/ jueves 7 de octubre de 2021

Ocurrencias del futbol | La altura de los canadienses contra la altura de México

Que no nos sorprendan, ni a nuestros seleccionados, ni a nosotros, los mirones

El crecimiento del futbol de Canadá es del conocimiento de todos. A eso es a lo que me refiero, las otras capacidades que siempre han tenido los canadienses son la velocidad y el juego aéreo, las que a pesar de ser conocidas por nuestros jugadores.

Han sido siempre unas de sus armas con las que innumerables veces nos han sorprendido, esperando que en esta ocasión no se repita y, que en respeto al innegable progreso técnico y táctico, los atendamos como al más peligroso de los rivales a los que hemos de enfrentar, no incurriendo en descuidos que les faciliten el juego que a ellos conviene.

Tenemos en Guillermo Ochoa una garantía bajo los palos, pero también una duda en sus salidas por alto, siendo su pecado más grave, el permitir que le rematen con la cabeza dentro de su área chica, algo de lo que deben estar muy atentos César Montes y Héctor Moreno, tanto para recordárselo a Memo, como para no desatender la marca de los gigantones norteños.

Ya el hecho de saltar buscando cabecear junto al rematador, dificulta a este la facilidad de rematar correctamente, pero ocurre, como lo hemos visto, que cuando nos hacen gol, el rematador aparece siempre totalmente solo.

Con eso es con lo que siempre nos han sorprendido, pero ahora a eso, debemos agregar que los canadienses hace ya buen rato que han dejado de ser los trompos zangarutos que recorrían el terreno de juego sin ton ni son, no, ahora sus jugadores han mejorado su conducción de balón a velocidad y su dribling.

Debido a que juega con el Báyern Munich, Alphonso Davies es el jugador canadiense más visto, el que más conocemos, dándonos la idea de que es el único buen jugador que tienen, no señor, la mayoría de ellos juega en Europa y, contando con un director técnico inglés, su juego se sustenta de la velocidad y la fuerza.

La ventaja que nosotros tenemos es que nuestros jugadores "europeos", se encuentran en equipos que son importantes en sus ligas y, en los cuales son titulares, mientras que la mayoría de ellos, lo hacen con equipos de la segunda división europea, en donde sin embargo, se juega con mayor intensidad que acá, eso es lo que hace a Gerardo Martino, preferir a jugadores veteranos como Néstor Araujo, Andrés Guardado o Héctor Herrera, que a pesar de su edad, se la pasan en Europa persiguiendo venados.

¿Qué tenemos nosotros para competir con la velocidad canadiense? pues no mucho, Jorge Sánchez, que es el jugador más veloz del futbol mexicano y uno de los de mayor fortaleza, tendrá que vigilar los constantes arribos de Alphonso Davies, al mismo tiempo que deberá enfrentarlo cuando suba en apoyo de sus atacantes. No hablemos de la diferencia de estaturas, pues ahí Jorge Sánchez lucirá como un enano.

Esto me recuerda las Olimpiadas de México 68, en donde se pregonaba que el judo es el deporte más ecuánime y la medalla de oro fue para un polaco que medía dos metros con no menos de 130 kilos de peso, que simplemente se abrazaba a su contrincante para caerle encima y tan, tan. En fin, estemos atentos a lo que haga Jorge Sánchez o Luis Rodríguez.

Está de sobra probada la calidad y rendimiento de jugadores como Héctor Herrera, Edson Álvarez y Andrés Guardado, que conforman la línea media de nuestro equipo, la más rendidora incluyendo a sus jugadores de relevo, pero nuestra línea defensiva, al igual a la de todas las defensivas de nuestro futbol cotidiano, tienen su mayor fragilidad en la táctica fija, el balón parado es el dolor de muelas de todos los directores técnicos mexicanos.

Sin ir más lejos, al América y al Atlas, equipos menos goleados de la Liga, han recibido los goles por ese conducto.

Y el famoso tridente formado por Jesús Manuel Corona "Tecatito", Raúl Jiménez e Hirving Lozano "Chucky", hasta antes de las lesiones sufridas por Jiménez y Lozano, no se había mostrado tan poderoso como lo esperábamos y, ahora, no creo que Raúl e Irving, recién integrados a la actividad, cuenten con la impresionante potencia que los ha encumbrado, mientras que el que ha continuado activo, "El Tecatito", ha caído en una mala racha.

Así que deberemos conceder tiempo al tremendo tridente para que pueda ser lo que queremos que sea. Seguramente que mi comentario les ha de parecer derrotista y, no es así, simplemente no deseo que ustedes me vean como a Marcelo Leaño y Ricardo Peláez, que pregonan que a pesar de lo que vemos, Chivas es un equipo poderoso y digno de respeto.

No, les hablo de la selección, como yo estoy viendo lo que estoy seguro que ustedes también ven. Mi esperanza más firme son los siete puntos que ya hemos ganado en busca de la calificación.

Y ahora, con nueve puntos por disputar, seis de ellos en el estadio Azteca, contra Canadá y Honduras y, otro más en el Cuscatlán, contra el equipo más débil, pero al que no le tiembla nada para partirle la pierna a un mexicano y, que contando con el permiso de Concacaf y la autorización de los árbitros para destruir a punta de leñazos a nuestro poderoso tridente, sería posible que nos derrotaran, pero si se aprovecha bien el Azteca y la altura de México, siete más seis hacen trece que nos pondrían en Qatar-21.

