/ sábado 23 de octubre de 2021

Ocurrencias del futbol | Programación para un mejor control de balón

¿Qué significa el 10? Podríamos empezar diciendo que es la nota ideal a la que todos aspiramos desde que vamos a la escuela y que eso nos queda grabado para siempre, incluso en el habla popular.

Puede decirse que algo es o merece un "10" cuando sobresale, está perfecto, demuestra excelencia. En el futbol el 10 representaba la habilidad, la elegancia, pero también al conductor del equipo. Hoy, cuando se podría decir que hay tantos sistemas de juego como entrenadores y una saturación general de volantes de contención, resulta más difícil precisarlo.

Pero hasta la década de 1980, en el medio se alineaban tres volantes: por la derecha el 8, habitualmente un jugador habilidoso pero con mucho despliegue (Charli Rodríguez), de ida y vuelta, responsable tanto de acompañar en ataque como de contener en defensa. En el centro el 5 (Edson Álvarez, en la selección), patrón del medio campo y encargado de recuperar la pelota y comenzar a distribuir el juego medio. Y por la izquierda el 10: el conductor del equipo: (Fidalgo del América, Mertens del Napoli, Kevin de Bruyne, Manchester City) y en el pasado (Maradona en el Napoli, Zinedine Zidane, Real Madrid).

A partir de 1974, en el Mundial de Alemania, se perdió la numeración correlativa de los titulares del equipo, pues los jugadores salían a la cancha con el número de su inscripción en la lista de 22 jugadores de cada selección. El 10 holandés Johan Cruyff, ahora lucía el anúmero 14 en la espalda, es un ejemplo, aunque jugaba más como centro delantero que de volante, aunque era sin duda, el cerebro del equipo, el que movía los hilos y que merecía llevar el 10. Con esto quiero decir que el número 10 en la camiseta nunca simbolizaba exactamente la posición del jugador. Era una metáfora perfecta de lo más excelso, lo mejor.

Pelé confiesa. "Estoy orgulloso, claro, de pertenecer a ese grupo de artistas del futbol. Sin embargo, debo confesar que el 10 cayó en mi espalda de pura casualidad. En 1958, llegué al Mundial de Suecia sin saber con qué número iba a jugar. Nunca nadie pudo explicármelo, pero la cuestión es que Brasil había enviado la lista de jugadores a la FIFA sin asignarnos número. Vencía el plazo para definir el asunto y como no había ningún dirigente nuestro, la decisión la terminó tomando ¡un dirigente uruguayo!

El resultado fue sorprendente en varios casos: a nuestro guardameta Gilmar, le tocó el 3; a Lobo Zagalo, extremo izquierdo, le tocó el 7; a Garrincha, extremo derecho le dieron el 11 y a mí, que estaba condenado a ser suplente en aquel equipo, me tocó el número 10... Cosas del destino".

Hablábamos de los artistas del balompié y su elegancia. Todos se distinguieron por su prodigioso control del balón usando distintas partes de su cuerpo y siempre bajo la presión del adversario, algo que sólo con la práctica sostenida se puede lograr.

Se dice que el futbol actual es más veloz, pero todo buen jugador tiene tiempo suficiente para controlar y jugar la pelota. La clave es el primer toque. En la mayoría de los casos, siempre dispondremos de escasos segundos para la recepción y control del balón. Si el control es deficiente, la pelota se alejará demasiado y arriesgaremos su posesión, con lo cual nos veremos obligados a trabajar más para recuperarla. El balón se puede controlar de distintas formas y con diferentes partes del cuerpo. Lo ideal es que con la práctica sostenida lleguemos a dominarlas todas y en cualquier ángulo.

Control con el interior del pie: es un método simple pero eficaz y por ello el más habitual. La parte interior del pie es el área de mayor superficie del botín. Si la usamos correctamente podemos matar el balón y dejarlo lo sufientemente cerca como para ensayar un pase inmediato o avanzar con la pelota dominada. Amortiguar la pelota con el empeine: El empleo del empeine para dominar un balón en caída es una técnica difícil pero que, una vez dominada, no solo resulta eficaz sino de bella ejecución. Hay que elevar la pierna con antelación para amortiguar la caída de la pelota mientras la acompañamos con el pie hasta el suelo.

