/ lunes 22 de abril de 2019

Nostalgia del futuro

Nostalgia del futuro

Ante el estado omnipresente de las migraciones, inestabilidad política, guerras comerciales, descubrimientos tecnológicos y ausencia de valores humanos significativos...

“La nostalgia del futuro” es lo que nos libera -por momentos-, del estruendoso combate entre los principales instintos que gobiernan la conducta del hombre: Thánatos que aspira a separar y, simultáneamente, Eros –símbolo claro del amor.

Thánatos, acogido bajo el signo de Marte, dios de la guerra latino, encarna la doctrina o pensamiento y anhelos de supremacía del individuo bajo el postulado de que “el hombre es el lobo para el hombre” (Leviathan, Tomas Hobbes). Esto nos advierte que la mayor parte, si no es que la totalidad, de los desequilibrios y descompensaciones entre los países y los individuos se inicia en el enfrentamiento permanente entre Thanatos y Eros, Necrofilos y Biofilos, entre los que pretenden la destrucción y los que aman la vida. Lucha de curso incierto, aún.

Me gusta creer que Eros prevalecerá como la antorcha que mantiene el calor perpetuo por el fuego del amor. Después de todo, William Shakespeare dijo "¿Quién fue el que esculpió la estatua de Eros y la colocó sobre fuentes, imaginándose que el agua podía extinguir este fuego?"

Respecto a la lucha perenne entre Eros y Thanatos que marca la actividad humana, viene a mi mente un conocido pasaje de Lemercier, sobre la dualidad del lobo y el cordero.

--Gregorio, ¿Tú quieres ser lobo?

-No.

Gregorio, ¿tú quieres ser cordero?

-No.

-Me caes bien, amigo Gregorio, no tratas de ser lobo o cordero. Eres lobo y cordero.

-Pero entonces, Jesús, ¿por qué atacas a los lobos que se disfrazan de corderos?

-Gregorio, una cosa es ser cordero y lobo, saberlo y aceptarlo, y otra cosa que el lobo actúe pretendiendo ser cordero y viceversa. Quiero al lobo que es lobo y al cordero que es cordero. Lo que detesto es todo lo que es falso, todo aquello que es mentira, todo lo que es equívoco, el lobo que pretende ser cordero y el cordero que pretende ser lobo.

Y más adelante.

-Pero Jesús, si soy lobo y cordero, ¿Cómo puedo ser verdadero, cómo puedo ser auténtico?

--Gregorio, ¿Crees tú que yo fui cordero? ¿Crees tú que fui lobo? Yo como tú fui lobo y cordero. Gregorio, tú y yo somos hijos de lobo y cordero. Ello es la fuente de nuestra angustia, es lo que hace nuestra grandeza. En ti como en mí, el lobo y el cordero se confrontan en una lucha a muerte. En ti como en mí el lobo quiere devorar al cordero y el cordero quiere que el lobo se dedique a pastar.

-Jesús, ¿Quién debo desear yo que venza?

--Ninguno de los dos. El día en que uno de los dos gane es el fin de la lucha a muerte, y es la muerte de los dos, es la muerte del lobo y el cordero…es la nuestra.

Es nuestra muerte.

NOTA DEL DÍA.- Aunque en el Vaticano se efectúan cursos de Exorcismo, como todos los años, de lo que se presupone que el Diablo existe y está no solo en la baraja de la Loteria, la Cuaresma tradicionalmente se distingue por la poca actividad diabluna. Sin embargo, mientras los vacacionistas de Semana Mayor se dedican a quemarse la piel bajo los abrasadores rayos del sol, “los demonios andan sueltos” y siguen haciendo de las suyas en el ámbito político nacional, que con la llegada de un nuevo gobierno está que arde. ¿Cuáles son los diablillos que sin importar este periodo de asueto andan ocupados en reagruparse para lanzar sus dardos políticos contra el inquilino de Palacio Nacional? ¿Qué respuesta dará el Presidente de la república ante la amenaza de conjuros y “exorcismo politico” que lo persigue?

