/ martes 8 de octubre de 2019

No todo lo que brilla es oro

La primera impresión es engañosa, mucho antes Séneca lo advirtió “las apariencias engañan”. Agradezco la atenta misiva que me envió el señor Felipe Lozano Villegas, en donde me manifiesta algunas inquietudes y dudas respecto de la formación del jugador y, la diferencia entre el futbol amateur y el profesional.

Siempre he pensado que tanta gloria hay en el profesionalismo que en el futbol de aficionados. En España, aún se recuerdan las hazañas del “Mágico” González vistiendo por 8 años los colores del Cádiz, por aquel tiempo amarillos, dejando con los ojos cuadrados al público de todos los estadios españoles. ¿Como es posible que un jugador salvadoreño, brillara lo mismo que un argentino, uruguayo o brasileño?

El talento se encuentra en todas partes, la cuestion es descubrirlos y encumbrarlos. A cuantos no hemos escuchado que en el equipo de su barrio jugaron junto a un Maradona o un Messi. Yo, simplemente, no entiendo como no hubo ojos expertos que vieran lo que hacían jugadores como Jorge Torres de la Galeana, Jorge Morales de la Laguna, Jorge Amor de la Primavera. Aquí estoy hablando de los barrios, pero si me voy a los grandes clubes de Tampico, fueron gloriosos: Paco Fernández, Héctor Núñez de Cácerez, Fernando Olguera o al señor Alzaga. En el Mante brillaba Alejandro Cayetano, en el Higo Víctor Goldaracena, en Pánuco Arnulfo Jiménez “el Chory”, en Naranjos Luís “Huicole” Castillo, en Xico Florencio Ávalos y, me van a disculpar por nombrar a unos cuantos, porque tranquilamente puedo formar un equipo completo en cada una de las entidades mencionadas.

Y créanme, al mencionar estos nombres, lo hago en recuerdo a jugadas que nada tienen que envidiarle a las que les hemos visto a las grandes estrellas. Puedo asegurarles a ustedes, que el único mérito de las grandes luminarias no es otro que el de su buena suerte. Para mi ha sido muy gratificante ver como estos grandes deportistas anónimos, no han sido tocados por la soberbia de verse afectados por no haber sido profesionales, disfrutando sin embargo, tal vez más que los encumbrados.

Pero, quiero decirle a mi estimado lector Felipe Lozano, que si existe diferencia entre el jugador profesional y el amateur y, que no se engañe con la imágen que solemos endosar a nuestros vecinos caribeños, Trinidad y Tobago por ejemplo, tiene tantos o más futbolistas colocados en Europa que México. No todo lo que nos ofreció Juan Carlos Osorio fue malo, cuando se refirió al físico que nos caracteriza, no estaba equivocado, un jugador trinitario puede ser técnicamente inferior a nosotros, pero físicamente es superior y, para los europeos, la técnica del mexicano, muchas veces no supera al físico caribeño, pero lo que más les facilita colocarse por allá, es el aspecto económico, pues si como bien me dice el señor Lozano, son casi amateurs, entonces son libres para contratarse con quien sea.

En el aspecto competitivo, señor Lozano, le voy a poner un ejemplo facilmente comprobable. Hubo dos equipos en el futbol de ciudad madero, uno en categoría libre y, otro en veteranos, eran el GUM, conformado por puros jugadores ex-profesionales que competía como invitado en la aprimera fuerza, en la que ganó seis campeonatos consecutivos, con el entendido de que siendo invitado, no tenía derecho a los títulos... El otro fue el “Pipos”, que iniciaba sus juegos alineando a 9 jugadores exprofecionales.

Del primer equipo les diré, que en la mayoría de los juegos eran dominados ampliamente por sus rivales, que finalmente sucumbían, igual ocurría con Pipos, pero como no jugaban como invitados, se les premiaba, hasta que la Liga tomo la decisión de permitirles que alinearan únicamente a cinco profesionales. ¿En que consistía la diferencia entre ex-profesionales y amateurs? El jugador profesional igual que todos, al paso del tiempo perderá principalmente sus capacidades físicas, pero siempre tendrá intacta su técnica y sobree todo su disciplina táctica que le dejaron los años de entrenamiento como jugador profesional. Esto para el amateur, signifíca una diferencia potencial contra la que no puede competir. Al quitarle a Pipos seis jugadores ex-profesionales, las fuerzas se equipararon, haciendo más justa la competencia.

Pero finalmente, quiero entender que la inconformidad del señor Felipe Lozano, es la poca oportunidad que se ofrece al jugador llanero, en ese aspecto si le doy razón. Los equipos profesionales han descuidado la producción de jugadores nacionales, hoy vemos al América, presentar a un jovencito uruguayo que tan pronto debuto anotó un gol. Muy buen jugador este, igual que otros extranjeros en otros equipos que hacen lo mismo, como el León con Moreno etc., Pero anteriormente apostaban más por la cantera y, estoy hablando del América que es de los equipos que más jóvenes ha debutado. El equipo profesional de nuestra metropoli, está de paso y, trae su idea de lo que busca, quedándose nuestros jóvenes regionales fuera de su concepto de jugador apto para el profesionalismo.

