/ viernes 8 de octubre de 2021

Ocurrencias del futbol | Solo hablo de lo que vi

En el Campeonato Mundial de Alemania 1974, Polonia acudió exhibiendo dos importantes credenciales: La de ser ganadores de la Medalla de Oro de los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972 y la de haber eliminado a Inglatrerra para el Alemania 74. Así, al finalizar éste, el tercer lugar obtenido por los polacos demostró que todo lo conseguido no tenía nada de casual ni esporádico.

Y se me ocurre, que de la misma forma en la que sorpresivamente Polonia se puso al nivel de los gigantes, igual podría suceder con el futbol de Concacaf, en donde equipos como Canadá, México y USA han elevado sus capacidades a niveles equiparables a los de algunos países de Europa.

Nuestra Liga Mexicana de Futbol se ha colocado, según los expertos, por encima de Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Ecuador y Colombia, a los que siempre habíamos mirado alzando la mirada, comparándonos sólo con Perú y Bolivia, mirándonos únicamente por encima de Venezuela, Las Guayanas, Trinidad y Tobago, todos gravitando alrededor del sol de nuestra Galaxia, Brasil.

En este momento, sin conocer aún los resultados de los juegos de ayer, Brasil encabeza las eliminatorias suramericanas con 24 puntos, le siguen Argentina, Uruguay, Ecuador, Colombia, Paraguay, Perú, Chile, Bolivia y Venezuela. Justamente en el mismo orden en el que siempre han terminado, mostrándose un descenso en Colombia, Paraguay, Perú y Chile. Favoritos Brasil, Argentina, Uruguay y Ecuador, más una opción por repechaje.

O sea que en Conmebol habrá menos novedades que en Concacaf, en donde se espera que México, USA y Canadá califiquen directamente con una opción más por medio de un repechaje. Las novedades serían USA y Canadá, que no estuvieron en Rusia 2018.

Vuelven los seguidores de Chivas a refugiarse en el dogmatismo. Recuerdan ustedes aquel peliculón titulado "La herencia del viento", protagonizada por el inolvidable actor Spencer Tracy.

Película basada en un caso real ocurrido en 1925 en el estado de Tennessi, cuando un fanático predicador llevó a los tribunales a un joven profesor llamado Bertram T. Cates, detenido por explicar en clase la teoría de la evolución de Darwin y negar la creación divina del hombre tal y como recoge la Biblia.

El juicio que tuvo enorme trascendencia social se convirtió en una batalla titánica entre el abogado de la defensa y el acusador, y en un espectáculo mediático pues la defensa fue financiada por un importante periódico y, seguida por un afamado periodista.

Al final, ante la tremenda presión de la argumentación de su opositor que se limitó a una verdad absoluta que dice que todo sucede porque Dios quiere, el fanático aquel, al no encontrar respuesta que superara a la propuesta de su opositor sufrió un infarto que acabó con su vida en pleno juicio.

Semejante a esto acabo de ver a un comentarista de Guadalajara al entrar en controversia con uno de sus compañeros respecto a un desacuerdo con las declaraciones de Vucetich, que al ser cuestionado respondió que los directivos y los seguidores de Chivas viven en el pasado y exigen que quien los dirija los vuelva a lo que antes fueron, argumentando el "Vuce" que eso no se hace simplemente con un discurso, como lo pretenden Peláez y Leaño.

Esto sino a través de tiempo y trabajo, ya que la camiseta del Guadalajara no posee ningún poder mágico, lo que estuvo a punto de ocasionarle un infarto al comentarista que ahora refiero.

Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. Los dogmas de un culto en particular se deben interpretar como para uso dentro de la comunidad que los profesa y sin involucrar a terceros en el mundo exterior que no deseen participar de ellos. Para los seguidores de Chivas si tú no apoyas al Guadalajara es que eres un mal mexicano.

Mucho he dicho que para mí el Guadalajara campeonísimo 1958 - 1963 con cinco campeonatos ganados en ese lapso fue una camada milagrosa e irrepetible, no son obra ni de Donaldo Ross, ni del Ing. Javier de la Torre, ni del húngaro Arpad Fekete, simplemente forman parte de un grupo que apareció en el tiempo y lugar preciso, sobre todo no los escogió Peláez ni Leaño.

Vean ustedes, si aquel Guadalajara no fue obra de la voluntad humana, cómo pretenden que un mortal venga a hacerlos jugar como lo hicieron aquellos. Tuvimos mucha suerte con haberlos disfrutado quienes pudimos verlos jugar, pero los que viven juzgando al actual Guadalajara comparándolo con los de la leyenda, sepan que la camiseta rayada que tanto idolatran no es mágica, ni tiene los poderes del traje de Superman, y si quieren compararse con aquellos campeonísimos pónganse a trabajar hasta lograrlo, pero ya dejen de estarse creyendo que sin las Chivas México no es grande.

Jaime Gómez, Pedro Nuño, Guillermo Sepúlveda, José Villegas, Juan Jasso, Pancho Flores, Isidoro Díaz, Salvador Reyes, Cresencio Gutiérrez, Sabas Ponce, Raúl Arellano. Nadie me va a contar, yo los vi y, ciertamente, eran un equipo maravilloso, eran otros tiempos, otro estilo de juego que representa a toda una época en la que ellos fueron los mejores, época que terminó en 1964, donde el América fue campeón por primera vez.

De ese tiempo a la fecha, solamente el Cruz Azul ha sido campeonísimo en 1970 y también los vi: Miguel Marín, Nacho Flores, Alberto Quintano, Javier Guzmán, Javier Sánchez Galindo, Héctor Pulido, Manuel Alejandre, Cesáreo Victorino, Fernando Bustos, Octavio Muciño y Eladio Vera.

