/ sábado 22 de enero de 2022

Ocurrencias del futbol | ¡Frío!... ¿Cuál frío?

Después de tres minutos de trote intenso, nuestro sistema metabólico dispara un bioquímico que no se encuentra en las farmacias, cuya utilidad consiste en que nos hace insensibles al cansancio y a otros dolores, supongo que también al frío, esto lo digo basado en mi experiencia, pues cuando estaba activo como futbolista siempre realicé un calentamiento previo al partido, procurando elevar mi frecuencia cardiaca a 90 pulsaciones por minuto para que apareciera la anhelada endorfina.

Pero el frío es distinto para el que está cómodamente sentado en su butaca en el estadio, bien abrigado, con una cobija sobre sus piernas y un vaso de café bien calientito, más el calor natural de la gente que lo rodea y el que emana de la pasión y las emociones inherentes de los 22 guerreros que luchan defendiendo sus colores, 22 jugadores, que encontrándose completamente dopados, no han infringido ninguna regla.

Parece increíble que en mí el exceso de ropa no funcionara, pues un defecto respiratorio producido por algo a lo que soy alérgico, que al pasar por mi nariz, afecta a mis cornetes, inflamándolos al grado de impedir el paso del aire y no se qué relación exista entre este defecto, con el que me ponga una sudadera extra para soportar el frío, pues la dificultad para respirar se hace presente, obligándome a renunciar a la sudadera, esto, afortunadamente cuando por mi sangre circulaba suficiente endorfina para soportar este tipo de malestar.

¿Cómo queremos los mortales compararnos con los dioses del futbol? Los hay que parecen de otro mundo. Recuerdo cuando vi a Hugo Sánchez jugando en Rusia bajo una intensa nevada que pintó de blanco todo el terreno de juego, la nieve cubría los botines de Hugo, quien indiferente se entregaba pleno como siempre lo hizo, los remates a gol conduciendo, a balón parado, sobre la carrera o con la cabeza, sin faltar sus clásicas chilenas, estuvieron presentes convirtiéndose algunas en gol.

Igual vi al ucraniano Oleg Bloghim en Ucrania y al español Paco Gento en Belgrado jugando contra el Partizan, con sendas canchas cubiertas de nieve, volando por la banda izquierda cual si estuvieran dotados de las bandas tipo oruga que hacen veloces a las motonieve, al verlos no tiene uno más que creer que Superman existe.

Y miren ustedes, diríamos que a los futbolistas profesionales se les paga para que jueguen cualquiera que sean las condiciones climáticas que priven, pero, ¿a los fans, quién les paga para que sufran semejante castigo?...Esto me recuerda al hijo de don Corleone, cuando estando con Fulgencio Batista presenciaban en la Habana cómo dos soldados cayeron abatidos por la granada que activó el rebelde que llevaban detenido… Son militares, dijo Batista, para eso les pagan… Sí, contestó el hijo de don Corleone, pero al rebelde, a ese ¿quién le paga?... Así perdió Batista al gran socio que lo hubiera sacado adelante.

Como ya lo dije, los jugadores soportan los dolores del juego, porque para eso les pagan, pero sabemos al menos que los jugadores profesionales o no, son insensibles al dolor porque están drogados, pero, a la gente que rodea los campos del Siete y Medio, soportando el frío y el chipi chipi, a esos, ¿quién les paga?

Adicción, ¡sí!, los activos a la endorfina y los mirones al futbol. ¿Cómo poder explicar a nuestras esposas ¿cuál es la razón de nuestras escapadas, si nosotros mismos no lo sabemos y, hora los dejo, porque no me quiero perder el inicio de la segunda jornada del Clausura 2022, un cafecito cliente, una panera con conchas para los abstemios y lo necesario para los que no lo son… ¡Frío! ¿cuál frío?. Y vean cómo ha ido ganando terreno el futbol, antes solamente teníamos al futbol varonil, en cambio ahora tenemos una Liga Femenil de muy buena calidad.

Y no siempre acabamos felices con lo que vemos, pronto estaremos nuevamente sufriendo con el problema de la calificación para asistir a Qatar 2022. Tan grande es la preocupación del “Tata” Martino, que previendo la posibilidad de contagios a causa de la pandemia, ha convocado treinta jugadores entre europeos y locales, por aquello de que la mala suerte nos tocara y se nos contagiaran tres o cuatro.

No conozco la lista de los convocados, pero me extrañaría que no comenzaran los comentaristas a externar sus inconformidades porque en la lista no aparezcan sus jugadores consentidos y no sólo los comentaristas, pues como bien sabemos, en México todos somos directores técnicos, que nos inconformamos cuando los jugadores en los que nosotros creemos, no son tomados en cuenta.

Ahora, la primera decepción la tendremos cuando aquel por el que apostábamos, ni siquiera aparezca en la banca, en donde no es permitido que aparezcan sentados los 19 jugadores restantes que esperan para ser utilizados. Es curioso ver cómo en México nos preocupamos más por estas cosas, que por lo que está ocurriendo en el terreno de juego.

