/ viernes 27 de marzo de 2020

Ocurrencias del futbol | El futbol, como cualquier deporte, es una técnica, una táctica, una estrategia, un arte

La exportación futbolística británica no fue sino una secuela de su hegemonía económica y política en un mundo que reorgaanizaba su sistema social y sus ideas, a fines del siglo XIX y principios del XX

Es la etapa del segundo colonialismo, como algunos historiadores gustan llamarla. Los intereses británicos estaban expandidos en aquellas fechas practicamente por todo el mundo. Gran Bretaña exportaba cantidades ingentes de capital, con el objetivo de obtener crecientes beneficios mediante su aplicación y, con los capitales también iban personas -técnicos, militares y obreros-, a través de estas personas, ciertas costumbres británicas se impusieron en otras naciones, o bien ejercieron una influencia considerable. No fue únicamentre la costumbre de tomar el té a media tarde lo que los británicos difundieron por todo el planeta: también llevaron consigo sus ocios y sus ejercicios físicos.

Y entre las mercancías que los britániacos exportaron en la dorada época de su segundo colonialismo se encontraba aquella actividad deportiva llamada futbol. Sin embargo, este no llegó a arraigar en Asia ni en África y, sí en el continente europeo y en América Latina, en donde existían las suficientes bases de modernidad para que así fuera. Fue precisamente España uno de los primeros países en asimilar la nueva práctica deportiva del futbol. Curiosamente, en esta ocasión la novedad no penetró como tantas y tantas veces a través de los Pirineos, sino que lo hizo por el sur de la península, concretamente por la provincia andaluza de Huelva, en donde capitales británicos usufructuaban las importantes minas cupriferas de Río Tinto y, sus técnicos y obreros dirigían las labores de explotación del mineral. Unos cuantos de estos trabajadores británicos fundaron ya en 1872 un equipo de fut-bol que tomó el nombre de Huwlva Recreation Club, consolidado oficialmente en 1889.

A partir de esa primera conexión, el interés por el futbol no tardó en prender en otras áreas del país, comen zando por las urbes más industrializadas y, consecuentemente, más abiertas a la innovación: Bilbao y Barcelona. En Bilbao y Barcelona. En Bilbao, en 1898, fue fundado el Athletic de Bilbao y, al año siguiente, en Barcelona, un joven suizo radicado en la ciudad catalana, Hans Gamper, fundó con un grupo de amigos el Club de Futbol Barcelona, Sin embargo, la primera conexión continental del futbol británico no fue la española. Hubo antes otra, producto de las excelentes relaciones culturales existentes entre Gran Bretaña y Suiza. A través de unos acuerdos de intercambio universitario, varios estudiantes británicos llevaron en 1855 al país helvético su incipiente y rudimentario deporte, del que tan orgullosos se sentían. A partir de tal momento, Suiza contó con varios clubes también históricos: el Servette y el Grasshoppers.

La conexión francesa fue también temprana, producto de la proximidad geográfica y del impulso que unos aspectos de la vida británica han ejercido sobre los galos. El futbol entró en Francia por el norte, a través del activo puerto de El Havre donde en 1872 se fundó el club con el nombre de la ciudad, el gran decano de los equipos franceses. Las vestimentas de sus jugadores eran tan llamativas, que el pueblo los motejaba graciosamente, los "Clowns"... La penetración del futbol en Suiza, por su parte, fue decisiva para su tránsito a la Europa central, oriental y meridional. Antes de finalizar el siglo, eran varios los países que contaban con escuadras que hoy son históricas: En Austria, el First de Viena: en Bélgica, Le Gantoise, el Royal Antwerp y el Ligeois; en Alemania: el Munich 1893 y el Hamburgo; en Hungría: el Ujpest Dozsa y el Ferencvaros; en Suecia, el Djurgarden y el Norrköping y finalmente en Italia, tres grandes: La Juventus de Turín, el Génova y el Milán, que inicialmente se denominó Milán Criket y Futbol Club. Todos estos equipos unidos a los españoles Athletic de Bilbao y Club de Futbol Barcelona, compondrían hoy un excelente plantel de participantes en cualquiera de las Copas que se juegan en Europa.

Los ingenieros y técnicos ingleses empleados de la explotación de las minas de Río Tinto en Huelva, fueron los introductores del fut-bol en España. En 1872 crearon el Huelva Recreation Club que en 1889 y ya con mayoría de españoles en sus filas, pasó a denominarse, Recreativo de Huelva... Mientras que en España se fundaban importantes clubes como el Athletic de Bilbao y el Barcelona, en Sudamérica el futbol adquiría popularidad, el Alumni dominó durante años el ambiente futbolístico de Argentina... La popularidad alcanzada por el futbol alentó el crecimiento de una industria basada en los útiles empleados en el juego: balones, zapatos y ropa especial para jugar, no en balde la revolución industrial se encontraba en pleno apogeo... continuaremos con el nacimiento futbolístico latinoamericano.

