/ sábado 10 de noviembre de 2018

No se juega para ganar, sino para que no te olviden

Ganar o perder, pero siempre con democracia.

Estoy seguro de que la mayoría de la borregada mexicana menosprecia la labor de Cuauhtémoc Blanco en su nuevo giro, en donde espero logre triunfar igual que lo hizo en el futbol. Y es que en México resulta común que pensemos que todos los deportistas pertenecen a un grupo de personas afortunadas, a las que Dios les concedió un talento para que destacaran en su actividad, dando por hecho que la inteligencia no les es indispensable para mejorar la comodidad que les brindan las altas percepciones que reciben a cambio de lo que hacen por instinto (talento), no por inteligencia.

Era Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira, nacido en Belem, Brasil, en 1954, ídolo por su elegancia en el juego y, su filosofía de vida fuera de él, por su manual político valiente, rebelde y además, porque era doctor (pediatra), querido por ser fiel a su ideal, el de ayudar a los demás. Murió a la edad de 57 años, debido a los excesos por la bebida, algo que también defendió, como lo hiciera nuestro inolvidable Braulio “Baby” Pérez, otro solemne filósofo.

Su padre lo encauzó por una profesión digna, siempre le atrajo la medicina, sin embargo su talento se encontraba en sus pies y no en sus manos, aunque eso pareciera un despropósito, pues calzaba número 7, algo inusual para un hombree de 1.93 metros de estatura, presentando además un defecto en un hueso desencajado en sus tobillos, que le permitía lanzar penaltis con el talón, haciéndolo con gran potencia. En España 82 y en México 86, formó la línea media más impresionante que se haya visto, con Serginho, Zico, Zerezo, Falcao y Eder. Mientras que Pelé formó con cinco números 10, Sócrates lo hizo con cinco Beckenbauers.

Quizás porque paradójicamente no tenía ya el micro que le dio el futbol y, porque rechazó meterse en la política, por más que el expresidente “Lula” se lo pidiera... “Los futbolistas somos artistas y, por tanto, somos los únicos que tenemos más poder que nuestros jefes. Para mí, lo ideal sería un socialismo perfecto, donde todos los hombres tengan los mismos derechos y los mismos deberes. “Una concepción del mundo sin poder”. Por eso defendió a ultranza lo que se conoció como “La democracia corinthiana”, forma de gobierno bajo el tema de “Libertad con responsabilidad” en donde los clubes actúen como una comunidad de personas en las que todos, desde el presidente hasta el utilero, tomen en conjunto las decisiones y en la que todos los votos cuenten, así en Corinthians se proponían los horarios de entrenamiento, alineaciones, fichajes, despidos, etc., y la libertad a los futbolistas a deshoras fuera de la cancha.

Solía decir: “Un vaso de cerveza es mi mejor psicólogo”, entre otras cosas, porque no le hacía falta correr; le bastaba con su cerebro y el talento en sus pies. Este admirador de Marx nunca fue uno más en el vestuario de Corinthians que convirtió la imagen de la revolución brasileña en contra de la tiranía. Si la gente no tiene el poder de decir las cosas, entonces yo las digo por ellos. Al morir, nos legó estas palabras: “Lo mejor que el futbol me dio fue la oportunidad de conocer a los seres humanos. Conocí a quienes sufrieron muchísimo y, también al otro lado de la sociedad, los que lo tienen todo. Pude ver la realidad en que vivimos”... “Cuando a uno de mis hijos le puse Fidel, mi madre me dijo: ese es un nombre muy fuerte para un niño. Y le respondí... Madre, mira lo que me hiciste a mí”.

“No se trata solo de un juego en sí. Antes que nada, el futbol es una batalla psicológica. El aspecto humano tiene un papel significativo que muchas veces pienso si podremos algún día dirigir este entusiasmo que en él gastamos, hacia algo positivo para la humanidad. Pues a fin de cuentas el futbol y la tierra tienen algo en común: ambos son una bola, vemos a niños y adultos, blancos y negros, altos y bajos, flacos y gordos con la misma filosofía, todos a fantasear sobre su propia vida... Regalo mis goles a un país mejor”... Un deportista no es ni más ni menos que un Licenciado, un Ingeniero, un Médico o un Científico... Es, además de... lo que se proponga ser.

Abrió la jornada 16 en Veracruz, en donde los Tiburones bajo la batuta del director técnico interino, Hugo Chávez, recibió al Querétaro, urgido de puntos que le den la calificación. Se está haciendo costumbre que el Veracruz finalice de esta manera sus fines de temporada, que si no fuera por el no descenso, hoy estarían diciéndole adiós a la Primera División. El juego inició con un claro dominio de los jarochos, que a los 19 minutos estaban inaugurando el marcador, cuando Luna, en una contra espectacular, en un alarde de buena conducción, esperó a ser alcanzado por Carrasco, asistiéndolo de maravilla, para que venciera la salida de Volpi. A los 33, Ruiz hizo el segundo, para que en la segunda parte Alexis Pérez acercara a los Gallos, que finalmente, al 94, lograron igualar por conducto de Hiram Mier.

