/ jueves 24 de diciembre de 2020

Ocurrencias del futbol | La agresividad adecuada

Somos animales, y los animales se conducen de una manera agresiva de forma natural. La buena es la tercera, dicen algunos, pero otros dicen que la quinta es la buena, pero para los Tigres, la cuarta fue la buena. ¡Vaya! hacía mucho que no disfrutaba de un juego así, a la antigua, un juego con todo.

A los perfeccionistas que todo lo comparan, que se molestan porque Lewandowski sea reconocido como el mejor del momento, encabritados porque Messi y Cristiano, los primadona del concierto futbolístico mundial, quedaron relegados, no les ha parecido bueno el partido al que califican como muy violento.

En un sentido muy estricto, toda persona agresiva es propensa a ofender o provocar a los demás; y toda agresión es un acto que lesiona o infringe el derecho de otro. Pero en el lenguaje común se le da a la idea de "agresividad", el significado de asumir conductas vigorosas, fuertes y dirigidas a vencer obstáculos que a otros les parecen insuperables.

Por ello, sí podemos hablar propiamente de una agresividad malsana, enfermiza y anormal. Pero también es correcto que nos refiramos a una agresividad positiva, bien encauzada y propia de personas que son más empecinadas y constantes en obtener sus metas. Toda persona que se comporta de una manera agresiva en exceso y que además dirige mal su agresividad, termina siempre en un sentimiento de frustración. Toda frustración se debe a la falta de un resultado que no esperábamos, por ejemplo una amonestación del árbitro o, en el colmo, una expulsión, privaciones que uno no esperaba.

No acabo de entender a los comentaristas... Para ellos la violencia del rival de un equipo mexicano, solo se trata de una forma de juego recio sin mala intención, como es el caso de Cifuentes, Murillo, Blackmon, Segura y Kaye, que no dudaban ni tantito en lanzar el hachazo tan pronto eran superados, lo cual para los comentaristas eran recursos propios del futbol, lo cual cambiaba en el momento de que Jesús Dueñas era el protagonista, Pero, miren ustedes, ellos eran los únicos espantados, porque ni los mexicanos ni los de las Naciones Unidas se quejaron en ningún momento después de sufrir una de tantas acciones violentas. Así Dueñas ofrecía su mano a Vela para que se levantara después de mandarlo al suelo.

No, a estos señores no les gustó el juego pues, inclinados al buen futbol de los angelinos e influenciados por el carisma de Carlos Vela, el que Tigres les haya destruido todas las conexiones hasta hacerlos ver como desesperados peces fuera del agua, los tenía incómodos hasta que una genialidad de Carlos Vela, sacando de la chistera un pase imposible para Kaye, quien cuelga un balón preciso para que Rossi casi sin ángulo de tiro, teche a Guzmán para colocar el balón al lado contrario y abrir así el marcador.

Era el minuto 60, así con el tiempo corriendo, Tigres comenzó a sufrir buscando la igualada, a la vez que se cuidaba de no recibir el segundo, pues los angelinos no aflojaban en su ataque. Las faltas continuaban por uno y otro bando sin que el árbitro lo remediara provocando un juego ríspido, en el que nadie daba ni pedía cuartel, no había caídas fingidas, nadie se quedaba retorciendo sobre el pasto y, todos metidos de lleno en la búsqueda de goles.

Fue así que al minuto 71, el enésimo tiro de esquina cobrado contra LAFC, directo al primer palo, fue rematado por Hugo Ayala, quien con su cabezazo lo cambió hasta el segundo palo, sin que el portero Vermeer ni Kaye lo pudieran detener. Ahora eran los Tigres los que lucían un mayor aplomo, y empujados desde la portería por Nahuel Guzmán, quien dio una gran exhibición, con peligros en puerta propia, por su forma de jugar. Luis el "Chaca" Rodríguez y sobre todo por el jugador que para mi gusto fue el mejor de los 22 en el terreno de juego, Guido Pizarro, quien ha lucido fenomenal en todos los aspectos.

Así, al minuto 83, Luis Rodríguez, en una internada larguísima, haciendo gala de gran conducción, llega hasta el área contraria, y ante la imposibilidad de tirar a gol le pone un bombón a Andre Pierre Gignac, para que este, justo desde la media luna, para él un penalti, suelte un potente disparo raso pegado al palo, que deja al holandés Vermeer como estatua, para sentenciar el juego.

Repito, el jugador del partido fue Pizarro y después de él, Luis Rodríguez, para beneplácito del Tata Martínez, que tiene en el "Chaca" y en Jorge Sánchez a las poderosas tenazas que la selección necesitaba. Como de costumbre, a la hora de los premios individuales, los encargados se van siempre por los goleadores, siendo en esta ocasión Gignac quien se llevó el reconocimiento al mejor jugador, cuando Pizarro y Rodríguez hicieron muchos más meritos para merecerlo. Gignac desapareció durante todo el partido y fue hasta la entrada de Nicolás López, el Diente, pues el resto del juego tuvo que luchar solo contra la recia defensa angelina. Vaya que le será útil la compañía de Carlos González que seguramente debutará con ellos en el Mundial de Clubes.

Finalmente el Tuca encontró la forma de parar la racha de triunfos de LAFC sobre los equipos mexicanos, gracias también a la brillante participación de todos los jugadores, tanto en lo técnico, lo táctico, lo físico y lo psicológico, en donde no se amedrentaron ante la dureza del rival, superándolos incluso en eso... Por fin, un partido a mi gusto.

