/ miércoles 5 de enero de 2022

Ocurrencias del futbol | Vivero de grandes estrellas

El futbol brasileño ha asentado siempre su brillante y peculiar personalidad sobre magníficas individualidades que no han dejado de surgir de su cantera, desde el mulato Arthur Friedenreich, que cubrió la primera etapa de los años 10 y 20 hasta nuestros días. Domingo da Guía, apodado el “Divino Maestro” y “La Estatua Negra”, titular de la selección brasileña desde que tenía 18 años, fue otro de los jugadores legendarios de Brasil en la cuarta década del siglo. Jugó en el Bangú, Vasco da Gama, Nacional de Montevideo, Boca Juniors, Flamengo, Corinthians y nuevamente en el Bangú hasta su retiro en 1948.

Jugó siempre como defensa y su hijo Ademir da Guía fue uno de los jugadores mas destacados del Palmeiras y de la selección brasileña de los años 70. Del mismo período es Leónidas, un futbolista de una planta impresionante, con un juego habilidoso y efectivo que le llevó a ser la gran figura del Flamengo y de la selección brasileña en los años 30. Máximo goleador del Mundial de 1938, en el que logró 8 goles, se lo conocía como el “Dimante negro”.

Ademir de Meneses, máximo goleador del Mun- dial del 50 con un total de 7 goles, fue uno de los puntales de Brasil y del Vasco da Gama, en donde jugó la mayor parte de su carrera y al retirarse del futbol se dedicó a la crítica deportiva. Zizinho era el apodo de Thomas Soares da Silva, interior del Flamengo que se proclamó subcampeón mundial en 1950. Jugó hasta los 48 años. Djalma Santos fue uno de los defensores más brillantes de toda la historia del futbol brasileño. Internacional en 110 ocasiones jugó en los Campeonatos Mundiales de 1954, 1958, 1962 y 1966, proclamándose campeón con su equipo en los torneos de Suecia y Chile.

Se le consideraba el sucesor de Domingo da Guía. Formó parte de la Selección Resto del Mundo que jugó en Londres en 1963 frente a Inglaterra, en la conmemoración del centenario de la Football Association. Junto a él formó otro gran defensa del mismo apellido, Nilton Santos, titular del equipo campeón del mundo en 1958 y 1962. Su carrera transcurrió casi siempre en el Botafogo. Otro hombre legendario de Brasil que conquistó su primera Copa del Mundo en 1958 en Suecia fue Waldir Pereira, más conocido como Didí. De juego cerebral, militó en Fluminense, Botafogo, Real Madrid, Veracruz (México) y Sporting Cristal (Perú) antes de pasar a entrenador. Dirigió como responsable técnico a la selección Peruana que acudió al México 1970 y fue director técnico de la selección de Arabia Saudita.

Garrincha ha sido considerado uno de los mejores extremos de todos los tiempos. “O pernas tortas” como se le llamaba por una deformidad en sus piernas a causa de la poliomielitis en su niñez, era una hombre con un regate endemoniado e imparable. Jugó con el Botafogo de los mejores tiempos, al lado de Didí Nilton Santos, Quarentinha, Amarildo y Zagalo. Fue Campeón Mundial en 1958 y 1962.

“O Rey del futbol brasileño” ha sido sin duda un tipo de discusión, Edson Arantes do Nacimento, Pelé, nacido el 23 de octubre de 1940. Desde muy joven militó en el Santos con el que llegó a jugar 1120 partidos oficiales en los que consiguió 1,100 goles. Con su equipo logró todos los títulos posibles para un club, alcanzando dos veces la Copa Intercontinental y, con la Selección de Brasil se proclamó tres veces Campeón del Mundo, cooperando de forma decisiva para que su país obtuviera en propiedad la Copa Jules Rimet. Pelé terminó su carrera como futbolista en el Cosmos de Nueva York.

Siempre me ha parecido una necedad el andarse cuestionando que quién es el mejor jugador de todos los tiempos, quienes hoy ven jugar a Messi, opinan que él es el mejor, pero los que vieron a Maradona opinan que a él le corresponde ese reconocimiento y, los que como yo, vimos jugar a Distéfano y a Pelé, opinamos que ambos fueron superiores a los otros dos, lo que yo opino es que ninguno es mejor que los otros, todos son extraordinarios, pero son distintos y eso los hace incomparables y las estadísticas tampoco son concluyentes, pues a Pelé no se le reconocen los 1262 goles anotados, porque una parte de ellos fueron realizados vistiendo la camiseta del Cosmos en una Liga no afiliada a la FIFA, goles de los que todo mundo puede dar fe, pues en ese tiempo el Cosmos era el equipo con más participación en juegos amistosos realizados en todo el mundo, pues el Cosmos de Pelé y Beckenbauer fue el equipo más visto en todo el mundo... Todos querían ver jugar a Pelé.

Ya sin la presencia de Pelé, Brasil ha ganado dos Campeonatos del Mundo, USA 1994 y Japón-Corea 2002 con la aparición de nuevos artífices como Bebeto, Ronaldo, Roberto Carlos, Ronaldinho, Marcelo, Dany Alves, Casemiro, Gabriel Jesús, Fernandinho, Firmino, Felipe, Felipe Luis, Vinicius Jr. etc., todos conservando el estilo especial brasileño, que no es otro que el que está ligado a la música alegre que el brasileño ha agregado como su característica principal, la samba. Todo el futbol del mundo es bello, pero ninguno produce más alegría que el brasileño, hecho al ritmo entrenado en la Mangueira, escuela de samba que ha llevado la alegría del carnaval a todos los estadios del mundo a través de sus embajadores, los futbolistas brasileños.