La exportación futbolística británica no fue sino una secuela de su hegemonía económica y política en un mundo que reorgaanizaba su sistema social y sus ideas, a fines del siglo XIX y principios del XX

Es la etapa del segundo colonialismo, como algunos historiadores gustan llamarla. Los intereses británicos estaban expandidos en aquellas fechas practicamente por todo el mundo. Gran Bretaña exportaba cantidades ingentes de capital, con el objetivo de obtener crecientes beneficios mediante su aplicación y, con los capitales también iban personas -técnicos, militares y obreros-, a través de estas personas, ciertas costumbres británicas se impusieron en otras naciones, o bien ejercieron una influencia considerable. No fue únicamentre la costumbre de tomar el té a media tarde lo que los británicos difundieron por todo el planeta: también llevaron consigo sus ocios y sus ejercicios físicos.

Y entre las mercancías que los britániacos exportaron en la dorada época de su segundo colonialismo se encontraba aquella actividad deportiva llamada futbol. Sin embargo, este no llegó a arraigar en Asia ni en África y, sí en el continente europeo y en América Latina, en donde existían las suficientes bases de modernidad para que así fuera. Fue precisamente España uno de los primeros países en asimilar la nueva práctica deportiva del futbol. Curiosamente, en esta ocasión la novedad no penetró como tantas y tantas veces a través de los Pirineos, sino que lo hizo por el sur de la península, concretamente por la provincia andaluza de Huelva, en donde capitales británicos usufructuaban las importantes minas cupriferas de Río Tinto y, sus técnicos y obreros dirigían las labores de explotación del mineral. Unos cuantos de estos trabajadores británicos fundaron ya en 1872 un equipo de fut-bol que tomó el nombre de Huwlva Recreation Club, consolidado oficialmente en 1889.

A partir de esa primera conexión, el interés por el futbol no tardó en prender en otras áreas del país, comen zando por las urbes más industrializadas y, consecuentemente, más abiertas a la innovación: Bilbao y Barcelona. En Bilbao y Barcelona. En Bilbao, en 1898, fue fundado el Athletic de Bilbao y, al año siguiente, en Barcelona, un joven suizo radicado en la ciudad catalana, Hans Gamper, fundó con un grupo de amigos el Club de Futbol Barcelona, Sin embargo, la primera conexión continental del futbol británico no fue la española. Hubo antes otra, producto de las excelentes relaciones culturales existentes entre Gran Bretaña y Suiza. A través de unos acuerdos de intercambio universitario, varios estudiantes británicos llevaron en 1855 al país helvético su incipiente y rudimentario deporte, del que tan orgullosos se sentían. A partir de tal momento, Suiza contó con varios clubes también históricos: el Servette y el Grasshoppers.

La conexión francesa fue también temprana, producto de la proximidad geográfica y del impulso que unos aspectos de la vida británica han ejercido sobre los galos. El futbol entró en Francia por el norte, a través del activo puerto de El Havre donde en 1872 se fundó el club con el nombre de la ciudad, el gran decano de los equipos franceses. Las vestimentas de sus jugadores eran tan llamativas, que el pueblo los motejaba graciosamente, los "Clowns"... La penetración del futbol en Suiza, por su parte, fue decisiva para su tránsito a la Europa central, oriental y meridional. Antes de finalizar el siglo, eran varios los países que contaban con escuadras que hoy son históricas: En Austria, el First de Viena: en Bélgica, Le Gantoise, el Royal Antwerp y el Ligeois; en Alemania: el Munich 1893 y el Hamburgo; en Hungría: el Ujpest Dozsa y el Ferencvaros; en Suecia, el Djurgarden y el Norrköping y finalmente en Italia, tres grandes: La Juventus de Turín, el Génova y el Milán, que inicialmente se denominó Milán Criket y Futbol Club. Todos estos equipos unidos a los españoles Athletic de Bilbao y Club de Futbol Barcelona, compondrían hoy un excelente plantel de participantes en cualquiera de las Copas que se juegan en Europa.

Los ingenieros y técnicos ingleses empleados de la explotación de las minas de Río Tinto en Huelva, fueron los introductores del fut-bol en España. En 1872 crearon el Huelva Recreation Club que en 1889 y ya con mayoría de españoles en sus filas, pasó a denominarse, Recreativo de Huelva... Mientras que en España se fundaban importantes clubes como el Athletic de Bilbao y el Barcelona, en Sudamérica el futbol adquiría popularidad, el Alumni dominó durante años el ambiente futbolístico de Argentina... La popularidad alcanzada por el futbol alentó el crecimiento de una industria basada en los útiles empleados en el juego: balones, zapatos y ropa especial para jugar, no en balde la revolución industrial se encontraba en pleno apogeo... continuaremos con el nacimiento futbolístico latinoamericano.