Hasta pronto amigo.

Que no nos sorprendan, ni a nuestros seleccionados, ni a nosotros, los mirones

El crecimiento del futbol de Canadá es del conocimiento de todos. A eso es a lo que me refiero, las otras capacidades que siempre han tenido los canadienses son la velocidad y el juego aéreo, las que a pesar de ser conocidas por nuestros jugadores.

Han sido siempre unas de sus armas con las que innumerables veces nos han sorprendido, esperando que en esta ocasión no se repita y, que en respeto al innegable progreso técnico y táctico, los atendamos como al más peligroso de los rivales a los que hemos de enfrentar, no incurriendo en descuidos que les faciliten el juego que a ellos conviene.

Tenemos en Guillermo Ochoa una garantía bajo los palos, pero también una duda en sus salidas por alto, siendo su pecado más grave, el permitir que le rematen con la cabeza dentro de su área chica, algo de lo que deben estar muy atentos César Montes y Héctor Moreno, tanto para recordárselo a Memo, como para no desatender la marca de los gigantones norteños.

Ya el hecho de saltar buscando cabecear junto al rematador, dificulta a este la facilidad de rematar correctamente, pero ocurre, como lo hemos visto, que cuando nos hacen gol, el rematador aparece siempre totalmente solo.

Con eso es con lo que siempre nos han sorprendido, pero ahora a eso, debemos agregar que los canadienses hace ya buen rato que han dejado de ser los trompos zangarutos que recorrían el terreno de juego sin ton ni son, no, ahora sus jugadores han mejorado su conducción de balón a velocidad y su dribling.

Debido a que juega con el Báyern Munich, Alphonso Davies es el jugador canadiense más visto, el que más conocemos, dándonos la idea de que es el único buen jugador que tienen, no señor, la mayoría de ellos juega en Europa y, contando con un director técnico inglés, su juego se sustenta de la velocidad y la fuerza.

La ventaja que nosotros tenemos es que nuestros jugadores "europeos", se encuentran en equipos que son importantes en sus ligas y, en los cuales son titulares, mientras que la mayoría de ellos, lo hacen con equipos de la segunda división europea, en donde sin embargo, se juega con mayor intensidad que acá, eso es lo que hace a Gerardo Martino, preferir a jugadores veteranos como Néstor Araujo, Andrés Guardado o Héctor Herrera, que a pesar de su edad, se la pasan en Europa persiguiendo venados.

¿Qué tenemos nosotros para competir con la velocidad canadiense? pues no mucho, Jorge Sánchez, que es el jugador más veloz del futbol mexicano y uno de los de mayor fortaleza, tendrá que vigilar los constantes arribos de Alphonso Davies, al mismo tiempo que deberá enfrentarlo cuando suba en apoyo de sus atacantes. No hablemos de la diferencia de estaturas, pues ahí Jorge Sánchez lucirá como un enano.

Esto me recuerda las Olimpiadas de México 68, en donde se pregonaba que el judo es el deporte más ecuánime y la medalla de oro fue para un polaco que medía dos metros con no menos de 130 kilos de peso, que simplemente se abrazaba a su contrincante para caerle encima y tan, tan. En fin, estemos atentos a lo que haga Jorge Sánchez o Luis Rodríguez.

Está de sobra probada la calidad y rendimiento de jugadores como Héctor Herrera, Edson Álvarez y Andrés Guardado, que conforman la línea media de nuestro equipo, la más rendidora incluyendo a sus jugadores de relevo, pero nuestra línea defensiva, al igual a la de todas las defensivas de nuestro futbol cotidiano, tienen su mayor fragilidad en la táctica fija, el balón parado es el dolor de muelas de todos los directores técnicos mexicanos.

Sin ir más lejos, al América y al Atlas, equipos menos goleados de la Liga, han recibido los goles por ese conducto.

Y el famoso tridente formado por Jesús Manuel Corona "Tecatito", Raúl Jiménez e Hirving Lozano "Chucky", hasta antes de las lesiones sufridas por Jiménez y Lozano, no se había mostrado tan poderoso como lo esperábamos y, ahora, no creo que Raúl e Irving, recién integrados a la actividad, cuenten con la impresionante potencia que los ha encumbrado, mientras que el que ha continuado activo, "El Tecatito", ha caído en una mala racha.

Así que deberemos conceder tiempo al tremendo tridente para que pueda ser lo que queremos que sea. Seguramente que mi comentario les ha de parecer derrotista y, no es así, simplemente no deseo que ustedes me vean como a Marcelo Leaño y Ricardo Peláez, que pregonan que a pesar de lo que vemos, Chivas es un equipo poderoso y digno de respeto.

No, les hablo de la selección, como yo estoy viendo lo que estoy seguro que ustedes también ven. Mi esperanza más firme son los siete puntos que ya hemos ganado en busca de la calificación.

Y ahora, con nueve puntos por disputar, seis de ellos en el estadio Azteca, contra Canadá y Honduras y, otro más en el Cuscatlán, contra el equipo más débil, pero al que no le tiembla nada para partirle la pierna a un mexicano y, que contando con el permiso de Concacaf y la autorización de los árbitros para destruir a punta de leñazos a nuestro poderoso tridente, sería posible que nos derrotaran, pero si se aprovecha bien el Azteca y la altura de México, siete más seis hacen trece que nos pondrían en Qatar-21.

Hasta pronto amigo.