Hasta pronto amigo.

Ganar o perder, pero siempre con democracia.

Estoy seguro de que la mayoría de la borregada mexicana menosprecia la labor de Cuauhtémoc Blanco en su nuevo giro, en donde espero logre triunfar igual que lo hizo en el futbol. Y es que en México resulta común que pensemos que todos los deportistas pertenecen a un grupo de personas afortunadas, a las que Dios les concedió un talento para que destacaran en su actividad, dando por hecho que la inteligencia no les es indispensable para mejorar la comodidad que les brindan las altas percepciones que reciben a cambio de lo que hacen por instinto (talento), no por inteligencia.

Era Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira, nacido en Belem, Brasil, en 1954, ídolo por su elegancia en el juego y, su filosofía de vida fuera de él, por su manual político valiente, rebelde y además, porque era doctor (pediatra), querido por ser fiel a su ideal, el de ayudar a los demás. Murió a la edad de 57 años, debido a los excesos por la bebida, algo que también defendió, como lo hiciera nuestro inolvidable Braulio “Baby” Pérez, otro solemne filósofo.

Su padre lo encauzó por una profesión digna, siempre le atrajo la medicina, sin embargo su talento se encontraba en sus pies y no en sus manos, aunque eso pareciera un despropósito, pues calzaba número 7, algo inusual para un hombree de 1.93 metros de estatura, presentando además un defecto en un hueso desencajado en sus tobillos, que le permitía lanzar penaltis con el talón, haciéndolo con gran potencia. En España 82 y en México 86, formó la línea media más impresionante que se haya visto, con Serginho, Zico, Zerezo, Falcao y Eder. Mientras que Pelé formó con cinco números 10, Sócrates lo hizo con cinco Beckenbauers.

Quizás porque paradójicamente no tenía ya el micro que le dio el futbol y, porque rechazó meterse en la política, por más que el expresidente “Lula” se lo pidiera... “Los futbolistas somos artistas y, por tanto, somos los únicos que tenemos más poder que nuestros jefes. Para mí, lo ideal sería un socialismo perfecto, donde todos los hombres tengan los mismos derechos y los mismos deberes. “Una concepción del mundo sin poder”. Por eso defendió a ultranza lo que se conoció como “La democracia corinthiana”, forma de gobierno bajo el tema de “Libertad con responsabilidad” en donde los clubes actúen como una comunidad de personas en las que todos, desde el presidente hasta el utilero, tomen en conjunto las decisiones y en la que todos los votos cuenten, así en Corinthians se proponían los horarios de entrenamiento, alineaciones, fichajes, despidos, etc., y la libertad a los futbolistas a deshoras fuera de la cancha.

Solía decir: “Un vaso de cerveza es mi mejor psicólogo”, entre otras cosas, porque no le hacía falta correr; le bastaba con su cerebro y el talento en sus pies. Este admirador de Marx nunca fue uno más en el vestuario de Corinthians que convirtió la imagen de la revolución brasileña en contra de la tiranía. Si la gente no tiene el poder de decir las cosas, entonces yo las digo por ellos. Al morir, nos legó estas palabras: “Lo mejor que el futbol me dio fue la oportunidad de conocer a los seres humanos. Conocí a quienes sufrieron muchísimo y, también al otro lado de la sociedad, los que lo tienen todo. Pude ver la realidad en que vivimos”... “Cuando a uno de mis hijos le puse Fidel, mi madre me dijo: ese es un nombre muy fuerte para un niño. Y le respondí... Madre, mira lo que me hiciste a mí”.

“No se trata solo de un juego en sí. Antes que nada, el futbol es una batalla psicológica. El aspecto humano tiene un papel significativo que muchas veces pienso si podremos algún día dirigir este entusiasmo que en él gastamos, hacia algo positivo para la humanidad. Pues a fin de cuentas el futbol y la tierra tienen algo en común: ambos son una bola, vemos a niños y adultos, blancos y negros, altos y bajos, flacos y gordos con la misma filosofía, todos a fantasear sobre su propia vida... Regalo mis goles a un país mejor”... Un deportista no es ni más ni menos que un Licenciado, un Ingeniero, un Médico o un Científico... Es, además de... lo que se proponga ser.

Abrió la jornada 16 en Veracruz, en donde los Tiburones bajo la batuta del director técnico interino, Hugo Chávez, recibió al Querétaro, urgido de puntos que le den la calificación. Se está haciendo costumbre que el Veracruz finalice de esta manera sus fines de temporada, que si no fuera por el no descenso, hoy estarían diciéndole adiós a la Primera División. El juego inició con un claro dominio de los jarochos, que a los 19 minutos estaban inaugurando el marcador, cuando Luna, en una contra espectacular, en un alarde de buena conducción, esperó a ser alcanzado por Carrasco, asistiéndolo de maravilla, para que venciera la salida de Volpi. A los 33, Ruiz hizo el segundo, para que en la segunda parte Alexis Pérez acercara a los Gallos, que finalmente, al 94, lograron igualar por conducto de Hiram Mier.

Hasta pronto amigo.