al año 29 mil tortugas marinas mueren por esta causa, hecho que ha sido un factor clave para que hoy estas especies se encuentren bajo un estatus de protección internacional y con un riesgo de desaparecer. El problema de la sobreexplotación se ve potenciado con el incumplimiento en las vedas, el uso de redes no autorizadas y muchos huecos en la legislación.

Enfaticemos en la importancia de utilizar solo los recursos que necesitamos, podemos medir nuestro consumo y apostar por alternativas sustentables, para esta complicación, existen opciones como la acuacultura (la crianza de animales acuáticos) que representan una opción sostenible para aprovechar los recursos pesqueros sin la necesidad de poner en riesgo las poblaciones en vida libre, brindando así alimentos que además cumplen con criterios de sanidad durante su crianza y engorda, en nuestra zona existen estos centros de crianza y con todo gusto puedo referir poniéndose en contacto conmigo. Por otra parte, apoyar a las familias que se dedican a la pesca como principal actividad económica es imprescindible para mantener una fuente de trabajo en la comunidad, apostar por el comercio pequeño es entrar en el rol de la sustentabilidad.

¡Escríbeme!

Contacto: guillermoruizrmz@hotmail.com

Facebook.com/GuillermoRuizRV



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El ser humano es el depredador insostenible de los ecosistemas, con el paso de los años la humanidad ha desarrollado tecnologías para depredar cualquier recurso que sea de su interés y se encuentre en sus manos, colocándonos como un depredador tope en la cadena alimenticia.

Aunque particularmente no me identifico con ningún movimiento referido en el consumo de cierto tipo de alimentos (tal como el movimiento vegano o vegetariano) respeto y coincido con varios puntos en cuanto a la dignificación de la vida de los animales y, sobre todo, en la importancia de aquellos que juegan un papel dentro de los ecosistemas, es por eso que, desde hace algunos años, me propuse poner un alto a mi consumo de alimentos provenientes del mar. Diferente a las especies de granja, la pérdida por consumo de especies silvestres crea un desbalance para las demás componentes del entorno y especialmente el consumo de mariscos es relacionado constantemente con el satisfacer un apetito desmedido (en otras palabras, gula), lo cual es un potenciador de la sobreexplotación pesquera.

Hasta el día de hoy, las técnicas de pesca tradicional han conllevado un modelo sustentable para la conservación de las especies en los cuerpos de agua, son los mismos pescadores quienes al encontrarse con peces pequeños los arrojan de nuevo al mar para que puedan crecer, dicho de otra manera, cuidan el recurso porque es la fuente que les abastece. Por otro lado, la introducción de la pesca industrial ha generado una sobreexplotación de los recursos pesqueros, además de que técnicas empleadas como el arrastre provocan que muchas otras especies (que no son de interés comercial) queden atrapadas, generando así efectos colaterales e irreparables.

Un ejemplo del impacto son las tortugas marinas que mueren atrapadas incidentalmente en las redes de pesca de camarón, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, en inglés) estima que al año 29 mil tortugas marinas mueren por esta causa, hecho que ha sido un factor clave para que hoy estas especies se encuentren bajo un estatus de protección internacional y con un riesgo de desaparecer. El problema de la sobreexplotación se ve potenciado con el incumplimiento en las vedas, el uso de redes no autorizadas y muchos huecos en la legislación.

Enfaticemos en la importancia de utilizar solo los recursos que necesitamos, podemos medir nuestro consumo y apostar por alternativas sustentables, para esta complicación, existen opciones como la acuacultura (la crianza de animales acuáticos) que representan una opción sostenible para aprovechar los recursos pesqueros sin la necesidad de poner en riesgo las poblaciones en vida libre, brindando así alimentos que además cumplen con criterios de sanidad durante su crianza y engorda, en nuestra zona existen estos centros de crianza y con todo gusto puedo referir poniéndose en contacto conmigo. Por otra parte, apoyar a las familias que se dedican a la pesca como principal actividad económica es imprescindible para mantener una fuente de trabajo en la comunidad, apostar por el comercio pequeño es entrar en el rol de la sustentabilidad.

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