/ viernes 19 de octubre de 2018

Noticias de la República

El período de transición presidencial por momentos da continuidad al clima de insultos...

Descalificaciones y escasez de propuestas viables en que se debate la vida política del país, materia que ensombrece el entorno de calma necesario para llegar a acuerdos tendientes a resolver problemas de la gente.

Ni el lenguaje político rudo ni la manipulación de números y estadísticas ni el ruido blanco que se escucha alrededor de casos sonados de abuso del erario -a veces con ocultas intenciones-, pueden esconder la realidad de los bajos salarios, el desempleo, el subempleo, el escaso ahorro y las muy pocas inversiones.

Sin embargo, donde quiera se halla, me parece, el compromiso de mejorar el castigado nivel de compra de extensos sectores de la población, tesis que requiere finalizar con las políticas hechas a la carta para favorecer a unos pocos a costa de muchos. Esto, en algo se debe relacionar con la escasa voluntad para aplicar las leyes y la dramática disminución en las oportunidades reales de progreso personal y laboral sobre todo de los más jóvenes, que ven cortado su legítimo derecho y capacidad de soñar.

Es ese9ncial el retorno a una mística y filosofía de vida, a una manera de hacer las cosas que sea distintivo del amor a Mexico, y que en las palabras y las acciones subsista la medida del individuo y su auténtica dimensión ética.

PD. La abundancia de soluciones provisionales en busca de beneficios políticos es algo que ha hecho mucho daño.

El período de transición presidencial por momentos da continuidad al clima de insultos...

Descalificaciones y escasez de propuestas viables en que se debate la vida política del país, materia que ensombrece el entorno de calma necesario para llegar a acuerdos tendientes a resolver problemas de la gente.

Ni el lenguaje político rudo ni la manipulación de números y estadísticas ni el ruido blanco que se escucha alrededor de casos sonados de abuso del erario -a veces con ocultas intenciones-, pueden esconder la realidad de los bajos salarios, el desempleo, el subempleo, el escaso ahorro y las muy pocas inversiones.

Sin embargo, donde quiera se halla, me parece, el compromiso de mejorar el castigado nivel de compra de extensos sectores de la población, tesis que requiere finalizar con las políticas hechas a la carta para favorecer a unos pocos a costa de muchos. Esto, en algo se debe relacionar con la escasa voluntad para aplicar las leyes y la dramática disminución en las oportunidades reales de progreso personal y laboral sobre todo de los más jóvenes, que ven cortado su legítimo derecho y capacidad de soñar.

Es ese9ncial el retorno a una mística y filosofía de vida, a una manera de hacer las cosas que sea distintivo del amor a Mexico, y que en las palabras y las acciones subsista la medida del individuo y su auténtica dimensión ética.

PD. La abundancia de soluciones provisionales en busca de beneficios políticos es algo que ha hecho mucho daño.