/ viernes 17 de septiembre de 2021

Ocurrencias del futbol | Qué divertido es evitar que los contrarios te hagan gol… ¿o no?

Cuando allá por los años 50, apareció un director técnico desconocido para todos, pues nadie lo recordaba como jugador, quedando la duda de si alguna vez lo fue. Su carrera como entrenador fue tan explosiva que no tardó en ser reconocido como el mejor del mundo. Helenio Herrera, mejor conocido como HH, declaró ante la prensa, en una ocasión cuando al ser entrevistado se le preguntó que ¿por qué razón, siendo tan buen entrenador, no destacó como jugador? Bueno, es que yo no tuve la suerte de ser dirigido por Helenio Herrera.

Nunca como en este tiempo, la práctica de dos sistemas antagónicos estuvieron más de moda, el defensivo a muerte de Helenio Herrera y, el ofensivo a muerte del paraguayo Heriberto Herrera. Un HH defensivo y un HH ofensivo. Heriberto Herrera fue conocido como "El Sargento", pues su trato al dirigirse a sus jugadores era semejante al usado en la milicia. Heriberto Herrera fue el primer entrenador que ordenó a sus defensas laterales, adelantarse en apoyo a sus compañeros ofensivos.

Curiosamente, ambos entrenadores se dieron a conocer estando al frente del Atlético de Madrid, primero Helenio y después Heriberto, pero la luz que proyectaba Helenio se fue acrecentando con sus repetidos éxitos, yendo a recalar a la liga italiana, en donde implantó la moda del catenaccio, un estilo de juego totalmente defensivo. Resultaba mortificante ver el “sufrimiento” al que eran sometidos aquellos jugadores, que se pasaban la mayor parte del juego, encerrados en su área soportando el riguroso acoso del equipo contrario.

Todos los aficionados que gustamos de abandonar nuestro espacio solariego, para adentrarnos en el futbol internacional, no podíamos, al menos yo, comprender cómo un director técnico podía sustentar el poderío de su equipo, manteniendo el balón la mayor parte del tiempo tan cerca de su portería y tan lejos de la ajena. En ocasiones, el equipo contrario cobraba 20 tiros de esquina, era despojado del balón en 10 ocasiones, estando a punto de anotar, para que Luis Suárez, con un largo trazo, dejara a Jairzinho solo frente a gol, para que anotara el único gol del partido.

Claro, aquel estilo de juego solo complacía al público italiano, que sobre la base de los repetidos triunfos, suplía con creces a la belleza, haciendo que todos los equipos italianos se apegaran a esta filosofía que ya les ha premiado con cuatro Campeonatos Mundiales ganados. ¿Cómo es posible tomar gusto por algo tan aburrido? Ahí está el detalle. Nos hemos acostumbrado a admirar al goleador, otorgándole incluso el reconocimiento de “poeta” del equipo.

Pero de pronto irrumpe Helenio, quien adoctrina a sus jugadores para que se diviertan viendo cómo los contrarios sufren cuando se les cortan los cables de su diversión, el gol. Ya pasado de años, logré comprender esa filosofía y aprendí con ello, a percibir los argumentos de los que se valen los equipos que juegan a defenderse, argumentos que son bellos solamente para el equipo que los practica y para sus seguidores.

Y al hablar de belleza, son muy importantes las formas. Italia se encierra en su área, aunque en la actualidad, el futbol italiano está sufriendo una transformación, cada vez los equipos italianos utilizan más la circulación de balón, anteriormente, todo su aspecto ofensivo se sustentaba del buen trabajo de un gran pateador largo, que todos deberían tener, que pusiera el balón a cincuenta metros y con una precisión milimétrica, lo que hacía poderoso al Inter de Milán, que contaba con el español Luis Suárez, el mejor en la especialidad, y con Jairzinho en punta y Jacinto Facheti como lateral derecho que solía agregarse en salidas relampagueantes.

Algo parecido a lo de Helenio Herrera se está fraguando en el América, que poco a poco se está metiendo en el sentir de sus seguidores, a los que no se les paga por sufrir, como sí se hace con los jugadores. En un principio pensé que el propósito de Solari, era implantar el sistema de juego más exitoso en el futbol europeo, el del Real Madrid, equipo del que procede Solari y donde brilló al lado de Raúl González y Roberto Carlos, y estoy seguro de que ese es su propósito. Recuerden los conceptos expresados en sus primeras pláticas.

Todos los grandes equipos se forman a partir de su defensa. Quiero pensar que el América se encuentra en estos momentos en la fase inicial de su transformación, en la que el primer avance cumplido, es la presencia de una disciplina táctica que antes no le habíamos visto, todos corren, todos luchan, todos se comunican, lo cual ya es ganancia. Si no estoy equivocado, este es el propósito de Solari, que al menos se ha manifestado en victorias, que han permitido mantener silenciosa a la enérgica voz del estadio.

El América ya es finalista de la Copa de Campeones, falta ahora que Cruz Azul y Monterrey diriman al que falta. De momento, Monterrey tiene la ventaja que le concedió el 1-0 que impuso a La Máquina en el juego de ida. En este momento ya debe saberse cuál de los dos fue el triunfador. Y mientras todos nos emocionamos, olvidamos el esfuerzo que están realizando los competidores, que juegan tres partidos en siete días, lo cual es inhumano.

