/ martes 15 de septiembre de 2020

Ocurrencias del futbol | Y los que adoras y los que desprecias, no serán más que una misma ceniza

Las broncas en los clásicos de todo el mundo son igual de pasionales. La diferencia es que en las de Europa, aparte de violencia, hay futbol

Confieso que he visto todos los clásicos América- Guadalajara, desde que inició ese odio entre ambos equipos, antagonismo que fue estimulado por la voz de Ángel Fernández, en aquella final de Copa que en 1954, el líder de la competencia el Guadalajara, perdiera en tandas de penaltis ante el colero América, que jugó medio tiempo con diez hombres por expulsión de Camacho, portero, para que Lalo Palmer, delantero lastimado que no era útil corriendo y, que se convirtió en héroe al detener uno de los tres penales.

La final de Copa del 57-58 se repitió y, ahora con el Guadalajara estrenándose como campeón de Liga, pues se había coronado por primera vez, mientras que el América permanecía aún en los puestos sotaneros, repitiéndose la historia ganando nuevamente el América, Poco después Don Emilio Azcárraga compró al América al tiempo que Ángel Fernández se hacía cargo de las transmisiones de los partidos y, en su afán por quedar bien con el patrón, inició un tendencioso favoritismo tan marcado que hizo que el equipo que había humillado en dos ocasiones a las Chivas, favoritas del público, se volviera odioso, naciendo de esta forma la histórica rivalidad, que explotó por primera vez en 1962, cuando en Ciudad Universitaria, terminaron un enfrentamiento con una bronca generalizada.

A leguas se ve que este es un Clásico inventado por los directivos de ambos equipos, que les ha dejado jugosas ganancias, que nada tiene que ver con los clásicos River Plate vs. Boca Juniors, o el equivalente al Derbi argentino, Independiente vs. River Plate, el Clásico español Real Madrid Barcelona, o el Derby madrileño Real Madrid vs. Atlético de Madrid, el clásico italiano Milán vs. Juventus o el derby milanés Inter de Milán vs. Milán, el clásico inglés Liverpool vs. Manchester United, o el derby de Manchester entre el Man-U y el Manchester City, el clásico alemán Bayern Múnich vs. Borussia Dortmund y el derby Herta de Berlín vs. el Unión Berlín, Ajax vs. Feyen, mientras que en Francia, el clásico corresponde al París Saint Germain vs. el Olympique de Marsella siendo el derby francés, el PSG vs. Lyon.

A donde quiero llegar es a diferenciar los clásicos de los derbys, el Clásico se refiere a la rivalidad entre los dos equipos más importantes de un país, mientras que los Derbys son los partidos entre dos equipos de la misma ciudad o región, que en México serían Guadalajara vs. Atlas, América vs. Cruz Azul, Monterrey vs. Tigres etc. Pues bien, confieso que la mayoría de los clásicos europeos que he visto, me han gustado, pues la enemistad existente entre los jugadores no supera al profesionalismo de los mismos, mientras que entre nuestros equipos, la pasión rebasa siempre al reglamento y al respeto por el público.

Acabo de ver al París Saint Germain enfrentar a su odiado rival el Olympique de Marsella, juego en el que los golpes, las entradas mal intencionadas, insultos verbales, no impidieron que viéramos jugadas de categoría. Este juego que para nosotros superaría cualquier nivel de calidad y espectacularidad, allá fue catalogado como escandaloso y, que seguramente generará un buen número de sanciones para las dos instituciones. Principalmente por algo que desde los tiempos de Albert Camus, se ha venido enquistando en Francia igual que ocurre en Estados Unidos, el racismo.

Hay insultos verbales que lastiman más que un golpe en la espinilla o en salva sean las partes, dolor al que es difícil ser insensible y, que separa al deportivismo del salvajismo y, refiero Camus, porque fue en su tiempo como defensor de los derechos de los franceses nacidos en Argelia, movimiento que desembocó en una serie de atentados sangrientos, situación que a la fecha ha disminuido, pero que no acaba de desaparecer, cuya violencia se ha venido reduciendo a los insultos verbales, siendo una de las muestras más fehacientes de racismo, la injusticia de que es víctima Karim Benzema, a quien por órdenes del Ministerio, se le impide defender los colores de Francia, todo debido a su origen argelino.

En fin, este juego entre el París Saint Germain y el Olympique de Marsella, me recordó los clasicos mexicanos América vs. Guadalajara que presumo haberlos visto todos, siendo el que más me gustó, el jugado en el estadio Tamaulipas, que terminó en bronca, después de que los equipos brindaron una buena exhibición de futbol, fuera de ese clásico, no he visto ninguno que haya valido la pena, encontrando mejores exhibiciones en los clásicos-derbys Monterrey- Tigres.

Qué podemos esperar de este nuevo clásico que se avecina América-Chivas, si cuando mejor han estado, han confundido el futbol con la lucha libre pero de mala calidad, pues ni siquiera en ese aspecto de violencia se han mostrado finos, saliendo de todos esas broncas sin siquiera haberse roto las medias. Del América sabemos que las más de las veces han podido salir adelante valiéndose de una extraña insistencia que los saca adelante con el resultado, sin que el futbol bien jugado los asista, pero el actual Guadalajara está bastante lejos aún de lo que alguna vez fue, aunque bajo la dirección de Vucetich, pronto la alcanzará... Así, ¿Qué podemos esperar de este nuevo Clásico?

