/ domingo 23 de mayo de 2021

Paradigmas | A la comunidad china

Infinidad de familias chinas están asentadas en Tampico, Ciudad Madero, Altamira y la región. El primer cirujano dentista que me atendió al llegar en los años 70 a esta ciudad fue el médico Nishimura, también me ha recibido en su consultorio el Dr. Cornelio Chong; compañeros de trabajo: Fong, Choy, De León, Chuey… Paisanos de Cerro Azul: Leo, Chao, Yong, Ham, Woo… Hoy en mis listas de alumnos están, Nakashima y Wong.

La inestable situación socioeconómica en China, originada por la desigualdad en la distribución de la tierra y sus necesidades de encontrar trabajo fueron elementos determinantes en los primeros años del siglo XX que obligó a ciudadanos de esa nación a salir en busca de mejor calidad de vida. La mayoría de los emigrantes que arribaron a México, especialmente a Baja California, se asentaron además de Mexicali, en otras ciudades de Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima, Tamaulipas, Guerrero y Puebla.

En tiempos de la Revolución Mexicana, la población china en Torreón a base a trabajo había aprovechado la bonanza económica para hacerse de restaurantes, tiendas de abarrotes, panaderías, lavanderías y el cultivo de hortalizas en la región.

El 13 de mayo de 1911, la ofensiva maderista acumuló diversas victorias hasta llegar a Torreón, donde más de 2 mil efectivos sitiaron a las fuerzas federales se dice aproximadamente 600 soldados, que defendieron la plaza hasta la madrugada del 15 de mayo, cuando iniciaron la retirada.

Sin resistencia alguna, los maderistas, encabezados por los simpatizantes de la región, saquearon los principales negocios de la ciudad; sin embargo, entre las voces que lideraban el movimiento, la orden de tomar por asalto los comercios chinos rápidamente devino en una masacre impulsada por la xenofobia y el racismo. El saldo de la matanza de chinos en Torreón se contabiliza en 303 personas. Los cadáveres mutilados de hombres, mujeres y niños, daban cuenta del genocidio.

Se puede hablar del perdón como una liberación. De hecho, la palabra “perdón” viene del latín “per donare”, que significan “dejar ir”, “dar por” o “dar para”. Cuando ejercemos el perdón “soltamos” a quien nos ha ofendido o nos ha hecho un mal. En griego esta etimología se entiende mejor, pues, “afesis”, palabra para perdón, significa liberación.

El gobierno de México en la semana que termina a través del Presidente Andrés Manuel López Obrador, en significativa y emotiva ceremonia realizada en el centro del aniquilamiento pidió perdón al pueblo oriental ante autoridades de esa nación, por la atroz masacre y demás hechos vergonzosos plasmados en la historia de nuestro país.

Que el perdón llegue hasta los hogares de las familias de origen chino, cuyos ancestros al arribar a nuestro país su única prioridad fue a través del trabajo –primeramente en la construcción de vías férreas- contribuir al crecimiento de México, hoy en las diversas disciplinas como la ciencia, las artes, el deporte, la economía, la docencia, etc. En la actualidad nos entremezclamos sin distingos dejando atrás funestos escenarios que esperemos jamás vuelvan a repetirse.

lupitarico@hotmail.com

Infinidad de familias chinas están asentadas en Tampico, Ciudad Madero, Altamira y la región. El primer cirujano dentista que me atendió al llegar en los años 70 a esta ciudad fue el médico Nishimura, también me ha recibido en su consultorio el Dr. Cornelio Chong; compañeros de trabajo: Fong, Choy, De León, Chuey… Paisanos de Cerro Azul: Leo, Chao, Yong, Ham, Woo… Hoy en mis listas de alumnos están, Nakashima y Wong.

La inestable situación socioeconómica en China, originada por la desigualdad en la distribución de la tierra y sus necesidades de encontrar trabajo fueron elementos determinantes en los primeros años del siglo XX que obligó a ciudadanos de esa nación a salir en busca de mejor calidad de vida. La mayoría de los emigrantes que arribaron a México, especialmente a Baja California, se asentaron además de Mexicali, en otras ciudades de Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima, Tamaulipas, Guerrero y Puebla.

En tiempos de la Revolución Mexicana, la población china en Torreón a base a trabajo había aprovechado la bonanza económica para hacerse de restaurantes, tiendas de abarrotes, panaderías, lavanderías y el cultivo de hortalizas en la región.

El 13 de mayo de 1911, la ofensiva maderista acumuló diversas victorias hasta llegar a Torreón, donde más de 2 mil efectivos sitiaron a las fuerzas federales se dice aproximadamente 600 soldados, que defendieron la plaza hasta la madrugada del 15 de mayo, cuando iniciaron la retirada.

Sin resistencia alguna, los maderistas, encabezados por los simpatizantes de la región, saquearon los principales negocios de la ciudad; sin embargo, entre las voces que lideraban el movimiento, la orden de tomar por asalto los comercios chinos rápidamente devino en una masacre impulsada por la xenofobia y el racismo. El saldo de la matanza de chinos en Torreón se contabiliza en 303 personas. Los cadáveres mutilados de hombres, mujeres y niños, daban cuenta del genocidio.

Se puede hablar del perdón como una liberación. De hecho, la palabra “perdón” viene del latín “per donare”, que significan “dejar ir”, “dar por” o “dar para”. Cuando ejercemos el perdón “soltamos” a quien nos ha ofendido o nos ha hecho un mal. En griego esta etimología se entiende mejor, pues, “afesis”, palabra para perdón, significa liberación.

El gobierno de México en la semana que termina a través del Presidente Andrés Manuel López Obrador, en significativa y emotiva ceremonia realizada en el centro del aniquilamiento pidió perdón al pueblo oriental ante autoridades de esa nación, por la atroz masacre y demás hechos vergonzosos plasmados en la historia de nuestro país.

Que el perdón llegue hasta los hogares de las familias de origen chino, cuyos ancestros al arribar a nuestro país su única prioridad fue a través del trabajo –primeramente en la construcción de vías férreas- contribuir al crecimiento de México, hoy en las diversas disciplinas como la ciencia, las artes, el deporte, la economía, la docencia, etc. En la actualidad nos entremezclamos sin distingos dejando atrás funestos escenarios que esperemos jamás vuelvan a repetirse.

lupitarico@hotmail.com