Hasta pronto amigo.

Cuando allá por los años 50, apareció un director técnico desconocido para todos, pues nadie lo recordaba como jugador, quedando la duda de si alguna vez lo fue. Su carrera como entrenador fue tan explosiva que no tardó en ser reconocido como el mejor del mundo. Helenio Herrera, mejor conocido como HH, declaró ante la prensa, en una ocasión cuando al ser entrevistado se le preguntó que ¿por qué razón, siendo tan buen entrenador, no destacó como jugador? Bueno, es que yo no tuve la suerte de ser dirigido por Helenio Herrera.

Nunca como en este tiempo, la práctica de dos sistemas antagónicos estuvieron más de moda, el defensivo a muerte de Helenio Herrera y, el ofensivo a muerte del paraguayo Heriberto Herrera. Un HH defensivo y un HH ofensivo. Heriberto Herrera fue conocido como "El Sargento", pues su trato al dirigirse a sus jugadores era semejante al usado en la milicia. Heriberto Herrera fue el primer entrenador que ordenó a sus defensas laterales, adelantarse en apoyo a sus compañeros ofensivos.

Curiosamente, ambos entrenadores se dieron a conocer estando al frente del Atlético de Madrid, primero Helenio y después Heriberto, pero la luz que proyectaba Helenio se fue acrecentando con sus repetidos éxitos, yendo a recalar a la liga italiana, en donde implantó la moda del catenaccio, un estilo de juego totalmente defensivo. Resultaba mortificante ver el “sufrimiento” al que eran sometidos aquellos jugadores, que se pasaban la mayor parte del juego, encerrados en su área soportando el riguroso acoso del equipo contrario.

Todos los aficionados que gustamos de abandonar nuestro espacio solariego, para adentrarnos en el futbol internacional, no podíamos, al menos yo, comprender cómo un director técnico podía sustentar el poderío de su equipo, manteniendo el balón la mayor parte del tiempo tan cerca de su portería y tan lejos de la ajena. En ocasiones, el equipo contrario cobraba 20 tiros de esquina, era despojado del balón en 10 ocasiones, estando a punto de anotar, para que Luis Suárez, con un largo trazo, dejara a Jairzinho solo frente a gol, para que anotara el único gol del partido.

Claro, aquel estilo de juego solo complacía al público italiano, que sobre la base de los repetidos triunfos, suplía con creces a la belleza, haciendo que todos los equipos italianos se apegaran a esta filosofía que ya les ha premiado con cuatro Campeonatos Mundiales ganados. ¿Cómo es posible tomar gusto por algo tan aburrido? Ahí está el detalle. Nos hemos acostumbrado a admirar al goleador, otorgándole incluso el reconocimiento de “poeta” del equipo.

Pero de pronto irrumpe Helenio, quien adoctrina a sus jugadores para que se diviertan viendo cómo los contrarios sufren cuando se les cortan los cables de su diversión, el gol. Ya pasado de años, logré comprender esa filosofía y aprendí con ello, a percibir los argumentos de los que se valen los equipos que juegan a defenderse, argumentos que son bellos solamente para el equipo que los practica y para sus seguidores.

Y al hablar de belleza, son muy importantes las formas. Italia se encierra en su área, aunque en la actualidad, el futbol italiano está sufriendo una transformación, cada vez los equipos italianos utilizan más la circulación de balón, anteriormente, todo su aspecto ofensivo se sustentaba del buen trabajo de un gran pateador largo, que todos deberían tener, que pusiera el balón a cincuenta metros y con una precisión milimétrica, lo que hacía poderoso al Inter de Milán, que contaba con el español Luis Suárez, el mejor en la especialidad, y con Jairzinho en punta y Jacinto Facheti como lateral derecho que solía agregarse en salidas relampagueantes.

Algo parecido a lo de Helenio Herrera se está fraguando en el América, que poco a poco se está metiendo en el sentir de sus seguidores, a los que no se les paga por sufrir, como sí se hace con los jugadores. En un principio pensé que el propósito de Solari, era implantar el sistema de juego más exitoso en el futbol europeo, el del Real Madrid, equipo del que procede Solari y donde brilló al lado de Raúl González y Roberto Carlos, y estoy seguro de que ese es su propósito. Recuerden los conceptos expresados en sus primeras pláticas.

Todos los grandes equipos se forman a partir de su defensa. Quiero pensar que el América se encuentra en estos momentos en la fase inicial de su transformación, en la que el primer avance cumplido, es la presencia de una disciplina táctica que antes no le habíamos visto, todos corren, todos luchan, todos se comunican, lo cual ya es ganancia. Si no estoy equivocado, este es el propósito de Solari, que al menos se ha manifestado en victorias, que han permitido mantener silenciosa a la enérgica voz del estadio.

El América ya es finalista de la Copa de Campeones, falta ahora que Cruz Azul y Monterrey diriman al que falta. De momento, Monterrey tiene la ventaja que le concedió el 1-0 que impuso a La Máquina en el juego de ida. En este momento ya debe saberse cuál de los dos fue el triunfador. Y mientras todos nos emocionamos, olvidamos el esfuerzo que están realizando los competidores, que juegan tres partidos en siete días, lo cual es inhumano.

Hasta pronto amigo.