/ miércoles 23 de junio de 2021

Ocurrencias del futbol | Lionel Messi, pequeña ascua de la llamarada holandesa

Mi generación futbolística se formó sobre la teoría del sistema 4-2-4. Cierto que alcancé a jugar un poco el 3-2-5, pero muy poco.

La selección húngara de Gustav Sebes se desplegaba sobre el campo con cuatro delanteros, dos extremos, Budai y Czibor, más los dos interiores, Kocsis y Puskas y rertrasaba al ariete Hidegkuti hasta enlazar con el medio más adelantado, Bozic, mientras que el otro medio, Zacarías, se situaba a la altura de la línea defensiva. Visto así, Hungría jugaba un sistema de 4-2-4, es decir con cuatro delanteros, dos medios y cuatro defensas. Sin embargo existen determinadas reticencias para reconocer el esquema húngaro como un 4-2-4 propiamente dicho, ya que su defensa, pese al apoyo de Zacarías, se formaba con tres hombres y la delantera, por el retraso de los dos extremos y el delantero centro y, presentaba características más propias de una doble punta de lanza, la que formaban Kocsis y Puskas.

La paternidad del 4-2-4 sin desdoro de esa influencia húngara, se atribuye al futbol brasileño, en 1951 el entrenador del equipo de Vila Nova, Martín Francisco, retrasó a uno de los interiores hasta la línea media a la vez que retrasaba a uno de los medios hasta formar línea con los tres defensas. Era el 4-2-4 que Zezé Moreira impuso en la selección que disputó el Mundial de 1954 en Suiza, pero que pasó casi desapercibido por el flojo papel realizado por los brasileños en ese campeonato. Cuatro años más tarde, cuando los brasileños asombraron al mundo en la Copa Mundial que se disputó en Suecia (1958), los elogios que se dedicaron al magnífico equipo de los Garrincha, Didí, Pelé y compañía, dejaron un margen de alabanzas para la táctica presentada por el seleccionador Vicente Feola, que no era otra que el 4-2-4 ligeramente evolucionado a un 4-3-3.

La novedad que presentaba el 4-2-4 con respecto a la WM consistía en desmantelar el cuadrado mágico de la vieja táctica británica, integrada por cuatro centrocampistas -los dos medios y los dos interiores- para aportar un hombre más a la defensa, un medio retrasado y uno más a la delantera, un interior en punta. Los tres defensas clásicos hacían un marcaje hombre a hombre, mientras que el medio que se retrasaba hasta la línea defensiva se movía por toda la zona. Los dos centrocampistas debían ser hombres de grandes cualidades físicas para realizar una labor de desgaste arriba y abajo y, técnicas pues de sus zapatos debería salir la organización de los ataques de su equipo.

Era frecuente que esos dos hombres fueran relevados en el curso del encuentro por sus compañeros teóricos de línea para que el equipo no se resintiera de su agotamiento físico. En tal caso, el interior en punta pasaba al medio campo, mientras que el otro interior, que hasta entonces había jugado de enlace, se adelantaba, lo mismo hacían los dos medios: el que había jugado replegado en la defensa, pasaba al centro del campo y el que había jugado de medio de ataque se replegaba.

Este sistema 4-2-4 fue adoptado por casi todos los equipos del mundo y, como hemos visto, sus propulsores fueron Hungría (50 y 54) y Brasil (54-58), Así, el Barcelona, adolece de originalidad, ya que su estilo de juego se ha sustentado primero, de la influencia húngara. Tan pronto Hungría asomó al mundo como potencia, el Barcelona se decantó por el estilo húngaro, llenando de futbolistas magiares a su equipo, siendo el primero Vladislao Kubala a quien más adelante sucedieron Sandor Kocksis, Zoltan Czibor, Ferenc Platko, Gyorgy Szeder, Lazlo Kasner y Tibor Szalay.