Pisar la pelota: La recepción con la planta del pie es uno de los métodos más efectivos. Es fundamental no perder de vista el balón mientras se lo detiene ejerciendo una ligera presión sobre él. Al pisar la pelota, no tenemos más que acomodarla para nuestra siguiente acción: un pase o una jugada individual.

Mañana continuaremos observando los distintos métodos para la buena recepción del balón. Hoy deseo cerrar mencionando a algunos de los magos del futbol mexicano que he tenido la suerte de ver en acción.

El "Güero" Antonio Jasso, fue un extraordinario 10 mexicano, que no parecía mexicano, ni por su aspecto (rubio como los suecos o noruegos) y de un futbol exquisito como el del belga Kevin de Bruyne... Héctor Hernández, inolvidable centro delantero, con todas las virtudes que hoy le vemos a Zlatan Ibraimovic.

Carlos Calderón de la Barca, jugador del Atlante, Poza Rica, Tampico y el Tri; Francisco "Maracas" Banda, todo lo hacía bien. Ricardo "Mono" Bonelli, controlaba el balón con todas las partes de su cuerpo; Benjamín Galindo, Carlos Reinoso, Humberto Suazo, Ronaldinho (Querétaro), Raúl Guzmán "Perrita".

¿Cómo lograr tener la virtud del control de balón? Usted no es una máquina. No obstante, los nuevos descubrimientos de la ciencia apuntan a la conclusión de que su cerebro físico y su sistema nervioso se combinan para formar un servo mecanismo que usted usa y el cual opera de un modo muy semejante al de un computador electrónico y como un instrumento orientado a la consecución de objetivos, que se carga por medio del entrenamiento con el método de repeticiones, hasta que se automatiza, entrando en acción cuando lo necesitamos.

Hasta pronto amigo.

¿Qué significa el 10? Podríamos empezar diciendo que es la nota ideal a la que todos aspiramos desde que vamos a la escuela y que eso nos queda grabado para siempre, incluso en el habla popular.

Puede decirse que algo es o merece un "10" cuando sobresale, está perfecto, demuestra excelencia. En el futbol el 10 representaba la habilidad, la elegancia, pero también al conductor del equipo. Hoy, cuando se podría decir que hay tantos sistemas de juego como entrenadores y una saturación general de volantes de contención, resulta más difícil precisarlo.

Pero hasta la década de 1980, en el medio se alineaban tres volantes: por la derecha el 8, habitualmente un jugador habilidoso pero con mucho despliegue (Charli Rodríguez), de ida y vuelta, responsable tanto de acompañar en ataque como de contener en defensa. En el centro el 5 (Edson Álvarez, en la selección), patrón del medio campo y encargado de recuperar la pelota y comenzar a distribuir el juego medio. Y por la izquierda el 10: el conductor del equipo: (Fidalgo del América, Mertens del Napoli, Kevin de Bruyne, Manchester City) y en el pasado (Maradona en el Napoli, Zinedine Zidane, Real Madrid).

A partir de 1974, en el Mundial de Alemania, se perdió la numeración correlativa de los titulares del equipo, pues los jugadores salían a la cancha con el número de su inscripción en la lista de 22 jugadores de cada selección. El 10 holandés Johan Cruyff, ahora lucía el anúmero 14 en la espalda, es un ejemplo, aunque jugaba más como centro delantero que de volante, aunque era sin duda, el cerebro del equipo, el que movía los hilos y que merecía llevar el 10. Con esto quiero decir que el número 10 en la camiseta nunca simbolizaba exactamente la posición del jugador. Era una metáfora perfecta de lo más excelso, lo mejor.

