/ martes 27 de octubre de 2020

Ocurrencias del futbol | Si quieres que todas las cosas estén sometidas a ti, primero sométete a la razón

La naturaleza imprimió en el código genético de todos los animales el instinto de conservación. El instinto es un estímulo interior que determina a los animales a una acción dirigida a la conservación o a la reproducción.

Por ello, todo animal trata de escapar y de prevenir todo peligro contra su vida, así como se esfuerza en obtener el alimento y el resguardo que le permite seguir viviendo. Los seres humanos, también fuimos dotados por la naturaleza de este instinto de conservación, pero, además, gozamos de la "razón", como suprema facultad humana que nos permite discurrir y, tener conciencia del pasado, del presente y del futuro.

Pero todo esto depende de la buena voluntad humana y encontramos a muy pocos humanos dispuestos a someterse a la razón. Esto lo encontramos en los equipos dogmáticos y sus seguidores. Ayer, no podía dormir y quise llamar al sueño mirando el "Chiringuito", un programa que no sé si es exclusivo del Barcelona, o es abierto. Hay que ver a los españoles lo apasionados que son, ¿o serán así solamente los catalanes? no creo, pues los vascos tienen fama de ser rabiosos.

A la razón, los culés se la pasan por el arco del triunfo. Me queda duda de que el "Chiringuito" sea exclusivo, porque ayer de pronto se apareció un tipo con la camiseta del Real Madrid... ¡Madre mía! pensé, a este lo matan ahorita... Pero qué va. Aquel tipo llegó directo a cantarles tres o cuatro verdades a los energúmenos aquellos, que sin embargo escucharon callados... ¿Qué les pasa? ¿Se creen invencibles? y ya dejen de culpar a los árbitros cada vez que se les marca un penalti. En lugar de perder tiempo buscando excusas, pónganse a autoanalizarse... pregúntense ¿Por qué perdemos? pero háganlo desnudos de los colores blaugrana.

El señor Ronald Koeman se pasó todo el partido quieto en su banquillo y reventó al término del juego, se fue con todo contra el árbitro, haciéndolo con tal vehemencia que bien pudo haber utilizado para dejar el banquillo durante el partido y dar indicaciones a sus jugadores, que ansiosos esperaban órdenes de su comandante, mientras que éste, desprovisto de toda clase de liderazgo, vigilaba al árbitro anotando las veces que los cochinotes del Real Madrid le pegaban a sus juveniles, sin que les señalara falta alguna.

Uno de los muchos errores del equipo catalán es no pararse frente al espejo para preguntarse ¿Quién es el líder en el Barcelona? Messi no es líder ni en su casa y Puyol ya no juega. Ahí está el detalle, la culpa total es de Puyol, que practicaba un liderazgo que los actuales jugadores del Barza no entienden. Puyol no gritaba ni maldecía como lo hacen los culés en el "Chiringuito", con majaderías que sonrojarían al inolvidable Vale Bejarano, máximo decidor del florido lenguaje alvaradeño. Si ustedes vieron a Alfredo Tena, vieron a Puyol. En lugar de regañar... corría... en lugar de discutir, auxiliaba al compañero... En lugar de lloriquear por una barrida violenta, respondía con otra más enérgica, pero sin tocar, al contrario.

Sí, me quedó la duda de que el "Chiringuito" fuera exclusivo del Barcelona, porque cuando un enardecido barcelonista dijo que lo más vergonzoso de la derrota blaugrana es que fue ante el peor Madrid que había visto, otro contestó verdaderamente enojado... ¡Mentira! este es el mejor juego del Madrid y les ha dado un paseo a los dormidos culés. ¿Por qué? pues sólo por humillar al Barcelona y, para colmo, 170 millones de euros pagados por el inútil Coutinho, que tuvo el gol a un metro de la meta y cabeceó hacia afuera, 170 millones de euros tirados a la basura y, por si eso fuera poco, los dos pañaleros de 17 años asustados ante la imagen de Ramos, Casemiro, Modric y Kroos, a quién se le ocurre debutarlos ante semejantes bestias y, el tipo aquel abandonó el programa el "Chiringuito" vomitando exproperios irrepetibles. Mientras que el tipo vestido de merengue, que había llegado muy hablantín, permanecía callado temeroso de que aquello degenerara.

Pero la pelea era entre los mismos blaugranas, mientras uno culpaba al árbitro, otro decía que ya era hora de echarle la culpa a otro que no sea el árbitro, observando que ese otro se encontraba en las mismas filas blaugranas, una señorita, también comentarista, entro en defensa de Coutinho y le fue como en botica, con el tipo aquel que pedía que el brasileño regresara los 170 millones de euros que se pagaron para que viniera a errar el gol más fácil que se haya visto. Los mismos blaugranas presentes culparon a Koeman de no dejar el banquillo para dirigir desde su área técnica, como sí lo hizo Zizou con los merengues.

Y ahí se me pasó la noche hasta que el programa finalizó sin que hubiera un acuerdo. Lo más extraño para mí es que he estado observando a los dogmáticos, fue que mientras unos se encontraban fuera de la razón, otros proponían el autoanálisis, que en el Barça nunca ha existido, la divinidad de Messi ha sido muy cuestionada debido a las seis caídas consecutivas ante el Madrid, mismas en las que el Dios Sol se ha ido en blanco. Nuestra razón, que pobremente utilizamos, es lo único que puede permitirnos conocer el valor y la importancia de las cosas y situaciones y, con ello poder elegir de entre varias opciones la mejor y, en las situaciones más forzadas, elegir las que causen un mal menor.