Hasta amigo.

El futbol brasileño ha asentado siempre su brillante y peculiar personalidad sobre magníficas individualidades que no han dejado de surgir de su cantera, desde el mulato Arthur Friedenreich, que cubrió la primera etapa de los años 10 y 20 hasta nuestros días. Domingo da Guía, apodado el “Divino Maestro” y “La Estatua Negra”, titular de la selección brasileña desde que tenía 18 años, fue otro de los jugadores legendarios de Brasil en la cuarta década del siglo. Jugó en el Bangú, Vasco da Gama, Nacional de Montevideo, Boca Juniors, Flamengo, Corinthians y nuevamente en el Bangú hasta su retiro en 1948.

Jugó siempre como defensa y su hijo Ademir da Guía fue uno de los jugadores mas destacados del Palmeiras y de la selección brasileña de los años 70. Del mismo período es Leónidas, un futbolista de una planta impresionante, con un juego habilidoso y efectivo que le llevó a ser la gran figura del Flamengo y de la selección brasileña en los años 30. Máximo goleador del Mundial de 1938, en el que logró 8 goles, se lo conocía como el “Dimante negro”.

Ademir de Meneses, máximo goleador del Mun- dial del 50 con un total de 7 goles, fue uno de los puntales de Brasil y del Vasco da Gama, en donde jugó la mayor parte de su carrera y al retirarse del futbol se dedicó a la crítica deportiva. Zizinho era el apodo de Thomas Soares da Silva, interior del Flamengo que se proclamó subcampeón mundial en 1950. Jugó hasta los 48 años. Djalma Santos fue uno de los defensores más brillantes de toda la historia del futbol brasileño. Internacional en 110 ocasiones jugó en los Campeonatos Mundiales de 1954, 1958, 1962 y 1966, proclamándose campeón con su equipo en los torneos de Suecia y Chile.

Se le consideraba el sucesor de Domingo da Guía. Formó parte de la Selección Resto del Mundo que jugó en Londres en 1963 frente a Inglaterra, en la conmemoración del centenario de la Football Association. Junto a él formó otro gran defensa del mismo apellido, Nilton Santos, titular del equipo campeón del mundo en 1958 y 1962. Su carrera transcurrió casi siempre en el Botafogo. Otro hombre legendario de Brasil que conquistó su primera Copa del Mundo en 1958 en Suecia fue Waldir Pereira, más conocido como Didí. De juego cerebral, militó en Fluminense, Botafogo, Real Madrid, Veracruz (México) y Sporting Cristal (Perú) antes de pasar a entrenador. Dirigió como responsable técnico a la selección Peruana que acudió al México 1970 y fue director técnico de la selección de Arabia Saudita.

Garrincha ha sido considerado uno de los mejores extremos de todos los tiempos. “O pernas tortas” como se le llamaba por una deformidad en sus piernas a causa de la poliomielitis en su niñez, era una hombre con un regate endemoniado e imparable. Jugó con el Botafogo de los mejores tiempos, al lado de Didí Nilton Santos, Quarentinha, Amarildo y Zagalo. Fue Campeón Mundial en 1958 y 1962.

“O Rey del futbol brasileño” ha sido sin duda un tipo de discusión, Edson Arantes do Nacimento, Pelé, nacido el 23 de octubre de 1940. Desde muy joven militó en el Santos con el que llegó a jugar 1120 partidos oficiales en los que consiguió 1,100 goles. Con su equipo logró todos los títulos posibles para un club, alcanzando dos veces la Copa Intercontinental y, con la Selección de Brasil se proclamó tres veces Campeón del Mundo, cooperando de forma decisiva para que su país obtuviera en propiedad la Copa Jules Rimet. Pelé terminó su carrera como futbolista en el Cosmos de Nueva York.

Siempre me ha parecido una necedad el andarse cuestionando que quién es el mejor jugador de todos los tiempos, quienes hoy ven jugar a Messi, opinan que él es el mejor, pero los que vieron a Maradona opinan que a él le corresponde ese reconocimiento y, los que como yo, vimos jugar a Distéfano y a Pelé, opinamos que ambos fueron superiores a los otros dos, lo que yo opino es que ninguno es mejor que los otros, todos son extraordinarios, pero son distintos y eso los hace incomparables y las estadísticas tampoco son concluyentes, pues a Pelé no se le reconocen los 1262 goles anotados, porque una parte de ellos fueron realizados vistiendo la camiseta del Cosmos en una Liga no afiliada a la FIFA, goles de los que todo mundo puede dar fe, pues en ese tiempo el Cosmos era el equipo con más participación en juegos amistosos realizados en todo el mundo, pues el Cosmos de Pelé y Beckenbauer fue el equipo más visto en todo el mundo... Todos querían ver jugar a Pelé.

Ya sin la presencia de Pelé, Brasil ha ganado dos Campeonatos del Mundo, USA 1994 y Japón-Corea 2002 con la aparición de nuevos artífices como Bebeto, Ronaldo, Roberto Carlos, Ronaldinho, Marcelo, Dany Alves, Casemiro, Gabriel Jesús, Fernandinho, Firmino, Felipe, Felipe Luis, Vinicius Jr. etc., todos conservando el estilo especial brasileño, que no es otro que el que está ligado a la música alegre que el brasileño ha agregado como su característica principal, la samba. Todo el futbol del mundo es bello, pero ninguno produce más alegría que el brasileño, hecho al ritmo entrenado en la Mangueira, escuela de samba que ha llevado la alegría del carnaval a todos los estadios del mundo a través de sus embajadores, los futbolistas brasileños.

Hasta amigo.