Hasta pronto amigo.

Después de tres minutos de trote intenso, nuestro sistema metabólico dispara un bioquímico que no se encuentra en las farmacias, cuya utilidad consiste en que nos hace insensibles al cansancio y a otros dolores, supongo que también al frío, esto lo digo basado en mi experiencia, pues cuando estaba activo como futbolista siempre realicé un calentamiento previo al partido, procurando elevar mi frecuencia cardiaca a 90 pulsaciones por minuto para que apareciera la anhelada endorfina.

Pero el frío es distinto para el que está cómodamente sentado en su butaca en el estadio, bien abrigado, con una cobija sobre sus piernas y un vaso de café bien calientito, más el calor natural de la gente que lo rodea y el que emana de la pasión y las emociones inherentes de los 22 guerreros que luchan defendiendo sus colores, 22 jugadores, que encontrándose completamente dopados, no han infringido ninguna regla.

Parece increíble que en mí el exceso de ropa no funcionara, pues un defecto respiratorio producido por algo a lo que soy alérgico, que al pasar por mi nariz, afecta a mis cornetes, inflamándolos al grado de impedir el paso del aire y no se qué relación exista entre este defecto, con el que me ponga una sudadera extra para soportar el frío, pues la dificultad para respirar se hace presente, obligándome a renunciar a la sudadera, esto, afortunadamente cuando por mi sangre circulaba suficiente endorfina para soportar este tipo de malestar.

¿Cómo queremos los mortales compararnos con los dioses del futbol? Los hay que parecen de otro mundo. Recuerdo cuando vi a Hugo Sánchez jugando en Rusia bajo una intensa nevada que pintó de blanco todo el terreno de juego, la nieve cubría los botines de Hugo, quien indiferente se entregaba pleno como siempre lo hizo, los remates a gol conduciendo, a balón parado, sobre la carrera o con la cabeza, sin faltar sus clásicas chilenas, estuvieron presentes convirtiéndose algunas en gol.

Igual vi al ucraniano Oleg Bloghim en Ucrania y al español Paco Gento en Belgrado jugando contra el Partizan, con sendas canchas cubiertas de nieve, volando por la banda izquierda cual si estuvieran dotados de las bandas tipo oruga que hacen veloces a las motonieve, al verlos no tiene uno más que creer que Superman existe.

Y miren ustedes, diríamos que a los futbolistas profesionales se les paga para que jueguen cualquiera que sean las condiciones climáticas que priven, pero, ¿a los fans, quién les paga para que sufran semejante castigo?...Esto me recuerda al hijo de don Corleone, cuando estando con Fulgencio Batista presenciaban en la Habana cómo dos soldados cayeron abatidos por la granada que activó el rebelde que llevaban detenido… Son militares, dijo Batista, para eso les pagan… Sí, contestó el hijo de don Corleone, pero al rebelde, a ese ¿quién le paga?... Así perdió Batista al gran socio que lo hubiera sacado adelante.

Como ya lo dije, los jugadores soportan los dolores del juego, porque para eso les pagan, pero sabemos al menos que los jugadores profesionales o no, son insensibles al dolor porque están drogados, pero, a la gente que rodea los campos del Siete y Medio, soportando el frío y el chipi chipi, a esos, ¿quién les paga?

Adicción, ¡sí!, los activos a la endorfina y los mirones al futbol. ¿Cómo poder explicar a nuestras esposas ¿cuál es la razón de nuestras escapadas, si nosotros mismos no lo sabemos y, hora los dejo, porque no me quiero perder el inicio de la segunda jornada del Clausura 2022, un cafecito cliente, una panera con conchas para los abstemios y lo necesario para los que no lo son… ¡Frío! ¿cuál frío?. Y vean cómo ha ido ganando terreno el futbol, antes solamente teníamos al futbol varonil, en cambio ahora tenemos una Liga Femenil de muy buena calidad.

Y no siempre acabamos felices con lo que vemos, pronto estaremos nuevamente sufriendo con el problema de la calificación para asistir a Qatar 2022. Tan grande es la preocupación del “Tata” Martino, que previendo la posibilidad de contagios a causa de la pandemia, ha convocado treinta jugadores entre europeos y locales, por aquello de que la mala suerte nos tocara y se nos contagiaran tres o cuatro.

No conozco la lista de los convocados, pero me extrañaría que no comenzaran los comentaristas a externar sus inconformidades porque en la lista no aparezcan sus jugadores consentidos y no sólo los comentaristas, pues como bien sabemos, en México todos somos directores técnicos, que nos inconformamos cuando los jugadores en los que nosotros creemos, no son tomados en cuenta.

Ahora, la primera decepción la tendremos cuando aquel por el que apostábamos, ni siquiera aparezca en la banca, en donde no es permitido que aparezcan sentados los 19 jugadores restantes que esperan para ser utilizados. Es curioso ver cómo en México nos preocupamos más por estas cosas, que por lo que está ocurriendo en el terreno de juego.

Hasta pronto amigo.