/ domingo 18 de julio de 2021

Ocurrencias del futbol | Todo ascenso inicia con el primer escalón

Como ha ocurrido con el inicio de todos los que han escogido enlazarse al profesionalismo, el principio ha sido todo un cúmulo de confusiones. Salvo la historia de Maradona, en donde incurrir en el profesionalismo fue la feliz y unánime decisión de toda la familia, que hundida en la pobreza y el analfabetismo, encontraba en medio de la oscuridad de su sombría existencia, un rayo de luz esperanzadora.

El inicio de Messi lo conocemos bien, había que atender al jovencito de un problema que de no hacerlo, incidiría muy negativamente en la vida de Lionel, siendo el único recurso para la familia, el lograr convencer a un equipo poderoso económicamente, que se hiciera cargo de la atención médica requerida. Dos casos totalmente distintos que fueron solucionados afortunadamente gracias al futbol.

Pero el caso más común, el más recurrente, es el de Pelé, que es el caso de la mayoría de los jugadores de futbol, que han decidido vivir del deporte. Dejemos pues que el mismo Pelé nos cuente su historia. Las piezas empezaban a encajar. ¿Había llegado el momento? El Santos me había invitado a formar parte de sus fuerzas básicas. Unos días después salimos todos en familia a hacer compras para mi viaje: me hacían falta zapatos, camisas, calcetines, pantalones... Dondinho (padre de Pelé) me llevó, orgulloso a un sastre para que me hiciera dos pantalones a medida. Eran mis primeros pantalones largos y en cuanto me los probé me sentí todo un hombre.

Recuerdo que me levanté en medio de la noche, mientras todos dormían y, me los volví a probar. Después fui en puntas de pie al baño para mirar una y otra vez como me quedaban. Además acercaba la cara al espejo para comprobar si aquella pelusa ya se podía considerar barba. Parecía que el día de la partida no llegaba más. Todo estaba programado para un sábado. Viajaría con Dondinho y a mitad del camino se nos uniría Valdemar Brito (el descubridor de Pelé, buscador de talentos para el Santos), para seguir todos juntos hasta Santos. Justo un día antes, mi padre recibió un llamado de los dirigentes del Club Noroeste. Cuando regresó a casa se lo veía triste y apesadumbrado.

Los directivos no quieren que te vayas, Dico (como Pelé era conocido en familia), Dicen que te darán un pequeño salario para que juegues con los profesionales. También me dijeron que yo perdería muchos amigos si te permito que te vayas... Lo miré confundido, no sabía qué decirle. No quería ocasionarle problemas. Aunque desde siempre él había jugado para el BAC y, por lo tanto, no tenía por qué sentirse comprometido con el Noroesate, ya sabía que la enemistad de los dirigentes de un club grande en una ciudad pequeña como Baurú, tarde o temprano podría resultar perjudicial.

En cambio, lo que en Dondinho era preocupación, en doña Celeste (madre de Pelé) era alegría. ¡Entonces te quedas Dico! -gritó- La verdad nunca quise que te fueras. La cara de Dondinho se puso seria. Rara vez no coincidía con mi madre, pero cuando adoptaba esa expresión, mi mamá sabía que la batalla estaba perdida. Si así se comportan mis amigos -dijo Dondinho- no me importa perderlos. Comprometimos nuestra palabra con Valdemar y el Santos y, la palabra es sagrada. Al Santos irás, al Noroeste no le debemos nada. No te preocupes por nosotros, Dico, este tipo de oportunidades no se pueden desaprovechar. Había llegado la hora de partir. Todos, desde mi abuela hasta mi hermanita me daban consejos. Yo todavía no podía creer que me estaba yendo de mi casa. De pronto volvieron todas las dudas -el miedo- que había sentido cuando se presentó la oportunidad de ir con Tim a Río.

Todo igual a lo que hemos pasado en nuestro inicio, la despedida de los amigos y, la más difícil, la de la novia, todo junto para después, ya lejos del pueblo, evocarlo con la misma pregunta que se hiciera Alberto Cortez en su sentida canción "Distancia": Dónde estarán los amigos, distancia, mis compañeros de juegos, quién sabe donde se han ido, distancia, lo que habrá sido de ellos, regresaré a mis estrellas distancia, les contaré mi secreto, que sigo amando a mi pueblo distancia, hoy que me marcho tan lejos... Así más o menos es el principio de los nuevos profesionales.

En la jornada dominguera, Concacaf ha programado para la Copa de Oro los siguientes partidos: Martinica que ha jugado 2 y ha perdido 2, vs. Haití con números iguales... Estados Unidos 2 jugados 2 ganados vs. Canadá 2 jugados, 2 ganados... México un ganado, un empate 4 puntos, vs. El Salvador dos ganados y 6 puntos. Se antoja un buen partido, pero siempre nos queda la duda de que El Salvador, igual que los demás equipos de la zona, molestos por la arrogancia mexicana que a través de los medios difusivos, siempre los han estado ninguneando, se valgan del juego violento para descargar en los jugadores mexicanos, todo el rencor acumulado por el maltrato recibido de los medios mexicanos, lo que inhibe el juego del TRI, que han de soportar la permisividad de los árbitros, que nos hacen sospechar de una complicidad con Concacaf, que debería ser aclarada por nuestra Femexfut.

