/ viernes 3 de julio de 2020

Ocurrencias del futbol | Más vale paso que dure y no trote que canse

Pero ni con cuatro puntos de diferencia, me atrevo a decir que el Real Madrid ya es campeón

Inició el partido entre el Real Madrid y su vecino Getafe (Más o menos Tampico Altamira) con la expectativa que brinda la oportunidad que tienen los merengues de alejarse del Barcelona cuando faltan cuatro juegos para el final. Alineaciones, Real Madrid: Thibout Courtois, Daniel Carvajal, Raphael Barane, Sergio Ramos, Fernaut Mendi, Luka Modric, Carlos Casemiro, Toni Kroos, Isco Alarcón, Karim Benzema y Vinicius Junior... Getafe: David Soria, Damián Suárez, Djene, Xabiert Txeita, Matías Olivera, Allan Nyon, Nemaja Maksimopvic, David Timor, Marc Cucurella, Mauro Abambarri y Jaime Mata.

Todos los inicios de los partidos del Madrid son la misma cosa, echado atrás como consintiendo al rival como para saber que es lo que pretende y, crearles una confianza que les haga incurrir en un descuido, exponiéndolos a una de esas mortíferas contras que tan bien dominan los merengues. Y sí, ha ocurrido, dos descuidos ha cometido el Getafe, uno que ha sido abortado por una gran desviada de Soria y, otro que ha sido resuelto con un buen tiro de Benzema que ha pasado muy cerca del poste. Después lo de siempre, un aparente dominio del Getafe, que siempre es resuelto por el Madrid, con esa frialdad que nos hace pensar que son realmente temerarios, pero siempre han salido bien librados de eso que parece nos inquieta más a los mirones que a los merengues.

Aunque no hayan caído goles durante el primer tiempo, el partido no ha perdido para nada su expectación, pues el Barcelona, al acecho, hacía changuitos para que el Madrid no anotara y con ese ánimo, nos dispusimos a presenciar la segunda parte. Al salir al terreno de juego, ninguno de los equipos presentó cambio alguno, recordemos que muy pronto, Rafa Barane abandonó el juego, aturdido por un balonazo que recibió en el oído derecho, cuando disputó un balón por alto, siendo sustituido por el brasileño Eder Militao.

Nada cambió, la tónica de la primera parte se repetía, el trabajo madridista para cansar al rival, parecía no hacer efecto y, por el contrario, Luka Modric e Isco Alarcón pagaban cuota por la densidad de competencia a la que han sido expuestos. Un partido cada cuatro días, después de cuatro juegos, pesa tanto a los veteranos como a los jóvenes. De esto se da cuenta Zizou y, cuando ya el Getafe no era el mismo, sacó a Luka Modric, Isco Alarcón y a Vinicius Junior, para meter a cuatro venados veinteañeros, para cubrir los últimos 20 minutos.

Y se acabó, Madrid se adueñó del balón y, si desde el principio lo manejó bien para hacer correr a sus rivales, ahora, al juego de circulación de pelota, le agregaron el acompañamiento, comenzando a crear llegadas colectivas que cada vez dificultaban más el juego defensivo del Getafe. Así, al minuto 78, Carvajal, que había corrido tanto durante el juego, en un último esfuerzo, va por un balón adelantado, se lleva a un defensa y cuando encara al otro, lo finta y cuando ya le hizo la faena, el defensor lo traba cuando ya se encuentran dos metros dentro del área, penalti que cobra Sergio Ramos, para agregar un gol más a su récord de goles anotados, jugando como defensa central. Uno a cero y los merengues no se alborotan, tranquilos y más fríos que el polo Sur, vuelven a circular el balón al estilo de los antiguos brasileños, dejando que el reloj haga su trabajo, hasta que el árbitro pitó el final.