Somos animales, y los animales se conducen de una manera agresiva de forma natural. La buena es la tercera, dicen algunos, pero otros dicen que la quinta es la buena, pero para los Tigres, la cuarta fue la buena. ¡Vaya! hacía mucho que no disfrutaba de un juego así, a la antigua, un juego con todo.

A los perfeccionistas que todo lo comparan, que se molestan porque Lewandowski sea reconocido como el mejor del momento, encabritados porque Messi y Cristiano, los primadona del concierto futbolístico mundial, quedaron relegados, no les ha parecido bueno el partido al que califican como muy violento.

En un sentido muy estricto, toda persona agresiva es propensa a ofender o provocar a los demás; y toda agresión es un acto que lesiona o infringe el derecho de otro. Pero en el lenguaje común se le da a la idea de "agresividad", el significado de asumir conductas vigorosas, fuertes y dirigidas a vencer obstáculos que a otros les parecen insuperables.

Por ello, sí podemos hablar propiamente de una agresividad malsana, enfermiza y anormal. Pero también es correcto que nos refiramos a una agresividad positiva, bien encauzada y propia de personas que son más empecinadas y constantes en obtener sus metas. Toda persona que se comporta de una manera agresiva en exceso y que además dirige mal su agresividad, termina siempre en un sentimiento de frustración. Toda frustración se debe a la falta de un resultado que no esperábamos, por ejemplo una amonestación del árbitro o, en el colmo, una expulsión, privaciones que uno no esperaba.

No acabo de entender a los comentaristas... Para ellos la violencia del rival de un equipo mexicano, solo se trata de una forma de juego recio sin mala intención, como es el caso de Cifuentes, Murillo, Blackmon, Segura y Kaye, que no dudaban ni tantito en lanzar el hachazo tan pronto eran superados, lo cual para los comentaristas eran recursos propios del futbol, lo cual cambiaba en el momento de que Jesús Dueñas era el protagonista, Pero, miren ustedes, ellos eran los únicos espantados, porque ni los mexicanos ni los de las Naciones Unidas se quejaron en ningún momento después de sufrir una de tantas acciones violentas. Así Dueñas ofrecía su mano a Vela para que se levantara después de mandarlo al suelo.

No, a estos señores no les gustó el juego pues, inclinados al buen futbol de los angelinos e influenciados por el carisma de Carlos Vela, el que Tigres les haya destruido todas las conexiones hasta hacerlos ver como desesperados peces fuera del agua, los tenía incómodos hasta que una genialidad de Carlos Vela, sacando de la chistera un pase imposible para Kaye, quien cuelga un balón preciso para que Rossi casi sin ángulo de tiro, teche a Guzmán para colocar el balón al lado contrario y abrir así el marcador.

Era el minuto 60, así con el tiempo corriendo, Tigres comenzó a sufrir buscando la igualada, a la vez que se cuidaba de no recibir el segundo, pues los angelinos no aflojaban en su ataque. Las faltas continuaban por uno y otro bando sin que el árbitro lo remediara provocando un juego ríspido, en el que nadie daba ni pedía cuartel, no había caídas fingidas, nadie se quedaba retorciendo sobre el pasto y, todos metidos de lleno en la búsqueda de goles.

Fue así que al minuto 71, el enésimo tiro de esquina cobrado contra LAFC, directo al primer palo, fue rematado por Hugo Ayala, quien con su cabezazo lo cambió hasta el segundo palo, sin que el portero Vermeer ni Kaye lo pudieran detener. Ahora eran los Tigres los que lucían un mayor aplomo, y empujados desde la portería por Nahuel Guzmán, quien dio una gran exhibición, con peligros en puerta propia, por su forma de jugar. Luis el "Chaca" Rodríguez y sobre todo por el jugador que para mi gusto fue el mejor de los 22 en el terreno de juego, Guido Pizarro, quien ha lucido fenomenal en todos los aspectos.

Así, al minuto 83, Luis Rodríguez, en una internada larguísima, haciendo gala de gran conducción, llega hasta el área contraria, y ante la imposibilidad de tirar a gol le pone un bombón a Andre Pierre Gignac, para que este, justo desde la media luna, para él un penalti, suelte un potente disparo raso pegado al palo, que deja al holandés Vermeer como estatua, para sentenciar el juego.

Repito, el jugador del partido fue Pizarro y después de él, Luis Rodríguez, para beneplácito del Tata Martínez, que tiene en el "Chaca" y en Jorge Sánchez a las poderosas tenazas que la selección necesitaba. Como de costumbre, a la hora de los premios individuales, los encargados se van siempre por los goleadores, siendo en esta ocasión Gignac quien se llevó el reconocimiento al mejor jugador, cuando Pizarro y Rodríguez hicieron muchos más meritos para merecerlo. Gignac desapareció durante todo el partido y fue hasta la entrada de Nicolás López, el Diente, pues el resto del juego tuvo que luchar solo contra la recia defensa angelina. Vaya que le será útil la compañía de Carlos González que seguramente debutará con ellos en el Mundial de Clubes.

Finalmente el Tuca encontró la forma de parar la racha de triunfos de LAFC sobre los equipos mexicanos, gracias también a la brillante participación de todos los jugadores, tanto en lo técnico, lo táctico, lo físico y lo psicológico, en donde no se amedrentaron ante la dureza del rival, superándolos incluso en eso... Por fin, un partido a mi gusto.