/ domingo 18 de octubre de 2020

Ocurrencias del futbol | El mayor mérito de los triunfadores es su buena suerte

Alberto Onofre, Pepe Martínez (Chivas) y muchos más que han sido víctimas de su mala suerte.

El sorperesivo inicio de Mazatlán vs. Juárez no tuvo nada que ver con el debut de Tomas Boy como nuevo director técnico. Ni siquiera los jugadores de Mazatlán esperaban encontrarse tan temprano con una ventaja que parecía inalcanzable y, miren ustedes, en esto sí que tuvo que ver el mentado "Jefe", que a nada estuvo de que le sacaran el triunfo, pues esa clásica metamorfosis que padecen los equipos mexicanos que suelen convertirse de préncipes en sapos y viceversa.

Apenas habían transcurrido cuatro minutos, cuando el joven Huerta con la famosa ruleta de Zizou, deja como estatuas a los defensas juarences, para que se produzca un manso rechace frontal que va a caer a los pies del goleador brasileño Camilo Sanvezzo, quien agradecido saca un fuerte y colocado balonazo que se cuela pegado al poste, a donde Palos no puede llegar. ¿Acaso toda esta acción fue planeada por Tomás Boy? Creo que fue el más sorprendido de todos.

Pero aún no terminaban de celebrar los 6 ó 7 mil espectadores en el estadio, cuando los juarences cometen falta dentro de su área, para que venga Aldo Rocha a cobrar el castigo y, anota. Ocho minutos de juego y el suertudo de Tomás disfruta sin proponérselo, de una ventaja que Palencia no tuvo en varios partidos. Pero ¿era todo esto producto de un buen futbol por parte de los mazatlecos? esta noche, los Bravos se presentaron más mansos que unos conejitos que, a los 33 minutos no se daban cuenta aún de que el juego había comenzado, así, Sanvezzo aprovechó la modorra de los norteños para hacerles el tercer gol, segundo a su cuenta personal, empujando un balón haciéndolo a un metro de la línea de gol, 3-0 irremontable.

Eso fue lo que pensó el "Jefe", pues a partir de entonces, con un conformismo impresionante, se dedicaron a "dar bolita", así, los zombis del norte aprovecharon un tremendo error de Ortiz, que queriendo controlar un tiro de esquina estando frente su portería, deja el balón mansito para que llegara Rubio y lo reventara a bocajarro para tener el gol del descuento. Era el minuto 39 y Tomás Boy, al estilo de Miguel Herrera, intentó hacer lo que no saben, manejar el resultado en lugar de buscar aumentar la ventaja, terminando así la primera parte.

En el segundo tiempo prevaleció la misma tónica, con un Juárez desconocido, lento, desganado, totalmente distinto del que hemos visto que hace honor a su mote de "Bravos" y, que ahora, sin la presencia de su goleador, Darío Lezcano, lucía totalmente inofensivo. Lezcano se encontraba en la banca, pero como regresa de una lesión, Caballero consideró mejor no utilizarlo, pero ante la necesidad de goles se decidió a meterlo al partido sin que se notara cambio alguno, pero los goleadores son eso, goleadores que tienen el olfato de gol e, inexplicablemente hacen goles, fue así que al minuto 79, Lezcano fue por un bote alto justo a un metro de gol y con un cabezazo logró el segundo gol para su equipo.

Tal vez los seguidores de Bravos cuestionen a Gabriel Caballero por no haber metido antes a Lezcano, pero entiendo bien su situación, el delantero viene de una lesión y ha entrenado poco, el riesgo de una recaída es alto, ganar un juego pagando por ello la pérdida de un buen jugador por un tiempo X, no parece ser una buena opción, así que se reservó hasta lo último para meterlo y casi saca el resultado. Todo esto, respecto de la decisión de Gabriel Caballero, pero ¿Y el "Jefe"?

