/ sábado 20 de junio de 2020

Ocurrencias del futbol | No es posible erradicar la violencia con más violencia

Siguiéndole la huella a los gigantes españoles, cuando recién hemos visto que el Real Madrid recuperó terreno para que no se le escape el Barcelona, venciendo contundentemente al Valencia por 3 a 0, toca el turno a los culés que han ido a visitar al Sevilla, terceros en la discordia, intentando volver a tomar la ventaja de cinco puntos que los merengues redujeron a dos.

Qué difícil es contener a la veloz y punzante ofensiva blaugrana y, sin embargo, la gente de Lopetregui, con más ganas y disciplina que buen futbol, ha podido soportar los embates a que se han visto sometidos, manteniendo el cero a cero en los primeros 45 minutos y, correspondiendo al Sevilla la llegada de gol más peligrosa hasta el momento, cuando un remate en los linderos del área, pasó a escasos centímetros de la base de uno de los postes.

En la segunda parte, el Sevilla mostró más arrojo y arriesgando más, logró ser más peligroso que el Barcelona, generando varias llegadas, todas finalizadas especialmente por el lado izquierdo, en donde Reguilón, no solo borró a Cemedo, que en la primera parte había sido el mejor acarreador del Barcelona, pero que ahora prefirió quedarse para evitar que Reguilón lograra llegar con comodidad. Tres veces el canterano merengue culminó con tiro a gol su llegada, pero los tres disparos aunque con mucha fuerza, fueron sacados sin ángulo, permitiendo que Ter Stegen los bloqueara aunque con ciertos apuros. Ocampos tuvo un mano a mano con el portero, pero su disparo fue flojo y al cuerpo.

El Barcelona ha caído en una irregularidad, en la que de pronto produce goles por racimos y, en otras, como la de hoy, en la que jugando igual que en las que golea, no es capaz de hacer un gol. Suárez continúa sin recuperar su buena forma y hoy, prácticamente desapareció y cuando en la segunda parte tuvo una oportunidad clara frente a gol, voló su disparo, Messi igual, al menos hoy, no fue el mismo y ni siquiera con cuatro oportunidades que tuvo en tiros libres, de donde en otras ocasiones nos ha sorprendido con goles espectaculares, ahora no lo pudo hacer.

Y bueno, hemos de reconocer también que no todo es que haya jugado mal el Barcelona, si no que más bien, el Sevilla, aunque no nos gusten las formas, lo hizo bien a la defensiva, sobre todo en la primera parte, en la que prácticamente se metieron los once al área, sin manifestarse para nada al ataque. Veo que la rotación de jugadores, previendo la densidad de la competencia, en la que se están jugando tres partidos por semana, es manejada de manera distinta la de Quique Setién a la de Zinedina Zidane.

Hoy, por ejemplo, tanto el Barcelona como el Sevilla, utilizaron los cinco cambios autorizados por el tema de la pandemia, sin embargo, en su juego pasado ante el Valencia, el Real Madrid solamente utilizó dos cambios, Asensio por Hazard y Vinicius por Valverde, veremos al finalizar el campeonato, a cual de los dos equipos le resultó mejor su rotación de jugadores, pienso que en el próximo juego de los merengues, encontraremos varias modificaciones en la alineación.

Ayer, mi comentario se fue a las grandes broncas generadas por la hinchada en las tribunas y, me vino a la memoria el recuerdo de las que hemos padecido aquí. Cuando nuestros dos equipos locales se encontraban en la segunda División, se inició una gran rivalidad entre nuestros equipos, el Tampico y el Madero, con el poderosísimo Poza Rica.

En uno de aquellos juegos, en el desaparecido estadio Tampico, los celestes y el Poza Rica, en un juego reñidísimo, generaron una bronca en el terreno de juego, iniciada por Carlos Calderón de la Barca, un jugadorazo que jugando en Segunda División, era seleccionado en Primera, que en una jugada se enredó con Fernando el "Papi" Navarro, quien quedó tendido en el pasto, en donde Calderón le asestó un golpe en el rostro, acción que enardeció al público y a las bancas de ambos equipos, que se liaron a golpes en una bronca generalizada en la que intervino el público que invadió el terreno de juego. Los jugadores visitantes, pareciera que no les incomodara el peligro que aquella invasión representaba y, se veían grupitos por aquí y por allá, trenzados en una acción de puñetazos, en la que afortunadamente no existieron armas. Hugo Frank, jugador de Poza Rica hizo gala de sus dotes pugilísticas.