Hasta pronto amigo.

En el Campeonato Mundial de Alemania 1974, Polonia acudió exhibiendo dos importantes credenciales: La de ser ganadores de la Medalla de Oro de los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972 y la de haber eliminado a Inglatrerra para el Alemania 74. Así, al finalizar éste, el tercer lugar obtenido por los polacos demostró que todo lo conseguido no tenía nada de casual ni esporádico.

Y se me ocurre, que de la misma forma en la que sorpresivamente Polonia se puso al nivel de los gigantes, igual podría suceder con el futbol de Concacaf, en donde equipos como Canadá, México y USA han elevado sus capacidades a niveles equiparables a los de algunos países de Europa.

Nuestra Liga Mexicana de Futbol se ha colocado, según los expertos, por encima de Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Ecuador y Colombia, a los que siempre habíamos mirado alzando la mirada, comparándonos sólo con Perú y Bolivia, mirándonos únicamente por encima de Venezuela, Las Guayanas, Trinidad y Tobago, todos gravitando alrededor del sol de nuestra Galaxia, Brasil.

En este momento, sin conocer aún los resultados de los juegos de ayer, Brasil encabeza las eliminatorias suramericanas con 24 puntos, le siguen Argentina, Uruguay, Ecuador, Colombia, Paraguay, Perú, Chile, Bolivia y Venezuela. Justamente en el mismo orden en el que siempre han terminado, mostrándose un descenso en Colombia, Paraguay, Perú y Chile. Favoritos Brasil, Argentina, Uruguay y Ecuador, más una opción por repechaje.

O sea que en Conmebol habrá menos novedades que en Concacaf, en donde se espera que México, USA y Canadá califiquen directamente con una opción más por medio de un repechaje. Las novedades serían USA y Canadá, que no estuvieron en Rusia 2018.

Vuelven los seguidores de Chivas a refugiarse en el dogmatismo. Recuerdan ustedes aquel peliculón titulado "La herencia del viento", protagonizada por el inolvidable actor Spencer Tracy.

Película basada en un caso real ocurrido en 1925 en el estado de Tennessi, cuando un fanático predicador llevó a los tribunales a un joven profesor llamado Bertram T. Cates, detenido por explicar en clase la teoría de la evolución de Darwin y negar la creación divina del hombre tal y como recoge la Biblia.

El juicio que tuvo enorme trascendencia social se convirtió en una batalla titánica entre el abogado de la defensa y el acusador, y en un espectáculo mediático pues la defensa fue financiada por un importante periódico y, seguida por un afamado periodista.

Al final, ante la tremenda presión de la argumentación de su opositor que se limitó a una verdad absoluta que dice que todo sucede porque Dios quiere, el fanático aquel, al no encontrar respuesta que superara a la propuesta de su opositor sufrió un infarto que acabó con su vida en pleno juicio.

Semejante a esto acabo de ver a un comentarista de Guadalajara al entrar en controversia con uno de sus compañeros respecto a un desacuerdo con las declaraciones de Vucetich, que al ser cuestionado respondió que los directivos y los seguidores de Chivas viven en el pasado y exigen que quien los dirija los vuelva a lo que antes fueron, argumentando el "Vuce" que eso no se hace simplemente con un discurso, como lo pretenden Peláez y Leaño.

Esto sino a través de tiempo y trabajo, ya que la camiseta del Guadalajara no posee ningún poder mágico, lo que estuvo a punto de ocasionarle un infarto al comentarista que ahora refiero.

Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. Los dogmas de un culto en particular se deben interpretar como para uso dentro de la comunidad que los profesa y sin involucrar a terceros en el mundo exterior que no deseen participar de ellos. Para los seguidores de Chivas si tú no apoyas al Guadalajara es que eres un mal mexicano.

Mucho he dicho que para mí el Guadalajara campeonísimo 1958 - 1963 con cinco campeonatos ganados en ese lapso fue una camada milagrosa e irrepetible, no son obra ni de Donaldo Ross, ni del Ing. Javier de la Torre, ni del húngaro Arpad Fekete, simplemente forman parte de un grupo que apareció en el tiempo y lugar preciso, sobre todo no los escogió Peláez ni Leaño.

Vean ustedes, si aquel Guadalajara no fue obra de la voluntad humana, cómo pretenden que un mortal venga a hacerlos jugar como lo hicieron aquellos. Tuvimos mucha suerte con haberlos disfrutado quienes pudimos verlos jugar, pero los que viven juzgando al actual Guadalajara comparándolo con los de la leyenda, sepan que la camiseta rayada que tanto idolatran no es mágica, ni tiene los poderes del traje de Superman, y si quieren compararse con aquellos campeonísimos pónganse a trabajar hasta lograrlo, pero ya dejen de estarse creyendo que sin las Chivas México no es grande.

Jaime Gómez, Pedro Nuño, Guillermo Sepúlveda, José Villegas, Juan Jasso, Pancho Flores, Isidoro Díaz, Salvador Reyes, Cresencio Gutiérrez, Sabas Ponce, Raúl Arellano. Nadie me va a contar, yo los vi y, ciertamente, eran un equipo maravilloso, eran otros tiempos, otro estilo de juego que representa a toda una época en la que ellos fueron los mejores, época que terminó en 1964, donde el América fue campeón por primera vez.

De ese tiempo a la fecha, solamente el Cruz Azul ha sido campeonísimo en 1970 y también los vi: Miguel Marín, Nacho Flores, Alberto Quintano, Javier Guzmán, Javier Sánchez Galindo, Héctor Pulido, Manuel Alejandre, Cesáreo Victorino, Fernando Bustos, Octavio Muciño y Eladio Vera.

Hasta pronto amigo.