Hasta pronto amigo.

Como ha ocurrido con el inicio de todos los que han escogido enlazarse al profesionalismo, el principio ha sido todo un cúmulo de confusiones. Salvo la historia de Maradona, en donde incurrir en el profesionalismo fue la feliz y unánime decisión de toda la familia, que hundida en la pobreza y el analfabetismo, encontraba en medio de la oscuridad de su sombría existencia, un rayo de luz esperanzadora.

El inicio de Messi lo conocemos bien, había que atender al jovencito de un problema que de no hacerlo, incidiría muy negativamente en la vida de Lionel, siendo el único recurso para la familia, el lograr convencer a un equipo poderoso económicamente, que se hiciera cargo de la atención médica requerida. Dos casos totalmente distintos que fueron solucionados afortunadamente gracias al futbol.

Pero el caso más común, el más recurrente, es el de Pelé, que es el caso de la mayoría de los jugadores de futbol, que han decidido vivir del deporte. Dejemos pues que el mismo Pelé nos cuente su historia. Las piezas empezaban a encajar. ¿Había llegado el momento? El Santos me había invitado a formar parte de sus fuerzas básicas. Unos días después salimos todos en familia a hacer compras para mi viaje: me hacían falta zapatos, camisas, calcetines, pantalones... Dondinho (padre de Pelé) me llevó, orgulloso a un sastre para que me hiciera dos pantalones a medida. Eran mis primeros pantalones largos y en cuanto me los probé me sentí todo un hombre.

Recuerdo que me levanté en medio de la noche, mientras todos dormían y, me los volví a probar. Después fui en puntas de pie al baño para mirar una y otra vez como me quedaban. Además acercaba la cara al espejo para comprobar si aquella pelusa ya se podía considerar barba. Parecía que el día de la partida no llegaba más. Todo estaba programado para un sábado. Viajaría con Dondinho y a mitad del camino se nos uniría Valdemar Brito (el descubridor de Pelé, buscador de talentos para el Santos), para seguir todos juntos hasta Santos. Justo un día antes, mi padre recibió un llamado de los dirigentes del Club Noroeste. Cuando regresó a casa se lo veía triste y apesadumbrado.

Los directivos no quieren que te vayas, Dico (como Pelé era conocido en familia), Dicen que te darán un pequeño salario para que juegues con los profesionales. También me dijeron que yo perdería muchos amigos si te permito que te vayas... Lo miré confundido, no sabía qué decirle. No quería ocasionarle problemas. Aunque desde siempre él había jugado para el BAC y, por lo tanto, no tenía por qué sentirse comprometido con el Noroesate, ya sabía que la enemistad de los dirigentes de un club grande en una ciudad pequeña como Baurú, tarde o temprano podría resultar perjudicial.

En cambio, lo que en Dondinho era preocupación, en doña Celeste (madre de Pelé) era alegría. ¡Entonces te quedas Dico! -gritó- La verdad nunca quise que te fueras. La cara de Dondinho se puso seria. Rara vez no coincidía con mi madre, pero cuando adoptaba esa expresión, mi mamá sabía que la batalla estaba perdida. Si así se comportan mis amigos -dijo Dondinho- no me importa perderlos. Comprometimos nuestra palabra con Valdemar y el Santos y, la palabra es sagrada. Al Santos irás, al Noroeste no le debemos nada. No te preocupes por nosotros, Dico, este tipo de oportunidades no se pueden desaprovechar. Había llegado la hora de partir. Todos, desde mi abuela hasta mi hermanita me daban consejos. Yo todavía no podía creer que me estaba yendo de mi casa. De pronto volvieron todas las dudas -el miedo- que había sentido cuando se presentó la oportunidad de ir con Tim a Río.

Todo igual a lo que hemos pasado en nuestro inicio, la despedida de los amigos y, la más difícil, la de la novia, todo junto para después, ya lejos del pueblo, evocarlo con la misma pregunta que se hiciera Alberto Cortez en su sentida canción "Distancia": Dónde estarán los amigos, distancia, mis compañeros de juegos, quién sabe donde se han ido, distancia, lo que habrá sido de ellos, regresaré a mis estrellas distancia, les contaré mi secreto, que sigo amando a mi pueblo distancia, hoy que me marcho tan lejos... Así más o menos es el principio de los nuevos profesionales.

En la jornada dominguera, Concacaf ha programado para la Copa de Oro los siguientes partidos: Martinica que ha jugado 2 y ha perdido 2, vs. Haití con números iguales... Estados Unidos 2 jugados 2 ganados vs. Canadá 2 jugados, 2 ganados... México un ganado, un empate 4 puntos, vs. El Salvador dos ganados y 6 puntos. Se antoja un buen partido, pero siempre nos queda la duda de que El Salvador, igual que los demás equipos de la zona, molestos por la arrogancia mexicana que a través de los medios difusivos, siempre los han estado ninguneando, se valgan del juego violento para descargar en los jugadores mexicanos, todo el rencor acumulado por el maltrato recibido de los medios mexicanos, lo que inhibe el juego del TRI, que han de soportar la permisividad de los árbitros, que nos hacen sospechar de una complicidad con Concacaf, que debería ser aclarada por nuestra Femexfut.

Hasta pronto amigo.