Sin embargo, todos sabemos lo que ocurrió con Hungría, que al ser invadida por las fuerzas armadas sovieticas, sus jugadores importantes desertaron y la inactividad futbolística internacional aisló a Hungría frenándose la formación de jugadores hasta que poco a poco su gran poderío se fue perdiendo hasta quedar reducida a lo que es ahora, después de haber sido la potencia futbolística más importante del mundo. Entonces, al desaparecer Hungría apareció de pronto Holanda, convirtiéndose en la nueva fuente que diera identidad al Barcelona que de inmediato se llevó a Rinus Michels, después a Johan Cruyff, a Johan Neskens y a cuanto gran jugador fue apareciendo. En la actualidad, Holanda ya no es lo que fue y el Barcelona continúa aún aferrada a esa filosofía futbolística ya en desuso.

Me pregunto cuál será la imagen que adoptará el Barcelona ahora que Lionel Messi (híbrido de la combinación Holanda-Cataluña) se canse. Híbrido porque siendo originario de Argentina futbolísticamente se hizo en Barcelona, dirigido por un holandés y, orientado en el campo por toda una legión extranjera: en la puerta Víctor Valdés (español), Giovanni van Bronhorsp (holandés), Puyol (español), Oleguer (español), Juliano Bellatti (brasileño), Rafa Márquez (mexicano), Xavi Hernández (español), Anderson Luis de Souza "Deco" (brasileño), Ronaldinho (brasileño), Henrik Larsson (sueco) y Samuel Eto'o (camerunés) así que ni argentino, ni español, ni catalan, ni holandés, sino todo lo contrario.

Y en la Eurocopa de Naciones continúa imperando la disciplina táctica, partiendo sobre la base de un 4-3-3 que es el sistema más socorrido en la actualidad. Así, hoy, Inglaterra ha enfrentado a República Checa alineando con Pickford, show, Maguire, Stones, Walker, Phillips, Rice, Saka, Grealish, Sterling, y Kane... Y República Checa mandó al campo a Vaclick; Coufac, Calutska, Kalas, Boril, Holes, Soucek, Jankto, Masopust, Darida y Patric Chick. Terminando el juego a favor de los ingleses con gol anotado a los 11 minutos de juego, por Sterling, que acumuló ya tres en su cuenta personal. Muy buen juego.

Hasta pronto amigo.

Mi generación futbolística se formó sobre la teoría del sistema 4-2-4. Cierto que alcancé a jugar un poco el 3-2-5, pero muy poco.

La selección húngara de Gustav Sebes se desplegaba sobre el campo con cuatro delanteros, dos extremos, Budai y Czibor, más los dos interiores, Kocsis y Puskas y rertrasaba al ariete Hidegkuti hasta enlazar con el medio más adelantado, Bozic, mientras que el otro medio, Zacarías, se situaba a la altura de la línea defensiva. Visto así, Hungría jugaba un sistema de 4-2-4, es decir con cuatro delanteros, dos medios y cuatro defensas. Sin embargo existen determinadas reticencias para reconocer el esquema húngaro como un 4-2-4 propiamente dicho, ya que su defensa, pese al apoyo de Zacarías, se formaba con tres hombres y la delantera, por el retraso de los dos extremos y el delantero centro y, presentaba características más propias de una doble punta de lanza, la que formaban Kocsis y Puskas.

La paternidad del 4-2-4 sin desdoro de esa influencia húngara, se atribuye al futbol brasileño, en 1951 el entrenador del equipo de Vila Nova, Martín Francisco, retrasó a uno de los interiores hasta la línea media a la vez que retrasaba a uno de los medios hasta formar línea con los tres defensas. Era el 4-2-4 que Zezé Moreira impuso en la selección que disputó el Mundial de 1954 en Suiza, pero que pasó casi desapercibido por el flojo papel realizado por los brasileños en ese campeonato. Cuatro años más tarde, cuando los brasileños asombraron al mundo en la Copa Mundial que se disputó en Suecia (1958), los elogios que se dedicaron al magnífico equipo de los Garrincha, Didí, Pelé y compañía, dejaron un margen de alabanzas para la táctica presentada por el seleccionador Vicente Feola, que no era otra que el 4-2-4 ligeramente evolucionado a un 4-3-3.