Pelé confiesa. "Estoy orgulloso, claro, de pertenecer a ese grupo de artistas del futbol. Sin embargo, debo confesar que el 10 cayó en mi espalda de pura casualidad. En 1958, llegué al Mundial de Suecia sin saber con qué número iba a jugar. Nunca nadie pudo explicármelo, pero la cuestión es que Brasil había enviado la lista de jugadores a la FIFA sin asignarnos número. Vencía el plazo para definir el asunto y como no había ningún dirigente nuestro, la decisión la terminó tomando ¡un dirigente uruguayo!

El resultado fue sorprendente en varios casos: a nuestro guardameta Gilmar, le tocó el 3; a Lobo Zagalo, extremo izquierdo, le tocó el 7; a Garrincha, extremo derecho le dieron el 11 y a mí, que estaba condenado a ser suplente en aquel equipo, me tocó el número 10... Cosas del destino".

Hablábamos de los artistas del balompié y su elegancia. Todos se distinguieron por su prodigioso control del balón usando distintas partes de su cuerpo y siempre bajo la presión del adversario, algo que sólo con la práctica sostenida se puede lograr.

Se dice que el futbol actual es más veloz, pero todo buen jugador tiene tiempo suficiente para controlar y jugar la pelota. La clave es el primer toque. En la mayoría de los casos, siempre dispondremos de escasos segundos para la recepción y control del balón. Si el control es deficiente, la pelota se alejará demasiado y arriesgaremos su posesión, con lo cual nos veremos obligados a trabajar más para recuperarla. El balón se puede controlar de distintas formas y con diferentes partes del cuerpo. Lo ideal es que con la práctica sostenida lleguemos a dominarlas todas y en cualquier ángulo.

Control con el interior del pie: es un método simple pero eficaz y por ello el más habitual. La parte interior del pie es el área de mayor superficie del botín. Si la usamos correctamente podemos matar el balón y dejarlo lo sufientemente cerca como para ensayar un pase inmediato o avanzar con la pelota dominada. Amortiguar la pelota con el empeine: El empleo del empeine para dominar un balón en caída es una técnica difícil pero que, una vez dominada, no solo resulta eficaz sino de bella ejecución. Hay que elevar la pierna con antelación para amortiguar la caída de la pelota mientras la acompañamos con el pie hasta el suelo.

Pisar la pelota: La recepción con la planta del pie es uno de los métodos más efectivos. Es fundamental no perder de vista el balón mientras se lo detiene ejerciendo una ligera presión sobre él. Al pisar la pelota, no tenemos más que acomodarla para nuestra siguiente acción: un pase o una jugada individual.

Mañana continuaremos observando los distintos métodos para la buena recepción del balón. Hoy deseo cerrar mencionando a algunos de los magos del futbol mexicano que he tenido la suerte de ver en acción.

El "Güero" Antonio Jasso, fue un extraordinario 10 mexicano, que no parecía mexicano, ni por su aspecto (rubio como los suecos o noruegos) y de un futbol exquisito como el del belga Kevin de Bruyne... Héctor Hernández, inolvidable centro delantero, con todas las virtudes que hoy le vemos a Zlatan Ibraimovic.

Carlos Calderón de la Barca, jugador del Atlante, Poza Rica, Tampico y el Tri; Francisco "Maracas" Banda, todo lo hacía bien. Ricardo "Mono" Bonelli, controlaba el balón con todas las partes de su cuerpo; Benjamín Galindo, Carlos Reinoso, Humberto Suazo, Ronaldinho (Querétaro), Raúl Guzmán "Perrita".

¿Cómo lograr tener la virtud del control de balón? Usted no es una máquina. No obstante, los nuevos descubrimientos de la ciencia apuntan a la conclusión de que su cerebro físico y su sistema nervioso se combinan para formar un servo mecanismo que usted usa y el cual opera de un modo muy semejante al de un computador electrónico y como un instrumento orientado a la consecución de objetivos, que se carga por medio del entrenamiento con el método de repeticiones, hasta que se automatiza, entrando en acción cuando lo necesitamos.

Hasta pronto amigo.