Bueno, el "Jefe" ganó, me dirán todos... Pero ¿Tuvo el algo que ver con el triunfo de su equipo? No creo que haya entrenadores que pidan a sus jugadores meter dos goles en los primeros nueve minutos, para que el resto del partido se dediquen a ver jugar, al contrario. Pienso que lo conveniente para quien tiene esa suerte es la de buscar incrementar la producción, para que una vez logrado esto, tener la oportunidad de poner en práctica algunas innovaciones, o brindar oportunidad a jugadores que no hayan tenido mucha acción. En fin, veremos más adelante si Mazatlán ha conseguido al fin quién les devuelva la brillantez que tenían siendo Monarcas.

Se dice que nadie escapa de su buena o mala fortuna, hay quienes con muy poco llegan muy alto mientras que los hay que teniéndolo todo no tienen suerte. Tal es el caso de David Cabrera, jugador del Necaxa que en sus inicios destacó con las selecciones menores Sub-20 y Sub-23. Y fue precisamente con la selección Sub-23, disputando en Carson Baja California, el pase de CONCACAF a las Olimpiadas, cuando al correr su pie se atoró mientras que su rodilla continuó en movimiento, primero hacia adentro y después hacia afuera y, después sentir un tronidito para dejarse caer al suelo.

Ese accidente produjo rotura de ligamentos cruzados, igual que la lesión de Bruno Valdez en el América y Marco Asensio en el Real Madrid. Lamentablemente, estamos hablando de una lesión severa de la que difícilmente se puede calcular el tiempo de rehabilitación, que siempre será larga. David Cabrera que actualmente cuenta con 31 años, no solo se perdió la oportunidad de competir en Juegos Olímpicos, perdió además muchas cosas que ahora ya es demasiado tarde para concretar sueños importantes, se limita a ser un extraordinario conductor de juego, y asistidor, pues conservó las condiciones técnicas y tácticas más importantes, que ahora le sirven para continuar siendo profesional, pero ya lejos de la selección mayor... Sí, el mayor mérito de los triunfadores es su buena suerte.

Hasta pronto amigo.

Alberto Onofre, Pepe Martínez (Chivas) y muchos más que han sido víctimas de su mala suerte.

El sorperesivo inicio de Mazatlán vs. Juárez no tuvo nada que ver con el debut de Tomas Boy como nuevo director técnico. Ni siquiera los jugadores de Mazatlán esperaban encontrarse tan temprano con una ventaja que parecía inalcanzable y, miren ustedes, en esto sí que tuvo que ver el mentado "Jefe", que a nada estuvo de que le sacaran el triunfo, pues esa clásica metamorfosis que padecen los equipos mexicanos que suelen convertirse de préncipes en sapos y viceversa.

Apenas habían transcurrido cuatro minutos, cuando el joven Huerta con la famosa ruleta de Zizou, deja como estatuas a los defensas juarences, para que se produzca un manso rechace frontal que va a caer a los pies del goleador brasileño Camilo Sanvezzo, quien agradecido saca un fuerte y colocado balonazo que se cuela pegado al poste, a donde Palos no puede llegar. ¿Acaso toda esta acción fue planeada por Tomás Boy? Creo que fue el más sorprendido de todos.

Pero aún no terminaban de celebrar los 6 ó 7 mil espectadores en el estadio, cuando los juarences cometen falta dentro de su área, para que venga Aldo Rocha a cobrar el castigo y, anota. Ocho minutos de juego y el suertudo de Tomás disfruta sin proponérselo, de una ventaja que Palencia no tuvo en varios partidos. Pero ¿era todo esto producto de un buen futbol por parte de los mazatlecos? esta noche, los Bravos se presentaron más mansos que unos conejitos que, a los 33 minutos no se daban cuenta aún de que el juego había comenzado, así, Sanvezzo aprovechó la modorra de los norteños para hacerles el tercer gol, segundo a su cuenta personal, empujando un balón haciéndolo a un metro de la línea de gol, 3-0 irremontable.

