/ domingo 15 de diciembre de 2019

Opinión de Jaibo | Ser guadalupano es algo esencial

De grandes artistas, actores y cómicos, prestigiados doctores, de científicos ingenieros y profesionistas, de grandes inversionistas, reconocidos altruistas, respetables líderes y deportistas, los mexicanos tenemos muchas cosas que podemos y debemos presumir, de las cuales nos sentimos orgullosos.

Increíble saber que no todos creen en Dios, pero sí reconocemos sus maravillas, todos hacemos un México respetable y fuerte, sin embargo los mexicanos tenemos un corazón especial, que lo hace sensible y palpitante por un gran toque místico y creyente de una gran fe.

Respetando creencias y religiones debemos reconocer que todos los mexicanos o quizás en su mayoría nos sentimos orgullosos de saber que nuestro país fue elegido por la Virgen de Guadalupe para aparecerse el 12 de diciembre del año 1531, escogiendo las faldas del cerro del Tepeyac, en el norte de la Ciudad de México.

De acuerdo con la tradición mexicana y según lo descrito por múltiples documentos históricos del Vaticano y otros encontrados alrededor del mundo, se apareció en 5 ocasiones al indio san Juan Diego, una persona sin riqueza material, pero con una gran riqueza en el corazón.

Los Diálogos de La Guadalupana con Juan Diego demuestran el cariño y amor de una madre a su hijo, la confianza que debemos tener en nuestra madre María para poner en sus manos todas nuestras preocupaciones hoy y en cada momento.

Actualmente es venerada por Iglesia Católica, Iglesia Ortodoxa, Comunión Anglicana, Iglesia Copta, Iglesia Católica Maronita, pero sobre todo es reconocida por las maravillas de Dios en todo el mundo, de ellos debemos sentirnos y ser orgullosamente mexicanos y guadalupanos.

No es casualidad que de todo el mundo se reconozca y se venere a nuestra Virgen de Guadalupe, no es casualidad que de muchos lugares organicen grandes peregrinaciones para visitar a la Guadalupana, por eso los mexicanos sabemos con gran fe que La Guadalupana ¡ama y quiere a nuestro México!

Desde entonces acudimos a ella en todo. Y siempre nos consuela y da en Jesús su paz y gozo interior. ¡Gracias Mamá! Es la percepción de un Jaibo de Corazón.

CONTACTO:

De grandes artistas, actores y cómicos, prestigiados doctores, de científicos ingenieros y profesionistas, de grandes inversionistas, reconocidos altruistas, respetables líderes y deportistas, los mexicanos tenemos muchas cosas que podemos y debemos presumir, de las cuales nos sentimos orgullosos.

Increíble saber que no todos creen en Dios, pero sí reconocemos sus maravillas, todos hacemos un México respetable y fuerte, sin embargo los mexicanos tenemos un corazón especial, que lo hace sensible y palpitante por un gran toque místico y creyente de una gran fe.

Respetando creencias y religiones debemos reconocer que todos los mexicanos o quizás en su mayoría nos sentimos orgullosos de saber que nuestro país fue elegido por la Virgen de Guadalupe para aparecerse el 12 de diciembre del año 1531, escogiendo las faldas del cerro del Tepeyac, en el norte de la Ciudad de México.

De acuerdo con la tradición mexicana y según lo descrito por múltiples documentos históricos del Vaticano y otros encontrados alrededor del mundo, se apareció en 5 ocasiones al indio san Juan Diego, una persona sin riqueza material, pero con una gran riqueza en el corazón.

Los Diálogos de La Guadalupana con Juan Diego demuestran el cariño y amor de una madre a su hijo, la confianza que debemos tener en nuestra madre María para poner en sus manos todas nuestras preocupaciones hoy y en cada momento.

Actualmente es venerada por Iglesia Católica, Iglesia Ortodoxa, Comunión Anglicana, Iglesia Copta, Iglesia Católica Maronita, pero sobre todo es reconocida por las maravillas de Dios en todo el mundo, de ellos debemos sentirnos y ser orgullosamente mexicanos y guadalupanos.

No es casualidad que de todo el mundo se reconozca y se venere a nuestra Virgen de Guadalupe, no es casualidad que de muchos lugares organicen grandes peregrinaciones para visitar a la Guadalupana, por eso los mexicanos sabemos con gran fe que La Guadalupana ¡ama y quiere a nuestro México!

Desde entonces acudimos a ella en todo. Y siempre nos consuela y da en Jesús su paz y gozo interior. ¡Gracias Mamá! Es la percepción de un Jaibo de Corazón.

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