/ jueves 13 de febrero de 2020

Ocurrencias del Futbol | La amabilidad es como acariciar las flores sin lastimar sus pétalos

Una vez terminado aquel Campeonato 1952-1953, mi inclinación cromática que antes se enfocaba al "Rojinegro" del Atlas y al "Rojiblanco" del Necaxa, para pintarse de "Celeste" y hacerse tan permanente, como el cielo, tan infinito como la rueda, que nunca tuvo principio y jamás se acabará

Ya con 13 años, la pubertad se había hecho presente y, con ella todos esos cambios que nos parecen inexplicables a quienes no contamos con la asesoría principalmente de la madre. La imaginación divaga, estableciéndose difícilmente en la realidad y la mayoría de las veces en la fantasía.

Por aquel tiempo, el equipo que se llevaba todos los reflectores era el Atlético de Madrid, que contaba en sus filas con Larbi Benbarek, considerado en ese entonces el mejor jugador del mundo, este gigante africano al que mi pueril imaginación veía llegando al estadio montado en un camello era uno de los más importantes jugadores que ha tenido el club colchonero, con el que jugó de 1948 a 1954, período en el que el equipo se coronó bicampeón, ganando la Liga 1949-50 y la 50-51, teniendo a su lado como compañero a Ernesto Candia el "Chueco".

Después de aquella hazaña, el "Chueco" regresó al equipo de sus amores, el Tampico, para coronarse como ya lo vimos, en la Liga 1952-53, y después irse al Marte y coronarse en 1954 dirigidos por Nacho Trelles para irse enseguida a Zacatepec y ahí repetir la suerte de coronarse dirigidos igual por Nacho Trelles. Aquí se marcó el retiro de Candia como jugador activo, para después dedicarse a dirigir equipos profesionales, habiendo ascendido al Madero (invicto), Pachuca y Zacatepec.

Elpidio Padilla es otro caso digno de mencionar... Regresaba el Tampico de un juego en Guadalajara y se detuvieron en Tepatitlán para cenar. Estando ahí, llegó un joven preguntando quién era el jefe de aquel grupo. Se dirigió entonces al "Chavo" Urquiaga preguntando... ¿Es usted el entrenador de este equipo?... Sí señor contestó el español... Sabe, quiero jugar con ustedes porque dicen que son buenos... y ¿con qué equipo juegas?... No, yo no soy profesional, pero quiero que me vea jugar... Pues si quieres que te vea, ve a Tampico... ¿Cuándo?... Ahora mismo, acabando de cenar nos vamos, así que... Ni dejó terminar al "Chavo", salió corriendo y poco después estaba de regreso... Él jugaba como defensa izquierdo, posición que era ocupada muy eficazmente por el jarocho Rafael Díaz Estrada, quien cinco juegos antes de terminar el campeonato se lastimó, siendo suplido por Elpidio Padilla, quien se coronó campeón de esa forma...

Hay en mi recuerdo tres jugadores de fut-bol profesional a quienes siempre vi en la calle caminando de la mano de su esposa... El Dr. Ricardo Escandón Ruiz, exjugador del Atlante, seleccionado nacional; Raúl "Tarzán" Landeros y a Héctor "Orejón" López. ¡NO! se los aseguro, jamás los encontré en la calle sin la compañía de su respectiva esposa. De esta no muy común costumbre se deriva una historia de la que es protagonista Raúl "Tarzán" Landeros. Conservo en mi memoria la figura de aquella pareja: Él, atlético, haciendo honor a su mote "El Tarzán" y ella, una rubia muy bella.

Hará unos veinte años, en el Club de Regatas Corona se rindió homenaje a los jugadores que aún vivían, de aquel inolvidable equipo Campeón 1952-1953. Fue algo muy emotivo, un maestro de ceremonia, desde el foro, iba nombrando a los jugadores para que fueran pasando a recibir el aplauso del público. Cuando tocó el turno a Raúl "Tarzán", salió disparado corriendo, atravesó la pista de baile y de un salto cayó sobre el piso del foro que tiene más de un metro de altura... Todos vimos sorprendidos aquello, Raúl era un señor que en aquel momento vivía sus 80 años... Pero eso no es todo, al iniciar el baile fue el primero en salir a la pista y el último en dejarla, su pareja era una hermosa muchacha de unos 30 años... Oye, pregunté a mi buen amigo Mariano Varela, ¿esta muchacha es hija del "Tarzán"? y Mariano, que llevaba muy buena amistad con él, por haber sido su alumno en aquel legendario equipo el Yorgo, que Raúl entrenaba, me contó.

Mira, tú recuerdas a la esposa del "Tarzán", pues cuando vivían en México solían pasar todos los días frente a una casa en donde una niña parada en la entrada los veía pasar y, Raúl se detenía y mirando a su esposa le decía, mira qué linda muñequita, "es mi novia" y tomándola de la barbilla le sonreía. Esto ocurrió todos los días hasta que la esposa de Raúl falleció. Raúl entonces cayó en una gran depresión que lo llevó a ser internado. El tiempo pasaba y Raúl no mejoraba. Cuando alguien preguntaba a los médicos, ellos decían que no tenía ninguna enfermedad, que simplemente había perdido las ganas de vivir... Cierto día llegó hasta aquel lecho de dolor una joven que le dijo... Señor, soy la niña que usted, acompañado de su esposa, diariamente decía que era su novia. Señor, yo respeto mucho el recuerdo de su esposa y sé que no puedo compararme con ella, pero me preocupa mucho ver cómo se encuentra... Santo remedio, dejó la cama y se casaron, ahora Raúl volvió a ser el "Tarzán" de siempre... Por ahí me quedan unas dos anécdotas más, de aquellos increíbles celestes.

