/ sábado 24 de julio de 2021

Ocurrencias del futbol | No soy de aquí, ni soy de allá

Arrancó el futbol de la Liga Mexicana en el estadio La Corregidora con el encuentro entre el Querétaro y el América, en el que los equipos alinearon con Querétaro: Washington Aguerre, Betsiel Hernández, Alexis Doldan, Maximiliano Perg, Bryan Olivera, Kevin Balanta, David Cabrera, Raúl Torres, Pablo Barrera, Miguel Ángel Martínez y Nicolás Sosa... El América lo hizo con Oscar Jiménez, Miguel Layún, Bruno Valdez, Emanuel Aguilera, Luis Fuentes, Richard Sánchez, Pedro Aquino, Leonardo Suárez, Álvaro Fidalgo, Mauro Lainez y Henry Martín.

Pero analicemos mejor a estas alineaciones para ver si continúa imperando la contratación de jugadores extranjeros o si ha iniciado una inclinación por el jugador mexicano. Increíblemente, cuando hemos estado diciendo que la posición más segura, más firme en nuestras selecciones es la de los porteros, en la que tenemos mínimo a cinco de ellos con la posibilidad de ocupar el puesto de titular, encontramos que para el Querétaro resulta más económico y más práctico contratar a un veterano uruguayo, como lo es Washington Aguerre, pués que les vaya bien.

Betsiel Hernández, de nombre marciano o venusino, es sin embargo mexicano, no así el defensa central Alexis Doldan, que es paraguayo; el otro central es Maximiliano Perg, uruguayo como tambien lo es Bryan Olivera, sector defensivo formado por cuatro jugadores extranjeros; el medio campo lo ocupan Kevin Balanta, colombiano y, David Cabrera, Raúl Torres y Pablo Barrera, mexicanos; y en el ataque tenemos a Miguel Ángel Martínez, argentino y a Nicolas Sosa, de Uruguay.

De lo que estoy seguro es de que este Maximiliano no es el que fusiló don Benito, pero ¿qué va a hacer doña Josefa con sólo cuatro mexicanos?.

Veamos ahora cómo anda el América: el portero es mexicano, el defensa derecho también, pero los defensas centrales son uruguayo y argentino, mientras que el defensa lateral derecho también es mexicano.

Los medios defensivos son paraguayo y peruano, mientras que los organizadores son español y argentino, y los arietes, mexicanos los dos. Como podemos ver, el América aporta un mexicano más que el Querétaro, lo cual no es la gran cosa.

Sabemos bien que nuestra mayor carencia la encontramos en los defensas centrales y en los centros de ataque, posición en la que encontramos una apabullante mayoría extranjera.

Pero para los dueños de equipo les resulta mejor comprar defensas centrales y centros delanteros, que pagar a formadores de jugador que estén bien capacitados, así que tendremos que acostumbrarnos a ver cómo llegan y llegan matalotes a cubrir los puestos que deberían ser para nuestros jóvenes delanteros.

Lo peor de todo esto es que el jugador mexicano se da cuenta del desdén con que es tratado en el momento que un jugador de menor valía viene a ocupar su puesto. Por lo general, los mexicanos solemos ser buenos anfitriones y correspondemos con amistad a la amistad que se nos ofrece, así, los jugadores extranjeros encuentran en nuestra liga un paraíso en el que desean quedarse.

Cuántos jugadores extranjeros se han quedado definitivamente con nosotros, muchos, ellos se lo han ganado y nosotros hemos sabido corresponder.

Pero a cuántos no recuerdas que sólo han aportado negatividad, llegaron a nosotros aprovechando una oportunidad que en su país no se les daba porque no se la merecían y, al llegar aquí con ese déficit que los hace inferiores futbolísticamente a nuestros jugadores, es tan notorio que se establece un enfriamiento en el grupo, que protesta silenciosamente por la injusticia que se está cometiendo.

Para que un jugador pueda trabajar es necesario que posea y despliegue una serie de cualidades personales: paciencia, perseverancia, aptitudes, respeto por su trabajo y por su grupo, etc. Pero hay un elemento indispensable en todo jugador emocionalmente sano, desarrollar su trabajo en un marco de relaciones humanas cordiales.

El egoísmo, la avaricia, la actitud díscola, la falta de cordialidad, la ausencia de cooperación, constituyen enemigos mortales para toda persona que quiera trabajar de una manera emocionalmente sana y equilibrada.

Nuestro trabajo depende de unas buenas relaciones humanas. Si somos capaces de entablar relaciones cordiales y de cooperación con los demás, nuestro trabajo prosperará. Pero si nuestra actividad la desarrollamos en un clima de aislamiento, de encono, de irritación con los demás, fracasaremos en nuestro trabajo (el futbol). Y si a pesar de estos vicios, triunfamos, con absoluta seguridad nuestro triunfo será aparente, pues habremos sembrado destrucción, odio y resentimiento a nuestro alrededor.

Muchas veces hemos visto reflejado esto cuando un equipo se corona campeón... éxito que al siguiente torneo se convierte en fracaso, siendo la plantilla de jugadores la misma, como recién ocurrió con Guadalajara, Monterrey, León y Tigres... Hacía mucho tiempo que no veía a un equipo que reuniera todos los aspectos para que en su vestidor reine la tranquilidad, como lo es en el actual Cruz Azul, de quienes espero, no caigan en la "campeonitis".