Eso fue lo que pensó el "Jefe", pues a partir de entonces, con un conformismo impresionante, se dedicaron a "dar bolita", así, los zombis del norte aprovecharon un tremendo error de Ortiz, que queriendo controlar un tiro de esquina estando frente su portería, deja el balón mansito para que llegara Rubio y lo reventara a bocajarro para tener el gol del descuento. Era el minuto 39 y Tomás Boy, al estilo de Miguel Herrera, intentó hacer lo que no saben, manejar el resultado en lugar de buscar aumentar la ventaja, terminando así la primera parte.

En el segundo tiempo prevaleció la misma tónica, con un Juárez desconocido, lento, desganado, totalmente distinto del que hemos visto que hace honor a su mote de "Bravos" y, que ahora, sin la presencia de su goleador, Darío Lezcano, lucía totalmente inofensivo. Lezcano se encontraba en la banca, pero como regresa de una lesión, Caballero consideró mejor no utilizarlo, pero ante la necesidad de goles se decidió a meterlo al partido sin que se notara cambio alguno, pero los goleadores son eso, goleadores que tienen el olfato de gol e, inexplicablemente hacen goles, fue así que al minuto 79, Lezcano fue por un bote alto justo a un metro de gol y con un cabezazo logró el segundo gol para su equipo.

Tal vez los seguidores de Bravos cuestionen a Gabriel Caballero por no haber metido antes a Lezcano, pero entiendo bien su situación, el delantero viene de una lesión y ha entrenado poco, el riesgo de una recaída es alto, ganar un juego pagando por ello la pérdida de un buen jugador por un tiempo X, no parece ser una buena opción, así que se reservó hasta lo último para meterlo y casi saca el resultado. Todo esto, respecto de la decisión de Gabriel Caballero, pero ¿Y el "Jefe"?

Bueno, el "Jefe" ganó, me dirán todos... Pero ¿Tuvo el algo que ver con el triunfo de su equipo? No creo que haya entrenadores que pidan a sus jugadores meter dos goles en los primeros nueve minutos, para que el resto del partido se dediquen a ver jugar, al contrario. Pienso que lo conveniente para quien tiene esa suerte es la de buscar incrementar la producción, para que una vez logrado esto, tener la oportunidad de poner en práctica algunas innovaciones, o brindar oportunidad a jugadores que no hayan tenido mucha acción. En fin, veremos más adelante si Mazatlán ha conseguido al fin quién les devuelva la brillantez que tenían siendo Monarcas.

Se dice que nadie escapa de su buena o mala fortuna, hay quienes con muy poco llegan muy alto mientras que los hay que teniéndolo todo no tienen suerte. Tal es el caso de David Cabrera, jugador del Necaxa que en sus inicios destacó con las selecciones menores Sub-20 y Sub-23. Y fue precisamente con la selección Sub-23, disputando en Carson Baja California, el pase de CONCACAF a las Olimpiadas, cuando al correr su pie se atoró mientras que su rodilla continuó en movimiento, primero hacia adentro y después hacia afuera y, después sentir un tronidito para dejarse caer al suelo.

Ese accidente produjo rotura de ligamentos cruzados, igual que la lesión de Bruno Valdez en el América y Marco Asensio en el Real Madrid. Lamentablemente, estamos hablando de una lesión severa de la que difícilmente se puede calcular el tiempo de rehabilitación, que siempre será larga. David Cabrera que actualmente cuenta con 31 años, no solo se perdió la oportunidad de competir en Juegos Olímpicos, perdió además muchas cosas que ahora ya es demasiado tarde para concretar sueños importantes, se limita a ser un extraordinario conductor de juego, y asistidor, pues conservó las condiciones técnicas y tácticas más importantes, que ahora le sirven para continuar siendo profesional, pero ya lejos de la selección mayor... Sí, el mayor mérito de los triunfadores es su buena suerte.

Hasta pronto amigo.