/ sábado 31 de julio de 2021

Ocurrencias de futbol | Me llevaré conmigo los zapatos gastados en todos los estadios, donde tanto he jugado

Sigo sin entender por qué razón la FIFA responsabiliza a México por el mentado grito homofóbico que se escucha en los estadios que no son mexicanos y que es gritado por fanáticos que un tiempo fueron mexicanos, pero que decidieron vivir bajo un régimen que no es el mexicano, renunciando a la potestad de la que fue su patria.

Esa gente ya no es responsabilidad del gobierno mexicano, saben bien que si regresan a su origen, ya no podrán reintegrarse al trabajo que actualmente tienen en USA, eso es lo que escogieron, así que de nuestra parte... ¡Quédense allá!

A esta gente, que igual a las mentadas softbolistas que reniegan de los colores de su bandera, ¿por qué les hemos de guardar consideración, si son felices allá, pues lo mejor es que se sientan gringos y que defiendan al país que les está dando de comer, pero por favor, si desean continuar disfrazándose de luchadores, háganlo, pero no se envuelvan en nuestra bandera cada vez que envalentonados lanzan el estúpido grito del que tanto se ufanan.

Y qué miserable es nuestra Federación de Futbol que coopera a la ofensa nacional solo por ganarse los dólares que esas turbas les dejan en la taquilla. ¿Por qué permiten que esos tipos introduzcan la bandera mexicana a los estadios? ¿Por qué no enarbolan la de USA?, me gustaría que lo hicieran, así nuestras autoridades aprenderían qué fácil es acabar con esos grupos de inadaptados.

Pero lo más vergonzoso es que los arrastrados admiradores de las grandes estrellas del beisbol norteamericano vistan con nuestros colores a un grupo de renegadas softbolistas tan malas, que allá en su tierra, la que ellas eligieron, en donde cumplen el papel de ciudadanas de segunda clase y que las hace no merecedoras de vestir el uniforme de las barras y las estrellas.

Estos tipos que las eligieron y que las están defendiendo con gran entusiasmo, aceptando que estuvo bien que se deshicieron de unos trapos que ya no usarían, ¡hombre! que idiota me hacen sentir al recordarme que aún conservo la hermosísima camisa de cabeza de indio (una tela antigua que empapada de sudor, pesaba una tonelada) que era réplica de la que usaba el Tampico de los años 50's, que mandó confeccionar la familia Díaz, en el homenaje que se le hizo en vida a nuestro inolvidable compañero el "Indio de Jaso" Lupe Díaz, la inolvidable celeste que se ha llevado a la tumba a todos los que ya se nos adelantaron y que la recibieron en aquella ocasión.

"Cabeza de Indio", que no cambiaríamos por la más innovadora de las camisetas que hoy visten las grandes estrellas del deporte actual, que seguramente han de tener un precio inalcanzable para mis humildes ingresos, sin embargo, los imbéciles directivos de la Asociación mexicana de este deporte aducen ¿por qué no se culpa de igual forma a los deportistas que al finalizar el juego regalan su camiseta al fan que se las pide?.

En un principio, al deportista que regalaba su camiseta se le descontaba de su salario, pero después los fabricantes asumieron el costo de cada camiseta regalada, creo que se le llama "marketing". ¿Pero creen ustedes que Cristiano o Messi regalaran su camiseta con la que se coronen algún día campeones del Mundo?. En fin, qué diferencia, Funes Mori, tan repudiado, se ha ganado el honroso mérito de ser aceptado como mexicano, mientras que estas renegadas, ni son de aquí, ni son de allá.

Era en el principio de los 2000 cuando en el Centro Deportivo Español de Tampico el Club Rayados de Monterrey realizó una visoria abierta para todos los jóvenes futbolistas de la región, don Grimaldo González trajo a unos jovencitos de Torreón y, por ahí aparecieron dos niños que nos sorprendieron a los que estábamos presentes, supimos que eran hijos de Geraldo Francisco Dos Santos, mejor conocido como "Zizinho", exjugador del América, el León y Rayados de Monterrey y los niños respondían a los nombres de Giovanni y Jonathan.

Poco después, valiéndose "Zizinho" de su amistad con un jugador brasileño del Barcelona consiguió que sus hijos fueran observados, y los dos fueron aceptados por los blaugrana, dandose así el milagro de que se formaran a la frondosa sombra de grandes estrellas como Rivaldo, Deco y el increíble Ronaldinho, todo bajo la poderosa influencia del que es actualmente el más exitoso director técnico del mundo, Pep Guardiola.

"De qué sirve la vida si a un rato de alegría le sigue un gran dolor", así lo dijo Alberto Cortez, tal como le acaba de ocurrir a Jonathan dos Santos, uno de aquellos pequeños que tanto nos impresionaran allá en el Deportivo Español, que ahora, convertido en pieza importante del planteamiento del "Tata" Martino, cuando felizmente se disponía a defender los gloriosos colores de la Selección Mexicana fue notificado de la dolorosa pérdida de su señor padre.

El primero en acercarse a él fue el "Tata", quien le hizo saber que aceptaría la decisión que tomara respecto a su compromiso con la selección, a lo que el Jona pidió le permitiera entregar a su padre la última de sus ofrendas. Seguramente ustedes podrán imaginar el profundo dolor de un hijo en situación semejante.

Todos somos buenos, pero ninguno mejor que todos juntos, así, sobre la base de estas palabras, Jonathan pudo cumplir su ofrenda. El dolor no acaba, claro que no, pero la resignación es más posible cuando es respaldada por el respeto y apoyo de tantas amistades ganadas por la familia Dos Santos... Reciban ellos la más sentida condolencia por parte de mi casa El Sol de Tampico... Descanse en paz Geraldo Francisco "Zizinho".