Hasta pronto amigo.

La naturaleza imprimió en el código genético de todos los animales el instinto de conservación. El instinto es un estímulo interior que determina a los animales a una acción dirigida a la conservación o a la reproducción.

Por ello, todo animal trata de escapar y de prevenir todo peligro contra su vida, así como se esfuerza en obtener el alimento y el resguardo que le permite seguir viviendo. Los seres humanos, también fuimos dotados por la naturaleza de este instinto de conservación, pero, además, gozamos de la "razón", como suprema facultad humana que nos permite discurrir y, tener conciencia del pasado, del presente y del futuro.

Pero todo esto depende de la buena voluntad humana y encontramos a muy pocos humanos dispuestos a someterse a la razón. Esto lo encontramos en los equipos dogmáticos y sus seguidores. Ayer, no podía dormir y quise llamar al sueño mirando el "Chiringuito", un programa que no sé si es exclusivo del Barcelona, o es abierto. Hay que ver a los españoles lo apasionados que son, ¿o serán así solamente los catalanes? no creo, pues los vascos tienen fama de ser rabiosos.

A la razón, los culés se la pasan por el arco del triunfo. Me queda duda de que el "Chiringuito" sea exclusivo, porque ayer de pronto se apareció un tipo con la camiseta del Real Madrid... ¡Madre mía! pensé, a este lo matan ahorita... Pero qué va. Aquel tipo llegó directo a cantarles tres o cuatro verdades a los energúmenos aquellos, que sin embargo escucharon callados... ¿Qué les pasa? ¿Se creen invencibles? y ya dejen de culpar a los árbitros cada vez que se les marca un penalti. En lugar de perder tiempo buscando excusas, pónganse a autoanalizarse... pregúntense ¿Por qué perdemos? pero háganlo desnudos de los colores blaugrana.

El señor Ronald Koeman se pasó todo el partido quieto en su banquillo y reventó al término del juego, se fue con todo contra el árbitro, haciéndolo con tal vehemencia que bien pudo haber utilizado para dejar el banquillo durante el partido y dar indicaciones a sus jugadores, que ansiosos esperaban órdenes de su comandante, mientras que éste, desprovisto de toda clase de liderazgo, vigilaba al árbitro anotando las veces que los cochinotes del Real Madrid le pegaban a sus juveniles, sin que les señalara falta alguna.

Uno de los muchos errores del equipo catalán es no pararse frente al espejo para preguntarse ¿Quién es el líder en el Barcelona? Messi no es líder ni en su casa y Puyol ya no juega. Ahí está el detalle, la culpa total es de Puyol, que practicaba un liderazgo que los actuales jugadores del Barza no entienden. Puyol no gritaba ni maldecía como lo hacen los culés en el "Chiringuito", con majaderías que sonrojarían al inolvidable Vale Bejarano, máximo decidor del florido lenguaje alvaradeño. Si ustedes vieron a Alfredo Tena, vieron a Puyol. En lugar de regañar... corría... en lugar de discutir, auxiliaba al compañero... En lugar de lloriquear por una barrida violenta, respondía con otra más enérgica, pero sin tocar, al contrario.

Sí, me quedó la duda de que el "Chiringuito" fuera exclusivo del Barcelona, porque cuando un enardecido barcelonista dijo que lo más vergonzoso de la derrota blaugrana es que fue ante el peor Madrid que había visto, otro contestó verdaderamente enojado... ¡Mentira! este es el mejor juego del Madrid y les ha dado un paseo a los dormidos culés. ¿Por qué? pues sólo por humillar al Barcelona y, para colmo, 170 millones de euros pagados por el inútil Coutinho, que tuvo el gol a un metro de la meta y cabeceó hacia afuera, 170 millones de euros tirados a la basura y, por si eso fuera poco, los dos pañaleros de 17 años asustados ante la imagen de Ramos, Casemiro, Modric y Kroos, a quién se le ocurre debutarlos ante semejantes bestias y, el tipo aquel abandonó el programa el "Chiringuito" vomitando exproperios irrepetibles. Mientras que el tipo vestido de merengue, que había llegado muy hablantín, permanecía callado temeroso de que aquello degenerara.

Pero la pelea era entre los mismos blaugranas, mientras uno culpaba al árbitro, otro decía que ya era hora de echarle la culpa a otro que no sea el árbitro, observando que ese otro se encontraba en las mismas filas blaugranas, una señorita, también comentarista, entro en defensa de Coutinho y le fue como en botica, con el tipo aquel que pedía que el brasileño regresara los 170 millones de euros que se pagaron para que viniera a errar el gol más fácil que se haya visto. Los mismos blaugranas presentes culparon a Koeman de no dejar el banquillo para dirigir desde su área técnica, como sí lo hizo Zizou con los merengues.

Y ahí se me pasó la noche hasta que el programa finalizó sin que hubiera un acuerdo. Lo más extraño para mí es que he estado observando a los dogmáticos, fue que mientras unos se encontraban fuera de la razón, otros proponían el autoanálisis, que en el Barça nunca ha existido, la divinidad de Messi ha sido muy cuestionada debido a las seis caídas consecutivas ante el Madrid, mismas en las que el Dios Sol se ha ido en blanco. Nuestra razón, que pobremente utilizamos, es lo único que puede permitirnos conocer el valor y la importancia de las cosas y situaciones y, con ello poder elegir de entre varias opciones la mejor y, en las situaciones más forzadas, elegir las que causen un mal menor.

Hasta pronto amigo.