/ viernes 27 de diciembre de 2019

Con café y a media luz | Día de los Inocentes

Reza el conocido refrán: “Inocente palomita que te has dejado engañar, en 28 de diciembre en nadie debes confiar”

Esta frase hace referencia, por supuesto, a un acontecimiento de suma importancia en el cristianismo, cuando el rey Herodes ordenó la matanza de criaturas menores a los dos años, tratando así de eliminar a aquel que estaba vaticinado a ser el “rey de reyes” y, por tanto, arrebatarle el poder que durante tanto tiempo este hombre había atesorado.

En nuestros días, este episodio de sangre ha sido objeto de una reconversión hasta cierto punto simpática, en la que se nos permite, sin miramiento alguno, el gastarle una o dos bromas o “inocentadas” a aquel individuo que es muy amigo y sabemos que lo tomará con gracia; por otra parte, en curioso contrasentido, esta misma fecha nos licencia para pedirle prestado a ese que no nos resulta muy simpático, con “el derecho” de olvidar la deuda económica de manera casi inmediata, sin estar obligados a devolver un céntimo de lo otorgado.

En el entorno político y económico, durante varios años hemos sido testigos de ciertos reveses que nos brinda el gobierno asegurándonos ese día o en vísperas del mismo que “no habrá incrementos en el precio de los energéticos”, “no aumentarán los impuestos”, “bajará el costo de la canasta básica”, “el peso aumentará su poder adquisitivo”, “habrá más empleos” y un sinfín de etcéteras que le pudiera escribir aquí, no obstante, entrando el siguiente año, todo aquello que nos pintaron de manera maravillosa, termina por convertirse en un verdadero “viacrucis” de 12 meses para el mexicano, pues ocurre todo lo contrario a lo prometido. Los primeros en informarnos al respecto son los ciudadanos legisladores.

En esta ocasión, el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró en la conferencia mañanera de ayer jueves, exactamente lo mismo que le escribí en el párrafo anterior, además de reconocer que sí se está viviendo una inflación “controlada” y sostuvo que es la segunda más baja en el siglo.

La primera parte de la declaración es gratamente esperanzadora y le aseguro mi gentil lector, que espero con ansias que no nos decepcione, pues la experiencia nos ha enseñado que entre “gasolinazos”, impuestos y los últimos aumentos en el costo de la canasta básica, así como el bajo poder adquisitivo del salario mínimo, el ciudadano común debe hacer “milagros” para subsistir y sacar adelante a sus hijos.

Al escuchar a AMLO decir que no habrá “ninguna sorpresa desagradable” al iniciar el 2020, me hizo recordar a otras figuras presidenciales que miraron al pueblo de México directo a los ojos y les sostuvieron, sin titubear, “una verdad” que bien pudo haber sido declarada en un 28 de diciembre por la resultante que dejó. Retumbaron en mi cabeza frases como “Hemos dado un paso adelante”. ¿Usted la recuerda?

Sin embargo, debemos reconocer que hay cosas que se salen de las manos del ejecutivo federal en materia de economía, pues obedecen estrictamente a cuestiones relativas al mercado internacional, por ejemplo, los energéticos. Lamentablemente, factores como ese no se mencionaron.

Me preocupó que entre esa declaratoria y el tema de la “inflación controlada”, hubo una desestimación del tema del crecimiento económico y la nula inversión de capitales en nuestro país y, a pesar de lo dicho por el propio Inegi, el ejecutivo sostuviera que “Se cierra bien el 2019 en materia de economía”.

Y es que, como explicaron los expertos horas después, no cabe el concepto de “control” cuando no hay inversión y, mucho menos, crecimiento.

En otras palabras, la inflación bien pudiera ser considerada meramente como un síntoma de una enfermedad mayor sumamente grave para la economía nacional y, aunque el presidente López Obrador, sostuvo que lo importante es el dinero que llega a los bolsillos del pueblo, no podemos olvidar que eso depende al cien por ciento de la salud en materia de dinero en las arcas nacionales.

En nuestra zona, por citar un ejemplo, nos debemos preocupar por un fuerte rumor sobre el incremento a las tarifas del transporte público, sobre todo en rutas como largas que van de Tampico a Altamira pues, con el pretexto del “gasolinazo” de cada año, los amigos trabajadores del volante ya se aventuraron a cobrar hasta cinco pesos más en fechas especiales, como se denunció a través de las redes sociales, ocasionando un severo golpe en el bolsillo de la ciudadanía.

Como la siguiente, será la última columna de este año, le propongo que la ocupemos para escribir los propósitos de año nuevo que se deben tener para nuestra zona conurbada y lo que debemos aportar cada uno de nosotros como habitantes de la misma ¿Qué le parece?

Ahora sí, como decía un periodista: “Hasta aquí, porque el tiempo apremia y el espacio se agota”.

