/ viernes 27 de noviembre de 2020

Ocurrencias del futbol | La fortuna no solo es ciega...

Tiene la mentida fortuna muchos quejosos y ningún agradecido.

La fortuna no solo es ciega, sino que ofusca y ciega también a los favorecidos.

Continúan los patos cazando a las escopetas. El Puebla, empeñado en echar por tierra mis pronósticos, volvió a hacer de las suyas, al derrotar al León con un insuficiente 2-1. Y digo insuficiente, porque sabemos que el gol anotado como visitante obliga al que lo recibió a ganar por cualquier marcador, así el Puebla está obligado a ganar por cualquier marcador o empatar a 1.

Extrañamente, el León, que como todos los felinos nunca se deja sorprender, ahora inició somnoliento o no escuchó el silbatazo inicial o aún se encontraban modorros, porque apenas el colombiano Fernández fue asistido cerca del medio campo, enfiló rumbo a gol, por la senda más fácil del León, la que corresponde cubrir a Fernando Navarro, que es la ruta más castigada del León, por donde caen más del 50% de los pocos goles que reciben.

Quisiera uno igualar este gol con aquel que el finado Maradona anotó al equipo inglés en el estadio Azteca en el Mundial México 86, en donde dejó sembrados en el camino a cinco monitos ingleses, pero resulta que en esta ocasión Fernández únicamente los fue librando para no chocar con ellos, pues ninguno hizo el intento por detenerlo. Así, sorprendido, llegó a instalarse frente a Cota, al que fusiló con tiro raso cruzado y poner al Puebla adelante en el marcador. Aquello pareció un "deja-bu" que nos regresó al juego contra los zombis de Rayados de Monterrey.

Uno a cero y Juan Reynoso, muy al estilo "Tuca" Ferreti, pero el peruano con mucha justificación, pues su plantilla no se compara con la de Tigres y menos con la del León, echó el camión para atrás, dependiendo su ataque de aisladas, pero muy peligrosas descolgadas que preocuparon lo suficiente al equipo leonés, como para hacerlos pensar en los ataques masivos que son su sello y así soportando con mucho orden y con una destacada actuación de Nico Vikonis, las arremetidas leonesas lograron que en uno de sus en apariencia alocados contraataques, Taboo se fue tras de un balón muerto, al que nadie hizo caso pensando que era inalcanzable, pero resulta que el uruguayo logró contactar el balón cuando este se encontraba justo sobre la línea para sacar un centro raso y fuerte al que fueron Ormeño y Mosqueda, siendo el colombiano el que lo contactó, con tan mala suerte que lo refundió en su propia meta. Dos a cero. ¡Quién lo diría!

Más adelante, Salas, que había realizado una buena actuación, en una barrida frontal de esas que casi siempre los árbitros las consideran como falta, se convirtió en un penalti. El ecuatoriano Ángel Mena se encargó de cobrarlo, haciéndolo con un tiro fuerte al centro, en donde ya no se encontraba Vikonis, quien en su intento por adivinar la trayectoria se lanzó para ser vencido. Mena se acercó al portero y le dijo algo que molestó al uruguayo, quien se le fue encima intentando golpearlo, pero los demás jugadores intervinieron para evitarlo. Con este gol anotado como visitante concede una ventaja más a los leoneses, dado el valor que adquiere el gol como visitante.

Y por la noche, en el estadio Makron se efectuó uno más de los clásicos nacionales, Guadalajara - América, con la novedad de que se le permitió la entrada a un determinado número de personas que disfrutaron de un buen partido. Sí, yo, reconozco que he dicho que he visto la mayoría de estos famosos clásicos sin que recuerde uno que me haya complacido, pues ahora me llevé la sorpresa porque estos dos equipos, cada cual, en su estilo, nos han brindado un agradable espectáculo en el que un equipo se apoderaba del balón, controlando el juego sin conseguir la anotación.

Cuando el América lo tuvo en el primer tiempo logró generar varias opciones de gol, sin conseguir llevarlas al marcador. Una de ellas fue muy mal finalizada por Giovani dos Santos, mandando el balón hasta la fila 38, con un golpeo que en nada se parece al que otras veces le ha servido tan bien. Las otras dos opciones fueron bastante más claras y correspondieron a Henry Martín, quien asistido por un centro hermoso de Alonso Escoboza, optó por darle fuerza a su remate en lugar de colocación, logrando un contacto violento, pero parable, así, con reflejos felinos, Gudiño logró desviar con una mano evitando lo que ya era cantado como gol. La segunda opción clara, también correspondió a Henry Martín, quien asistido maravillosamente dejó a sus marcadores atrás para quedar solo frente a Raúl Gudiño, quien logró desviar el balón con un pie.

En la segunda parte, el Guadalajara se hizo del balón creando verdadero peligro a la saga crema, pues Vucetich, inteligentemente cambió a Antúnez para la banda derecha, ya que como ha sucedido en ocasiones anteriores, al joven lagunero se le indigesta la marcación de su paisano Jorge Sánchez, pasándose al lado derecho, en donde continúan buscándolo Fuentes y Escoboza. La orden del Vuce fue que no se anduviera con firuletes y que centrara de primera, así comenzó a llegarle chamba a Ochoa, pues Calderón que recién había entrado, comenzó a rematar a gol con una incidencia preocupante. De pronto, el América retomó el mando y, cuando menos se esperaba, Calderón realiza su enésimo remate, esta vez desde fuera del área y con una rapidez tal que tomó por sorpresa a Ochoa, quien reaccionó tarde, mirando cómo su meta era finalmente vencida. Así el gol de Calderón sentenció un juego Chivas-Águilas que fue muy agradable.