El mismo Piqué lo dijo cuando se jugó el segundo partido después de la cuarentena: "El Madrid ya no perderá". Aunque mucha gente lo niegue, los culés están inconformes con la dirección de Quique Setién y, no sé que opinen ustedes, pero yo, aunque no soy admirador de Valverde, no vi que estuviera haciendo mal su trabajo, por el contrario, con una plantilla que para nada se iguala a la del Real Madrid, (ninguna de las dos está entre las mejores de Europa), el equipo tenía un buen paso. Ahora, con un Zinedine Zidane mesurado, rotando inteligentemente a sus jugadores, casi sin repetir una alineación desde que salimos de la cuarentena, trabajando con su cuerpo técnico para hacer ver a sus jugadores que en este momento, la economía calórica es lo más importante, trabajaron en ello hasta que la actitud del jugador se automatizó, obedeciendo a un ritmo lento al que no está acostumbrado el Real Madrid, pero todos los jugadores, semejantes a un robot, se programaron para no correr más de lo necesario.

¿Y EL BARCELONA?

Por el contrario, el Barcelona, que ha bailado siempre al son que toque Lionel Messi, que no posee la característica de los cambios de ritmo como lo hacía Pelé, continuaron corre y corre hasta que se cansaron. Esto último, dicho literalmente, pues todos, igual que yo, vimos que los jugadores culés jamás se rindieron ni bajaron su ritmo, lo que no quiere decir que no estaban cansados, igual que ocurrió hoy con Dany Carvajal, que aunque nunca dejó de correr, ha fallado una cantidad inusual de pases, lo que también es una muestra de fatiga. Nuestra capacidad de absorción de oxígeno, tiene un umbral y cuando este se cumple, nuestro cerebro, en ayuno de oxígeno (su mayor alimento) comienza a fallar. Entonces, pases sencillos a cuatro metros de distancia se fallan, y comenzamos a echarle la culpa al compañero más cercano e, incluso, como en el caso del Barcelona, a Quique Setién... Bien, la diferencia ahora son cuatro puntos cuando faltan cuatro juegos... ¿Qué pasará?

Hasta pronto amigo.

Pero ni con cuatro puntos de diferencia, me atrevo a decir que el Real Madrid ya es campeón

Inició el partido entre el Real Madrid y su vecino Getafe (Más o menos Tampico Altamira) con la expectativa que brinda la oportunidad que tienen los merengues de alejarse del Barcelona cuando faltan cuatro juegos para el final. Alineaciones, Real Madrid: Thibout Courtois, Daniel Carvajal, Raphael Barane, Sergio Ramos, Fernaut Mendi, Luka Modric, Carlos Casemiro, Toni Kroos, Isco Alarcón, Karim Benzema y Vinicius Junior... Getafe: David Soria, Damián Suárez, Djene, Xabiert Txeita, Matías Olivera, Allan Nyon, Nemaja Maksimopvic, David Timor, Marc Cucurella, Mauro Abambarri y Jaime Mata.

Todos los inicios de los partidos del Madrid son la misma cosa, echado atrás como consintiendo al rival como para saber que es lo que pretende y, crearles una confianza que les haga incurrir en un descuido, exponiéndolos a una de esas mortíferas contras que tan bien dominan los merengues. Y sí, ha ocurrido, dos descuidos ha cometido el Getafe, uno que ha sido abortado por una gran desviada de Soria y, otro que ha sido resuelto con un buen tiro de Benzema que ha pasado muy cerca del poste. Después lo de siempre, un aparente dominio del Getafe, que siempre es resuelto por el Madrid, con esa frialdad que nos hace pensar que son realmente temerarios, pero siempre han salido bien librados de eso que parece nos inquieta más a los mirones que a los merengues.

Aunque no hayan caído goles durante el primer tiempo, el partido no ha perdido para nada su expectación, pues el Barcelona, al acecho, hacía changuitos para que el Madrid no anotara y con ese ánimo, nos dispusimos a presenciar la segunda parte. Al salir al terreno de juego, ninguno de los equipos presentó cambio alguno, recordemos que muy pronto, Rafa Barane abandonó el juego, aturdido por un balonazo que recibió en el oído derecho, cuando disputó un balón por alto, siendo sustituido por el brasileño Eder Militao.