Nostalgia del futuro

Ante el estado omnipresente de las migraciones, inestabilidad política, guerras comerciales, descubrimientos tecnológicos y ausencia de valores humanos significativos...

“La nostalgia del futuro” es lo que nos libera -por momentos-, del estruendoso combate entre los principales instintos que gobiernan la conducta del hombre: Thánatos que aspira a separar y, simultáneamente, Eros –símbolo claro del amor.

Thánatos, acogido bajo el signo de Marte, dios de la guerra latino, encarna la doctrina o pensamiento y anhelos de supremacía del individuo bajo el postulado de que “el hombre es el lobo para el hombre” (Leviathan, Tomas Hobbes). Esto nos advierte que la mayor parte, si no es que la totalidad, de los desequilibrios y descompensaciones entre los países y los individuos se inicia en el enfrentamiento permanente entre Thanatos y Eros, Necrofilos y Biofilos, entre los que pretenden la destrucción y los que aman la vida. Lucha de curso incierto, aún.

Me gusta creer que Eros prevalecerá como la antorcha que mantiene el calor perpetuo por el fuego del amor. Después de todo, William Shakespeare dijo "¿Quién fue el que esculpió la estatua de Eros y la colocó sobre fuentes, imaginándose que el agua podía extinguir este fuego?"

Respecto a la lucha perenne entre Eros y Thanatos que marca la actividad humana, viene a mi mente un conocido pasaje de Lemercier, sobre la dualidad del lobo y el cordero.

--Gregorio, ¿Tú quieres ser lobo?

-No.

Gregorio, ¿tú quieres ser cordero?

-No.

-Me caes bien, amigo Gregorio, no tratas de ser lobo o cordero. Eres lobo y cordero.

-Pero entonces, Jesús, ¿por qué atacas a los lobos que se disfrazan de corderos?

-Gregorio, una cosa es ser cordero y lobo, saberlo y aceptarlo, y otra cosa que el lobo actúe pretendiendo ser cordero y viceversa. Quiero al lobo que es lobo y al cordero que es cordero. Lo que detesto es todo lo que es falso, todo aquello que es mentira, todo lo que es equívoco, el lobo que pretende ser cordero y el cordero que pretende ser lobo.

Y más adelante.

-Pero Jesús, si soy lobo y cordero, ¿Cómo puedo ser verdadero, cómo puedo ser auténtico?

--Gregorio, ¿Crees tú que yo fui cordero? ¿Crees tú que fui lobo? Yo como tú fui lobo y cordero. Gregorio, tú y yo somos hijos de lobo y cordero. Ello es la fuente de nuestra angustia, es lo que hace nuestra grandeza. En ti como en mí, el lobo y el cordero se confrontan en una lucha a muerte. En ti como en mí el lobo quiere devorar al cordero y el cordero quiere que el lobo se dedique a pastar.

-Jesús, ¿Quién debo desear yo que venza?

--Ninguno de los dos. El día en que uno de los dos gane es el fin de la lucha a muerte, y es la muerte de los dos, es la muerte del lobo y el cordero…es la nuestra.

Es nuestra muerte.

NOTA DEL DÍA.- Aunque en el Vaticano se efectúan cursos de Exorcismo, como todos los años, de lo que se presupone que el Diablo existe y está no solo en la baraja de la Loteria, la Cuaresma tradicionalmente se distingue por la poca actividad diabluna. Sin embargo, mientras los vacacionistas de Semana Mayor se dedican a quemarse la piel bajo los abrasadores rayos del sol, “los demonios andan sueltos” y siguen haciendo de las suyas en el ámbito político nacional, que con la llegada de un nuevo gobierno está que arde. ¿Cuáles son los diablillos que sin importar este periodo de asueto andan ocupados en reagruparse para lanzar sus dardos políticos contra el inquilino de Palacio Nacional? ¿Qué respuesta dará el Presidente de la república ante la amenaza de conjuros y “exorcismo politico” que lo persigue?