Hasta pronto amigo.

Arrancó el futbol de la Liga Mexicana en el estadio La Corregidora con el encuentro entre el Querétaro y el América, en el que los equipos alinearon con Querétaro: Washington Aguerre, Betsiel Hernández, Alexis Doldan, Maximiliano Perg, Bryan Olivera, Kevin Balanta, David Cabrera, Raúl Torres, Pablo Barrera, Miguel Ángel Martínez y Nicolás Sosa... El América lo hizo con Oscar Jiménez, Miguel Layún, Bruno Valdez, Emanuel Aguilera, Luis Fuentes, Richard Sánchez, Pedro Aquino, Leonardo Suárez, Álvaro Fidalgo, Mauro Lainez y Henry Martín.

Pero analicemos mejor a estas alineaciones para ver si continúa imperando la contratación de jugadores extranjeros o si ha iniciado una inclinación por el jugador mexicano. Increíblemente, cuando hemos estado diciendo que la posición más segura, más firme en nuestras selecciones es la de los porteros, en la que tenemos mínimo a cinco de ellos con la posibilidad de ocupar el puesto de titular, encontramos que para el Querétaro resulta más económico y más práctico contratar a un veterano uruguayo, como lo es Washington Aguerre, pués que les vaya bien.

Betsiel Hernández, de nombre marciano o venusino, es sin embargo mexicano, no así el defensa central Alexis Doldan, que es paraguayo; el otro central es Maximiliano Perg, uruguayo como tambien lo es Bryan Olivera, sector defensivo formado por cuatro jugadores extranjeros; el medio campo lo ocupan Kevin Balanta, colombiano y, David Cabrera, Raúl Torres y Pablo Barrera, mexicanos; y en el ataque tenemos a Miguel Ángel Martínez, argentino y a Nicolas Sosa, de Uruguay.

De lo que estoy seguro es de que este Maximiliano no es el que fusiló don Benito, pero ¿qué va a hacer doña Josefa con sólo cuatro mexicanos?.

Veamos ahora cómo anda el América: el portero es mexicano, el defensa derecho también, pero los defensas centrales son uruguayo y argentino, mientras que el defensa lateral derecho también es mexicano.

Los medios defensivos son paraguayo y peruano, mientras que los organizadores son español y argentino, y los arietes, mexicanos los dos. Como podemos ver, el América aporta un mexicano más que el Querétaro, lo cual no es la gran cosa.

Sabemos bien que nuestra mayor carencia la encontramos en los defensas centrales y en los centros de ataque, posición en la que encontramos una apabullante mayoría extranjera.

Pero para los dueños de equipo les resulta mejor comprar defensas centrales y centros delanteros, que pagar a formadores de jugador que estén bien capacitados, así que tendremos que acostumbrarnos a ver cómo llegan y llegan matalotes a cubrir los puestos que deberían ser para nuestros jóvenes delanteros.

Lo peor de todo esto es que el jugador mexicano se da cuenta del desdén con que es tratado en el momento que un jugador de menor valía viene a ocupar su puesto. Por lo general, los mexicanos solemos ser buenos anfitriones y correspondemos con amistad a la amistad que se nos ofrece, así, los jugadores extranjeros encuentran en nuestra liga un paraíso en el que desean quedarse.

Cuántos jugadores extranjeros se han quedado definitivamente con nosotros, muchos, ellos se lo han ganado y nosotros hemos sabido corresponder.

Pero a cuántos no recuerdas que sólo han aportado negatividad, llegaron a nosotros aprovechando una oportunidad que en su país no se les daba porque no se la merecían y, al llegar aquí con ese déficit que los hace inferiores futbolísticamente a nuestros jugadores, es tan notorio que se establece un enfriamiento en el grupo, que protesta silenciosamente por la injusticia que se está cometiendo.

Para que un jugador pueda trabajar es necesario que posea y despliegue una serie de cualidades personales: paciencia, perseverancia, aptitudes, respeto por su trabajo y por su grupo, etc. Pero hay un elemento indispensable en todo jugador emocionalmente sano, desarrollar su trabajo en un marco de relaciones humanas cordiales.

El egoísmo, la avaricia, la actitud díscola, la falta de cordialidad, la ausencia de cooperación, constituyen enemigos mortales para toda persona que quiera trabajar de una manera emocionalmente sana y equilibrada.

Nuestro trabajo depende de unas buenas relaciones humanas. Si somos capaces de entablar relaciones cordiales y de cooperación con los demás, nuestro trabajo prosperará. Pero si nuestra actividad la desarrollamos en un clima de aislamiento, de encono, de irritación con los demás, fracasaremos en nuestro trabajo (el futbol). Y si a pesar de estos vicios, triunfamos, con absoluta seguridad nuestro triunfo será aparente, pues habremos sembrado destrucción, odio y resentimiento a nuestro alrededor.

Muchas veces hemos visto reflejado esto cuando un equipo se corona campeón... éxito que al siguiente torneo se convierte en fracaso, siendo la plantilla de jugadores la misma, como recién ocurrió con Guadalajara, Monterrey, León y Tigres... Hacía mucho tiempo que no veía a un equipo que reuniera todos los aspectos para que en su vestidor reine la tranquilidad, como lo es en el actual Cruz Azul, de quienes espero, no caigan en la "campeonitis".

Hasta pronto amigo.