Nada cambió, la tónica de la primera parte se repetía, el trabajo madridista para cansar al rival, parecía no hacer efecto y, por el contrario, Luka Modric e Isco Alarcón pagaban cuota por la densidad de competencia a la que han sido expuestos. Un partido cada cuatro días, después de cuatro juegos, pesa tanto a los veteranos como a los jóvenes. De esto se da cuenta Zizou y, cuando ya el Getafe no era el mismo, sacó a Luka Modric, Isco Alarcón y a Vinicius Junior, para meter a cuatro venados veinteañeros, para cubrir los últimos 20 minutos.

Y se acabó, Madrid se adueñó del balón y, si desde el principio lo manejó bien para hacer correr a sus rivales, ahora, al juego de circulación de pelota, le agregaron el acompañamiento, comenzando a crear llegadas colectivas que cada vez dificultaban más el juego defensivo del Getafe. Así, al minuto 78, Carvajal, que había corrido tanto durante el juego, en un último esfuerzo, va por un balón adelantado, se lleva a un defensa y cuando encara al otro, lo finta y cuando ya le hizo la faena, el defensor lo traba cuando ya se encuentran dos metros dentro del área, penalti que cobra Sergio Ramos, para agregar un gol más a su récord de goles anotados, jugando como defensa central. Uno a cero y los merengues no se alborotan, tranquilos y más fríos que el polo Sur, vuelven a circular el balón al estilo de los antiguos brasileños, dejando que el reloj haga su trabajo, hasta que el árbitro pitó el final.

El mismo Piqué lo dijo cuando se jugó el segundo partido después de la cuarentena: "El Madrid ya no perderá". Aunque mucha gente lo niegue, los culés están inconformes con la dirección de Quique Setién y, no sé que opinen ustedes, pero yo, aunque no soy admirador de Valverde, no vi que estuviera haciendo mal su trabajo, por el contrario, con una plantilla que para nada se iguala a la del Real Madrid, (ninguna de las dos está entre las mejores de Europa), el equipo tenía un buen paso. Ahora, con un Zinedine Zidane mesurado, rotando inteligentemente a sus jugadores, casi sin repetir una alineación desde que salimos de la cuarentena, trabajando con su cuerpo técnico para hacer ver a sus jugadores que en este momento, la economía calórica es lo más importante, trabajaron en ello hasta que la actitud del jugador se automatizó, obedeciendo a un ritmo lento al que no está acostumbrado el Real Madrid, pero todos los jugadores, semejantes a un robot, se programaron para no correr más de lo necesario.

¿Y EL BARCELONA?

Por el contrario, el Barcelona, que ha bailado siempre al son que toque Lionel Messi, que no posee la característica de los cambios de ritmo como lo hacía Pelé, continuaron corre y corre hasta que se cansaron. Esto último, dicho literalmente, pues todos, igual que yo, vimos que los jugadores culés jamás se rindieron ni bajaron su ritmo, lo que no quiere decir que no estaban cansados, igual que ocurrió hoy con Dany Carvajal, que aunque nunca dejó de correr, ha fallado una cantidad inusual de pases, lo que también es una muestra de fatiga. Nuestra capacidad de absorción de oxígeno, tiene un umbral y cuando este se cumple, nuestro cerebro, en ayuno de oxígeno (su mayor alimento) comienza a fallar. Entonces, pases sencillos a cuatro metros de distancia se fallan, y comenzamos a echarle la culpa al compañero más cercano e, incluso, como en el caso del Barcelona, a Quique Setién... Bien, la diferencia ahora son cuatro puntos cuando faltan cuatro juegos... ¿Qué pasará?

Hasta pronto amigo.