Hasta pronto amigo.

Tiene la mentida fortuna muchos quejosos y ningún agradecido.

La fortuna no solo es ciega, sino que ofusca y ciega también a los favorecidos.

Continúan los patos cazando a las escopetas. El Puebla, empeñado en echar por tierra mis pronósticos, volvió a hacer de las suyas, al derrotar al León con un insuficiente 2-1. Y digo insuficiente, porque sabemos que el gol anotado como visitante obliga al que lo recibió a ganar por cualquier marcador, así el Puebla está obligado a ganar por cualquier marcador o empatar a 1.

Extrañamente, el León, que como todos los felinos nunca se deja sorprender, ahora inició somnoliento o no escuchó el silbatazo inicial o aún se encontraban modorros, porque apenas el colombiano Fernández fue asistido cerca del medio campo, enfiló rumbo a gol, por la senda más fácil del León, la que corresponde cubrir a Fernando Navarro, que es la ruta más castigada del León, por donde caen más del 50% de los pocos goles que reciben.

Quisiera uno igualar este gol con aquel que el finado Maradona anotó al equipo inglés en el estadio Azteca en el Mundial México 86, en donde dejó sembrados en el camino a cinco monitos ingleses, pero resulta que en esta ocasión Fernández únicamente los fue librando para no chocar con ellos, pues ninguno hizo el intento por detenerlo. Así, sorprendido, llegó a instalarse frente a Cota, al que fusiló con tiro raso cruzado y poner al Puebla adelante en el marcador. Aquello pareció un "deja-bu" que nos regresó al juego contra los zombis de Rayados de Monterrey.

Uno a cero y Juan Reynoso, muy al estilo "Tuca" Ferreti, pero el peruano con mucha justificación, pues su plantilla no se compara con la de Tigres y menos con la del León, echó el camión para atrás, dependiendo su ataque de aisladas, pero muy peligrosas descolgadas que preocuparon lo suficiente al equipo leonés, como para hacerlos pensar en los ataques masivos que son su sello y así soportando con mucho orden y con una destacada actuación de Nico Vikonis, las arremetidas leonesas lograron que en uno de sus en apariencia alocados contraataques, Taboo se fue tras de un balón muerto, al que nadie hizo caso pensando que era inalcanzable, pero resulta que el uruguayo logró contactar el balón cuando este se encontraba justo sobre la línea para sacar un centro raso y fuerte al que fueron Ormeño y Mosqueda, siendo el colombiano el que lo contactó, con tan mala suerte que lo refundió en su propia meta. Dos a cero. ¡Quién lo diría!

Más adelante, Salas, que había realizado una buena actuación, en una barrida frontal de esas que casi siempre los árbitros las consideran como falta, se convirtió en un penalti. El ecuatoriano Ángel Mena se encargó de cobrarlo, haciéndolo con un tiro fuerte al centro, en donde ya no se encontraba Vikonis, quien en su intento por adivinar la trayectoria se lanzó para ser vencido. Mena se acercó al portero y le dijo algo que molestó al uruguayo, quien se le fue encima intentando golpearlo, pero los demás jugadores intervinieron para evitarlo. Con este gol anotado como visitante concede una ventaja más a los leoneses, dado el valor que adquiere el gol como visitante.

Y por la noche, en el estadio Makron se efectuó uno más de los clásicos nacionales, Guadalajara - América, con la novedad de que se le permitió la entrada a un determinado número de personas que disfrutaron de un buen partido. Sí, yo, reconozco que he dicho que he visto la mayoría de estos famosos clásicos sin que recuerde uno que me haya complacido, pues ahora me llevé la sorpresa porque estos dos equipos, cada cual, en su estilo, nos han brindado un agradable espectáculo en el que un equipo se apoderaba del balón, controlando el juego sin conseguir la anotación.

Cuando el América lo tuvo en el primer tiempo logró generar varias opciones de gol, sin conseguir llevarlas al marcador. Una de ellas fue muy mal finalizada por Giovani dos Santos, mandando el balón hasta la fila 38, con un golpeo que en nada se parece al que otras veces le ha servido tan bien. Las otras dos opciones fueron bastante más claras y correspondieron a Henry Martín, quien asistido por un centro hermoso de Alonso Escoboza, optó por darle fuerza a su remate en lugar de colocación, logrando un contacto violento, pero parable, así, con reflejos felinos, Gudiño logró desviar con una mano evitando lo que ya era cantado como gol. La segunda opción clara, también correspondió a Henry Martín, quien asistido maravillosamente dejó a sus marcadores atrás para quedar solo frente a Raúl Gudiño, quien logró desviar el balón con un pie.

En la segunda parte, el Guadalajara se hizo del balón creando verdadero peligro a la saga crema, pues Vucetich, inteligentemente cambió a Antúnez para la banda derecha, ya que como ha sucedido en ocasiones anteriores, al joven lagunero se le indigesta la marcación de su paisano Jorge Sánchez, pasándose al lado derecho, en donde continúan buscándolo Fuentes y Escoboza. La orden del Vuce fue que no se anduviera con firuletes y que centrara de primera, así comenzó a llegarle chamba a Ochoa, pues Calderón que recién había entrado, comenzó a rematar a gol con una incidencia preocupante. De pronto, el América retomó el mando y, cuando menos se esperaba, Calderón realiza su enésimo remate, esta vez desde fuera del área y con una rapidez tal que tomó por sorpresa a Ochoa, quien reaccionó tarde, mirando cómo su meta era finalmente vencida. Así el gol de Calderón sentenció un juego Chivas-Águilas que fue muy agradable.

Hasta pronto amigo.