Reza el conocido refrán: “Inocente palomita que te has dejado engañar, en 28 de diciembre en nadie debes confiar”

Esta frase hace referencia, por supuesto, a un acontecimiento de suma importancia en el cristianismo, cuando el rey Herodes ordenó la matanza de criaturas menores a los dos años, tratando así de eliminar a aquel que estaba vaticinado a ser el “rey de reyes” y, por tanto, arrebatarle el poder que durante tanto tiempo este hombre había atesorado.

En nuestros días, este episodio de sangre ha sido objeto de una reconversión hasta cierto punto simpática, en la que se nos permite, sin miramiento alguno, el gastarle una o dos bromas o “inocentadas” a aquel individuo que es muy amigo y sabemos que lo tomará con gracia; por otra parte, en curioso contrasentido, esta misma fecha nos licencia para pedirle prestado a ese que no nos resulta muy simpático, con “el derecho” de olvidar la deuda económica de manera casi inmediata, sin estar obligados a devolver un céntimo de lo otorgado.

En el entorno político y económico, durante varios años hemos sido testigos de ciertos reveses que nos brinda el gobierno asegurándonos ese día o en vísperas del mismo que “no habrá incrementos en el precio de los energéticos”, “no aumentarán los impuestos”, “bajará el costo de la canasta básica”, “el peso aumentará su poder adquisitivo”, “habrá más empleos” y un sinfín de etcéteras que le pudiera escribir aquí, no obstante, entrando el siguiente año, todo aquello que nos pintaron de manera maravillosa, termina por convertirse en un verdadero “viacrucis” de 12 meses para el mexicano, pues ocurre todo lo contrario a lo prometido. Los primeros en informarnos al respecto son los ciudadanos legisladores.

En esta ocasión, el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró en la conferencia mañanera de ayer jueves, exactamente lo mismo que le escribí en el párrafo anterior, además de reconocer que sí se está viviendo una inflación “controlada” y sostuvo que es la segunda más baja en el siglo.

La primera parte de la declaración es gratamente esperanzadora y le aseguro mi gentil lector, que espero con ansias que no nos decepcione, pues la experiencia nos ha enseñado que entre “gasolinazos”, impuestos y los últimos aumentos en el costo de la canasta básica, así como el bajo poder adquisitivo del salario mínimo, el ciudadano común debe hacer “milagros” para subsistir y sacar adelante a sus hijos.

Al escuchar a AMLO decir que no habrá “ninguna sorpresa desagradable” al iniciar el 2020, me hizo recordar a otras figuras presidenciales que miraron al pueblo de México directo a los ojos y les sostuvieron, sin titubear, “una verdad” que bien pudo haber sido declarada en un 28 de diciembre por la resultante que dejó. Retumbaron en mi cabeza frases como “Hemos dado un paso adelante”. ¿Usted la recuerda?

Sin embargo, debemos reconocer que hay cosas que se salen de las manos del ejecutivo federal en materia de economía, pues obedecen estrictamente a cuestiones relativas al mercado internacional, por ejemplo, los energéticos. Lamentablemente, factores como ese no se mencionaron.

Me preocupó que entre esa declaratoria y el tema de la “inflación controlada”, hubo una desestimación del tema del crecimiento económico y la nula inversión de capitales en nuestro país y, a pesar de lo dicho por el propio Inegi, el ejecutivo sostuviera que “Se cierra bien el 2019 en materia de economía”.

Y es que, como explicaron los expertos horas después, no cabe el concepto de “control” cuando no hay inversión y, mucho menos, crecimiento.

En otras palabras, la inflación bien pudiera ser considerada meramente como un síntoma de una enfermedad mayor sumamente grave para la economía nacional y, aunque el presidente López Obrador, sostuvo que lo importante es el dinero que llega a los bolsillos del pueblo, no podemos olvidar que eso depende al cien por ciento de la salud en materia de dinero en las arcas nacionales.

En nuestra zona, por citar un ejemplo, nos debemos preocupar por un fuerte rumor sobre el incremento a las tarifas del transporte público, sobre todo en rutas como largas que van de Tampico a Altamira pues, con el pretexto del “gasolinazo” de cada año, los amigos trabajadores del volante ya se aventuraron a cobrar hasta cinco pesos más en fechas especiales, como se denunció a través de las redes sociales, ocasionando un severo golpe en el bolsillo de la ciudadanía.

Como la siguiente, será la última columna de este año, le propongo que la ocupemos para escribir los propósitos de año nuevo que se deben tener para nuestra zona conurbada y lo que debemos aportar cada uno de nosotros como habitantes de la misma ¿Qué le parece?

Ahora sí, como decía un periodista: “Hasta aquí, porque el tiempo apremia y el espacio se agota”.