/ miércoles 10 de octubre de 2018

O no se debe

En la política nada es permanente y lo que hoy es, mañana quizá ya no será...

Quien este día detenta una fuerza real, pronto, más pronto de lo que se supone, la puede perder, y si en la actualidad goza de impunidad, es posible que el día siguiente se vea tras las rejas.

Y hoy todo hace suponer que los vaivenes de la política se están inclinando en picada hacia el sindicalismo mexicano, que los vientos que soplan desde la izquierda amenazan con arrasar a las malas prácticas de los líderes que se han encumbrado y enriquecido en perjuicio de la base trabajadora.

Ya no más líderes charros, parece decir el nuevo régimen político mexicano, no más gangsterismo en los sindicatos, donde en base al terror y a la extorsión, al chantaje y las presiones laborales, se mantienen en el poder por años y años, manejando los bienes y derechos de sus agremiados, como si fueran reyezuelos de horca y cuchillo.

Como se ven las cosas, el sindicato más expuesto a la reivindicación de los obreros y el más viable para sentar un sano precedente de honor y de justicia, es el petrolero.

Sus líderes, insultantemente ricos todos, deberían estar pensando ya en dónde se van a esconder, porque el brazo de la ley hoy se ve muy largo y es posible que los alcance sin misericordia, para el beneplácito de la clase obrera.

En temas locales, diremos que el común denominador que identifica a los alcaldes de la zona conurbada, sin lugar a dudas es el trabajo.

Cada uno de ellos, a su manera muy personal de hacer las cosas, está desarrollando una febril actividad de acuerdo a las prioridades de cada municipio, pero definitivamente entregados en cuerpo y alma a la responsabilidad que les confirió el pueblo.

Jesús Nader Nasrallah, con la visión de un exitoso hombre de empresa, es práctico, efectivo y sabe tomar decisiones bajo presión sin perder la ecuanimidad. Sabe lo que quiere y busca las mejores soluciones a los planteamientos de cualquier problema.

Adrián Oseguera Kernion, hombre de lucha y de objetivos, nunca se da por vencido ante ninguna circunstancia y conoce bien los caminos del éxito, es gente que cumple su palabra y nunca se lanza a una empresa sin estar debidamente preparado.

La señora Alma Laura Amparán Cruz, forjada en el seno familiar bajo un ambiente de moral absoluta, identificada con la gente pobre a la que le dedica todo su sentimiento de solidaridad y cariño; es una dama de hierro, porque el trabajo no la detiene, al contrario, es su divisa heredada de su padre, quien la enseñó aplicar su filosofía de “Aquí venimos a trabajar”.

Los tres son diferentes, pero en el trabajo se parecen mucho.

Luego entonces, Tampico, Madero y Altamira, respectivamente, tiene a tres mandatarios formados en la cultura del esfuerzo, la creatividad y la visión del éxito en lo que emprenden.

Así no se puede fallar... o no se debe.

P.D.- Cuando hay voluntad, todo se puede.


En la política nada es permanente y lo que hoy es, mañana quizá ya no será...

Quien este día detenta una fuerza real, pronto, más pronto de lo que se supone, la puede perder, y si en la actualidad goza de impunidad, es posible que el día siguiente se vea tras las rejas.

Y hoy todo hace suponer que los vaivenes de la política se están inclinando en picada hacia el sindicalismo mexicano, que los vientos que soplan desde la izquierda amenazan con arrasar a las malas prácticas de los líderes que se han encumbrado y enriquecido en perjuicio de la base trabajadora.

Ya no más líderes charros, parece decir el nuevo régimen político mexicano, no más gangsterismo en los sindicatos, donde en base al terror y a la extorsión, al chantaje y las presiones laborales, se mantienen en el poder por años y años, manejando los bienes y derechos de sus agremiados, como si fueran reyezuelos de horca y cuchillo.

Como se ven las cosas, el sindicato más expuesto a la reivindicación de los obreros y el más viable para sentar un sano precedente de honor y de justicia, es el petrolero.

Sus líderes, insultantemente ricos todos, deberían estar pensando ya en dónde se van a esconder, porque el brazo de la ley hoy se ve muy largo y es posible que los alcance sin misericordia, para el beneplácito de la clase obrera.

En temas locales, diremos que el común denominador que identifica a los alcaldes de la zona conurbada, sin lugar a dudas es el trabajo.

Cada uno de ellos, a su manera muy personal de hacer las cosas, está desarrollando una febril actividad de acuerdo a las prioridades de cada municipio, pero definitivamente entregados en cuerpo y alma a la responsabilidad que les confirió el pueblo.

Jesús Nader Nasrallah, con la visión de un exitoso hombre de empresa, es práctico, efectivo y sabe tomar decisiones bajo presión sin perder la ecuanimidad. Sabe lo que quiere y busca las mejores soluciones a los planteamientos de cualquier problema.

Adrián Oseguera Kernion, hombre de lucha y de objetivos, nunca se da por vencido ante ninguna circunstancia y conoce bien los caminos del éxito, es gente que cumple su palabra y nunca se lanza a una empresa sin estar debidamente preparado.

La señora Alma Laura Amparán Cruz, forjada en el seno familiar bajo un ambiente de moral absoluta, identificada con la gente pobre a la que le dedica todo su sentimiento de solidaridad y cariño; es una dama de hierro, porque el trabajo no la detiene, al contrario, es su divisa heredada de su padre, quien la enseñó aplicar su filosofía de “Aquí venimos a trabajar”.

Los tres son diferentes, pero en el trabajo se parecen mucho.

Luego entonces, Tampico, Madero y Altamira, respectivamente, tiene a tres mandatarios formados en la cultura del esfuerzo, la creatividad y la visión del éxito en lo que emprenden.

Así no se puede fallar... o no se debe.

P.D.- Cuando hay voluntad, todo se puede.