Pero la bronca de peores recuerdos, que incluyó revancha, fue la que se presentó en un juego Tampico vs. Morelia, en donde el origen fue similar al anterior, siendo el jugador agredido el tampiqueño Paco Solís. En aquel pleito, también participó el público, que igual que en el estadio Tampico, ahora en el Tamaulipas, el público echó la alambrada abajo para agredir a los jugadores visitantes, resultando lesionados varios de ellos, algunos de cierta gravedad.

Pero aquello no paró ahí, pues como era una competencia a visita recíproca, el Tampico pagó la visita jugándose en Zamora, supuestamente para evitar una posible revancha por parte de los morelianos, pero eso no pudo evitar que Jorge Diez, exjugador del Toluca y del Morelia, que ahora era dueño de los "Ates", pagara autobuses para que la fanaticada moreliana asistiera exclusivamente a golpear a jugadores y seguidores jaibos. Aquello fue un infierno que por fortuna no terminó en tragedia.

No recuerdo que haya habido acción alguna en contra de Jorge Diez, por aquella salvaje ocurrencia. Eran otros tiempos y por aquello se quedó en el olvido, sin que se repitieran actos violentos en las siguientes confrontaciones del Tampico con el Morelia. Pero yo no recuerdo una bronca más espectacular y ecuánime (los equipos no eran de aquí), que aquella en el estadio Tamaulipas, entre el América y el Guadalajara. Se dieron con todo sin que hubiera invasión por parte del público, que divertido veía como a golpe limpio, sin salvajadas y, sin la participación de los no involucrados, como Vavá, Moacir Santos y Arlindo dos Santos, que siendo ignorados por las Chivas, veían con los brazos cruzados desde el centro del campo aquella gresca que no entendían.

Hasta pronto amigo.

Siguiéndole la huella a los gigantes españoles, cuando recién hemos visto que el Real Madrid recuperó terreno para que no se le escape el Barcelona, venciendo contundentemente al Valencia por 3 a 0, toca el turno a los culés que han ido a visitar al Sevilla, terceros en la discordia, intentando volver a tomar la ventaja de cinco puntos que los merengues redujeron a dos.

Qué difícil es contener a la veloz y punzante ofensiva blaugrana y, sin embargo, la gente de Lopetregui, con más ganas y disciplina que buen futbol, ha podido soportar los embates a que se han visto sometidos, manteniendo el cero a cero en los primeros 45 minutos y, correspondiendo al Sevilla la llegada de gol más peligrosa hasta el momento, cuando un remate en los linderos del área, pasó a escasos centímetros de la base de uno de los postes.

En la segunda parte, el Sevilla mostró más arrojo y arriesgando más, logró ser más peligroso que el Barcelona, generando varias llegadas, todas finalizadas especialmente por el lado izquierdo, en donde Reguilón, no solo borró a Cemedo, que en la primera parte había sido el mejor acarreador del Barcelona, pero que ahora prefirió quedarse para evitar que Reguilón lograra llegar con comodidad. Tres veces el canterano merengue culminó con tiro a gol su llegada, pero los tres disparos aunque con mucha fuerza, fueron sacados sin ángulo, permitiendo que Ter Stegen los bloqueara aunque con ciertos apuros. Ocampos tuvo un mano a mano con el portero, pero su disparo fue flojo y al cuerpo.

El Barcelona ha caído en una irregularidad, en la que de pronto produce goles por racimos y, en otras, como la de hoy, en la que jugando igual que en las que golea, no es capaz de hacer un gol. Suárez continúa sin recuperar su buena forma y hoy, prácticamente desapareció y cuando en la segunda parte tuvo una oportunidad clara frente a gol, voló su disparo, Messi igual, al menos hoy, no fue el mismo y ni siquiera con cuatro oportunidades que tuvo en tiros libres, de donde en otras ocasiones nos ha sorprendido con goles espectaculares, ahora no lo pudo hacer.