Hasta pronto amigo.

Las broncas en los clásicos de todo el mundo son igual de pasionales. La diferencia es que en las de Europa, aparte de violencia, hay futbol

Confieso que he visto todos los clásicos América- Guadalajara, desde que inició ese odio entre ambos equipos, antagonismo que fue estimulado por la voz de Ángel Fernández, en aquella final de Copa que en 1954, el líder de la competencia el Guadalajara, perdiera en tandas de penaltis ante el colero América, que jugó medio tiempo con diez hombres por expulsión de Camacho, portero, para que Lalo Palmer, delantero lastimado que no era útil corriendo y, que se convirtió en héroe al detener uno de los tres penales.

La final de Copa del 57-58 se repitió y, ahora con el Guadalajara estrenándose como campeón de Liga, pues se había coronado por primera vez, mientras que el América permanecía aún en los puestos sotaneros, repitiéndose la historia ganando nuevamente el América, Poco después Don Emilio Azcárraga compró al América al tiempo que Ángel Fernández se hacía cargo de las transmisiones de los partidos y, en su afán por quedar bien con el patrón, inició un tendencioso favoritismo tan marcado que hizo que el equipo que había humillado en dos ocasiones a las Chivas, favoritas del público, se volviera odioso, naciendo de esta forma la histórica rivalidad, que explotó por primera vez en 1962, cuando en Ciudad Universitaria, terminaron un enfrentamiento con una bronca generalizada.

A leguas se ve que este es un Clásico inventado por los directivos de ambos equipos, que les ha dejado jugosas ganancias, que nada tiene que ver con los clásicos River Plate vs. Boca Juniors, o el equivalente al Derbi argentino, Independiente vs. River Plate, el Clásico español Real Madrid Barcelona, o el Derby madrileño Real Madrid vs. Atlético de Madrid, el clásico italiano Milán vs. Juventus o el derby milanés Inter de Milán vs. Milán, el clásico inglés Liverpool vs. Manchester United, o el derby de Manchester entre el Man-U y el Manchester City, el clásico alemán Bayern Múnich vs. Borussia Dortmund y el derby Herta de Berlín vs. el Unión Berlín, Ajax vs. Feyen, mientras que en Francia, el clásico corresponde al París Saint Germain vs. el Olympique de Marsella siendo el derby francés, el PSG vs. Lyon.

A donde quiero llegar es a diferenciar los clásicos de los derbys, el Clásico se refiere a la rivalidad entre los dos equipos más importantes de un país, mientras que los Derbys son los partidos entre dos equipos de la misma ciudad o región, que en México serían Guadalajara vs. Atlas, América vs. Cruz Azul, Monterrey vs. Tigres etc. Pues bien, confieso que la mayoría de los clásicos europeos que he visto, me han gustado, pues la enemistad existente entre los jugadores no supera al profesionalismo de los mismos, mientras que entre nuestros equipos, la pasión rebasa siempre al reglamento y al respeto por el público.

Acabo de ver al París Saint Germain enfrentar a su odiado rival el Olympique de Marsella, juego en el que los golpes, las entradas mal intencionadas, insultos verbales, no impidieron que viéramos jugadas de categoría. Este juego que para nosotros superaría cualquier nivel de calidad y espectacularidad, allá fue catalogado como escandaloso y, que seguramente generará un buen número de sanciones para las dos instituciones. Principalmente por algo que desde los tiempos de Albert Camus, se ha venido enquistando en Francia igual que ocurre en Estados Unidos, el racismo.

Hay insultos verbales que lastiman más que un golpe en la espinilla o en salva sean las partes, dolor al que es difícil ser insensible y, que separa al deportivismo del salvajismo y, refiero Camus, porque fue en su tiempo como defensor de los derechos de los franceses nacidos en Argelia, movimiento que desembocó en una serie de atentados sangrientos, situación que a la fecha ha disminuido, pero que no acaba de desaparecer, cuya violencia se ha venido reduciendo a los insultos verbales, siendo una de las muestras más fehacientes de racismo, la injusticia de que es víctima Karim Benzema, a quien por órdenes del Ministerio, se le impide defender los colores de Francia, todo debido a su origen argelino.

En fin, este juego entre el París Saint Germain y el Olympique de Marsella, me recordó los clasicos mexicanos América vs. Guadalajara que presumo haberlos visto todos, siendo el que más me gustó, el jugado en el estadio Tamaulipas, que terminó en bronca, después de que los equipos brindaron una buena exhibición de futbol, fuera de ese clásico, no he visto ninguno que haya valido la pena, encontrando mejores exhibiciones en los clásicos-derbys Monterrey- Tigres.

Qué podemos esperar de este nuevo clásico que se avecina América-Chivas, si cuando mejor han estado, han confundido el futbol con la lucha libre pero de mala calidad, pues ni siquiera en ese aspecto de violencia se han mostrado finos, saliendo de todos esas broncas sin siquiera haberse roto las medias. Del América sabemos que las más de las veces han podido salir adelante valiéndose de una extraña insistencia que los saca adelante con el resultado, sin que el futbol bien jugado los asista, pero el actual Guadalajara está bastante lejos aún de lo que alguna vez fue, aunque bajo la dirección de Vucetich, pronto la alcanzará... Así, ¿Qué podemos esperar de este nuevo Clásico?

Hasta pronto amigo.