La novedad que presentaba el 4-2-4 con respecto a la WM consistía en desmantelar el cuadrado mágico de la vieja táctica británica, integrada por cuatro centrocampistas -los dos medios y los dos interiores- para aportar un hombre más a la defensa, un medio retrasado y uno más a la delantera, un interior en punta. Los tres defensas clásicos hacían un marcaje hombre a hombre, mientras que el medio que se retrasaba hasta la línea defensiva se movía por toda la zona. Los dos centrocampistas debían ser hombres de grandes cualidades físicas para realizar una labor de desgaste arriba y abajo y, técnicas pues de sus zapatos debería salir la organización de los ataques de su equipo.

Era frecuente que esos dos hombres fueran relevados en el curso del encuentro por sus compañeros teóricos de línea para que el equipo no se resintiera de su agotamiento físico. En tal caso, el interior en punta pasaba al medio campo, mientras que el otro interior, que hasta entonces había jugado de enlace, se adelantaba, lo mismo hacían los dos medios: el que había jugado replegado en la defensa, pasaba al centro del campo y el que había jugado de medio de ataque se replegaba.

Este sistema 4-2-4 fue adoptado por casi todos los equipos del mundo y, como hemos visto, sus propulsores fueron Hungría (50 y 54) y Brasil (54-58), Así, el Barcelona, adolece de originalidad, ya que su estilo de juego se ha sustentado primero, de la influencia húngara. Tan pronto Hungría asomó al mundo como potencia, el Barcelona se decantó por el estilo húngaro, llenando de futbolistas magiares a su equipo, siendo el primero Vladislao Kubala a quien más adelante sucedieron Sandor Kocksis, Zoltan Czibor, Ferenc Platko, Gyorgy Szeder, Lazlo Kasner y Tibor Szalay.

Sin embargo, todos sabemos lo que ocurrió con Hungría, que al ser invadida por las fuerzas armadas sovieticas, sus jugadores importantes desertaron y la inactividad futbolística internacional aisló a Hungría frenándose la formación de jugadores hasta que poco a poco su gran poderío se fue perdiendo hasta quedar reducida a lo que es ahora, después de haber sido la potencia futbolística más importante del mundo. Entonces, al desaparecer Hungría apareció de pronto Holanda, convirtiéndose en la nueva fuente que diera identidad al Barcelona que de inmediato se llevó a Rinus Michels, después a Johan Cruyff, a Johan Neskens y a cuanto gran jugador fue apareciendo. En la actualidad, Holanda ya no es lo que fue y el Barcelona continúa aún aferrada a esa filosofía futbolística ya en desuso.

Me pregunto cuál será la imagen que adoptará el Barcelona ahora que Lionel Messi (híbrido de la combinación Holanda-Cataluña) se canse. Híbrido porque siendo originario de Argentina futbolísticamente se hizo en Barcelona, dirigido por un holandés y, orientado en el campo por toda una legión extranjera: en la puerta Víctor Valdés (español), Giovanni van Bronhorsp (holandés), Puyol (español), Oleguer (español), Juliano Bellatti (brasileño), Rafa Márquez (mexicano), Xavi Hernández (español), Anderson Luis de Souza "Deco" (brasileño), Ronaldinho (brasileño), Henrik Larsson (sueco) y Samuel Eto'o (camerunés) así que ni argentino, ni español, ni catalan, ni holandés, sino todo lo contrario.

Y en la Eurocopa de Naciones continúa imperando la disciplina táctica, partiendo sobre la base de un 4-3-3 que es el sistema más socorrido en la actualidad. Así, hoy, Inglaterra ha enfrentado a República Checa alineando con Pickford, show, Maguire, Stones, Walker, Phillips, Rice, Saka, Grealish, Sterling, y Kane... Y República Checa mandó al campo a Vaclick; Coufac, Calutska, Kalas, Boril, Holes, Soucek, Jankto, Masopust, Darida y Patric Chick. Terminando el juego a favor de los ingleses con gol anotado a los 11 minutos de juego, por Sterling, que acumuló ya tres en su cuenta personal. Muy buen juego.

Hasta pronto amigo.