Hasta pronto amigo.

Sigo sin entender por qué razón la FIFA responsabiliza a México por el mentado grito homofóbico que se escucha en los estadios que no son mexicanos y que es gritado por fanáticos que un tiempo fueron mexicanos, pero que decidieron vivir bajo un régimen que no es el mexicano, renunciando a la potestad de la que fue su patria.

Esa gente ya no es responsabilidad del gobierno mexicano, saben bien que si regresan a su origen, ya no podrán reintegrarse al trabajo que actualmente tienen en USA, eso es lo que escogieron, así que de nuestra parte... ¡Quédense allá!

A esta gente, que igual a las mentadas softbolistas que reniegan de los colores de su bandera, ¿por qué les hemos de guardar consideración, si son felices allá, pues lo mejor es que se sientan gringos y que defiendan al país que les está dando de comer, pero por favor, si desean continuar disfrazándose de luchadores, háganlo, pero no se envuelvan en nuestra bandera cada vez que envalentonados lanzan el estúpido grito del que tanto se ufanan.

Y qué miserable es nuestra Federación de Futbol que coopera a la ofensa nacional solo por ganarse los dólares que esas turbas les dejan en la taquilla. ¿Por qué permiten que esos tipos introduzcan la bandera mexicana a los estadios? ¿Por qué no enarbolan la de USA?, me gustaría que lo hicieran, así nuestras autoridades aprenderían qué fácil es acabar con esos grupos de inadaptados.

Pero lo más vergonzoso es que los arrastrados admiradores de las grandes estrellas del beisbol norteamericano vistan con nuestros colores a un grupo de renegadas softbolistas tan malas, que allá en su tierra, la que ellas eligieron, en donde cumplen el papel de ciudadanas de segunda clase y que las hace no merecedoras de vestir el uniforme de las barras y las estrellas.

Estos tipos que las eligieron y que las están defendiendo con gran entusiasmo, aceptando que estuvo bien que se deshicieron de unos trapos que ya no usarían, ¡hombre! que idiota me hacen sentir al recordarme que aún conservo la hermosísima camisa de cabeza de indio (una tela antigua que empapada de sudor, pesaba una tonelada) que era réplica de la que usaba el Tampico de los años 50's, que mandó confeccionar la familia Díaz, en el homenaje que se le hizo en vida a nuestro inolvidable compañero el "Indio de Jaso" Lupe Díaz, la inolvidable celeste que se ha llevado a la tumba a todos los que ya se nos adelantaron y que la recibieron en aquella ocasión.

"Cabeza de Indio", que no cambiaríamos por la más innovadora de las camisetas que hoy visten las grandes estrellas del deporte actual, que seguramente han de tener un precio inalcanzable para mis humildes ingresos, sin embargo, los imbéciles directivos de la Asociación mexicana de este deporte aducen ¿por qué no se culpa de igual forma a los deportistas que al finalizar el juego regalan su camiseta al fan que se las pide?.

En un principio, al deportista que regalaba su camiseta se le descontaba de su salario, pero después los fabricantes asumieron el costo de cada camiseta regalada, creo que se le llama "marketing". ¿Pero creen ustedes que Cristiano o Messi regalaran su camiseta con la que se coronen algún día campeones del Mundo?. En fin, qué diferencia, Funes Mori, tan repudiado, se ha ganado el honroso mérito de ser aceptado como mexicano, mientras que estas renegadas, ni son de aquí, ni son de allá.

Era en el principio de los 2000 cuando en el Centro Deportivo Español de Tampico el Club Rayados de Monterrey realizó una visoria abierta para todos los jóvenes futbolistas de la región, don Grimaldo González trajo a unos jovencitos de Torreón y, por ahí aparecieron dos niños que nos sorprendieron a los que estábamos presentes, supimos que eran hijos de Geraldo Francisco Dos Santos, mejor conocido como "Zizinho", exjugador del América, el León y Rayados de Monterrey y los niños respondían a los nombres de Giovanni y Jonathan.

Poco después, valiéndose "Zizinho" de su amistad con un jugador brasileño del Barcelona consiguió que sus hijos fueran observados, y los dos fueron aceptados por los blaugrana, dandose así el milagro de que se formaran a la frondosa sombra de grandes estrellas como Rivaldo, Deco y el increíble Ronaldinho, todo bajo la poderosa influencia del que es actualmente el más exitoso director técnico del mundo, Pep Guardiola.

"De qué sirve la vida si a un rato de alegría le sigue un gran dolor", así lo dijo Alberto Cortez, tal como le acaba de ocurrir a Jonathan dos Santos, uno de aquellos pequeños que tanto nos impresionaran allá en el Deportivo Español, que ahora, convertido en pieza importante del planteamiento del "Tata" Martino, cuando felizmente se disponía a defender los gloriosos colores de la Selección Mexicana fue notificado de la dolorosa pérdida de su señor padre.

El primero en acercarse a él fue el "Tata", quien le hizo saber que aceptaría la decisión que tomara respecto a su compromiso con la selección, a lo que el Jona pidió le permitiera entregar a su padre la última de sus ofrendas. Seguramente ustedes podrán imaginar el profundo dolor de un hijo en situación semejante.

Todos somos buenos, pero ninguno mejor que todos juntos, así, sobre la base de estas palabras, Jonathan pudo cumplir su ofrenda. El dolor no acaba, claro que no, pero la resignación es más posible cuando es respaldada por el respeto y apoyo de tantas amistades ganadas por la familia Dos Santos... Reciban ellos la más sentida condolencia por parte de mi casa El Sol de Tampico... Descanse en paz Geraldo Francisco "Zizinho".

Hasta pronto amigo.