Hasta pronto amigo.

Una vez terminado aquel Campeonato 1952-1953, mi inclinación cromática que antes se enfocaba al "Rojinegro" del Atlas y al "Rojiblanco" del Necaxa, para pintarse de "Celeste" y hacerse tan permanente, como el cielo, tan infinito como la rueda, que nunca tuvo principio y jamás se acabará

Ya con 13 años, la pubertad se había hecho presente y, con ella todos esos cambios que nos parecen inexplicables a quienes no contamos con la asesoría principalmente de la madre. La imaginación divaga, estableciéndose difícilmente en la realidad y la mayoría de las veces en la fantasía.

Por aquel tiempo, el equipo que se llevaba todos los reflectores era el Atlético de Madrid, que contaba en sus filas con Larbi Benbarek, considerado en ese entonces el mejor jugador del mundo, este gigante africano al que mi pueril imaginación veía llegando al estadio montado en un camello era uno de los más importantes jugadores que ha tenido el club colchonero, con el que jugó de 1948 a 1954, período en el que el equipo se coronó bicampeón, ganando la Liga 1949-50 y la 50-51, teniendo a su lado como compañero a Ernesto Candia el "Chueco".

Después de aquella hazaña, el "Chueco" regresó al equipo de sus amores, el Tampico, para coronarse como ya lo vimos, en la Liga 1952-53, y después irse al Marte y coronarse en 1954 dirigidos por Nacho Trelles para irse enseguida a Zacatepec y ahí repetir la suerte de coronarse dirigidos igual por Nacho Trelles. Aquí se marcó el retiro de Candia como jugador activo, para después dedicarse a dirigir equipos profesionales, habiendo ascendido al Madero (invicto), Pachuca y Zacatepec.

Elpidio Padilla es otro caso digno de mencionar... Regresaba el Tampico de un juego en Guadalajara y se detuvieron en Tepatitlán para cenar. Estando ahí, llegó un joven preguntando quién era el jefe de aquel grupo. Se dirigió entonces al "Chavo" Urquiaga preguntando... ¿Es usted el entrenador de este equipo?... Sí señor contestó el español... Sabe, quiero jugar con ustedes porque dicen que son buenos... y ¿con qué equipo juegas?... No, yo no soy profesional, pero quiero que me vea jugar... Pues si quieres que te vea, ve a Tampico... ¿Cuándo?... Ahora mismo, acabando de cenar nos vamos, así que... Ni dejó terminar al "Chavo", salió corriendo y poco después estaba de regreso... Él jugaba como defensa izquierdo, posición que era ocupada muy eficazmente por el jarocho Rafael Díaz Estrada, quien cinco juegos antes de terminar el campeonato se lastimó, siendo suplido por Elpidio Padilla, quien se coronó campeón de esa forma...

Hay en mi recuerdo tres jugadores de fut-bol profesional a quienes siempre vi en la calle caminando de la mano de su esposa... El Dr. Ricardo Escandón Ruiz, exjugador del Atlante, seleccionado nacional; Raúl "Tarzán" Landeros y a Héctor "Orejón" López. ¡NO! se los aseguro, jamás los encontré en la calle sin la compañía de su respectiva esposa. De esta no muy común costumbre se deriva una historia de la que es protagonista Raúl "Tarzán" Landeros. Conservo en mi memoria la figura de aquella pareja: Él, atlético, haciendo honor a su mote "El Tarzán" y ella, una rubia muy bella.

Hará unos veinte años, en el Club de Regatas Corona se rindió homenaje a los jugadores que aún vivían, de aquel inolvidable equipo Campeón 1952-1953. Fue algo muy emotivo, un maestro de ceremonia, desde el foro, iba nombrando a los jugadores para que fueran pasando a recibir el aplauso del público. Cuando tocó el turno a Raúl "Tarzán", salió disparado corriendo, atravesó la pista de baile y de un salto cayó sobre el piso del foro que tiene más de un metro de altura... Todos vimos sorprendidos aquello, Raúl era un señor que en aquel momento vivía sus 80 años... Pero eso no es todo, al iniciar el baile fue el primero en salir a la pista y el último en dejarla, su pareja era una hermosa muchacha de unos 30 años... Oye, pregunté a mi buen amigo Mariano Varela, ¿esta muchacha es hija del "Tarzán"? y Mariano, que llevaba muy buena amistad con él, por haber sido su alumno en aquel legendario equipo el Yorgo, que Raúl entrenaba, me contó.

Mira, tú recuerdas a la esposa del "Tarzán", pues cuando vivían en México solían pasar todos los días frente a una casa en donde una niña parada en la entrada los veía pasar y, Raúl se detenía y mirando a su esposa le decía, mira qué linda muñequita, "es mi novia" y tomándola de la barbilla le sonreía. Esto ocurrió todos los días hasta que la esposa de Raúl falleció. Raúl entonces cayó en una gran depresión que lo llevó a ser internado. El tiempo pasaba y Raúl no mejoraba. Cuando alguien preguntaba a los médicos, ellos decían que no tenía ninguna enfermedad, que simplemente había perdido las ganas de vivir... Cierto día llegó hasta aquel lecho de dolor una joven que le dijo... Señor, soy la niña que usted, acompañado de su esposa, diariamente decía que era su novia. Señor, yo respeto mucho el recuerdo de su esposa y sé que no puedo compararme con ella, pero me preocupa mucho ver cómo se encuentra... Santo remedio, dejó la cama y se casaron, ahora Raúl volvió a ser el "Tarzán" de siempre... Por ahí me quedan unas dos anécdotas más, de aquellos increíbles celestes.

Hasta pronto amigo.