Hasta pronto amigo

La primera impresión es engañosa, mucho antes Séneca lo advirtió “las apariencias engañan”. Agradezco la atenta misiva que me envió el señor Felipe Lozano Villegas, en donde me manifiesta algunas inquietudes y dudas respecto de la formación del jugador y, la diferencia entre el futbol amateur y el profesional.

Siempre he pensado que tanta gloria hay en el profesionalismo que en el futbol de aficionados. En España, aún se recuerdan las hazañas del “Mágico” González vistiendo por 8 años los colores del Cádiz, por aquel tiempo amarillos, dejando con los ojos cuadrados al público de todos los estadios españoles. ¿Como es posible que un jugador salvadoreño, brillara lo mismo que un argentino, uruguayo o brasileño?

El talento se encuentra en todas partes, la cuestion es descubrirlos y encumbrarlos. A cuantos no hemos escuchado que en el equipo de su barrio jugaron junto a un Maradona o un Messi. Yo, simplemente, no entiendo como no hubo ojos expertos que vieran lo que hacían jugadores como Jorge Torres de la Galeana, Jorge Morales de la Laguna, Jorge Amor de la Primavera. Aquí estoy hablando de los barrios, pero si me voy a los grandes clubes de Tampico, fueron gloriosos: Paco Fernández, Héctor Núñez de Cácerez, Fernando Olguera o al señor Alzaga. En el Mante brillaba Alejandro Cayetano, en el Higo Víctor Goldaracena, en Pánuco Arnulfo Jiménez “el Chory”, en Naranjos Luís “Huicole” Castillo, en Xico Florencio Ávalos y, me van a disculpar por nombrar a unos cuantos, porque tranquilamente puedo formar un equipo completo en cada una de las entidades mencionadas.

Y créanme, al mencionar estos nombres, lo hago en recuerdo a jugadas que nada tienen que envidiarle a las que les hemos visto a las grandes estrellas. Puedo asegurarles a ustedes, que el único mérito de las grandes luminarias no es otro que el de su buena suerte. Para mi ha sido muy gratificante ver como estos grandes deportistas anónimos, no han sido tocados por la soberbia de verse afectados por no haber sido profesionales, disfrutando sin embargo, tal vez más que los encumbrados.

Pero, quiero decirle a mi estimado lector Felipe Lozano, que si existe diferencia entre el jugador profesional y el amateur y, que no se engañe con la imágen que solemos endosar a nuestros vecinos caribeños, Trinidad y Tobago por ejemplo, tiene tantos o más futbolistas colocados en Europa que México. No todo lo que nos ofreció Juan Carlos Osorio fue malo, cuando se refirió al físico que nos caracteriza, no estaba equivocado, un jugador trinitario puede ser técnicamente inferior a nosotros, pero físicamente es superior y, para los europeos, la técnica del mexicano, muchas veces no supera al físico caribeño, pero lo que más les facilita colocarse por allá, es el aspecto económico, pues si como bien me dice el señor Lozano, son casi amateurs, entonces son libres para contratarse con quien sea.

En el aspecto competitivo, señor Lozano, le voy a poner un ejemplo facilmente comprobable. Hubo dos equipos en el futbol de ciudad madero, uno en categoría libre y, otro en veteranos, eran el GUM, conformado por puros jugadores ex-profesionales que competía como invitado en la aprimera fuerza, en la que ganó seis campeonatos consecutivos, con el entendido de que siendo invitado, no tenía derecho a los títulos... El otro fue el “Pipos”, que iniciaba sus juegos alineando a 9 jugadores exprofecionales.

Del primer equipo les diré, que en la mayoría de los juegos eran dominados ampliamente por sus rivales, que finalmente sucumbían, igual ocurría con Pipos, pero como no jugaban como invitados, se les premiaba, hasta que la Liga tomo la decisión de permitirles que alinearan únicamente a cinco profesionales. ¿En que consistía la diferencia entre ex-profesionales y amateurs? El jugador profesional igual que todos, al paso del tiempo perderá principalmente sus capacidades físicas, pero siempre tendrá intacta su técnica y sobree todo su disciplina táctica que le dejaron los años de entrenamiento como jugador profesional. Esto para el amateur, signifíca una diferencia potencial contra la que no puede competir. Al quitarle a Pipos seis jugadores ex-profesionales, las fuerzas se equipararon, haciendo más justa la competencia.

Pero finalmente, quiero entender que la inconformidad del señor Felipe Lozano, es la poca oportunidad que se ofrece al jugador llanero, en ese aspecto si le doy razón. Los equipos profesionales han descuidado la producción de jugadores nacionales, hoy vemos al América, presentar a un jovencito uruguayo que tan pronto debuto anotó un gol. Muy buen jugador este, igual que otros extranjeros en otros equipos que hacen lo mismo, como el León con Moreno etc., Pero anteriormente apostaban más por la cantera y, estoy hablando del América que es de los equipos que más jóvenes ha debutado. El equipo profesional de nuestra metropoli, está de paso y, trae su idea de lo que busca, quedándose nuestros jóvenes regionales fuera de su concepto de jugador apto para el profesionalismo.

Hasta pronto amigo