Y bueno, hemos de reconocer también que no todo es que haya jugado mal el Barcelona, si no que más bien, el Sevilla, aunque no nos gusten las formas, lo hizo bien a la defensiva, sobre todo en la primera parte, en la que prácticamente se metieron los once al área, sin manifestarse para nada al ataque. Veo que la rotación de jugadores, previendo la densidad de la competencia, en la que se están jugando tres partidos por semana, es manejada de manera distinta la de Quique Setién a la de Zinedina Zidane.

Hoy, por ejemplo, tanto el Barcelona como el Sevilla, utilizaron los cinco cambios autorizados por el tema de la pandemia, sin embargo, en su juego pasado ante el Valencia, el Real Madrid solamente utilizó dos cambios, Asensio por Hazard y Vinicius por Valverde, veremos al finalizar el campeonato, a cual de los dos equipos le resultó mejor su rotación de jugadores, pienso que en el próximo juego de los merengues, encontraremos varias modificaciones en la alineación.

Ayer, mi comentario se fue a las grandes broncas generadas por la hinchada en las tribunas y, me vino a la memoria el recuerdo de las que hemos padecido aquí. Cuando nuestros dos equipos locales se encontraban en la segunda División, se inició una gran rivalidad entre nuestros equipos, el Tampico y el Madero, con el poderosísimo Poza Rica.

En uno de aquellos juegos, en el desaparecido estadio Tampico, los celestes y el Poza Rica, en un juego reñidísimo, generaron una bronca en el terreno de juego, iniciada por Carlos Calderón de la Barca, un jugadorazo que jugando en Segunda División, era seleccionado en Primera, que en una jugada se enredó con Fernando el "Papi" Navarro, quien quedó tendido en el pasto, en donde Calderón le asestó un golpe en el rostro, acción que enardeció al público y a las bancas de ambos equipos, que se liaron a golpes en una bronca generalizada en la que intervino el público que invadió el terreno de juego. Los jugadores visitantes, pareciera que no les incomodara el peligro que aquella invasión representaba y, se veían grupitos por aquí y por allá, trenzados en una acción de puñetazos, en la que afortunadamente no existieron armas. Hugo Frank, jugador de Poza Rica hizo gala de sus dotes pugilísticas.

Pero la bronca de peores recuerdos, que incluyó revancha, fue la que se presentó en un juego Tampico vs. Morelia, en donde el origen fue similar al anterior, siendo el jugador agredido el tampiqueño Paco Solís. En aquel pleito, también participó el público, que igual que en el estadio Tampico, ahora en el Tamaulipas, el público echó la alambrada abajo para agredir a los jugadores visitantes, resultando lesionados varios de ellos, algunos de cierta gravedad.

Pero aquello no paró ahí, pues como era una competencia a visita recíproca, el Tampico pagó la visita jugándose en Zamora, supuestamente para evitar una posible revancha por parte de los morelianos, pero eso no pudo evitar que Jorge Diez, exjugador del Toluca y del Morelia, que ahora era dueño de los "Ates", pagara autobuses para que la fanaticada moreliana asistiera exclusivamente a golpear a jugadores y seguidores jaibos. Aquello fue un infierno que por fortuna no terminó en tragedia.

No recuerdo que haya habido acción alguna en contra de Jorge Diez, por aquella salvaje ocurrencia. Eran otros tiempos y por aquello se quedó en el olvido, sin que se repitieran actos violentos en las siguientes confrontaciones del Tampico con el Morelia. Pero yo no recuerdo una bronca más espectacular y ecuánime (los equipos no eran de aquí), que aquella en el estadio Tamaulipas, entre el América y el Guadalajara. Se dieron con todo sin que hubiera invasión por parte del público, que divertido veía como a golpe limpio, sin salvajadas y, sin la participación de los no involucrados, como Vavá, Moacir Santos y Arlindo dos Santos, que siendo ignorados por las Chivas, veían con los brazos cruzados desde el centro del campo aquella gresca que no entendían.

Hasta pronto amigo.